el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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lunes, 16 de noviembre de 2015

16/11: GREAT PACIFIC Vol.3

Tercer tomo de esta serie que tenía colgada desde el 25/12/14. Aquella vez, yo decía “Si en el último tramo Joe Harris no derrapa con los malabares que le hace hacer a Chas Worthington, va a lograr redondear una serie muy interesante”. Y la verdad es que la serie mantiene el atractivo hasta el final, pero el derrape está y se nota mucho. Los últimos malabares del ambiguo protagonista son muy extremos, dan la sensación de no estar justificados del todo y me parece que tienen que ver no tanto con la lógica sino con el hecho de que la serie se terminaba y había que ponerle un cierre fuerte, impactante.
Este tomo arranca con dos episodios bien unitarios. El primero, flojito. Impredecible, es cierto, pero nada del otro mundo. El segundo sí, un capitulazo, por momentos al nivel de lo mejor de Ex Machina. Y después arranca el arco final, cuatro episodios pensados para cerrar la serie, en los que Harris cambia un poco el registro y deja bastante de lado la arista política y el thriller financiero para meternos a fondo en una aventura violenta, sangrienta, muy jugada a la machaca. Por supuesto, cuando Great Pacific renuncia a aquello que la hacía única y se convierte en una aventura más, es donde pierde puntos.
De todos modos, hasta último momento hay excelentes diálogos, flashbacks muy bien calzados al pasado de Chas, desarrollo para los personajes secundarios y giros argumentales que te dejan perplejo. De hecho, en las últimas tres o cuatro páginas pasan cosas tan grossas que decís “Nah, esto no puede terminar acá. Este turro tiene escrita la secuela y nos deja este final a modo de carnada para que le entremos ciegamente cuando salga”. Todo esto, como ya dije, un poco opacado por la idea de sacar de la galera a un villano muy hijo de puta, meter de prepo a Chas en el rol del héroe y virar la trama y el ritmo de la serie hacia algo más estandarizado, más trillado, si se quiere.
En cuanto al dibujo de Martín Morazzo (a quien conocí personalmente el mes pasado, en la NYCC), creo que ya dije todo lo que tenía para decir en la reseña del Vol.2 y no me quiero repetir. Estamos ante un artista muy bueno, muy completo, que mejora ostensiblemente de un TPB a otro y que no le tiene miedo a subir la apuesta, a jugarse cada vez más en las puestas, en las splash-pages (simples y dobles) y en la composición de las viñetas. Me animo a decir que Morazzo es un nuevo orgullo que tenemos los argentinos, y que ya va siendo hora de que alguna editorial local se ponga las pilas y le publique algo acá, así más lectores de su país se acercan a su obra.
Y se terminó Great Pacific (¿o la primera parte de Great Pacific?), una serie que nos dejó buenas ideas, buenos personajes y dos autores a los que no tenía en el mapa y a los que hoy me animo a comprarles cualquier cosa que hagan.

jueves, 25 de diciembre de 2014

25/12: GREAT PACIFIC Vol.2

Segundo tomo de esta serie que empecé a leer el 02/07/14, y la verdad es que no hay mucho para agregar a la reseña del Vol.1.
Básicamente, lo que nos dice Joe Harris es que los que tienen a su cargo la conducción de un país no se pueden dar el lujo de ser héroes ni villanos: tienen que ser pragmáticos. Así es como lo vemos a Chas Worthington III, el joven heredero de la mega-corpo petrolera convertido en fundador y gobernante de New Texas, hacer las mil y una para caer bien parado, para defender los intereses de su incipiente nación. Esto es atractivo, impredecible, se hace dinámico aunque hay mucho diálogo… hasta un punto. Ya para el final, este pibe de 19 años (que obviamente está escrito para caernos bien) pela tantos recursos, tanta cintura para rosquear, para venderle humo a los grossos, para zafar de cosas tremendas, que ya parece John Constantine. Y John Constantine hay uno solo.
El resto, está muy bien. Harris se ve en la obligación de sumarle a la trama político-empresarial elementos fantásticos, que están bien llevados, que no se roban el protagonismo ni trivializan excesivamente todo lo otro. Great Pacific no se las da de comic importante, no es solemne, no es circunspecto, pero tampoco es pochoclo ni mucho menos. Hay aventura, peligros, misterios, conspiraciones, pero lo central va por otro lado. Veremos si sigue así hasta el final, que creo que ya está cerca.
Por el lado del dibujo, nuestro Martín Morazzo se ve bastante más sólido que en el tomo anterior, más canchero. Con su línea finita que recuerda a Frank Quitely, y esa base narrativa y de composición de las viñetas más europea, que recuerda a Eduardo Risso o a Milo Manara, Morazzo nos regala páginas y viñetas muy trabajadas, con muchísimos detalles, y con personajes muy expresivos, que se sueltan más y “actúan mejor” que en el Vol.1. El propio Morazzo comparte la tarea de colorear la historieta con los chicos del Estudio Tiza (Javi Suppa y Andrés Lozano) y entre los tres logran efectos y climas muy lindos, muy atractivos, y no pensados para reemplazar a los fondos (que están, y Morazzo los trabaja con muchísimas pilas) sino para realzar toda la faceta gráfica de la obra.
Si querés leer algo distinto, una historieta con una locación exótica, rosca política, bajada de línea ecologista, aventuras, dilemas morales espesos y personajes poco obvios, llenos de matices originales, Great Pacific te va a enganchar, de una. Si en el último tramo Joe Harris no derrapa con los malabares que le hace hacer a Chas, va a lograr redondear una serie muy interesante, que no se parece a nada y que se mete con temas que está muy bueno explorar en historietas de este tipo, de las que cualquier pibe fan de los superhéroes, los zombies o los jedis puede llegar a ojear y decir “Bueno, dale, la leo a ver qué onda”.

