Mostrando entradas con la etiqueta Joan Cornellá. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Joan Cornellá. Mostrar todas las entradas
lunes, 17 de febrero de 2025
LUNES A LA NOCHE
Hoy tengo para reseñar dos libros cortitos, por ahí salen reseñas breves...
Siempre me pregunté de dónde venía Joan Cornellá, al que conocimos con esa obra maestra de la mala leche que es Zonzo (ver reseña del 23/09/16). Y un día mis preguntas fueron respondidas cuando me encontré con Abulio, un álbum publicado por Glénat en 2010, que creo que es el primer trabajo del ídolo que se dio a conocer, por lo menos en el circuito de librerías. Acá también descubrí un dato muy grosso, y es que el nombre completo del autor es Joan Cornellá Vázquez y que es nieto de... ¡el glorioso Manuel Vázquez!.
Abulio solamente 50 páginas de historieta, todas con pocas viñetas por página y la verdad que daba más para un cuadernito de la colección Brut que editaba La Cúpula que para un libro de 64 páginas en tapa dura. Además, en la colección Brut aparecían trabajos de unos cuantos referentes del indie norteamericano, y claramente la búsqueda estética de Cornellá (por lo menos en esta etapa de su carrera) iba para ese lado: Abulio quiere parecerse a un comic de Daniel Clowes o de Robert Crumb... o las historietas autobiográficas medio en joda de Joe Sacco que vimos el 06/06/14. Y lo logra, porque Cornellá crea un mundo habitado por personajes contrahechos, freaks, viejos muy arrugados, o gente sencillamente fea. Y se desloma para llenar las viñetas con texturas y crosshatchings típicos de estos maestros norteamericanos. A veces la combinación entre las texturas y las manchas se pasa tanto de rosca que parecen viñetas de Thomas Ott. Pero el clima de las historias, el diseño del mundo, incluso el ritmo al que narra Cornellá, tiene más que ver con Clowes.
El guion es muy bueno y tiene como mérito principal poder combinar un humor surrealista, desopilante, con una trama en la que todo gira en torno a un problema social muy grave, que Cornellá lleva a un extremo absurdo para que -en vez de escozor- genere más situaciones de comedia. Como ya vimos en Zonzo, al autor no se le mueve un pelo a la hora de mostrar en plan cómico escenas de violencia, o temáticas jodidas. La gran diferencia con Zonzo es que acá en lugar de breves chistes mudos que desembocaban en un remate tremendo, tenemos un relato más extenso, con un personaje principal, personajes secundarios, un entorno social que cobra mucho protagonismo... algo más similar a la novela gráfica, si se quiere... aunque con altos niveles de delirio. Además de un dibujo zarpadísimo, Abulio ofrece una dosis demoledora de mala leche, una mirada distorsionada y corrompida a la sociedad española de su época, una danza muy armónica y hasta por momentos muy bella entre la ironía más cruel y la frikeada más revulsiva.
Reitero que el contenido no justifica editarse como lo editó Glénat, pero aún así me pareció una obra muy lograda, casi diría excelente, si pensamos que es la primera en la bibliografía de un Joan Cornellá que en 2010 no tenía ni 30 años.
Las Durmientes es un librito muy finito, con apenas 48 páginas de las cuales 42 son de historieta, y reúne cuatro relatos breves escritos por María Eugenia Alcatena y dibujados por Muriel Frega. La antología abre con "La Siesta", aquella historia corta de la que ya hablamos maravillas el 28/08/22, cuando la descubrí dentro del Anuario 2021 de Primavera Revólver. No vamos a repetir ahora lo que ya está publicado en otra entrada del blog.
De la otras tres historias, una es bastante digna y las otras dos son casi tan geniales como "La Siesta". En el caso de "Felicidad", me parece un pecado que una guionista que maneja la prosa tan bien como María Eugenia Alcatena elija prescindir de las palabras para contar una historia muda de 10 páginas. Como experimento loco, bueno, ponele que una vez, se puede aceptar. Pero es una pena, porque el nivel de los textos de María Eugenia es realmente muy alto. El librito cierra con "Extinción", una historieta que arranca muy arriba y termina con un golpe de efecto brillante. Por ahí con dos paginitas menos pegaba más fuerte, pero está buenísima. Y la otra historia de la antología es la magnífica "El Conjuro", una rareza narrada en primera persona del plural, donde el lector se pregunta todo el tiempo ¿dónde está el conflicto?, y ¿cómo puede ser que una historia sin conflicto me tenga tan atrapado?. Finalmente, el guion pega una vuelta de tuerca y aparece algo así como un conflicto, de manera sorpresiva e impactante.
