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jueves, 26 de noviembre de 2020

Amos Tutuola / El sentido de malo y bueno


Amos Tutuola
EL SENTIDO DE «MALO» Y «BUENO»


    Yo tenía siete años cuando comprendí el sentido de «malo» y «bueno», porque fue entonces cuando me fijé que mi padre se casó con tres esposas como hacían en aquellos tiempos, aunque ahora no es corriente. Mi madre era la última con quien se casó y solo parió dos hijos pero el resto parieron solo hijas. Así que por eso las dos esposas que solo tenían hijas odiaban a mi madre, a mi hermano y a mí en demasía, porque creían que sin duda mi hermano y yo seríamos los jefes de la casa de nuestro padre y también de todas sus propiedades después de su muerte. Mi hermano tenía once años entonces y yo siete. Así que fue a esta edad cuando comprendí del todo el sentido de «malo» por el odio y todavía no conocía el sentido de «bueno».

Amos Tutuola / Mi vida en la maleza de los fantasmas

 



Mi vida en la maleza de los fantasmas, Amos Tutuola/My life in the bush of the ghosts, Brian Eno/David Byrne

Alberto Manguel / Sombras y fantasmas aterradores, irónicos y malévolos

A fines de los años 70, durante un periodo de auge en la industria editorial europea y con ánimos de ampliar la mirada occidental sobre la producción novelística en el mundo, apareció un título de un autor africano cuya producción ya era familiar en el mercado literario, pero su alcance y difusión resultaba más bien una curiosidad local.

Amos Tutuola / Cien años del patriarca de las letras nigerianas

 

Amos Tutuola


Amos Tutuola
Cien años del patriarca de las letras nigerianas

PEDRO DE LA HOZ
22 DE JUNIO DE 2020


Cuando la colección Cocuyo publicó en 1968 El bebedor de vino de palma, los lectores cubanos descubrimos que la contemporaneidad africana poseía credenciales más que suficientes para instalarse en el imaginario de los habitantes de la isla.

No se trataba únicamente de un avecinamiento histórico y cultural, ni de compartir identidades, sino de asistir a la develación de un filón original necesario para enriquecer nuestra experiencia literaria.

Amos Tutuola / El bebedor de vino de palma




Amos Tutuola
El bebedor de vino de palma

Cristina Crenchiglova y Manolo Malpartida
31 de marzo de 2014

Título original : The palme wine dinkard and his palm wine tapsterin the Dead’s Town.

Año de publicación : 1952

Título en portugués : O bebedor de vinho de palmeira e seu vinhateiro morto na Cidade dos Mortos.

Año de esta edición : Sin año especificado

Editora : Círculo do Livro

Traducción : Eliane Fontenelle

Carátula : Claudia Scatamacchia.


¿Cómo podría imaginar lo que estaba por descubrir al decidir abrir este pequeño y antiguo libro? Sólo las tres primeras páginas están exentas de la delirante fantasía que abunda en el resto de esta novela, o nouvelle, puesto que son 144 pequeñas páginas que se devoran rápidamente y que nos hace ingresar a un mundo fantástico donde siempre el bebedor de vino de palma (nuestro narrador) se topará con todo tipo de criatura, cada cual más alucinante que otra, personajes mitológícos de una trama afiebrada que coloca a su autor, Amos Tutuola (Abeokuta, 1920 – Ibadán, 1997) junto a grandes nombres de la literatura fantástica de todos los tiempos.

viernes, 17 de julio de 2020

La humanidad no llegará a los 10.000 millones


Art Can Win The War: Employing the Language of Humanity - Impakter

La humanidad no llegará a los 10.000 millones

España tendrá la mitad de habitantes en 2100, solo 23 millones, y su economía caerá hasta el puesto 28º del mundo sin políticas de apoyo a la inmigración, según un estudio que publica 'The Lancet'




Javier Salas
14 de julio de 2020


“Hace 10.000 años éramos solo un millón. En 1800, hace poco más de 200 años, éramos ya mil millones. Hace 50 años, hacia 1960, éramos tres mil millones. En la actualidad, superamos los siete mil millones. En 2050, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos vivirán en un planeta habitado por nueve mil millones de personas como mínimo. Antes de que acabe el presente siglo, seremos por lo menos diez mil millones. Posiblemente más”. En su libro Diez mil millones, el profesor de Oxford Stephen Emmott trataba de advertirnos de la realidad apocalíptica que afronta la humanidad si alcanzamos esa formidable cifra de personas en la Tierra. Pero cabe la posibilidad de que el ritmo de crecimiento se frene mucho antes y nunca lleguemos a ese peligroso número.



