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domingo, 6 de junio de 2010
06/ 06: THE JUNGLE
Otro de los títulos imprescindibles que nos dejó la editorial First cuando co-produjo esta colección de Classics Illustrated a principios de los ´90, fue esta maravilla del increíble Peter Kuper, luego reeditada por NBM en varios formatos.
The Jungle (1906) fue una novela revolucionaria en varios aspectos. Su autor fue Upton Sinclair, férreo militante socialista que una vez estuvo muy cerca de convertirse en gobernador de California. Con The Jungle, Sinclair se proponía denunciar la injusticia social y las atrocidades que padecían los trabajadores (especialmente los inmigrantes europeos) en los mataderos y demás fábricas relacionadas con la industria de la carne en la Chicago de principios del siglo pasado. El revuelo que causó el libro no sólo permitió el despegue de la carrera política del escritor (que falleció en 1968 con más de 100 obras publicadas), sino que forzó al gobierno de los EEUU a impulsar leyes estrictas acerca de la salubridad y el trato a los obreros de ambos sexos en toda la industria de la alimentación.
La novela tiene pasajes realmente crueles y hasta tétricos (nos cuenta, entre otras cosas, cómo un chico de 12 años se emborracha, se queda dormido en la calle y es comido vivo por las ratas), momentos terriblemente dramáticos y momentos en los que estalla la violencia más brava que es la del conflicto obrero vs. patrón. El protagonista es Jurgis Rudkus, un inmigrante lituano que llega a Chicago con su familia en busca de prosperidad, pero sólo encuentra injusticia, explotación, vejaciones y desgracias. El pobre tipo no pega una, todo está perfectamente alineado en su contra. Cada vez que parece que va a zafar, lo vuelven a cagar y de nuevo termina en cana, en la calle o en otro empleo denigrante y –a la larga- letal.
A la hora de convertir la novela en historieta, Peter Kuper tuvo que luchar contra el principal obstáculo, que es condensar todo ese texto en apenas 44 páginas que sean atractivas de leer. Y lo logró en buena medida. Hay un cierto exceso de escenas que no se terminan de conectar entre sí, algunas resueltas en muy pocas viñetas y con poco espacio para explorar sus consecuencias. Pero por lo menos no hay esa terrible avalancha de bloques de texto que padecimos en The Secret Agent. El texto está mucho más equilibrado y hay escenas excelentes en la que el dibujo se carga con todo el peso de la narración. La doble página en la que la cana se enfrenta a los huelguistas es memorable, una obra maestra al nivel de los mejores trabajos de Kuper, ya sea en historieta o en ilustración.
La verdad es que, hasta este entonces, Peter Kuper era más promesa que ídolo. Pero en The Jungle puso todo lo que hay que poner para pasar a la historia. En parte por el hecho de que Kuper también milita activamente en política y profesa una ideología muy a la izquierda de la media de los EEUU. Su vasta experiencia en el comic y la caricatura políticos le dio una gran base para romperla en The Jungle. Los climas depresivos, la soledad, la opresión, la bronca del pobre tipo humillado y cagado a palos por la sociedad, la opulencia de los ricos, la abnegación de los pobres, la desesperación de las mujeres obligadas a prostituirse para no pasar hambre, la truculencia de los mataderos, todo está perfectamente plasmado en el dibujo vigoroso, anguloso, hiper-expresivo, y en el color lleno de matices y esfumados, pero de altísimo impacto visual. Todo lo grosso que le vamos a ver a Kuper en los ´90 y en este siglo, está (y estalla) en este trabajo de 1991.
The Jungle es, por un lado, un trago amargo, sobre todo leído en países a los que el capitalismo salvaje le hizo serios daños en algún momento de su historia. Pero además de las intenciones de Sinclair por concientizar a la sociedad acerca de los pesares de la clase obrera (cosa que sigue resultando relevante hoy, más de 100 años después de publicada la novela), está la intención y la dedicación (casi diría la obsesión) de Peter Kuper por convertir a esta obra en una historieta importante, que trascienda las coyunturas y los discursos políticos para emocionarnos y sacudirnos en toda época y todo lugar. Con las limitaciones de espacio ya señaladas, Kuper logró hacer suya la desoladora historia de Jurgis Rudkus. No es fácil, pero los genios son así.
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