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martes, 20 de septiembre de 2022

Javier Marías, Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte / «Somos más brutales en las novelas que en las columnas»


Javier Marías, Vargas Llosa y Pérez-Reverte. Foto: Antón Goiri


Marías, Vargas Llosa y Pérez-Reverte: «Somos más brutales en las novelas que en las columnas»


FERNANDO GOITIA
Arturo Pérez-Reverte, Javier Marías, Mario Vargas Llosa, Pilar Reyes
27 de mayo de 2017

Fue el encuentro literario del año. Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez-Reverte y Javier Marías almorzaron con su editora, Pilar Reyes, de Alfaguara, para celebrar el inicio de la Feria del Libro. Aquel distendido ágape se convirtió hace unos días en un reportaje de portada de XLSemanal. Editado entonces por ineludibles cuestiones de espacio, Zenda publica ahora el contenido completo de aquella conversación de casi dos horas.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Pilar Reyes, editora de Javier Marías / "Estaba enfadado con muchas cosas, pero en el trato corto estaba lleno de humor"

 

Javier Marías, Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez-Reverte


Pilar Reyes, editora de Javier Marías: "Estaba enfadado con muchas cosas, pero en el trato corto estaba lleno de humor"

BIOGRAFÍA


La editora de Javier Marías, Pilar Reyes, habla sobre el sentido del humor del escritor, su proceso creativo y sus inseguridades que provocaban que siempre tuviese muy en cuenta la opinión de quienes leían sus textos originales.

martes, 29 de junio de 2021

Pilar Reyes / “Para ser editora necesitas lecturas, curiosidad y grandes dosis de optimismo”


La editora Pilar Reyes.
La editora Pilar Reyes.

Pilar Reyes: “Para ser editora necesitas lecturas, curiosidad y grandes dosis de optimismo”

Nacida en Bogotá hace 49 años, es directora de la división literaria del grupo Penguin Random House; es decir, la responsable final de sellos como Lumen, Reservoir Books, Literatura Random House, Debate, Taurus y, por supuesto, Alfaguara, que acaba de recibir el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial del Ministerio de Cultura


Babelia
25 de junio de 2021


¿Qué tres virtudes debe tener alguien que se dedica a la edición?

Lecturas, curiosidad y grandes dosis de optimismo.

Pilar Reyes / La literatura colombiana es de heridas profundas

Pilar Reyes



"La literatura colombiana es de heridas profundas": Pilar Reyes


Diego León Giraldo

10 de junio de 2021

Los libros han atravesado y trazado la vida de Pilar Reyes. Incluso antes de sus siete años cuando las lágrimas se le desgranaban leyendo Corazón, regalo de la abuela Alicia, una poeta que en vacaciones montaba con sus demás nietos las obras que escribía Carlos José Reyes, padre de Pilar, dramaturgo e historiador del teatro colombiano.

Pilar Reyes / Entrevista

 

Pilar Reyes


Pilar Reyes

ENTREVISTA 






domingo, 3 de noviembre de 2019

Pilar Reyes / “Aunque sea paradójico, los malos tiempos son buenos para crear”




Pilar Reyes: “Aunque sea paradójico, los malos tiempos son buenos para crear”

La responsable de la división literaria de Penguin Random House se somete al carrusel de preguntas de este diario

Jorge Morla
Madrid, 31 de octubre de 2019






Pilar Reyes, durante una entrevista en Madrid.
Pilar Reyes, durante una entrevista en Madrid. BERNARDO PÉREZ

Pilar Reyes vive tiempos “felizmente agitados”. Tras acabar la presentación de Sidi —la novela de Arturo Pérez-Reverte sobre el Cid— vive inmersa en la promoción de Tiempos recios —lo último de Mario Vargas Llosa—. Reyes, que dejó Bogotá en 2009 para ir a Madrid como directora editorial de Alfaguara, se convirtió este febrero en responsable de la división literaria de Penguin Random House en español. Vive entre papeles y autores, es firme defensora de la religión que prima el libro sobre la película y si se le pregunta sobre qué libro de su catálogo prefiere, no responde. “Es como preguntar a una mamá a qué hijo quiere más”.
De pequeña quería ser…