Es lo que propone un estudio que publica The Lancet: el pico de población se alcanzará en la década de 2060, con 9.700 millones. Y a partir de ese momento, la humanidad se irá reduciendo lentamente hasta quedarse en los 8.800 en 2100. La clave: la educación de la mujer, que será más generalizada y precoz según los científicos que proponen estas cifras, del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés). “Nuestros hallazgos sugieren que las tendencias continuas en el nivel educativo femenino y el acceso a la anticoncepción acelerarán la disminución de la fertilidad y el crecimiento demográfico lento”, asegura el estudio. Incluso en países como Níger, con siete hijos por mujer en la actualidad, se llegaría a una natalidad similar a la de Francia en la actualidad (1,8).

viernes, 25 de octubre de 2019

Benin City / El epicentro de la trata en Nigeria


BENIN CITY

Benin City: el epicentro de la trata en Nigeria

La desigualdad, la explotación y la magia negra encierran a miles de mujeres en este tráfico de personas con destino Europa


SEBASTIÁN RUIZ
Benin City 14 FEB 2019 - 06:10 COT



Una exprostituta nigeriana, en un centro social próximo a Catania de apoyo a víctimas de trata, en 2016.
Una exprostituta nigeriana, en un centro social próximo a Catania de apoyo a víctimas de trata, en 2016. REUTERS

Solange saca un rosario del bolso y lo aprieta antes de comenzar en voz alta la plegaria. Hay musulmanes y cristianos, pero el objetivo es el mismo: pedir protección para un viaje de no más de seis horas por una de las regiones más verdes y frondosas del país. Pero también, una de las más inseguras por peligro de secuestros y asesinatos. El minibús de 16 plazas serpentea los 29 puestos de control que el Ejército nigeriano tiene instalados en la carretera que sale de Port Harcourt, en el Delta del Níger, en su ruta hacia Benin City, más al noroeste, en dirección hacia Lagos, la capital económica de Nigeria, la primera potencia africana, que el próximo 16 de febrero elige presidente. Los soldados armados inspeccionan los vehículos. Los pasajeros callan. Miran al suelo. Todo en orden. El conductor arranca y vuelve a subir el volumen de la serie Los corruptos, que se proyecta en la televisión del vehículo y que es interpretada por la pareja de gemelos más famosa del país. Hace tan solo una semana que la policía ha declarado el Estado de emergencia en esta carretera que se dirige hacia el corazón del Estado de Edo, epicentro de la trata sexual con destino Europa.

lunes, 10 de junio de 2019

Chimamanda Ngozi Adichie / El silencio es un lujo que no podemos permitirnos








Chimamanda Ngozi Adichie.Ampliar foto
Chimamanda Ngozi Adichie.  EYEVINE / CONTACTO

El silencio es un lujo que no podemos permitirnos

La autora del manifiesto ‘Todos deberíamos ser feministas’ sacudió la pasada Feria del Libro de Fráncfort con este discurso. En él reivindica la utilidad de la literatura para ampliar los límites de la imaginación como forma de combatir el machismo y el racismo


CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE
26 OCT 2018 - 17:05 COT

Me educaron en el catolicismo. De pequeña, me encantaba ir a misa. Mi familia iba todos los domingos a la capilla de St. Peter, un edificio blanco y alto situado en el campus de la Universidad de Nigeria, donde me crie.
El párroco era profesor universitario. Y en la medida de lo posible para una iglesia católica romana, era un lugar abierto, progresista y acogedor. Los sermones del domingo eran benignamente aburridos.
Años después, oí que la parroquia había cambiado de manos y que el nuevo párroco era un hombre particularmente obsesionado con el cuerpo de las mujeres.

domingo, 9 de junio de 2019

Chimamanda Ngozi Adichie / Dentro y fuera de las murallas






Chimamanda Ngozi Adichie retratada en el Hay Festival de Cartagena.
Chimamanda Ngozi Adichie retratada en el Hay Festival de Cartagena. DANIEL MORDZINSKI

