Esta es una rareza, una bizarreada, una notita al pie en la historia del comic. Y también una historieta que esperé 30 años para leer. Se trata de la aventura de Spirou y Fantasio que el genial Yves Chaland empezó a serializar en las páginas del semanario Spirou en 1982, y que fue cancelada luego de apenas 22 entregas, de dos tiras cada una.
Por supuesto, la aventura quedó inconclusa. Es más, terminó cuando recién empezaba, cuando los protagonistas recién tenían una mínima sospecha de cómo venía la mano y a qué se estaban por enfrentar. O sea que es muy difícil opinar acerca del argumento. Acá vemos el arranque, el embrión de la trama, como siempre condimentado con muy buenos diálogos (una especialidad del malogrado prócer del “estilo atómico”), pero condenado a quedar ahí, en el arranque, en la promesa de algo grosso que finalmente nunca sucedió.
Este libro (una de las tantas rarezas editadas en 2013 para festejar los 75 años de Spirou) publica por primera vez las tiras en blanco y negro, de a una por página. O sea que Coeurs d´Acier, la aventura que quedó trunca, ocupa apenas 44 páginas, muchas de ellas con sólo dos o tres viñetas. Suena a choreo, porque el libro tiene más de 100 páginas. Lo bueno es que en las páginas restantes hay muchos dibujos de Chaland: bocetos, ilustraciones, portadas, todo lo que alguna vez dibujó relacionado con Spirou. Y además un texto completísimo a cargo de José-Louis Bocquet (uno de los guionistas de Las Aventuras de Hergé, reseñado el 16/05/12), que repasa toda la trayectoria de Chaland y explica minuciosamente por qué no prosperó este proyecto ni el siguiente, porque años más tarde Chaland estuvo –una vez más- cerca de hacerse cargo de un personaje al que amó durante toda su (muy breve) vida. Así que si sos un enfermito de Chaland (como yo), y querés tener todas las obras del ídolo (que tampoco son tantas) este libro no sólo sirve para sacarte la leche de tener estas tiras (que se habían republicado una sóla vez, en 1990, en una edición tan lujosa como escasa), sino también para aprender un montón sobre la vida de Chaland y sobre la interna que se vivía en la revista Spirou allá por 1982-87.
El dibujo del astro francés se disfruta muchísimo en blanco y negro (y grises). Chaland elige para Fantasio un diseño muy parecido al de Rob-Vel y Jijé, los dos primeros autores que tuvo esta longeva serie. Cuando dibuja a Spirou, en cambio, se ciñe más al diseño de André Franquin, el más grande, el tipo con quien inmediatamente identificamos a Spirou. Y en el medio, fondos, vehículos, personajes secundarios y hasta la ardillita Spip tienen la marca inconfundible de Chaland, y podrían transplantarse sin ningún problema a cualquier aventura de Freddy Lombard. La narrativa también es 100% Chaland, pero el Chaland de 1982, antes de bajar un par de cambios, antes de su tránsito hacia esa narrativa más pausada (si se quiere, más madura) que se aprecia en sus últimos trabajos. Esto combina tradición y vanguardia de una manera totalmente asombrosa, en viñetas que desbordan de pasión, ganas y talento.
Repaso este libro y vuelvo a putear (por enésima vez) a ese día de 1990 en el que Chaland, con sólo 33 años, perdía la vida en un accidente automovilístico. Era tanto, pero tanto lo que este genio tenía por delante, tantas historias, tantas maravillas gráficas que faltaban brotar de su pincel... Y encima no llegó a ver el Siglo XXI, cuando la editorial Dupuis no sólo empezó a permitir, sino a estimular que varios creadores generaran historias de Spirou 100% personales, no canónicas, en las que tienen total libertad para hacer lo que se les cante. Me gustaría decir que Chaland fue el pionero, el que inventó esto de las aventuras de Spirou por afuera del canon y con control autoral. Pero la verdad es que no, que la inconclusa Coeurs d´Acier fue apenas uno de los golpes al vacío que pegó la editorial Dupuis en esos años en los que no tenía la más puta idea de qué hacer con el glorioso botones, que hoy –grandes artistas de por medio- sigue vigente como un ícono del buen comic franco-belga.
Por ahora, no veo muy factible que este hermoso libro se edite en nuestro idioma, pero como son varias las obras de Chaland que nunca se tradujeron al castellano, doy por sentado que si sos fan a muerte de este autor, ya te resignaste a leerlo en francés.
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viernes, 20 de junio de 2014
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