el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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lunes, 16 de febrero de 2015

16/ 02: HELLRAISER Vol.7

Después de aquel violento masacote de historias cortas de Hellraiser que me bajé el 06/02/12, me quedó bastante más claro cómo está armado y cómo funciona el universo con el que Clive Barker revolucionó el terror en los ´80. De todos modos, lo que me hizo tirarme de cabeza sobre este librito (el Vol.7 de la edición original, la de Epic) fue primero el precio, porque lo rescaté de una batea de ofertas a un precio irrisorio, y segundo la presencia de dos dibujantes que me ceban infinitamente: John Bolton y Kyle Baker. Veamos con qué me encontré.
Abre una historieta breve, de sólo seis páginas, escrita por Robert Washington y dibujada por John Rheume, dos autores a los que no tenía para nada presentes (Washington me suena hasta ahí, quizás de algún título del sello Milestone que jamás leí). Lo que tienen para ofrecer es bastante pobre, con alguna buena intención en el dibujo (en una onda Angus McKie, pero con menos narrativa) y cero ideas en el guión.
El maestro Bolton forma equipo con otro guionista ignoto, Nicholas Vince, para una historia bastante más extensa (15 páginas). Me interesó el argumento, pero no la forma en que Vince lo desarrolla, que se me hizo muy larga y muy anodina. Por suerte están los dibujazos de Bolton, a un nivel superlativo, quizás entre lo mejor de su gloriosa carrera. Le faltan los fondos, nomás. Todo el resto es magia y talento en estado puro, con una cantidad impresionante de recursos estilísticos y con un vuelo plástico muy por encima de Hellraiser en general y del guión que le tocó dibujar en particular.
La historia más larga tiene 16 páginas y es una vuelta de tuerca bastante ingeniosa para vincular a Jack el Destripador con la mitología de Hellraiser, los cenobitas y todo el chamuyo barkeriano. Esperaba poco de esta historia, porque no conocía al guionista (Ron Wolfe) y nunca fui fan del dibujante (Bill Reinhold). Sin embargo -y quizás gracias a mi escasa expectativa- me dejó sat¡sfecho, en especial el trabajo de Reinhold, que acá pela onda, dinamismo y climas, no a niveles de un dibujante de primera línea, pero sí por encima de otros laburos suyos que recuerdo haber leído en los ´80 y ´90.
La que le toca dibujar a Kyle Baker es una breve historia de seis páginas, sostenida en una idea que daba… para un chiste de una sola viñeta. O una ilustración de una página con flechitas acotando boludeces graciosas, como hacían varios dibujantes en MAD, Satiricón, etc.. Un programa infantil emitido desde el Infierno (en el que un payaso macabro les enseña a los chicos a sufrir, con sangre, magia negra, tortas envenenadas y demás atrocidades) como chiste me cierra. Transformado por D.G. Chichester en un guión de historieta para seis páginas, la verdad que no. Por suerte está Baker para bancar los trapos con el dibujo, también con cero fondos y con un color abominable, obra del propio dibujante.
Y cerramos con otra de 15 páginas, que no pude terminar de lo choto que me pareció el guión. Mejor, porque miré la última viñeta y terminaba en “continuará”… Y le entré con ímpetu, eh? Porque el guionista era el recordado Dwayne McDuffie, que en esta época (1991) venía bien, pelando historias raras y atractivas en distintos géneros. No hubo caso, me ahuyentó a las pocas páginas. Me queda para rescatar el dibujo de Paris Cullins, otro segundón (o tercerón) que acá dejó la vida y se mandó un trabajo muy superior a lo que había hecho hasta ese momento, principalmente en el mainstream de DC. A estas páginas les sobra onda, impacto, riesgo… y además ayuda muchísimo el color de Gloria Vasquez, también a años luz de los coloristas que le habían tocado a Cullins en sus trabajos para DC.
Como todo lo que uno compra por los dibujantes, sólo garpa porque estaba obscenamente barato. En materia de guiones, no encontré nada ni remotamente comparable con las bestialidades que dibuja Bolton ni con las desopilantes tropelías gráficas de Baker. Por eso sólo lo puedo recomendar a los fans de estos dos artistas, o de Paris Cullins, o de Bill Reinhold, que algún fan tendrá. Ah, y si te gusta John Van Fleet (a mí, más o menos) adentro hay un par de pin-ups realmente notables (y escalofriantes) de este referente del estilo pictórico. Eso y la hermosa portada de Dan Brereton ayudan a que la faz gráfica justifique casi cualquier cosa.