HAY FESTIVAL CARTAGEN

Chimamanda, dentro y fuera de las murallas

El mensaje contra los estereotipos de la escritora nigeriana, ícono del feminismo, revoluciona el Hay Festival de Cartagena

SANTIAGO TORRADO
Cartagena de Indias 3 FEB 2019 - 18:06 COT
Mujer, negra e inmigrante, el potente mensaje contra los estereotipos de Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977) resuena con fuerza en Colombia, un país que no termina de dejar atrás su pasado de violencia y exclusión. La escritora nigeriana revolucionó este domingo una de las barriadas populares en la periferia de Cartagena de Indias, en la última jornada del Hay Festival que cada año se toma las calles de la joya turística y colonial de Colombia.

viernes, 6 de octubre de 2017

Chimamanda Ngozi Adichie / “Me enfada seguir escribiendo de feminismo”





Chimamanda Ngozi Adichie, ayer en Barcelona.
Chimamanda Ngozi Adichie, ayer en Barcelona. EFE

Chimamanda Ngozi Adichie: “Me enfada seguir escribiendo de feminismo”

El Centre de cultura contemporània de Barcelona recibe a la escritora y activista Chimamanda Ngozi Adichie en su primer viaje a España


Carlos Geli
Barcelona, 6 de octubre de 2017

Parece filtrarse cierto cansancio, algún suspiro, en las respuestas sobre el feminismo en Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977), ella que es quizá hoy una de sus máximos faros, con frases suyas como “Todos deberíamos ser feministas” que han acabado en camisetas de Christian Dior de más de 200 euros o en las letras de la cantante Beyoncé. Y algo de ello se deslizó en los argumentos que dio ayer en Barcelona, en la que es su primera visita a España tras cinco años de intentos de sus editores (Penguin Random House) para invitar a la autora de ensayos como Todos deberíamos ser feministas o Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo, pero también de bellas, comprometidas (sus protagonistas son mujeres fuertes y de carácter, como las de su entorno familiar) y siempre premiadas novelas como La flor púrpura Commonwealth Writers), Medio sol amarillo (Orange) o Americanah (National Book Critics Circle). Más de 700 personas, que hace ya dos meses agotaron las entradas, la escucharon ayer en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB).
“No soy un activista, ésa es una palabra que no me convence demasiado, implica ser muy noble o hasta morir por la causa y yo no sé si cumplo ambos requisitos; para mí, la literatura es una plataforma para tocar temas sociales, como la justicia social o el feminismo; ojalá no tuviera que abordarlo más, me enfada seguir escribiendo de esto… Si una ficción es realista, si es auténtica, ya cuestiona clichés”, desliza Ngozi Adichie ante los periodistas. Ella mismo huye de esos estereotipos porque admite que “la situación ha evolucionado en los últimos 60 años, claro, pero no está mucho mejor: nadie discute que las mujeres puedan acceder a cargos políticos, pero hay que ver cuántas hay o que los negros puedan votar, pero en cambio se matiza el concepto de ciudadanía”. Y tampoco está por los extremismos: “Que la mujer pueda estar oprimida no quiere decir que eso nos permita hablar desde la superioridad moral”. También matiza la necesidad de empoderamiento de las mujeres y las campañas que muchas oenegés y movimientos feministas occidentales emprenden en países africanos para concienciar a las mujeres. “Empoderar es una palabra muy peculiar que no sé bien qué significa… El sexismo y el racismo existen en todo el mundo y las mujeres de países occidentales creen que están mejor que las del sur… mi abuela era una gran feminista sin saberlo, luchando contra el patriarcado… Las mujeres occidentales deberían mirar bien en su propio entorno los problemas de género más que afuera; no hace falta ir a enseñar a ser feminista, lo que si hace falta quizá es capital para que puedan emprender negocios propios o para temas de educación”.
También Ngozi Adichie se muestra iconoclasta cuando se cuestiona que Dior o Beyoncé (en su álbum Lemonade) comercialicen sus argumentos. “Me parece emocionante y fantástico; el feminismo no puede ser sólo académico, documentado, anticapitalista, ha de ir más allá, no pierde fuerza si está en boca de todos o se generaliza; gracias a Beyoncé hay muchas más chicas que saben de los temas feministas y les proporciona un lenguaje sobre lo que viven y lo que sucede en el mundo, les permite un argumentario para hablar de ello, esencial en estos tiempos de redes sociales… En cualquier caso, el feminismo no vende”.
Cada libro de la escritora nigeriana (que ahora vive entre Lagos y EEUU) ha tenido un motor íntimo vital. Así en La flor púrpura resalta la figura de un padre opresivo que, asegura, “no es el mío, pero sí el de una amiga que me decía que su padre la pegaba y lo encontraba normal; eran católicos, como me crie yo también y ese libro remite a lo peor del colonialismo y la religión que vino con él: importó la dictadura religiosa, ideas muy negativas para los indígenas, a los que se inculcó que toda la vida anterior era negativa”. Más duro fue para Ngozi Adichie Medio sol amarillo, que retrata la guerra de Biafra: “Mis abuelos murieron en los campos de refugiados que generó el conflicto; en el colegio nunca se hablaba de ello y yo tenía muchas preguntas… Fue difícil de escribir: me paraba y lloraba, consciente de que tenía que explicarlo con precisión porque sería un libro de historia no solo una novela”.
No bromea cuando dice que fue a los 19 años cuando, al trasladarse becada a EEUU para proseguir sus estudios, descubrió que era negra, experiencia que noveliza en Americanah. “Con ese libro lloré y reía a la vez; en Nigeria uno tenía seguridad en uno mismo; en EEUU ser negro y tener éxito es un oxímoron: aún recuerdo la cara de sorpresa de mi profesora cuando preguntó quién había escrito el que consideraba el mejor texto de clase... Es alucinante que suceda lo que sucede por el color de la piel y el concepto de raza y hogar cuando vas a un país y regresas al tuyo”.
Ngozi Adichie es quizá hoy una escritura universal, si el concepto existe. “Cualquier historia es universal si está bien contada… La alegría, el horror, la rabia, la pérdida son sentimientos transculturales… Ahora bien, todo lo que parece escrito fuera del canon occidental, el de EEUU y el de Europa, parece sea antropología; si sólo lees el canon occidental, de Homero a McEwan linealmente, tendrás una visión reduccionista de la vida”. Ahora está en otra novela: “Con un hombre muy moreno, muy español, muy romántico, con una mujer que se le resiste pero que al final acabará cediendo y caerá en sus brazos”, bromea, haciendo un guiño alguna novela romántica de que leyó de jovencita “y que releídos hoy te das cuenta de los hombres tenían graves problemas emocionales; no, en la mía, la chica al final le pega una bofetada”, sonríe. “Soy supersticiosa y no quiero hablar de mi novela porque si lo hago, se esfumará”. Igual por eso sí habla de feminismo.


