el blog de reseñas de Andrés Accorsi
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jueves, 12 de febrero de 2015

12/ 02: DEATH

Este voluminoso TPB trae todo material que ya había leído y del que me acordaba poco.
Primero, la primera aparición de Death, en aquel recordado n°8 de Sandman, de 1989. Leído hoy, es aburridísimo. Son un montón de páginas en las que Dream recapitula lo que sucedió en el primer arco de su serie, charlan entre ellos, Death lo bardea, vemos a qué se dedica esta señorita, y al final pasa algo chiquito, lindo, que cierra prolijamente el unitario. El dibujo es de Mike Driggenberg, bastante cumplidor aunque sin nada brillante para destacar. El choreo de fotos en vez de fondos es muy evidente, los rasgos faciales de los protagonistas cambian de una viñeta a otra… en fin. Mejor recordemos a esta historieta por el impacto que causó cuando salió.
Vamos con otro unitario clásico de la revista de Sandman, el del n°20, en el que Neil Gaiman desempolva a Element Girl, un personaje que no aparecía desde los ´60. Es una historia emotiva, ganchera… pero que no daba ni ahí para 24 páginas. En 12 se podía contar lo mismo. El dibujo de Colleen Doran se luce poco porque la tapa mucho el entintador, que le da un cariz más oscuro, más grotesco. Donde brilla Doran es en la narrativa, que está impecable. Eso y los diálogos son lo mejor del unitario.
La primera miniserie de Death (The High Cost of Living) tiene unos dibujos de Chris Bachalo gloriosos. Y un gran problema: el argumento es la nada misma. Aburrido, lento, repleto de diálogos que están buenos pero que no sirven para que avance la trama… Menos mal que es corta, si no, sería soporífera. Lo más interesante es la caracterización y el concepto limado de que, una vez cada tanto, Death puede vivir un día como si fuera una mortal más. Ese es el toque mágico de Gaiman. Lo demás es un slice of life con pretensiones, o una aventura sobrenatural con serios problemas de ritmo.
La segunda miniserie (The Time of Your Life) es mil veces mejor. Gaiman prácticamente no se esfuerza en ocultar que no es una historia de Death, sino de Foxglove y Hazel, con la hermana de Dream en un rol muy secundario. Leída así, es una historia copadísima, profunda, con momentos inolvidables, diálogos magníficos y certeras reflexiones acerca del amor, la fama, la lealtad, las ambiciones y anhelos de la gente, etc.. Papa muy fina, que lamentablemente no cuenta en su último episodio con un Bachalo que acá estaba realizando el que para mi gusto es el mejor trabajo de su carrera. Dibujo impecable, narrativa muy mejorada respecto de la mini anterior, todo 10 puntos. Y la termina Mark Buckingham, que ya era muy bueno, pero no estaba a ese nivel de Bachalo tocado por la varita mágica.
También hay tres unitarios que no salieron en la revista de Sandman: el que dibuja Jeff Jones (poco antes de convertirse en Catherine) es puro humo, pura forma y cero fondo, cero narrativa, cero sustancia. El que dibuja Bachalo (con motivo del ataque a las Torres Gemelas) está muy bien escrito, lástima que el dibujo vaya tan para atrás. Este ya es el estilo actual de Bachalo, más caricaturesco, más minimalista, con mucho menos énfasis en la narrativa. No es choto, pero comparado con The Time of Your Life, deja gusto a poco. Y después está el que dibuja P. Craig Russell, una historia de 22 páginas que se pone interesante en la página 17. El final es excelente, pero Gaiman se toma demasiado tiempo para presentar a los personajes y los conflictos, con lo cual todo se estira al pedo. El dibujo de Russell, inobjetable, con sus dos estilos bien marcados (el más limpito y menos realista, y el más oscuro y más cercano a un Dave Gibbons, ponele) y una narrativa muy cuidada.
Después vienen las ilustraciones de la Death Gallery (no hacía falta, pero bue… la verdad que hay muchas hermosas) y como broche de oro, la breve no-aventura en la que Death habla del SIDA, enseña a ponerse el forro para coger y baja línea acerca de la discriminación que sufrían (allá por 1993) los enfermos de HIV. Esto es una joya extraña, en la que Gaiman peló unos huevos muy notables, y en la que los dibujos del maestro Dave McKean no están pensados para hacernos caer la mandíbula al piso (como casi siempre), sino para acompañar a los textos, que son brillantes.
Mucho de esto ya lo tenía en otros libros o revistas, pero me llamó la atención el recopilatorio, lo vi barato, y como me faltaba una de las dos miniseries, me lo compré. Me parece que de todo lo que ofrece este tomo, lo único que te pongo en el podio a competir con las mejores obras de Gaiman es The Time of Your Life. El resto es lindo, está bien, es mejor que casi todo lo que se publicaba en la época en que salió, pero tiene sus fallas, sus inconsistencias, o cositas que un monstruo como Neil Gaiman podría haber hecho mejor. Y si sos fan de Chris Bachalo, también lo podés comprar por los dibujos.