el blog de reseñas de Andrés Accorsi
Mostrando entradas con la etiqueta Ramón Pérez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ramón Pérez. Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de julio de 2024

VIERNES AL MEDIODIA

Medio bizarro, pero bueno... es el rato que encontré para sentarme a redactar las reseñas de los dos libritos que terminé en estos días. Me faltaba un TPB para completar la etapa de Hawkeye que empezó con Matt Fraction, terminó con Jeff Lemire y tuvo tres números 1, en ese furor demencial de Marvel por relanzar las colecciones todo el tiempo. Por suerte la colección de los TPBs va del 1 al 6, sin hacerse cargo de los reinicios en la numeración de los comic books. Si el tomito anterior me entusiasmó, este directamente me conmovió. Lemire retoma el tema de los tres pibitos medio freaks con hiper-poderes psiónicos y los convierte en el núcleo de dos tramas: una que sucede en el presente y otra que sucede en un futuro posible, 30 años después de lo narrado en el tomo anterior. Ah, y por si fuera poco, después se suma una tercera trama ambientada diez años antes, cuando Kate Bishop era una nenita de ocho o nueve años. Evidentemente hay que prestar atención para no perderse, pero por suerte Ramón Pérez da (una vez más) cátedra de versatilidad, al presentar cada una de estas ambientaciones temporales en un estilo gráfico distinto. Para el presente elige (como ya vimos) ese trazo adusto, sintético, basado en una línea gruesa que por momentos recuerda a David Ajá y por momentos a David Lapham, para ilustrar el pasado de Kate vuelve a esas acuarelas bellísimas que utilizó para mostrarnos el pasado de Clint y Barney, y finalmente para las secuencias del futuro pela un tercer estilo, más crudo, parecido a un boceto sin entintar, donde está todo más jugado al trabajo de color que incorpora Ian Herring. Acá es donde el trazo de Pérez más se parece al del propio Lemire. Los guiones están llenos de hallazgos, de diálogos tremendos y momentos ultra-emotivos. Lemire subraya todo el tiempo algo que ya nos había marcado Fraction: Clint se parece muy poco al resto de los superhéroes de la cosmogonía de Marvel. Y está muy bien que lo recalquen lo más posible. Por otro lado, el canadiense se ensaña un poco con el arquero: tal vez para darle chapa a Kate (que está pensada como un personaje perfecto, sin fisuras ni dobleces), son varios los momentos en los que a Clint lo hace quedar como un forro. Un forro querible, con esos defectos que lo acercan un poco más a los lectores, que tampoco nos parecemos demasiado a los típicos superhéroes, pero un forro al fin. La verdad que el contraste entre Clint y Kate funciona tan bien, y enriquece tanto la mitología de Hawkeye dentro del Universo Marvel, que no se lo puede putear a Lemire por "torcer" un poquito la caracterización, ni de Clint ni de Maria Hill, que es otra figura bastante relevante en este tomo, pero que por momentos se siente "fuera de personaje". Me voy muy contento de esta etapa de Hawkeye. Ya cerré esta serie, cerré la primera de Daredevil de Mark Waid, y ahora es hora de avanzar con otras series segundonas y terceronas de Marvel, de esas que me gustan a mí.
Me vengo más cerca: Diciembre de 2023, República Oriental del Uruguay. La banda conocida como La Tabaré (liderada por Tabaré Rivero) lanza su 15º álbum, llamado Urutopías, y el historietista charrúa Nicolás Peruzzo no solo ilustra afiches, portadas y demás piezas gráficas para el disco, sino que además arma una novela gráfica cuyo argumento surge del concepto del álbum, y en la que la mayoría de los textos son -ni más ni menos- las letras que Tabaré escribió para cada una de las canciones. Así, Urutopías se convierte en un disco por un lado, y en un comic por el otro: dos experiencias muy distintas entre sí, pero que cuentan la misma historia y bajan la misma línea. Es una aventura fantástica, ambientada en una Montevideo post-desastre ecológico, con elementos futuristas, animales antropomórficos y hasta vacas voladoras. Las letras del disco hablan de resistencia, de un resurgir de la libertad y el arte tras un período de opresión, apatía y resignación, y las historietas de Peruzzo le ponen a ese discurso la fuerza y la dinámica de un comic con mucha acción, persecuciones y situaciones extremas para los personajes. El resultado es realmente bueno, porque podés leer la historieta sin tener la menor idea de lo que sucede en el disco y aún así se entiende todo y se disfruta como (ya lo dije) una buena aventura de acción en la que un grupito resiste y confronta con un régimen represor. ¿Hay muchas de esas historietas? Sí, pero esta tiene animales en los roles de los humanos, está ambientada acá nomás y se nutre de la poesía que Tabaré Rivero le puso a sus letras. Y además el dibujo de Peruzzo (resuelto en blanco, negro y grises) es ágil, expresivo y hasta amistoso a pesar de los niveles de violencia que despliega en algunas escenas. Lo más difícil, que era tomar las canciones de La Tabaré y darles un sentido narrativo, una curva dramática que permita convertir un disco en un relato, está perfectamente logrado. Un poco porque Urutopías es un álbum conceptual (siguen existiendo, mirá vos...) y un poco porque Peruzzo es un narrador nato, al que le tirás cualquier idea y le encuentra la vuelta para convertirla en una historia ganchera. A veces cómica y a veces (como acá) vibrante, tensa, con momentos épicos. Si sos fan de La Tabaré, supongo que ya conocerás el disco. Pero por ahí no sabías que había un comic basado en el mismo concepto, y en ese caso, te lo recomiendo. Y si no sos fan de La Tabaré, podés leer Urutopías como una historieta atípica dentro de la vasta y muy diversa) producción de Nicolás Peruzzo. En ambos casos me parece que vas a salir más que satisfecho. Y nada más, por hoy. Puede ser que mañana también haya reseñas, así que atenti. Mientras tanto, no dejes de descargar la Comiqueando Digital nº9 en https://comiqueandoshop.blogspot.com/, así por muy poca guita te llevás una cantidad brutal de artículos espectaculares y QRs para acceder a contenidos audiovisuales exclusivos. La seguimos pronto.

domingo, 7 de julio de 2024

TARDE DE FRÍO Y SOL

Bueno, acá vamos de nuevo... Tenía colgada desde 2018 la serie de Hawkeye de Matt Fraction, o no, porque Fraction la deja después de aquel Vol.4 (reseñado el 15/02/18) y este Vol.5 es prácticamente un nuevo inicio, si bien el nuevo guionista (nada menos que Jeff Lemire) da por sentado que el lector conoce a los dos personajes secundarios más importantes, heredados de la etapa anterior: Barney Barton y Kate Bishop. Lemire no pierde ni media viñeta en explicarte nada y al toque pone en marcha dos historias paralelas: una en el presente, con Clint y Kate, y otra en la infancia del héroe, junto a Barney. Con el virtuosismo que lo caracteriza, Lemire cuenta las dos historias de modo que "dialoguen entre sí" tantas veces como resulta verosímil: las emociones, las sensaciones, los volantazos de una y otra secuencia están conectados, o van más o menos para el mismo lado, y el talento del guionista hace que esa conexión se potencie, incluso cuando el dibujante, Ramón Pérez, hace gala de una gran versatilidad y dibuja cada tramo en un estilo totalmente distinto. Vamos un toque con esto, y después vuelvo a la/s trama/s: para la parte de la historia ambientada en el presente, Pérez va por un trazo dinámico, compacto, adusto, bastante en la línea de lo que había mostrado David Ajá en los primeros números. Y para la parte ambientada en el pasado, opta por una técnica más pictórica, un dibujo basado en acuarelas, donde no existe la línea negra, ni los bordes de las viñetas, y donde todo está definido por pinceladas de color muy sueltas, con momentos de gran belleza plástica. No lo tenía a este dibujante, pero me pareció buenísimo. En cuanto al guion, la historia de Clint y Barney en su infancia es espectacular. No solo porque echa luz sobre hechos que nunca antes habían sido narrados en detalle, sino porque se mete con temas jodidos como el abuso (laboral y sexual) de menores, y porque habla de las cosas a las que se exponen dos chicos huérfanos cuando no hay un estado presente que los proteja. No hay un gran componente de acción y aventura, pero sí momentos muy impactantes y emotivos en lo que es la transición hacia la adolescencia de estos dos hermanos tan distintos entre sí. Y la historia de Clint y Kate en el presente es -básicamente- una remake apresurada de Akira, en la que los héroes se meten en un kilombo de proporciones cuando tratan de liberar de una base secreta de HYDRA a unos chicos con devastadores poderes psíquicos, a los que los villanos convirtieron en auténticas armas vivientes. Lo mejor que tiene (además de permitirnos ver a Pérez dibujando machaca de la buena) es que termina para el orto. Lemire le escapa al final feliz y redondea un tomo en el que la tristeza saca pecho, nos emboca unas cuantas piñas en la cara y nos enseña que la vida de Clint (como pibito huérfano y como superhéroe de la B) no es fácil y no consiste solamente en levantar copas y colgarse medallas. Hay un tomito más de Hawkeye escrito por el ídolo canadiense, al que prometo entrarle pronto porque ya está en la pila de las lecturas pendientes.