lunes, 2 de diciembre de 2013

Chinua Achebe / Todo se desmorona


 

Chinua Achebe

Todo se desmorona

SFQU
2 de diciembre de 2013

En marzo de este año fallecía Chinua Achebe. Ha sido considerado “el padre de la literatura africana” (la primera en denominarlo así fue Nadine Gordimer) y siempre ha sonado para que le concedieran el Nobel de Literatura, pero nunca lo logró. Wole Soyinka, el primer africano que consiguió el premio y nigeriano como él, en una entrevista pocos días después de la muerte de aquel para  saharareporters.com, rechazaba la repetida afirmación de considerar a Achebe como “padre de la literatura africana”, según él tiene tan poco sentido y denota tanta ignorancia como denominar a Mazisi Kunene padre de la poesía épica africana, o a Kofi Awoonor padre de la poesía africana, o a él mismo padre del teatro contemporáneo africano. Además, añade, sobre el último libro de Achebe: “There Was A Country: A Personal History” (sobre Biafra) en el que habla abiertamente de genocidio, “es un libro que me habría gustado que nunca hubiera escrito, al menos no de la manera en la que lo ha hecho”.

Para algunos tales afirmaciones han sido consideradas como de “mal gusto, oportunistas, desilusionantes” entre otras razones por la proximidad con respecto a la muerte de Achebe, tan solo dos meses después. Le recriminan no haber hablado sobre ello con Achebe vivo. Otros, en cambio, no se han sorprendido en absoluto, ya que Soyinka y Achebe, a pesar de ser escritores, nigerianos y haber estudiado en los mismos centros, nunca han sido amigos. Cada uno de ellos desciende de una de las tres etnias dominantes en Nigeria: Chinua de los igbos; Soyinka de los yorubas. Enfrentadas y rivales históricas (aunque no siempre).