Tuve dos momentos. Primero quise ser antropóloga, y luego quería ser guionista de cine.

jueves, 28 de febrero de 2019

Pilar Reyes lidera la nueva división literaria de Random House


PILAR REYES


Pilar Reyes lidera la nueva división literaria de Random House

El grupo reestructura la firma tras la muerte de Claudio López Lamadrid


Madrid, 25 febrero de 2019

Penguin Random House Grupo Editorial anunció ayer un cambio en su estructura en España, tras el inesperado fallecimiento el pasado 11 de enero de Claudio López Lamadrid, director editorial de la firma y de los sellos Literatura Random House, Reservoir Books y Caballo de Troya. “A partir de ahora Pilar Reyes liderará una nueva división editorial dentro de Penguin Random House Grupo Editorial integrada por todos los sellos literarios del grupo, tanto en la linea de ficción como de ensayo. Formaran parte de esta división los sellos Alfaguara, Lumen, Caballo de Troya, Literatura Random House, Reservoir Books, Debate y Taurus”, dice la nota informativa.
Reportando a Reyes, Miguel Aguilar asumirá la dirección literaria de los sellos Literatura Random House, Reservoir Books y Caballo de Troya, se mantiene como director literario de Debate y Taurus. De Aguilar dependerán Jaume Bonfill, al frente de Reservoir Books, y Albert Puigdueta y Carme Riera, como editores de los sellos Literatura Random House y Caballo de Troya, que seguirá contando con sus editores invitados. En cuanto al área de ensayo, Aguilar seguirá contando con Elena Martínez Baviere quien, además del sello Taurus, pasa a integrar el equipo de Debate. Roberta Gerhard reportara a Martínez, como editora de ambos sellos. Juan Diaz dirigirá la coordinación editorial del grupo y continuará como director de Ediciones B, Debolsillo, Penguin Clasicos, Vergara, Nova, Plan B, B de Bolsillo y la División de Infantil, Juvenil y Cómic.


sábado, 27 de enero de 2018

Cien años de soledad / Cuando Gabo decidió volver a leerse



Desde la izquierda, Darío Villanueva, Felipe González y Víctor García de la Concha, en la presentanción.
Desde la izquierda, Darío Villanueva, Felipe González y Víctor García de la Concha, en la presentanción.  EL PAÍS

Cuando Gabo decidió volver a leerse


González, Villanueva y García de la Concha presentan la recuperación de la edición definitiva de 'Cien años de soledad'


JESÚS RUIZ MANTILLA
Madrid 25 ENE 2018 - 02:58 COT


La edición definitiva que la Real Academia Española y Alfaguara lanzaron de Cien años de soledad en 2007 con Gabriel García Márquez como cómplice absoluto, no sólo ha sido un hito por haber vendido 1,3 millones de ejemplares en todo el mundo. O por haberse agotado y que hoy se consiga en internet a mucho más de los 13,99 euros que costará de nuevo en el mercado. Aquello fue un acontecimiento, según Víctor García de la Concha, director honorario de la RAE y Felipe González, expresidente del Gobierno español y amigo íntimo del autor, “porque logró que se volviera a leer a sí mismo”.