miércoles, 2 de julio de 2014

02/ 07: GREAT PACIFIC Vol.1

Conocí a esta serie gracias a Andrés Lozano, uno de los responsables del Estudio Tiza, que tiene a su cargo el color de Great Pacific. Dudo mucho que le hubiera dado una chance a esta serie de no haber sido por Andrés, pero lo cierto es que esos numeritos que me obsequió gentilmente mi tocayo alcanzaron para decidirme a empezar a comprar los TPBs. En su momento, cuando leí esos cuatro primeros episodios, me dio la sensación de que la historia avanzaba a un ritmo lento, y ahora, con seis episodios leídos, me parece que no, que si evaluamos la cantidad de cosas que pasan en este primer TPB, no se le puede criticar falta de ritmo a la saga tal como la plantea el guionista Joe Harris.
Great Pacific cuenta la historia de un joven rebelde, hijo y nieto de magnates petroleros, destinado a ser el heredero de una de las empresas energéticas más grandes y prósperas del planeta. Pero a Chas le interesan cosas que a la multinacional no, entonces cuando cumple18 años, finge su muerte, da un golpe virtual gracias al cual transfiere miles de millones de dólares de la empresa a sus propias cuentas, y por si faltaba algo, se inventa su propio país. Chas encontró la ubicación de una especie de isla que flota en el Océano Pacífico, compuesta mayormente por basura, residuos, deshechos plásticos a los que el agua no degrada ni erosiona. Este mamotreto de considerable superficie, se va a convertir, gracias al ingenio y los millones de Chas, en una nación soberana.
Ese aspecto de Great Pacific es el que a mí más me atrapó: un pibe crea de la nada su propio país, en un basural que flota en el océano. Y después, para que esto se pueda leer como un comic de aventura, Harris agrega otros elementos. Por un lado, la rosca empresarial-militar-criminal, porque es obvio que la empresa energética va a descubrir que Chas está vivo y va a tratar de recuperar por las malas los miles de millones que “se llevó” el heredero. Por el otro, la temática ecológica, porque todo gira en torno a los residuos y al daño que le hacen las petroleras al medio ambiente. Y finalmente lo que menos me cierra, que es un elemento fantástico. No me quiero extender en eso para no spoilear, porque supuestamente es una revelación impactante, pero nada… esos tentáculos que se ven en la portada del libro tienen bastante peso en la trama.
Chas y su fiel amigo Alex se levan los roles protagónicos, pero con el correr de los episodios Harris refuerza el elenco con mucho criterio y abre el juego a nuevos personajes del entorno familiar, de la empresa, del gobierno y hasta incorpora a una tribu de nativos de una isla cercana al basural flotante. Por suerte la entrada en escena de estos personajes es armónica, siempre está bien justificada y siempre deja margen para desarrollar principalmente a Chas (para el final el tomo uno siente que lo conoce de toda la vida), a Alex y a dos o tres miembros más de este elenco.
Además de coloristas argentinos, Great Pacific tiene dibujante nacional y popular: Martín Morazzo, a quien yo no conocía y me sorprendió gratamente. Morazzo pareciera seguir una línea onda Frank Quitely, pero combinada con las influencias sutiles de Eduardo Risso y de algunos autores europeos, principalmente Milo Manara. El resultado es una línea muy prolija, muy estilizada, muy idónea para hacer ese truquito de sobrecargar a muerte los fondos y darle infinita bola a los más mínimos detalles. Sin embargo Morazzo sabe cuándo bajar un cambio, cuando prescindir de los fondos y resolver todo con un primer plano fuerte, expresivo, y dejar que los coloristas hagan el resto con algún efecto digital. La narrativa está cuidadísima, pensada para darle atractivo y hasta un cierto vértigo a todas esas escenas en las que sólo vemos gente hablando. Y cuando el guión le pide grandilocuencia y espectacularidad, Morazzo cumple con creces.
Reitero, entonces, que me enganché mucho con Great Pacific. Es cierto que no tiene tanta prensa como otras series con las que hoy Image le está pasando el trapo a Marvel y DC, seguramente porque Harris no tenía muchos hitazos en su currículum. Pero acá hay muchas ideas interesantísimas, una premisa irresistible y muy buenos desempeños tanto del guionista como de nuestros compatriotas que lo respaldan desde el dibujo y el color. No tengo dudas de que, cuando termine Great Pacific, Martín Morazzo va a tener chapa de sobra para ser convocado a proyectos de perfil más alto, y los que lo seguimos desde esta serie vamos a poder chapear, como chapeamos los 15 boludos que leíamos 27 cada vez que nos nombran a Charles Soule.