Sin embargo, tras la muerte de Achebe, Wole Soyinka le escribió una elegía: “Elegy for a nation: A tribute to the late Prof. Chinua Achebe”. Soyinka siempre se ha sentido deudor de Achebe. En concreto, me parece uno de los mejores homenajes que se le ha hecho a Achebe por parte de otro escritor.

Breve resumen:

Okonkwo es un gran guerrero, cuya fama se extiende por toda el África Occidental, pero cuando mata accidentalmente a un prohombre de su clan es obligado a expiar su culpa con el sacrificio de su hijastro y el exilio. Cuando por fin puede regresar a su aldea, la encuentra repleta de misioneros y gobernadores británicos; su mundo se desintegra, y él no puede más que precipitarse hacia la tragedia. Publicada por vez primera en 1958, Todo se desmorona se asocia con las narraciones orales, pero también con la tragedia griega y las grandes novelas del XIX. (Fuente: Ediciones DeBols¡llo)

«La literatura africana sería impensable y estaría  incompleta sin las obras de Chinua Achebe. En pasión, intelecto y prosa cristalina, no hay escritor que lo haya superado.» (Toni Morrison)

Tras leerlo:

La decisión del escritor de escribir esta obra, así como el resto de su narrativa, en inglés fue algo pensado y meditado. Achebe consideraba que la mejor manera de combatir la imagen de una África salvaje y primitiva, con seres más cercanos a los animales que a los humanos, era utilizando la lengua de los colonizadores, lo que sin duda ayudó a su difusión. Sin embargo, Achebe enriquece la narración con múltiples expresiones del lenguaje igbo.

La ignorancia nos lleva a menudo a desconocer sobre lo que hablamos. Aquella África primitiva, repleta de seres simples, incapaces. A los que había que sacar de su pozo sin fondo, del salvajismo. A los que había que tratar necesariamente como inferiores para que pudiera justificarse el atropello, con la descarada apropiación de todos sus recursos humanos y materiales. Achebe desafió al eurocentrismo y derrumbó esa imagen de manera increíble, certera y sin concesiones de ningún tipo. Lo hizo sobre todo para los propios africanos, para que superaran el estado permanente de humillación y subestima, “yo estaría completamente satisfecho si mis novelas, especialmente las que situé en el pasado, hubieran servido al menos para enseñar a mis lectores que su historia, a pesar de todas sus imperfecciones, no fue la larga noche de salvajismo de la que los europeos, actuando en nombre de Dios, vinieron a liberarnos” (Cbinua Achebe, “The novelist as teacher”, en Hopes and Impediments, Doubleday, Nueva York, p.45, traducción María Sofía López Rodriguez)

No empezó a escribir lamentándose por la interrupción del hombre blanco en las idílicas e idealizadas vidas de las tribus africanas. No. Achebe descubre una aldea africana, con sus aspectos negativos y positivos, organizada, compleja, difícil de entender en muchos aspectos (la primera parte se detiene en exponer y diseccionar “aspectos culturales de los igbos que van desde las instituciones políticas tradicionales, los roles sociales de las mujeres y los hombres, los sistemas de redistribución de bienes, los sistemas de justicia, moralidad o filosofía” 1). Achebe quita cualquier envoltorio superfluo y va a la raíz, nos desnuda su tierra tal y como él la ve, tal y como un igbo ve a los suyos y lo que les ocurrió. No vale una África imaginada. No se trata de un África idealizada o estereotipada. Al contrario. Se trata de una África real narrada con el pulso y las palabras de “uno de ellos”. Se trata de una narración que cuenta cómo eran antes y qué ocurrió a consecuencia de la irrupción del colonialismo en sus vidas.

La novela gira también en torno al precio que se ha de pagar por obtener/mantener el poder. Okonkwo, “el mejor hombre de Umuofia”, es un hombre de acción que tiene miedo al fracaso, miedo a no lograr el poder. Él hará lo necesario por muy duro, terrible y cruel que esto sea. Okonkwo quiere ser señor de la aldea y para ello tiene que mantener su imagen de mejor guerrero, hombre fuerte, sin miedo. Realizará actos que hubiera deseado no realizar y que, como contra-efecto, no complacerán a la Tierra. Son estas actuaciones (crueles, terribles y duras) las que no se escamotean, se muestran, se describen, transcurren sin ningún tipo de jucio por parte del escritor, que emplea un lenguaje directo para ello. Es uno de los muchos aciertos de la novela.