lunes, 6 de febrero de 2012

06/ 02: HELLRAISER MASTERPIECES Vol.1

¿Qué carajo hago yo leyendo comics de Hellraiser? Jamás leí ni un mísero cuento de Clive Barker, ni hablemos de las novelas, y jamás vi ni una de las películas basadas en las creaciones de este autor. Me acuerdo cómo la tuve que remar el día que me tocó entrevistarlo, allá por 1993, creo... Yo tenía una idea... remotísima de lo que hacía el tipo y salí al ruedo totalmente en bolas. Pero bueno, lo cierto es que acá estoy, con un TPB de Hellraiser en mis manos, al que caí –como estarás imaginando- por los autores. En este tomo, BOOM! Studios republica muchas de las mejores historietas realizadas entre 1989 y 1993 para la colección de prestiges de Hellraiser que publicaba el sello Epic, de Marvel. Y la verdad es que armaron un combo de nombres al que no me pude resistir. Veamos...
La primera historieta es un asco, pero la escribió Larry Wachowski, hoy mega-famoso co-creador de The Matrix. El dibujo es del impresentable Mark Pacella y da lástima: las tres o cuatro viñetas copadas son choreadas a Stephen Bissette, John Totleben o Rick Veitch.
La segunda es de una dupla un poquito más power: Neil Gaiman y Dave McKean. El guión es excelente, atrapante e impredecible, y McKean –incluso cuando juega más a lucirse él que a respaldar la trama creada por Gaiman- te devasta las retinas con un laburo monumental.
La tercera es la más cortita (apenas cuatro páginas), pero está muy buena: Dwayne McDuffie y Kevin O´Neill van directo al hueso con una historia de corrupción que no tiene casi nada que ver con la mitología de Hellraiser.
Después, Marcus McLaurin nos cuenta en 15 páginas una historia que se podría haber contado en seis. Pero claro, la dibuja jorge Zaffino, ídolo de ídolos, y aunque el guión se haga lento o repetitivo, siempre es un placer infinito meterse en la montaña rusa de sensaciones visuales que proponían las historietas de Jorge.
Le sigue una historieta linda, con muchas referencias que no pesqué a las historias de los cenobitas y demás bichos, escrita por el ignoto Malcolm Smith y muy bien dibujada por el gran Mick McMahon.
La historieta más larga tiene 38 páginas y cuatro guionistas, entre ellos Smith y el mismísimo Barker. La dibuja un muy joven Alex Ross, con muchas pilas, y es más de lo mismo: una especie de “secret origin” en el que Morte Mamme, la entidad enemiga de Leviathan, le da poderes a varios humanos, para que formen una especie de super-grupo anti-cenobitas. La historia continúa y garantiza más machaca innecesaria.
La siguiente historia combina gran guión y excelentes dibujos, de la mano de un Mike Mignola inspiradísimo, que co-escribe con D.G. Chichester. Una historia heavy, inquietante, perturbadora de verdad, con un final malalechístico al estilo EC, y muy bella.
También en la línea de gran guión y dibujos gloriosos tenemos a la colaboración entre Jan Strnad y Mark Chiarello, cuyo estilo no se parece nada al de Mignola, pero que también se luce con unos climas impresionantes (e impresionistas). Esta es una historia apasionante, de ambición sin límites, que al final conecta medio a presión con la saga de Barker.
Y para el final, más Jorge Zaffino! Otras 24 páginas del maestro del claroscuro, para una historia de Randy y Jean-Marc Lofficier que se podría haber contado en la mitad del espacio, pero igual se disfruta mucho. No es mega-original, pero al estar dibujada por Zaffino levanta tanto, que no importa nada. Acá a Jorge lo colorea Christie Scheele, mucho más tranqui y menos estridente que la colorista de la historieta anterior.
Si no te importa que en casi todas las historias aparezca un cubo extraño, o unos bichos del averno llenos de ganchos y cadenas, acá te esperan unas cuantas historietas jodidas, repletas de climas decadentes y maldades atroces perpetradas por demonios del infierno y de acá a la vuelta. La clave está en los autores y en ese sentido, es difícil hacer oídos sordos a un Gaiman-McKean-Mignola-O´Neill-Zaffino-McMahon-Chiarello-Alex Dioss. Si en el Vol.2 se arma un equipito tan pulenta, vuelvo de una.