En pleno cebamiento infinito de la Copa América, me devoré un comic sobre futbol llamado (coherentemente) Futbolitas. Se trata de una novela gráfica de unas 140 páginas a cargo de dos experimentados autores chilenos: Kote Carvajal está a cargo del guion y el color, mientras que los dibujos corren por cuenta de Claudio Muñoz. Desde la portada queda claro lo que después vamos a constatar adentro del libro: Futbolitas es una historieta apuntada a un público principalmente compuesto por nenas de unos 8-11 años. La narración es sencilla, las páginas rara vez tienen más de cinco viñetas, aparecen todo el tiempo expresiones faciales y líneas cinéticas que nos remiten al manga más pochoclero, y el argumento es muy lineal, con casualidades que rompen el verosímil más de una vez. El foco está puesto en contar una historia de superación en términos alegres, optimistas, como para dejar un mensaje positivo, con valores que tienen que ver con la amistad, la familia, el esfuerzo, el apostar por las pasiones, romper con ciertos prejuicios... una especie de película del Disney Channel contada en forma de historieta. Si la pensás como una obra para entretener un rato a pibitas de 10 años, la solidez de Futbolitas es incuestionable. Mirada desde afuera, por un señor de 56 al que le hablás de futbol chileno y no sabe si cagarse de risa o ponerse a llorar, la historia está muy bien apoyada en el carisma de los personajes. La protagonista, Elisa, es una pibita absolutamente entrañable, y los vínculos que establece con el resto del elenco están teñidos de esa buena onda avasallante que emana Elisa y que contagia a los demás. Hay momentos más emotivos, momentos más épicos, momentos más de comedia pavota, pero lo que sostiene todo es eso: la onda de los personajes, que (uno lo sabe desde la primera viñeta) van a dejarlo todo para conseguir algo que a priori parece totalmente imposible. El dibujo de Muñoz me remitió a los dibujantes yankis que a fines de los ´90 trataban de parecerse a J. Scott Campbell y Joe Madureira, en esa línea que incorporaba rasgos de los mangas de comedia. No está mal. Es una estética que para mi gusto atrasa un poco, pero Muñoz la maneja con aplomo y logra un buen resultado. Si bien sobran los primeros planos y toda la historieta está narrada demasiado "de cerca", no escasean para nada los fondos. El diseño de los personajes está muy logrado, las escenas de acción (los partidos) son vibrantes, y el color de Kote se complementa muy bien con el dibujo. Por supuesto se nota mucho que esta no es LA historia que Kote se moría por contar y Claudio por dibujar, porque son adultos a los que (me consta por conocerlos a ellos y a sus trabajos) les interesan otros temas y otras formas de encararlos. Pero a la hora de generar un producto atractivo y comercialmente viable para otro tipo de público, no se bajaron los lienzos ni escatimaron esfuerzos. No te digo que Futbolitas le pasa el trapo a las novelas de Raina Telgemeier apuntadas a ese mismo segmento, pero tampoco queda eliminada en fase de grupos. Vamos Argentina, que nos traemos otra vez la copa a casa, no se olviden de descargar la nueva Comiqueando Digital en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y a estar atent@s que en cualquier momento suben nuevas reseñas al blog.