“Todo se desmorona” relata cómo intervino el colonialismo (en este caso británico) en sus vidas. Otros escritores tomaron también esta tarea la de narrar los males del colonialismo a través de sus novelas, obras de teatro y poemas (Senghor, Camara Laye, Peter Abraham, Eskia Mphahlele etc.,) Achebe mostró a los blancos desbaratándolo todo, imponiendo su religión, su sistema, su modelo-modelísimo ejemplar y único, ocupando tras el ofrecimiento pacífico, menospreciando las creencias de los igbos, su modo de vida, su propia vida. Blancos que no intentaron comprender, compartir, escuchar; al contrario, blancos que ningunearon, pisotearon, arrasaron. Que, en definitiva, lo desmoronaron todo. Desmoronar, deshacer y arruinar. Una sociedad, una cultura, una manera de vivir, unos códigos, unas vidas. Aprendemos a través de su lectura, a dónde condujo (conduce) la entrada en mundos complejos y ajenos: sometimiento, explotación, desaparición.

Han pasado más de cincuenta años desde que se publicó esta novela. Se han vendido millones de ejemplares y se ha traducido a más de cincuenta idiomas. Aún hoy, es imprescindible leerla.

No hay ninguna historia que no sea cierta-dijo Uchendu-El mundo no tiene fin y lo que es bueno en un pueblo es abominable en otros. (Pág.143)

Ficha:

  • Título original:  Things fall apart  (1958)
  • Idioma: Original: Inglés
  • Traducción al castellano: Random House Mondadori, S.A. (2010) DeBols¡llo
  • Traductor: Jose Manuel Álvarez Flores
  • Prólogo: Marta Sofía López Rodríguez
  • Imagen de portada:  Fotografía de Edel Rodríguez
  • Nº páginas: 205
  • Otras traducciones:
    • “Gainbehera dator dena”-Chinua Acebe. Editorial Alberdania [Euskera]
    • Todo se esfarela-Chinua Acebe. Rinoceronte Editora [Galego]
    • “Tot se’n va en orris”Chinua Achebe. Ediciones 62 [Catalá]

Sobre el  autor:

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Albert Chinualumogu Achebe (Ogidi, 1930- Boston, Massachusetts, 2013) Era hijo de un profesor en un colegio misionero. Sus padres, aunque le instruyeron en muchos de los valores de la cultura del pueblo igbo, eran devotos protestantes y le bautizaron como Albert por el nombre del marido de la reina Victoria. Su nombre de pila significa literalmente «Dios luchará en mi favor». Desde 1944 Achebe asistió al Government College en Umuahia, como otros autores nigerianos importantes, tales como Wole Soyinka, Elechi Amadi, John Okigbo, John Pepper Clark, y Cole Omotso. También fue educado en el Colegio Universitario de Ibadán, donde estudió Inglés, Historia y Teología. En la universidad, Achebe renegó de su nombre británico y tomó como nombre indígena Chinua. En 1953 se graduó . Antes de entrar en la Nigerian Broadcastin Company en Lagos, viajó por África y América y trabajó por un corto período de tiempo como maestro. En la década de 1960 fue director de servicios a cargo de La Voz de Nigeria. Desde 1971 colabora con Okike, una de las revistas literarias más influyentes de África. Se traslada a  Estados Unidos, donde vivía desde que en 1990 un accidente de tráfico le postró en una silla de ruedas. Allí falleció en marzo de 2013. (Fuente:Wikipedia)

  •  Otras obras traducidas:
    • “Arrow of God” 1964 – La Flecha del Dios
    • “A man of the people” 1966 – Un hombre del pueblo
    • “Anthills of the Savannah” 1987 – Termiteros de la sabana
    • “No Longer at Ease» 1960 – Me alegraría de otra muerte
  • Premios:  “Commonwealth poetry”; “Nigerian National Merit”; “Man Booker internacional” 2007. Miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters, así como Doctor Honoris Causa de más de treinta escuelas y universidades.

Para saber más:

Obituario: