Vargas Llosa y Bataille: la parte maldita
El escritor peruano destaca la frustración de Bataille ante “el insalvable abismo” que separa al deseo de la realidad, impidiendo realizar sus fantasías
Rafael Narbona
23 de marzo de 2021
A veces, el espíritu sopla en lugares particularmente desapacibles. Mario Vargas Llosa descubrió a George Bataille en el Colegio Militar Leoncio Prado. Su profesor César Moro, pintor y poeta surrealista, le habló de sus libros y el joven cadete, que ya había desarrollado la idea de ser escritor, comprendió que la literatura era el único escenario donde el hombre podía liberar sus demonios interiores sin causar un cataclismo. Eso que Bataille llamó “la parte maldita” no es un rasgo de individuos dominados por pasiones turbias, sino un impulso que habita en todos nosotros. Todos alentamos pasiones dañinas, pero si nos dejamos llevar por ellas, nos condenaremos a vivir en los márgenes, execrados y aislados. Para el maldito que se atreve a serlo, la sociedad reserva la soledad de una celda y la infamia del patíbulo. Si respetamos los tabúes, absteniéndonos de colmar nuestros apetitos más oscuros, seguiremos viviendo entre los hombres. No soportaremos castigos ni soledades no deseadas, pero acumularemos un hondo malestar.