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viernes, 3 de septiembre de 2010
03/09: DAN DARE
Cada tanto sucede que un autor con onda se auto-impone la tarea de intentar un revival de un personaje sin onda. Dan Dare, clásico de clásicos del comic de aventuras británico, tuvo en su momento el irresistible atractivo de los dibujos del maestro Frank Hampson, pero la verdad es que los guiones eran apenas tragables, demasiado clásicos, demasiado pensados para chicos de 12 años de hace 60 años. Con algunas buenas ideas, pero con desarrollos chatos, poco atractivos para el lector de hoy. Incluso para el lector de los ´70, y ni hablar el de los ´80. Pero bueno, hace unos cuantos años Grant Morrison se mandó una miniserie espectacular, deconstructivista, jodida y brillante por donde se la mire (con los dibujazos de Rian Hughes, el Daniel Torres inglés) y Garth Ennis no quería ser menos.
El Dan Dare de Ennis no se lee como ningún otro comic de Ennis. Sí, hay extensos pasajes que se leen como un comic bélico, género en el que Ennis se destaca cómodo. Pero el resto, nada que ver. Para empezar, los personajes no son lúmpenes, ni gente de mierda que no conserva ni cinco centavos de esperanza, ni freaks, ni guarros pasados de rosca. El piloto de las cejas raras acá es tan formal, tan probo y tan correcto como en los comics de Hampson, y el resto del elenco va para el mismo lado. No hay sexo, ni groserías, casi ni hay puteadas, no hay chistes subidos de tono, no hay gore… ¿qué es esto? Esto es un comic de militares y políticos, protocolar, solemne, de saco y corbata. La historia (como tantas de Ennis) está un poco estirada y esta vez los diálogos no funcionan como engaña-pichanga para mantenerte entretenido mientras la trama no avanza, porque son diálogos formales y serios como los ingleses de los años ´50. O sea, no sólo no tienen la típica onda de Ennis. No tienen onda, punto. Y si encima la historia se pone pulenta en la segunda mitad, tenemos por delante cuatro capítulos iniciales de difícil digestión.
Los personajes –todo lo contrario a lo que hizo Morrison- son chatos, como en los ´50. Dan Dare es bueno porque ama a su patria y el Mekon es malo porque sí, porque odia a Dan Dare, porque Dare ya le frustró varios conatos de genocidios cósmicos. Hay luchas impactantes entre milicos y alienígenas, y entre flotas enteras de naves espaciales, pero a los personajes les falta sustancia. Lo más jugoso por ahí es el panorama político que plantea la historia, que le permite a Ennis replantearse (jamás en boca de Dan) los valores que Gran Bretaña debería encarnar y con los que durante siglos se limpió el orto. Las frases más punzantes en este sentido las tira la ex de Dan, Jocelyn, ahora convertida en Ministra del Interior. Pero ni siquiera hay runfla política. Hay bajada de línea muy sutil, y hasta ahí llegamos, porque todo el mundo respeta la cadena de mandos de modo prolijo y vertical. Al lado de Dan Dare, el Capitán Kirk es el Che Guevara, posta.
El dibujante elegido para la saga es Gary Erskine, que no es malo, pero es de la B. Lo vimos entintar muy bien a Chris Weston y a Rick Veitch, pero cuando le toca dibujar a él, siempre faltan cinco pal peso. Acá se esfuerza, hay que reconocerlo. Se mata en las naves y en las batallas entre naves, en los uniformes y las armas, y le tocan escenas realmente difíciles de dibujar. La narrativa no tiene fisuras, aunque tampoco sorpresas que compensen lo parsimonioso del guión (sobre todo en la primera mitad). Las expresiones faciales están des-enfatizadas, como si a propósito quisiera que los personajes nos resulten fríos o distantes.
No puedo sentenciar a Dan Dare como un mal comic, porque sería injusto. Pero es un comic pecho frío, sin emotividad, sin sorpresas, con momentos de gran despliegue visual, pero donde sabés que los personajes no van a crecer, ni a evolucionar, ni a despeinarse, siquiera. No está mal escrito, pero no es lo que querés leer cuando comprás un comic de Garth Ennis. En Battlefields y War Story contó un montón de historias casi clásicas, buenas historias bélicas sin mayores pretensiones y sin sobresaltos por el lado de las atrocidades que son su marca registrada, pero además de talento les puso corazón. Yo le creo que ama a Dan Dare y que no escribió este comic para chorear. Pero la verdad es que en el resultado se nota poco.
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