el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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sábado, 21 de noviembre de 2015

21/11: JACK

Este es un comic bastante extraño, a cargo de Nicolás Egüez y Pablo D´Alio, dos autores nóveles, creo que muy jóvenes, que estudiaron (o estudian) con el maestro Horacio Lalia.
Tiene un primer problema importante: debajo de esa atractiva portada, hay un librito de apenas 48 páginas, de las cuales 15 NO son de historieta. Casi un tercio de las páginas se van en prólogo, agradecimientos, biografías (en joda) de los autores, carátulas y páginas en blanco. Un despropósito total, un cálculo que no tiene pies ni cabeza. Para la próxima, ya saben chicos: un comic de 33 páginas entra en un librito (o una revistita) de 36 páginas. Si la idea es que el librito tenga 48 páginas, hay que dibujar como mínimo 43 páginas de historieta. Si no, parece que salieron a chorear.
La historia en sí está muy bien, hasta se da el lujo de cambiar de género. Depende donde la abras cuando la hojeás, podés decir “uh, mirá, es una onda Vertigo, oscura, medio psicológica, medio metafísica”, o “uh, mirá, es una bien zarpada de superhéroes que se cagan a palos”. Y no sólo es las dos cosas, sino que ese doble registro no es producto de la torpeza ni de la improvisación, sino que el guión de Nicolás Egüez juega todo el tiempo a eso, a presentarnos varios niveles de realidad, en el que hay cabida para escenas con climas, situaciones y personjaes bien diferenciados. Y lo que en un punto puede parecer extraño, o retorcido, se resuelve de modo muy satisfactorio al final.
El dibujo de D´Alio se acomoda bien a estos sacudones y aporta su cuota de extrañeza y freakeada. Lo mejor que tiene este dibujante es el manejo de las tramas de gris, un punto realmente muy alto en la faz gráfica de Jack. También hay aciertos en los ángulos que elige y en la expresividad de rostros y cuerpos en acción. Y lo más flojo, lejos, son los fondos, que no están o están apenas esbozados.
Bueno, no me puedo extender mucho más porque la historieta es muy breve y cualquier cosa que yo escriba puede explicitar demasiado una trama que es intencionalmente ambigua. No sé dónde se vende este librito, quizás sólo en el taller del maestro Lalia (que aparece caricaturizado con la mejor onda por sus alumnos), o en algún evento onda Dibujados. Si lo ves dale una posibilidad, que está muy bien. Y bueno, una pena lo de la sobredosis de páginas que tuvieron que rellenar con cualquier fruta, o directamente dejar en blanco…