Bienvenidos a otro mundo alternativo en el que Phineas Barnum, el capo del circo más famoso del Siglo XIX es además un agente secreto al servicio de Grover Cleveland, uno de los presidentes copados que tuvo EEUU allá lejos y hace tiempo. Además de llevar emoción, diversión y freakeadas por las pujantes ciudades del inmenso país, Barnum y sus extraños amigos combaten al perverso científico Nikola Tesla (que vuelve a aparecer en un comic, esta vez –como en SHIELD- en el rol del villano), quien quiere destruir a los EEUU en venganza por... algo.
En este contexto, el maesto Howard Chaykin y su fiel esbirro David Tischman desarrollan una historia con muy buen ritmo, un clima de festiva bizarreada y mucho énfasis en la aventura. No esperes una obra adulta, jugada, dennnnnsa... ni siquiera entiendo bien por qué esto lo editó Vertigo, porque la verdad que no tiene nada demasiado zarpado a nivel contenidos. Y así, con poquitas pretensiones y con muchos logros, que arrancan con la ambientación histórica y terminan con un gran trabajo en la elaboración de los personajes, Chaykin y Tischman redondean un comic muy entretenido, al que casi no se le nota que está estirado, y que logra formar un elenco tan variado e interesante que uno termina el libro y corre a ver si salió una secuela.
No, nunca salió. Pero no estaría mal. Estas páginas generan un cariño hacia estos personajes que recontra-justifican ir a buscar un segundo tomo. Repito, sin ser una obra maestra. Porque el tono es muy liviano, hay giros argumentales predecibles, algunas peripecias que no sirven más que para estirar un poco la trama y un par de puntas importantes que se cierran demasiado rápido, a poquísimas páginas del final.
El dibujo está a cargo del ídolo canadiense Niko Henrichon, en un estilo totalmente distinto al de la obra que lo consagró (la gloriosa Pride of Baghdad) y del de la otra obra que le vimos en este blog (aquella de Spider-Man: Fairy Tales). Acá Henrichon pela truquitos de narrativa típicos de Chaykin, pero dibuja en otra onda, una mezcla rara entre Jack Davis y Philip Bond. El elefante, por ejemplo, está dibujado super-realista y algunos primeros planos, en cambio, están dibujados recontra-expresionistas. Lo cierto es que en este estilo casi inclasificable, Henrichon también se luce y muestra solvencia y versatilidad para dibujar drama, comedia, acción, romance y una ambientación histórica para la que parece haberse documentado a full. Por supuesto, comparado con su trabajo en Pride of Baghdad, todo lo demás parece de la B Metropolitana, pero sinceramente no me imagino a Barnum! dibujada en el estilo de Pride of Baghdad. La prefiero dibujada así. Y puesto a fantasear, me la imagino dibujada por Chaykin (y corro a cambiarme la ropa interior, obvio).
Bueno, no mucho más. Si le juraste lealtad eterna a Chaykin, no te la pierdas. Si querés descubrir a un Henrichon distinto, tampoco. Y si te interesa el tema de los grandes circos del Siglo XIX y el fenómeno popular y masivo que giraba en torno a ellos, tampoco.
Y sí, tengo todos los números para comerme otro “Cero Comentarios”, pero me la banco. Esto es Vertigo, un sentimiento inexplicable.
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jueves, 4 de octubre de 2012
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