domingo, 31 de diciembre de 2017

Javier Marías / Grafiteros, mendigo y académico




Grafiteros, mendigo y académico


La cosa empezó en una presentación, continuó con un hombre que me confundió con un cura y acabó con un tegucigalpense demasiado sincero
HAY SEMANAS llenas de pequeños sinsabores o incidentes que lo mueven a uno a la risa, más que al enfado. Ojalá fueran todos así. La que hoy termina ha sido una de esas. La cosa empezó en la presentación de la última novela de Pérez-Reverte. En el escenario, el autor y tres mujeres, entre ellas nuestra magnífica editora Pilar Reyes, afanándose por dialogar e interesarnos. A mi izquierda, un par de individuos, con calva moderna y media barba, que no paraban de cuchichear como posesos. Una incontinencia verbal fuera de serie. “¿Qué diablos hacen aquí”, me preguntaba, “en un sitio al que se viene a escuchar, no a rajar desenfrenadamente?” Claro que el panorama general del patio de butacas no era alentador: la mitad de los asistentes estaban a lo suyo, es decir, mandando y recibiendo whatsappsy chistes, haciendo fotos y vídeos con sus aparatos estúpidos, sin prestar la menor atención a lo que se hablaba arriba. La mala educación de mucha gente está alcanzando niveles disuasorios: ya no se puede ir al cine, ni a un concierto. Pero al menos los del móvil “interactuaban” en silencio, más o menos, mientras que los calvos modernos no descansaban: chucu-chucu, chucu-chucu, un bisbiseo inaguantable. Aun así aguanté cuarenta minutos, limitándome a mirar con estupor al que tenía al lado. Hasta que no pude más. Ya he escrito aquí sobre los peligros de llamarle hoy la atención a nadie. Poco después de hacerlo hubo dos víctimas más: un anciano le afeó a un coche, a distancia, haberse saltado un paso de cebra, y el conductor se detuvo, se bajó, le pegó un puñetazo al viejo y lo dejó seco en la calzada; y otro sujeto que meaba en la calle respondió a la recriminación de un vecino sacando una pistola y metiéndole un tiro. Así que me jugué la vida al decirles: “Oye, ¿vuestra tertulia la tenéis que tener aquí?” A lo que el de más allá me contestó altanero: “Es que podemos hacer las dos cosas, escuchar y hablar”. “Ya”, le respondí sin discutirle la falsedad, “pero molestáis a los demás, que no somos tan hábiles”. Pararon un poco, sólo un poco. Tres días después, Pérez-Reverte estaba informado: “Ya sé que casi te pegas con unos amigos míos”. “Pues vaya amigos, no sé por qué no escogieron la cafetería”. “Son dos grafiteros que me echaron una mano con una novela. Desde entonces van a todo lo mío, por lealtad personal, pero se aburren. Eso sí, me dijeron que eras chulo”. “¿Chulo yo? Para nada, fui muy modoso”. Comprendí que, en efecto, me había jugado la vida con tipos de acción, y encima amigos de un amigo.

jueves, 16 de febrero de 2017

¿A quién sirven los premios literarios?



¿A quién sirven los premios literarios?

Una sombra de duda se cierne desde hace años sobre los galardones comerciales. ¿Son algo más que una pura herramienta promocional?


MARIBEL MARÍN
13 FEB 2017 - 05:16 COT





Trofeos de varios premios literarios españoles.

Dolores Redondo, todo un fenómeno editorial por su Trilogía del Baztán publicada por Destino, del Grupo Planeta, ganó precisamente los 601.000 euros del Premio Planeta 2016, el mejor dotado después del Nobel, por Todo esto te daré. El grueso de los miembros del jurado que la encumbró están vinculados a la casa. Lo mismo ocurre con Care Santos, último premio Nadal por Media vida. La escritora está en el catálogo de Planeta, sello hermano de Destino, editorial que concede el premio, y la mayoría de sus valedores figuran en nómina del primer grupo editorial de España y de América Latina, casuística que se repite —autor de la casa y/o jurado mayoritariamente de la casa— en los últimos fallos del Premio Herralde de Novela, el Biblioteca Breve, el Alfaguara y otros grandes galardones comerciales españoles. Como es habitual, las dos escritoras estaban en las mediáticas cenas en las que se hace público el nombre del ganador y, como es habitual, antes de que se conociera el fallo, sus nombres circulaban por Twitter y presidían las portadas de algunos diarios ya impresos para el día siguiente.