Muriel Frega modifica bastante su trazo, su paleta de colores y su puesta en página de una historieta a la otra, siempre en un nivel espectacular. El resultado es una antología repleta de riesgo, de imaginación, por momentos hasta de vuelo poético. Alcatena y Frega no le escapan a los géneros tradicionales (en este caso, terror y ciencia ficción) porque los pueden encarar desde una óptica novedosa, fresca, para nada previsible ni convencional. La combinación entre la familiaridad del lector con las temáticas y las ganas de innovar que aporta esta dupla de talentosas autoras, hace que Las Durmientes resulte una lectura absolutamente irresistible y altamente recomendable.
Y hasta acá llegamos hoy. Ni bien tenga leídos un par de libros más... ya saben, se vienen las reseñas acá en el blog. Y para quienes quieran leer un poco más, siempre está la Comiqueando Digital disponible por muy poquita plata en www.comiqueandoshop.blogspot.com
Etiquetas:
Joan Cornellá,
María Eugenia Alcatena,
Muriel Frega
viernes, 23 de septiembre de 2016
TRES DE VIERNES
Arranco con una joya bien actual, una de esas series que nos dan argumentos a los que creemos que la verdadera Golden Age es la que se está viviendo ahora. En el primer TPB de Injection, Warren Ellis y Declan Shalvey nos invitan a repensar el futuro de la mano de las cinco mentes más brillantes del Reino Unido: una especie de Sherlock Holmes, una especie de 007, una mina genia de la bioquímica y la física, una mina hiper-capa de la informática, y una especie de John Constantine, especialista en mitos y folklore del archipiélago, que niega tener poderes mágicos pero obviamente los está escondiendo. Entre los cinco, le inyectaron a la realidad una anomalía, una entidad artificial no física, no mecánica, pero con vida, raciocinio, capacidad de aprendizaje y sobre todo el poder para modificar el presente y acelerar el futuro.
Dicho así parece muy complejo. Pero leído en el comic, Injection es una especie de Planetary más cerebral, menos orientado a la machaca. Ellis no descuida el desarrollo de los personajes, riega todo con diálogos brillantes y personajes secundarios promisorios y logra engancharnos con una trama en la que (por ahora) hay poco margen para la acción. El irlandés Declan Shalvey acompaña con un dibujo elegante, expresivo, lleno de sutilezas y detalles logradísimos, por supuesto muy potenciado por la paleta de la infalible Jordie Bellaire. Injection no es tan emotiva como Trees, pero no se queda atrás en materia de conceptos cautivantes y personajes copados. Hiper-recomendable para fans de Ellis, o de la ciencia-ficción finoli, o de comics que –sin romper definitivamente con la aventura- se animen a no subirse al más de lo mismo.
Me voy a Chile, donde el año pasado se publicó Melodía, una novela gráfica de Gaspar Ortega en la que se nota mucho la influencia del genial Junji Ito. Melodía busca por todos los medios parecerse a uno de los mangas de este seminal autor, y la verdad es que las ideas con las que juega Ortega no tienen mucho que envidiarle a las de Ito. El chileno incluso se apodera de recursos narrativos típicos del manga de terror, se esfuerza por reconstruir ese tipo de clima, le pone énfasis a las secuencias mudas… No se puede decir que Ortega no haya hecho los deberes.
El problema es, básicamente, que no dibuja tan bien como Ito. No logra decidirse por una técnica de entintado y combina varias, muchas, más de las que conviene pelar en una misma página. Y la anatomía también, tiene pequeños desajustes que quizás Ito mostraba en sus primeras obras, pero no en las más recientes. Con menos efectos gráficos y con una impronta más personal, más original, no tengo dudas de que Gaspar Ortega podría generar una obra de gran nivel. Esta vez, se quedó en las buenas ideas.
