el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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sábado, 7 de junio de 2014

07/ 06: ARDALEN

Ah, bueno... Esto es realmente increíble. Mirá que yo lei mucho a Miguelanxo Prado, eh? Lo sigo hace 30 años, tuve la suerte de entrevistarlo una vez en Barcelona, leí muchas entrevistas que le dio a otros colegas... Soy fan a muerte y leí y estudié a fondo casi todos sus trabajos. Aún así, nunca pensé que el genio de Galicia superaría a su obra maestra, Trazo de Tiza. Me parecía una historieta tan perfecta, tan demoledora, que era al pedo buscar superarla, o incluso igualarla. Y Prado se tomó 20 años, pero lo logró. Aparecida en 2012, Ardalén sube aún más el listón y deja aún más arriba a este artista talentoso, agudo y sensible como pocos, dentro y fuera del Noveno Arte.
Me da cosa hablar de una obra como Ardalén. Siento que todo lo que yo diga son pelotudeces comparadas con la fuerza y la belleza de la obra. Muy básicamente, es una extensa novela gráfica (la más extensa en la bibliografía de Miguelanxo) acerca de los recuerdos. Los protagonistas son una mujer que quiere convertir en datos duros los recuerdos muy borrosos que tiene acerca de la vida de su abuelo, y un viejito que milagrosamente posee todos los recuerdos de otro hombre, recuerdos de una vida maravillosa que nunca vivió. Hay muy buenos personajes secundarios, algo así como un “villano” que genera conflictos a pequeña escala (que le sirven a Prado para tensar las relaciones y los vínculos que se van estableciendo con el correr de las páginas), toques de realismo mágico, nostalgia, poesía, aventuras en parajes exóticos, romance, costumbrismo, misterio y un trabajo sumamente encomiable en el desarrollo de Sabela y Fidel, los protagonistas.
El ritmo del relato es pausado, como en el cine europeo. La información está perfectamente dosficada, los elementos fantásticos perfectamente introducidos, los flashbacks (importantísimos cuando se trata de reconstruir el pasado de personajes presentes y ausentes) perfectamente mechados. Prado tardó tres años en terminar estas 250 páginas y esto no sólo tiene que ver con el laburo inmenso que significa dibujarlas sino -aventuro yo- también con la elaboración de un guión cuya profundidad y complejidad requiere mucho tiempo de maduración, una sintonía muy fina con los personajes, su entorno, sus motivaciones y sus anhelos.
Como sucede tantas veces, aunque el guión no te interese en lo más mínimo, Ardalén tiene un ancho de espadas imbatible que es el dibujo. Lo que hace Prado en la faz gráfica de este libro no se puede explicar con palabras. El dibujo es majestuoso, la narrativa cristalina, las tipografías originalísimas y muy acordes a cada uno de los personajes, los climas (que tienen muchísimo peso) están logrados a un nivel realmente asombroso y como si esto fuera poco, Prado le encuentra una vuelta más a su ya inhumano dominio del color. Ardalén tiene el tratamiento cromático hermoso y recontra-expresivo de las mejores historietas del gallego; pero además se suma una capa, un filtro, una textura no sé si hecha a mano o de modo digital, que me hizo acordar a aquellos raspados que metía el Viejo Breccia con la gillette, ahora más abundantes, más sutiles, muy bien integrados al color mismo, como si el autor trabajara sobre una hoja llena de arruguitas muy finitas y pequeños pliegues. El resultado es una auténtica maravilla que, como decía ayer hablando de Joe Sacco, hay que verla para creerla.
De un tiempo a esta parte, Europa nos ha sorprendido con muy buenas historietas protagonizadas por viejitos, obviamente con Arrugas como nave insignia. Ardalén tiene puntos en común con la obra maestra de Paco Roca, pero no es un clon, ni se cuelga de las tetas de la famosa novela gráfica. Estamos ante una obra exquisita, sutil, conmovedora, original, mágica por donde se la mire. No quiero extenderme en la exégesis, simplemente recomendarla a full, incluso cuando se trata de una edición española lujosa, voluminosa y –por ende- bastante onerosa. Creeme que Ardalén justifica hasta el último centavo que pagues por ella. Esto es Historieta Perfecta, una nueva cima en nuestro arte favorito, a un nivel al que pueden aspirar poquísimas obras del cine, la literatura o cualquier otra forma narrativa que se te ocurra. Amigos de Montevideo, aprovechen que este finde lo tienen a Miguelanxo Prado en su ciudad, y venérenlo como al GENIO que es. Se lo recontra-merece.