martes, 17 de enero de 2017

Pilar Reyes / Nunca los libros son demasiados



Pilar Reyes en Zenda. Foto: Jeosm

Pilar Reyes: “Nunca los libros son demasiados”


KARINA SAINZ BORGO
17 de enero de 2017
Son las diez y media de una mañana fría y áspera. Con el cabello recogido en un moño y la cara luminosa de quienes no cultivan los excesos, Pilar Reyes atraviesa la puerta de la cafetería del barrio de Argüelles elegida para esta entrevista. La editora ha llegado pronto. Su casa no está lejos de aquí, explica con ese acento bogotano que todo lo dulcifica. Es la misma que habitó Pablo Neruda durante sus años como cónsul de Chile en Madrid entre 1934 y 1936, luego de que Rafael Alberti lo convenciera de que aquel era el mejor barrio de la ciudad. A ella, cómo no, también le gusta. Vive aquí desde que llegó a Madrid hace ya ocho años para dirigir el sello Alfaguara España.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Pilar Reyes / Sobre El héroe discreto


Pilar Reyes

Sobre ‘el héroe discreto’

Testimonio de la directora de Alfaguara en España sobre su experiencia de ser la editora de la más reciente novela del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.


14 de septiembre de 2013 - Especial para El Espectador - Madrid

Mario Vargas Llosa y Pilar Reyes
Foto: EFE
“¡Pilar, terminé la novela!”. Esa fue la frase con la que Mario Vargas Llosa me saludó en el Hay Festival de Cartagena de este año, tras muchos meses sin vernos. La alegría que expresaban su sonrisa y su voz abiertas lo decía todo: venía de un viaje, el de la escritura, en el que había gozado plenamente. Lo que me contó luego me dejó con la curiosidad a flor de piel durante semanas: esta novela era su regreso narrativo al Perú, nada menos que a la emblemática ciudad de Piura, donde ocurren algunas de sus historias mayores, empezando por La casa verde.
A mediados de febrero recibí el manuscrito de El héroe discreto y su lectura fue sorpresiva y emocionante para mí, porque sentí que este era un libro de muchos reencuentros.
Vargas Llosa había elegido, es verdad, revisitar su tierra, pero además había optado por hacerlo contando una historia enmarcada en los tiempos prósperos que vive el Perú hoy. Un relato sin héroes de leyenda, como lo fue Roger Casement, el irlandés protagonista de El sueño del celta, su novela inmediatamente anterior.
El héroe discreto no narra grandes hazañas. Vargas Llosa ha elegido personajes modestos, cuya batalla se libra en lo cotidiano, en el escenario doméstico de sus pequeñas vidas, para hablar de su país hoy. Los personajes de este libro no luchan contra grandes asuntos, como el nacionalismo o la opresión; pelean por el derecho irrenunciable a ser decentes en una sociedad donde todo invita a tomar el camino corto de la trampa y el chantaje.
Giovanni Quessep lo dijo todo sobre las historias que le son propias a nuestro continente en un poema hermoso y cierto titulado La alondra y los alacranes:
Acuérdate muchacha
que estás en un lugar de Suramérica
no estamos en Verona
no sentirás el canto de la alondra
los inventos de Shakespeare
no son para Mauricio Babilonia
cumple tu historia suramericana
espérame desnuda
entre los alacranes
y olvídate y no olvides
que el tiempo colecciona mariposas.

