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miércoles, 2 de septiembre de 2015

02/ 09: ORGASMATRON

Al igual que Desfigurado y Cándido, esta es una historieta rescatada del pilón de los números clásicos de Catzole, de esa época en la que de fanzine sólo le quedaba el sistema de distribución, porque a nivel contenidos ya había alcanzado una calidad recontra-profesional.
Tal como hicieran Salvador Sanz y J.J. Rovella cuando sus trabajos para Catzole se reeditaron en libro, Julio Azamor le metió bastante mano a la versión original de Orgasmatrón, para mejorar globos, tipografías y algunos dibujos que eran medio confusos. Y fue una decisión acertada, porque lo que perdió en onda artesanal, fresca y juvenil, lo ganó en claridad y en un mejor fluir de la narrativa.
La historia de Orgasmatrón tiene las dosis exactas de drogas, sexo y ciencia-ficción como para haberse publicado a fines de los ´70 en la Métal Hurlant. Es retorcida en los detalles, no en la trama en sí, que es bastante lineal. Y es grandilocuente, espectacular. Arranca casi en un plano de intimidad y a las pocas páginas lo que está en juego es el destino de planetas enteros. Claramente, acá Azamor tira conceptos tan extremos que se podrían seguir explorando a lo largo de infinitas secuelas. Lamentablemente, no las hay. Pero están estas 50 páginas, que conforman una lectura potente, redonda, que te deja mitad perturbado y mitad pidiendo más.
No quiero contar nada del argumento para no spoilear, así que me pongo a sanatear un poco acerca del dibujo. Visto de lejos, el dibujo de Azamor se parece mucho al de Salvador Sanz. Visto más de cerca, uno nota que Azamor es menos filoso, menos extremo. Cuando tiene que resolver iluminaciones complicadas, prefiere los esfumados a los claroscuros. Y cuando quiere resaltar los volúmenes, pela técnicas de Richard Corben, o de los ilustradores de ciencia-ficción de los ´70 y ´80. Las escenas de acción están bien resueltas, la anatomía prácticamente no tiene pifias, los fondos están muy laburados y todo el diseño de naves, armas y androides es perfecto, realmente asombroso por tratarse de un autor muy joven, que estaba haciendo sus primeras armas en la historieta.
Orgasmatrón es una historieta fuerte y directa, sin medias tintas, mucho más cercana (como ya mencioné antes) a la producción setentosa de Les Humanoïdes Associés que a cualquier clásico (o pseudo-clásico) de la historieta argentina. Después de este trabajo, Julio Azamor se volcó a la animación, a los storyboards, y cuando hizo historieta incursionó básicamente en el género porno. Pero tiene también varios unitarios de terror, ciencia-ficción y bizarreadas varias, que hace poco salieron en libro y que prometo reseñar antes de fin de año.