Y cierro con la edición argentina de Zonzo, el primer libro de Joan Cornellá que se publica en nuestro país. Acá vemos al autor catalán hacer lo que mejor hace: historietas mudas de una o dos páginas, divididas en cuadros de idéntico tamaño y repletas de un humor que sorprende por la forma en que combina mala leche y absurdo.
Cornellá juega todo el tiempo al contraste entre su grafismo simple, amistoso y luminoso, y los chistes en los que suelen abundar la sangre, los muertos, las atrocidades y las porongas. Como suele suceder, algunos chistes son más graciosos que otros, pero en general disfruté mucho de la crueldad y el morbo del catalán y de su ingenio para mover la cámara y sorprendernos. Por ahí el dibujo y el color no me copan tanto, pero –como ya dije- es una estética pensada para contrastar con el contenido sórdido y macabro de los chistes. Si sos fan del humor sin barreras, en el que vale todo para hacer reir, las breves historietas de Cornellá se van a instalar definitivamente en tus retinas y te van a causar una mezcla adictiva de gracia, revulsión y WTF?!.
Grazie per tutti y nos leemos la semana que viene.
Dicho así parece muy complejo. Pero leído en el comic, Injection es una especie de Planetary más cerebral, menos orientado a la machaca. Ellis no descuida el desarrollo de los personajes, riega todo con diálogos brillantes y personajes secundarios promisorios y logra engancharnos con una trama en la que (por ahora) hay poco margen para la acción. El irlandés Declan Shalvey acompaña con un dibujo elegante, expresivo, lleno de sutilezas y detalles logradísimos, por supuesto muy potenciado por la paleta de la infalible Jordie Bellaire. Injection no es tan emotiva como Trees, pero no se queda atrás en materia de conceptos cautivantes y personajes copados. Hiper-recomendable para fans de Ellis, o de la ciencia-ficción finoli, o de comics que –sin romper definitivamente con la aventura- se animen a no subirse al más de lo mismo.
Me voy a Chile, donde el año pasado se publicó Melodía, una novela gráfica de Gaspar Ortega en la que se nota mucho la influencia del genial Junji Ito. Melodía busca por todos los medios parecerse a uno de los mangas de este seminal autor, y la verdad es que las ideas con las que juega Ortega no tienen mucho que envidiarle a las de Ito. El chileno incluso se apodera de recursos narrativos típicos del manga de terror, se esfuerza por reconstruir ese tipo de clima, le pone énfasis a las secuencias mudas… No se puede decir que Ortega no haya hecho los deberes.
El problema es, básicamente, que no dibuja tan bien como Ito. No logra decidirse por una técnica de entintado y combina varias, muchas, más de las que conviene pelar en una misma página. Y la anatomía también, tiene pequeños desajustes que quizás Ito mostraba en sus primeras obras, pero no en las más recientes. Con menos efectos gráficos y con una impronta más personal, más original, no tengo dudas de que Gaspar Ortega podría generar una obra de gran nivel. Esta vez, se quedó en las buenas ideas.
Y cierro con la edición argentina de Zonzo, el primer libro de Joan Cornellá que se publica en nuestro país. Acá vemos al autor catalán hacer lo que mejor hace: historietas mudas de una o dos páginas, divididas en cuadros de idéntico tamaño y repletas de un humor que sorprende por la forma en que combina mala leche y absurdo.
Cornellá juega todo el tiempo al contraste entre su grafismo simple, amistoso y luminoso, y los chistes en los que suelen abundar la sangre, los muertos, las atrocidades y las porongas. Como suele suceder, algunos chistes son más graciosos que otros, pero en general disfruté mucho de la crueldad y el morbo del catalán y de su ingenio para mover la cámara y sorprendernos. Por ahí el dibujo y el color no me copan tanto, pero –como ya dije- es una estética pensada para contrastar con el contenido sórdido y macabro de los chistes. Si sos fan del humor sin barreras, en el que vale todo para hacer reir, las breves historietas de Cornellá se van a instalar definitivamente en tus retinas y te van a causar una mezcla adictiva de gracia, revulsión y WTF?!.
Grazie per tutti y nos leemos la semana que viene.
Etiquetas:
Declan Shalvey,
Gaspar Ortega,
Joan Cornellá,
Warren Ellis
Suscribirse a:
Entradas (Atom)