Mario Vargas Llosa

A mi entender, Mario Vargas Llosa lleva incluso más lejos esa apuesta narrativa: contar esta historia, tan profundamente latinoamericana, en la clave del género más popular de este continente, el melodrama. Es inevitable pensar que la trama argumental de esta nueva novela parezca escrita por Pedro Camacho, el infatigable escribidor de culebrones que protagoniza La tía Julia. La anécdota es esta: el héroe discreto narra dos historias paralelas. Una, la de Felícito Yanaqué, dueño de una empresa de transportes en la pujante Piura, quien un día recibe un papelito anónimo que lo conmina a pagar un tributo mensual a cambio de “protección”. La historia empieza cuando nuestro héroe se niega en redondo a pagar el soborno. La otra tiene como protagonista a Ismael Carrera, viudo, dueño de una poderosa firma de seguros, y como centro, el matrimonio de éste con Armida, su criada durante años, que supondrá un escándalo en la ciudad de Lima y encenderá la ira de su familia. La historia comienza cuando Ismael huye en secreto y sus dos hijos inútiles emprenden contra él una desaforada batalla que implicará a don Rigoberto, viejo amigo y compañero de Ismael, obligándolo a posponer todos sus planes de un plácido retiro.
Esta novela es también un regreso a viejos conocidos del mundo vargasllosiano (el sargento Lituma, don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, los inconquistables) cuyas vidas —tan distintas, tan lejanas, tan contrapuestas— se cruzan y entremezclan.
De algún modo, este libro es una nueva exploración de uno de sus grandes temas: ilustrar la lucha que dan ciertos seres humanos excepcionales para vivir de acuerdo con sus deseos y hacer que el mundo se acerque, lo más posible, a sus anhelos e ideales éticos. También el regreso a un tono, el humor, que usó de manera magistral en libros como Pantaleón y las visitadoras y que tiene un papel importante en muchos de sus textos.
El miércoles pasado, en una concurrida rueda de prensa en la Casa de América de Madrid, Mario Vargas Llosa dijo que esta novela se gestó como se han gestado prácticamente todas las ficciones que ha escrito: a partir de algunas experiencias personales. Reconoció que en su caso, como en el de otros muchos escritores, la imaginación no trabaja en abstracto sino a partir de ciertas imágenes que proceden de experiencias vividas. El punto de partida de El héroe discreto fue una historia ocurrida en Trujillo, una ciudad del norte del Perú y que ha sido especialmente protagonista de estos tiempos de crecimiento, donde un empresario transportista, de origen muy humilde, había hecho pública su decisión de no pagar una vacuna a la mafia. El escritor se interesó por la historia de un personaje que actuaba de este modo, movido por un principio puramente moral, fuera religioso o político o cívico. La novela contaba inicialmente esta sola historia, pero como ha ocurrido en casi todas las ficciones que ha escrito el Premio Nobel peruano, apenas empezó a trabajar en ella surgió la idea de contar otra historia que la complementara, que le diera un juego de contraste. Así se incorporaron don Rigoberto, doña Lucrecia, Fonchito, en una suerte de contrapunto narrativo entre dos familias, dos personajes, dos mundos, dos ciudades, dos clases sociales, que estructura la novela.
“Ay del país que necesite héroes”, citó Vargas Llosa a Bertolt Brecht en Casa de América, para decir que tal vez fuera cierto que no son necesarios héroes epónimos, pero sí figuras como la de Felícito Yanaqué, ciudadanos comunes y corrientes, discretos héroes anónimos que son la reserva moral de un país. Ellos son indispensables para que una sociedad salga adelante y, sobre todo, para que un colectivo conjure sus demonios. Ese es el tema profundo de la novela y el sentido de su protagonista, que representa el optimismo medido, moderado, que tiene Mario Vargas Llosa respecto al futuro del Perú y que en el pasado no tenía. No es poco, ni como lectura de la realidad ni como móvil de su ambición literaria en este libro, pues no olvidemos que fue este mismo escritor el que hace cuarenta y cuatro años, y con la precisión del dardo, se preguntó: ¿en qué momento se jodió el Perú?
Por: Pilar Reyes - Especial para El Espectador - Madrid



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