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martes, 2 de marzo de 2021

Corinna de Borbón, Reina de España

 

Juan Carlos I y Corina Larsen
Barcelona, 2006


Corinna de Borbón, Reina de España


Juan Carlos I consultó con un despacho especializado la posibilidad de divorciarse para casarse con su amante



Miguel González
Madrid, 28 de febrero de 2021

Fue Corinna Larsen quien habló públicamente de matrimonio. En declaraciones a la BBC, en agosto pasado, aseguró que su padre la llamó en 2009 para decirle que Juan Carlos I había pedido su mano. “También le dijo a mi padre que no podía hacerlo enseguida, que llevaría un tiempo. Quería que mi padre supiera que iba en serio conmigo. Pensé que podría desestabilizar la Monarquía y por eso nunca llegué a perseguir la idea de la boda. Sólo lo tomé como una prueba de la seriedad de la relación”, añadió.

La frase con la que Corinna revela la verdad sobre el matrimonio de Juan Carlos I y Sofía

Corinna y el rey Juan Carlos, en un acto de 2006, cuando llevaban dos años de relación.
Corinna y el rey Juan Carlos, en un acto de 2006, cuando llevaban dos años de relación.

La frase con la que Corinna revela la verdad sobre el matrimonio de Juan Carlos I y Sofía


La separación de los reyes eméritos es un secreto a voces desde hace años y la reciente salida de España de Juan Carlos I sin doña Sofía no ha hecho otra cosa que confirmarlo. Por si hacían falta más datos, en la entrevista exclusiva de Corinna Larsen con la BBC está la clave.

La última corte de Juan Carlos 'El Solitario' / Ricos, viejos amigos y su inseparable médico

Juan Carlos de Borbón




La última corte de Juan Carlos 'El Solitario': ricos, viejos amigos y su inseparable médico

En los últimos tiempos, el monarca ha intensificado su relación con los multimillonarios Fanjul, primeros productores de azúcar en el mundo. El rey emérito viaja a todas partes con un doctor pegado a su sombra

Juan Luis Galiacho 

4 de febrero de 2017 


A Juan Carlos de Borbón (79 años), rey emérito de España, no le ha gustado nada que se vuelva a investigar sobre su pasado de romances y amores, tras reaparecer en los medios de comunicación el affaire de su relación intermitente de 17 años con la vedette murciana Bárbara Rey. Al igual que ha ocurrido siempre, su reacción ha sido muy diferente a la de la reina Sofía. No ha sido de tristeza, sino de indignación, “pero tampoco esos enfados que hacían temblar el Palacio de la Zarzuela”, según su círculo más íntimo. “La reacción ha sido más comedida que en escándalos anteriores, una mezcla de preocupación y de huida hacia delante, de no querer saber nada y de pasar página lo antes posible”. 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Las nuevas revelaciones de Corinna Larsen / ¿La reina Sofía conspiró para sacar a su esposo del trono?



Corinna Larsen

Las nuevas revelaciones de Corinna Larsen: ¿la reina Sofía conspiró para sacar a su esposo del trono?

La amante del rey Juan Carlos España, quien permanece exiliado en los Emiratos Árabes Unidos por un escándalo de corrupción, le dijo a la revista Paris Match que la reina estuvo detrás de las filtraciones que minaron la popularidad del rey.


Corinna Larsen
La monarquía española pasa momentos difíciles. A la salida al exilio del rey emérito Juan Carlos I, que se fue de su país envuelto en un escándalo de corrupción por supuestas coimas ilegales pagadas por los árabes, se han sumado las declaraciones de su examante, la alemana Corinna Larsen, la otra protagonista del escándalo, quién no ha dudado en salpicar a toda la familia real.

Corinna Larsen / La mujer que traicionó y se quedó con la fortuna del rey

Corinna Larsen

Corinna Larsen: la mujer que traicionó y se quedó con la fortuna del rey

La 'princesa' alemana se ha vuelto una figura clave en el escándalo de corrupción que afecta a su examante, el rey emérito. Esta es la historia de amor que terminó convertida en tragedia.


5 de septiembre de 2020

El rey Juan Carlos conoció a Corinna Larsen en 2004, en un viaje de caza a una finca llamada La Garganta, ubicada cerca de Ciudad Real, en España. Ella tenía 39 años, iba como la relacionista pública del fabricante de armas que había organizado la cacería con varias personalidades famosas y aún usaba su apellido de casada, Zu Sayn-Wittgenstein. Como su marido era príncipe, ni corta ni perezosa se había quedado con el título y con el apellido después del divorcio.

La reina Sofía de España / Digna, sola y humillada por su esposo

LA REINA SOFIA Y JUAN CARLOS I



La reina Sofía de España: digna, sola y humillada por su esposo




La princesa griega, cuyo matrimonio con el rey Juan Carlos I parecía un cuento de hadas, es hoy la víctima de un drama personal y un escándalo mundial a causa de la codicia y la adicción al sexo de su marido.

3 de septiembre de 2020
“La historia hablará bien de mí”, concluía la reina Sofía en una inusual entrevista en 2008 por sus 70 años. Hoy, cuando una catástrofe ha desintegrado a su familia, la reflexión podría seguir siendo la misma, porque se inventó y desempeñó con acierto un rol cuyas funciones no estaban escritas, y, además, porque ha soportado con entereza el infortunio de vivir atada a un hombre que la ha amado poco.

miércoles, 5 de agosto de 2020

La reina Sofía seguirá viviendo en La Zarzuela tras la marcha de Juan Carlos I


Doña Sofía, en una reunión de trabajo del comité ejecutivo de la Fundación Reina Sofía, en La Zarzuela el pasado 16 de julio.
Doña Sofía, en una reunión de trabajo del comité ejecutivo de la Fundación Reina Sofía
La Zarzuela, Madrid, 16 de julio de 2020

La reina Sofía seguirá viviendo en La Zarzuela tras la marcha de Juan Carlos I

La madre de Felipe VI continuará con sus labores institucionales y su trabajo en la fundación que lleva su nombre


Madrid, 3 de agosto de 2020



La decisión de Juan Carlos I de abandonar La Zarzuela y trasladarse fuera de España para evitar que las informaciones sobre las investigaciones abiertas por sus cuentas en el extranjero dañen a la Monarquía no va a suponer ningún cambio en la situación de la reina Sofía. Así lo confirman a este diario fuentes cercanas a la Casa del Rey, quienes aseguran que la reina emérita mantendrá su residencia en el palacio de la Zarzuela y continuará con sus actividades institucionales así como con las labores de la fundación que lleva su nombre. La madre de Felipe VI, que se encuentra de vacaciones en el palacio de Marivent, en Palma, queda al margen de los presuntos negocios en los que pudo participar su esposo.

Los errores que destruyeron el juancarlismo

El príncipe Juan Carlos de Borbón saluda a Franco en el Monasterio de El Escorial, 27 de febrero de 1971.
l príncipe Juan Carlos de Borbón saluda a Franco en el Monasterio de El Escorial,
27 de febrero de 1971


Los errores que destruyeron el juancarlismo

El accidente durante el safari de Botsuana cambió la percepción que la sociedad tenía del Rey, puso la lupa sobre el Monarca y abrió la puerta a ocho años de escándalos


Natalia Junquera
Madrid, 3 de agosto de 2020






El annus horribilis de la Monarquía española empezó en abril de 2012, a 7.600 kilómetros de Palacio, en Botsuana, y ha durado mucho más de 365 días. De hecho, aún no ha terminado, aunque don Juan Carlos ha anunciado que se va de España para no seguir perjudicando a su hijo, ahora en el trono. Ni era el primer safari de Juan Carlos I ni la primera mujer, pero iba a marcar, como descubrió pronto la Casa del Rey, “un antes y un después”.

El rey Juan Carlos dialoga con el premio Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez (d), en la casa de Huéspedes Ilustres, en Cartagena de Indias (Colombia), 18 de noviembre de 2004.
El rey Juan Carlos dialoga con el premio Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez (d), en la casa de Huéspedes Ilustres, en Cartagena de Indias (Colombia), 18 de noviembre de 2004.
Foto de Rafa Salafranca
El país estaba entonces al borde del rescate, con la prima de riesgo y el paro disparados. Unos días antes del viaje, el Rey había dicho que le quitaba el sueño que los jóvenes no tuvieran trabajo en España. Un percance —se cayó y se rompió la cadera— impidió que, como había ocurrido en otras ocasiones, la opinión pública no se enterase de la escapada. La Zarzuela barajó todas las opciones, incluida la de ocultar lo ocurrido, pero a las 9.30 del 14 de abril de 2012, 81º aniversario de la II República, informa de que don Juan Carlos ha sido operado de urgencia tras sufrir un accidente en un safari. El viaje para matar elefantes, con un coste de más de 40.000 euros, lo había pagado Mohamed Eyad Kayali, asesor de la familia real saudí que en 2016 aparecerá en los Papeles de Panamá como apoderado en 15 sociedades offshore. El Rey no estaba solo; le acompaña una mujer de nombre exótico que los españoles terminarán por aprender a fuerza de oírlo muchas veces durante los siguientes años: Corinna zu Sayn-Wittgenstein ―si tomaba el apellido de su exmarido para presentarse como princesa―; Corinna Larsen de soltera.

La difícil relación entre un Rey y un rey emérito

El rey Felipe VI, junto a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, durante la reunión del patronato de la Fundación Cotec en 2019.
El rey Felipe VI, junto a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, durante la reunión del patronato de la Fundación Cotec en 2019.

La difícil relación entre un Rey y un rey emérito

La resistencia de Juan Carlos I a abdicar tensó las relaciones con su heredero, que nada más llegar al trono intentó poner distancia entre los dos reinados


Pablo Ordaz
San Sebastián, 3 de agosto de 2020

En las dos últimas décadas del siglo pasado, e incluso en los primeros años del actual, era frecuente escuchar esta frase.


–Yo no soy monárquico, yo soy juancarlista.

Era una postura cómoda, pragmática, un vamos a llevarnos bien que evitaba una discusión a fondo sobre la monarquía, pero que reconocía la figura de Juan Carlos I, que ha comunicado este lunes su decisión de abandonar España, y su papel en la transición entre el régimen franquista y la democracia. El gran inconveniente, que entonces ni se vislumbraba, era que aquella comodidad escondía también un gran peligro: todo se había apostado a una carta. Si en algún momento, por cualquier circunstancia, la figura de Juan Carlos I se derrumbaba, la institución monárquica y por tanto la Jefatura del Estado correría un gran peligro. Pero ni los partidos políticos, ni los sucesivos Gobiernos –ora del PSOE, ora del PP– creyeron en ningún momento conveniente trazar un plan para fortalecer la institución más allá de la figura de aquel Monarca que entonces se percibía tan simpático y campechano.

Juan Carlos I abandona España para salvaguardar la Monarquía

El Parlamento de Navarra retiró el pasado mes de julio el retrato del rey emérito de la Sala de Gobierno. En vídeo, la trayectoria del rey emérito termina fuera de España.

Juan Carlos I abandona

España

Juan Carlos I abandona España para salvaguardar la Monarquía

El rey emérito comunica a Felipe VI que se va del país para evitar que las noticias sobre su fortuna en el extranjero dañen a la institución


Miguel González
Madrid, 3 de agosto de 2020



Juan Carlos I se ha marchado de España. El rey emérito ha comunicado a su hijo, Felipe VI, su “meditada decisión” de trasladarse al extranjero ante la “repercusión pública” de las noticias sobre sus cuentas en paraísos fiscales y “para contribuir” a que el jefe del Estado pueda desarrollar su función “desde la tranquilidad y el sosiego” que el cargo requiere, según la carta difundida este lunes por la Casa del Rey.

domingo, 19 de julio de 2020

Juan Carlos I asume que debe dar un paso al lado y distanciarse de Zarzuela



Juan Carlos I asume que debe dar un paso al lado y distanciarse de Zarzuela

El rey emérito, dispuesto a dar un paso al lado para salvaguardar la Monarquía


Miguel González
Madrid, 17 de julio de 2020



Juan Carlos I ha asumido que debe dar un paso al lado para salvaguardar a la Monarquía de la investigación abierta sobre sus cuentas en paraísos fiscales y sopesa un alejamiento físico de la Zarzuela, pero no la renuncia al título honorífico de Rey, según fuentes de su entorno. El padre del Rey está al tanto de las informaciones que se publican cada día sobre sus negocios privados y es consciente del daño que hacen a la institución, pero aún no hay consenso entre Felipe VI, el Gobierno y Juan Carlos I sobre la fórmula y el momento oportunos para blindar a la Corona de las responsabilidades personales de este último.

viernes, 10 de julio de 2020

Lo siento, pero volverá a ocurrir

Rey Juan Carlos - Pancho Cajas | Caricaturas, Dibujos y ...
Juan Carlos I

Lo siento, pero volverá a ocurrir

El perdón transforma a quien perdona y al perdonado, nos enseñó Eric-Emmanuel Schmitt, pero no parece el caso del rey emérito


Berna González Harbour
9 de julio de 2020



En la fe católica se puede jugar a la barra libre de pecados porque uno siempre puede inclinar la rodilla en el confesionario y pedir perdón. El arrepentimiento es el comodín de la llamada, Dios es siempre misericordioso y el perdón está garantizado. El próximo domingo habrá otra oportunidad y el borrón y cuenta está siempre al alcance de la mano.

El Gobierno y la Casa Real abordan el futuro de Juan Carlos I tras la crisis






La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo hace unas declaraciones antes de presentar un Manuel de Derecho Constitucional con perspectiva de género en la Universidad de Salamanca este jueves.La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo hace unas declaraciones antes de presentar un Manuel de Derecho Constitucional con perspectiva de género en la Universidad de Salamanca este jueves.JM GARCIA / EFE

El Gobierno y la Casa Real abordan el futuro de Juan Carlos I tras la crisis

Sánchez plantea revisar la inviolabilidad del Rey en la Constitución


Carlos E. Cue / Miguel González
Madrid, 9 de julio de 2020

El Gobierno quiere salvaguardar a la Monarquía del escándalo provocado por la investigación abierta por los fiscales suizos y españoles sobre los fondos de Juan Carlos I en el extranjero. Y ha entrado en el debate sobre la revisión del papel del rey emérito. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha resucitado este jueves la propuesta de reformar la Constitución para eliminar la inviolabilidad del jefe del Estado o, al menos, limitarla a las actividades vinculadas a su cargo, no las privadas. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha dejado en manos de Felipe VI cuaquier decisión sobre la situación de su padre.

lunes, 6 de julio de 2020

El triste ocaso de Juan Carlos I, el Rey emérito de España

S. M. el Rey Juan Carlos I; fotografía oficial. Casa de Su ...
JUAN CARLOS I
UN PASADO REAL: AMANTES, DINERO Y VENGANZA



El triste ocaso de Juan Carlos I, 
el rey emérito de España

Las amantes de Juan Carlos I / Las seis mujeres que perdieron la cabeza por el rey



Las principales mujeres que han marcado la vida de Juan Carlos I. De izquierda a derecha: la reina Sofía, Gabriela de Saboya, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, Marta Gayà, Bárbara Rey y Olghina de Robilant. Ilustración de Tomás Serrano

LAS AMANTES DE JUAN CARLOS I

Las seis mujeres 
que perdieron la cabeza por el rey



De nuevo, doña Sofía está desolada, como sucedió semanas atrás cuando volvió a hablarse con detalle de la relación del rey emérito con la actriz Bárbara Rey. Ahora ha reaparecido el fantasma de Marta Gayà. En total, seis mujeres han marcado la vida de Juan Carlos I, como sucedió con el monarca inglés.

Juan Luis Galiacho
18 de marzo de 2017


Las conversaciones grabadas por los servicios secretos españoles en las décadas de los 80 y 90 a relevantes personajes de la vida pública y económica española, entre ellos el propio rey Juan Carlos, han vuelto a reabrir viejas heridas en la casa real española y sacan de nuevo a la luz las relaciones sentimentales que mantuvo el monarca español durante los muchos años de su ya longeva vida. Otro tsunami que acecha a la reina doña Sofía, que lo pasó realmente mal cuando en enero resurgió el escándalo de los amoríos de don Juan Carlos con la vedette murciana Bárbara Rey. También estaba implicado el servicio de espionaje español, que en este caso buscaba tapar el affaire.


El pasado lunes la reina emérita asistió con don Juan Carlos al acto de la imposición de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio a Francisco Luzón López. Se la vio, como siempre, impecable en las formas. Casi todo el tiempo estuvo seria, pero incluso en algún momento dedicó algún gesto de complicidad a su marido.



Sus más allegados dicen que de nuevo está desolada, aguantando estoicamente un nuevo golpe. Y son ya muchos. La mala suerte o el azar llevaron a que el cénit del escándalo del caso Bárbara Rey la cogiera en España, con recepciones privadas y otros actos públicos previstos como el que le obligó a acudir con Don Juan Carlos y sus majestades Felipe VI y doña Letizia a la entrega de los Premios Nacionales del Deporte (23 de enero de 2017). Dicen sus allegados que a la reina, más que los afectos, le duele mucho en lo personal que en el recuerdo de sus casi 39 años de reinado junto a Juan Carlos I quede al final un legado lleno de amantes y escándalos. Algo que ha pasado con muchos monarcas a lo largo de la Historia.



Don Juan Carlos I y doña Sofía, en Bruselas.



Históricamente, Enrique VIII no tiene parangón. Pocos reyes han sido más famosos en Inglaterra y en toda Europa que él por sus amoríos e infidelidades. Testarudo y temperamental, consiguió muchos logros para una entonces pequeña Inglaterra que seguía lamiéndose las heridas de lo perdido en Francia y de una guerra civil que había asolado el país en décadas anteriores. Nadie duda que creó las bases de lo que sería un imperio, pero todo ello quedó eclipsado por sus relaciones amorosas y la ruptura con Roma, en este caso bajo la influencia de una de sus amantes, Ana Bolena. Esposas engañadas, repudiadas o ejecutadas.



También el propio monarca fue víctima a menudo de intrigas, de las malas artes de sus esposas, de consejeros poco competentes o de la mala fortuna. Diferente peso, intensidad y consecuencias para la Historia tuvieron las relaciones que mantuvo Enrique VIII con todas ellas: Catalina de Aragón, Ana Bolena, Juana Seymour, Ana de Cléveris, Catalina Howard y Catalina Parr. Mujeres que marcaron su vida.





Por orden de aparición, las esposas de Enrique VIII (en el centro): Catalina de Aragón, Ana Bolena, Juana Seymour, Ana de Cléveris, Catalina Howard y Catalina Parr.



Han pasado 470 años desde que Enrique VIII reinase. Ahora es en otra Corte, la de España, donde el escándalo se repite. Ambos monarcas tienen paralelismos, pero también diferencias (Juan Carlos I solo se casó con una mujer, mientras que Enrique VIII se casó con seis). Seis también han sido, al menos, las féminas que han marcado la vida del hoy rey emérito de España: Doña Sofía, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, Marta Gayà, Bárbara Rey, Olghina de Robilant y Gabriela de Saboya. Mujeres que perdieron la cabeza por el monarca.

SOFÍA DE GRECIA, LA SUFRIDORA PROFESIONAL




Doña Sofía de Grecia, de joven



Su mujer, su única esposa. Sofía de Grecia y Dinamarca conoció a don Juan Carlos en el verano de 1954 a bordo del yate Agamenón, un crucero que organizó su madre, la reina Federica de Grecia. La futura reina de España tenía 15 años, y Juan Carlos, 16. Los Reyes no congeniaron en aquella ocasión, ya que ella estaba enamorada del entonces príncipe Harald de Noruega y él mantenía una relación con María Gabriela de Saboya.



Tres años más tarde volvieron a encontrarse en la boda de uno de los hijos del Conde de París y poco después, en el enlace de un pariente lejano de don Juan Carlos, Antonio de Borbón Dos Sicilias. Allí fue donde surgió la chispa. El siguiente gran encuentro fue el 8 de junio de 1961, cuando asistió en York a la boda de los duques de Kent. Por entonces, la relación ya estaba consolidada. Desde ese momento se precipitaron los acontecimientos. La petición de mano se produjo el 13 de septiembre de 1961 en Lausana y la boda tuvo lugar en Atenas, el 14 de mayo de 1962.



A pesar de lo que se vendió en aquellas fechas, don Juan Carlos y doña Sofía siempre mantuvieron una relación de cariño mutuo y afecto real que perduró hasta la llegada de la democracia a España. Lo que ningún experto en Casa Real pone en duda es que Juan Carlos I sí sacó un buen partido de esta boda, pues se trataba de una princesa real. Podemos decir que es como la Catalina de Aragón de Enrique VIII para Juan Carlos I. Primogénita de una casa real reinante, hija de Pablo I de Grecia y la reina Federica, renunció a todos sus derechos al convertirse al catolicismo tras su boda.



Doña Sofía nació el 2 de noviembre de 1938 en el Palacio Real de Tatoi de Atenas. La Segunda Guerra Mundial la obligó a pasar sus primeros años de la infancia en Egipto, Sudáfrica y Londres, para regresar a Grecia en 1946. Allí su padre fue coronado rey un año más tarde, tras la muerte de su tío Jorge II. Vivió su juventud entre constantes fiestas y encuentros reales, gracias a lo cual se fraguó su relación con Juan Carlos I.

Durante los primeros años de casados, los reyes de España convivieron como lo haría cualquier matrimonio al uso, bajo el férreo control de la dictadura de Francisco Franco. Fueron los años más sobrios para el matrimonio real, pues el dictador, que tenía al príncipe sometido a un estricto control, no permitía ningún devaneo. Dicen los expertos consultados que si hubiera habido alguno, habría tenido lugar en algún viaje de don Juan Carlos fuera de España. Pero la reina ni la opinión pública conocieron por entonces ninguno. Según ha contado doña Sofía a sus más próximos, fueron los días más felices que ha vivido en su matrimonio, a pesar de las privaciones económicas y del control.

Tras la muerte de Franco en 1975 y la llegada de Adolfo Suárez, comienza el punto de inflexión en el matrimonio real. La libertad de acción que empezó a reinar en el pueblo español permitió a don Juan Carlos comenzar ciertos devaneos, recordando quizá el código moral de los Borbones.

La primera gran quiebra de la pareja se produjo en enero de 1976. Según se ha contado, la reina se desplazó con sus tres hijos a una finca en Toledo para dar una sorpresa a don Juan Carlos, que estaba cazando. Pero la sorpresa se la llevó ella. Doña Sofía, aparentemente enterada de esta sonada infidelidad, se marchó a la India llevándose con ella a sus tres hijos sin aparente permiso explícito del Gobierno.

Aquello dio lugar a una gran rumorología, y se cubrió bajo la pantalla de un viaje de la reina y de sus hijos a la ciudad de Madrás para visitar allí a su madre, la reina Federica de Grecia. Parece que aquella marcha de la reina se debió a una relación del rey con una folclórica, que podría haber sido Sara Montiel. Fue un punto y aparte. Su madre, su suegra y la abuela de su marido la convencieron para que volviese. “Los españoles son muy malos maridos, y los Borbones ni te cuento”, afirman que le dijo la reina Victoria Eugenia. Doña Sofía decidió regresar. Pero cada uno comenzó a hacer su vida, a dormir en dormitorios separados.

Desde ese día, han sido cuatro décadas en la que ha asumido su papel como reina. “La reina doña Sofía es una gran profesional”, ha dicho siempre don Juan Carlos sobre ella. Ante los escándalos y supuestas infidelidades del monarca, muchos han intentado buscar algún desliz de doña Sofía, pero no ha habido éxito. Se llegó a especular que tenía una casa en Londres, donde mantenía sus aventuras. Además, se la relacionó con un médico radicado en la capital británica, también con un empresario con gustos afines por el arte, así con uno de sus guardaespaldas. Pero nunca se demostró con pruebas. La reina se refugióen sus hijos y nietos.

Los últimos escándalos de la cacería de Botsuana y el caso Urdangarin, que alejó a su hija Cristina y a sus nietos fuera de España, han pesado como una losa y han derrumbado parte del muro de naipes que fue construyendo para protegerse. Todo ello provocó el fin del disimulo realizado durante décadas.

Del mismo modo, Catalina de Aragón pasó sus últimos días en soledad, apartada y lejos de la Corte. Sofía sin esa soledad estricta, y aun participando en algún acto institucional, se ha refugiado en su círculo familiar más cercano: su prima Tatiana, sus hermanos Constantino e Irene. Y también con sus nietos: Felipe Juan Froilán, Victoria Federica, Juan, Pablo, Miguel, Irene, Sofía y la futura reina de España, Leonor de Borbón y Ortiz .


CORINNA LARSEN, REINA EN LA SOMBRA




Corinna Larsen



Enrique VIII tuvo como cuarta esposa a una princesa alemana, Ana de Cléveris. Don Juan Carlos tuvo a la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein (53 años) como una “amiga entrañable”. La alemana (de soltera, Corinna Larsen) y él se conocieron en una cacería en Ciudad Real, en 2004. Ella, aunque aún no se había divorciado de su segundo marido(el príncipe Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein), hacía ya vida separada. Desde entonces mantendría una larga relación con el rey emérito no exenta de altibajos hasta hace poco. Don Juan Carlos la introdujo en los círculos de la buena sociedad madrileña, presentándola en cenas, acudiendo a monterías e incluso formando parte de la comitiva real en viajes de Estado.



Corinna ha sido una escaladora social toda su vida. Tras estudiar Relaciones Internacionales en Ginebra, se fue a trabajar a París con 21 años. Tres años después, contrajo matrimonio con Philips Adkins, padre de su primera hija (Anastasia) y persona que mantuvo una relación de confianza con Juan Carlos I hasta hace unos años. De hecho, estaba en la cacería de Botsuana junto al monarca y Corinna. En 2000, Corinna se convirtió en princesa consorte al contraer matrimonio con el príncipe zu Sayn-Wittgenstein, con el que tuvo un hijo, Alexander.



El acuerdo de divorcio permitió a la aristócrata utilizar de manera vitalicia el título de princesa y el apellido de la familia de su ex. El campo de acción de Zu Sayn-Wittgenstein siempre ha estado en el Golfo Pérsico y en los países de la extinta Unión Soviética. Hay que recordar que la princesa era una de las organizadoras de cacerías para estos magnates a través de la influyente armería británica Boss, de la que era directora general.



La relación fue como una montaña rusa. Al menos dos veces Corinna quiso romper con don Juan Carlos por no tolerar supuestamente las infidelidades del monarca. Tras ello, en 2009, Juan Carlos I vivió la época más intensa con la princesa alemana. Mantuvo contactos periódicos con ella hasta 2012, en un dúplex del complejo de lujo Domaine Rochegrise en los Alpes, que después vendió Corinna en 2013.

El dúplex era un lugar de mucha más privacidad que la casita del recinto real en el monte del Pardo habilitada para Corinna zu Sayn-Wittgenstein y su hijo. Esa casita, situada a menos de dos kilómetros del palacio de La Zarzuela, conoció una ingente actividad social: desde el director del CNI, Félix Sanz Roldán, hasta el exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. El dúplex en Suiza, sin embargo, era su refugio más íntimo. Don Juan Carlos pasó allí casi una semana en febrero de 2012, coincidiendo con el décimo cumpleaños del hijo pequeño de Corinna. Fue entonces cuando se comprometió con el niño a llevarlo a su primera cacería en África, en Botsuana. Y así lo hizo en abril de 2012, cuando todo se torció. La madrugada del 14 de abril de 2012, un avión trasladó de Botsuana a España al rey: tenía la cadera rota y había que ingresarlo en el hospital San José de Madrid. Ese día estalló todo.

Corinna abandonó su residencia de El Pardo, pero no se fue muy lejos del rey, tan solo a 10 kilómetros de Zarzuela. Allí, al parecer, adquirió un chalé en una exclusiva zona residencial de Somosaguas, con 500 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, y 2.915 de terreno destinado a zonas ajardinadas y aparcamiento. Pero los acontecimientos se desbordaron.

La opinión pública se abalanzó sobre el monarca, que tuvo que entonar el mea culpa. Nos relatan conocidos miembros de la nobleza que don Juan Carlos se “volvió loco y que no le importaba ya nada”. Tras décadas de intento de un aparente disimulo, conocido por muchos, el monarca quiso acabar de golpe con esa pantomima, divorciarse de doña Sofía y casarse con Corinna. Pero esto no se produjo por dos razones. Por un lado, la propia Corinna no quiso, según fuentes próximas a ella. Prefería ser “reina en la sombra” antes que exponerse directamente a la opinión pública. Por otro lado, fue determinante el papel de uno de los amigos más fieles del rey, el General del CNI Félix Sanz Roldán. El jefe de los servicios secretos españoles visitó a la princesa consorte en Londres en junio del 2012, en el hotel Connaugth, para pedirle que, por el bien de España, terminara con la relación con rey y se apartara definitivamente de él.

En estos últimos años, Corinna ha seguido con un papel estelar: más discreto pero influyente. Retornó a su base de operaciones en Mónaco, donde es una persona cercana al príncipe Alberto e, incluso, enseñó “buenas formas” a su mujer, Charlène de Mónaco. Su contacto con don Juan Carlos se ha reducido de forma importante en los últimos años, aunque su poder sigue indemne.

Enrique VIII compensó a su cuarta esposa, la princesa alemana Ana de Cléveris, con diversas propiedades a pesar de que solo reinó durante siete meses. Ana de Cleveris nunca dejó de acudir a la Corte y tener la gratitud del monarca. Enrique VIII decretó que se le diera preferencia por delante de todas las mujeres de Inglaterra, solo estaban por delante su esposa e hijas.


MARTA GAYÀ: EL GRAN AMOR




La decoradora Marta Gayà



Como han desvelado las conversaciones grabadas por el CNI, Marta Gayà fue el gran amor del rey emérito, como lo fue Juana Seymour para Enrique VIII. Sin embargo, la relación de Juan Carlos I con Marta Gayà fue larga, mientras que la de Enrique VIII con Juana Seymour se truncó por la muerte prematura de la misma.



La mallorquina formaba parte del núcleo duro de amistades que rodeaban a don Juan Carlos en la isla. Durante años disfrutaron de una relación que era un secreto a voces. El rey, recién entrado en la cincuentena, empezó a perder la cabeza rápidamente por ella: pasaban muchos fines de semana juntos y otros períodos no vacacionales. Ese amor le llevó a descuidar las obligaciones familiares e, incluso, las oficiales. En un principio, sus encuentros eran protegidos con gran cautela, pero no duró mucho.



La reina Sofía fue una las primeras personas en enterarse. En una cena con unos 200 comensales, en honor al multimillonario Aga Khan, llegaron el rey, la reina y sus invitados ilustres. Sin embargo, todavía había una mesa vacía. Ya casi en los postres, se presentaron el escritor José Luis de Villalonga y Marta Gayà, así como el príncipe Tchokotua junto a su mujer, Marieta Salas. Y en lugar de enfadarse, el rey se levantó de la silla y fue a saludarles efusivamente, gesto que denigró a la reina. Fue una presentación relativamente pública de la relación de Juan Carlos I con Marta Gayà, pero también un golpe muy duro para la reina Sofía.



La relación sentimental fue más seria de lo habitual. Una relación que por entonces hizo temblar seriamente la estabilidad del matrimonio real. Marta llevó aquello muy discretamente a pesar de que era vóz pópuli. De hecho, siempre intentó no dañar a doña Sofía. Los encuentros tenían lugar preferentemente en Mallorca, en Gstaad (Suiza) o en París, donde ella se instalaba en casa de José Luis de Vilallonga a la espera de ser llamada por el rey. Pero para don Juan Carlos no había, de nuevo, mesura alguna. En un momento muy duro para la vida de Marta Gayà, el rey no dudó en dejar sus obligaciones como monarca y acudir junto a ella a Suiza, donde Marta se había recluido con un estado de gran ansiedad en la finca del príncipe georgiano Zourab Tchokotua, el gran confidente de don Juan Carlos durante esos años. El rey quería animar a la decoradora, que había sufrido un shock tras vivir in situ la muerte accidental del propietario de la compañía Spantax, Rudy Bay, y de su compañera, Marta Girod (amigos de ambos).

Todo ello provocó una pequeña crisis política, ya que el rey, que no tenía ningún viaje previsto en la agenda oficial, dejó incluso de sancionar algunas leyes publicadas en el BOE. El entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, que siempre intentó aplacar las decisiones muchas veces impetuosas del monarca, recomendó a don Juan Carlos que volviera rápidamente a España.

Don Juan Carlos regresó el sábado 20 de junio por la mañana, despachó a Felipe González antes del mediodía y comió en privado con el presidente de Sudáfrica, Fredierik De Klerk, que estaba en Madrid de visita oficial. Por la noche ya estaba de nuevo en Suiza. Dejó plantada a doña Sofía, entre lloros, en la celebración familiar del último aniversario de don Juan Carlos, que cumplía 69 años, y que se celebró en el Club Financiero de la calle Génova de Madrid. La reina, al día siguiente, sustituyó al monarca en la apertura de la Cumbre Iberoamericana. La desaparición del rey desde el 15 al 23 de junio levantó por primera vez en España todo tipo de especulaciones sobre una supuesta relación extramatrimonial.

El escándalo continuó, primero con informaciones de medios extranjeros y después con publicaciones en medios españoles como El Mundo o Época. La confirmación pública de esta supuesta amistad provocó un terrible abatimiento en la reina Sofía, como ha ocurrido ahora los artículos sobre las grabaciones del CNI, en las que reconocía su gran y verdadero amor.

Los servicios secretos españoles acusaron al exbanquero Mario Conde de la filtración. También en el caso de Bárbara Rey estuvo, supuestamente, involucrado, aunque queda claro que el propio CESID (hoy CNI) hacía un seguimiento y grababa conversaciones sobre las relaciones de don Juan Carlos.

Además de doña Sofía, el chivo expiatorio de la relación con Marta Gayà fue Sabino Fernández Campo, que acabó siendo sustituido como jefe de la Casa Real por Fernando Almansa, acólito de Mario Conde. Después de ese verano tumultuoso, Marta Gayà dejó de aparecer en las primeras planas de la prensa. Ella vive actualmente a medio camino entre su piso madrileño, su apartamento en Palma y sus viajes por América y las Islas Griegas. Le gusta mucho el mar, como a don Juan Carlos, con el que nunca ha perdido la amistad. Amistad que sí perdió Enrique VIII con la muerte prematura de Juana Seymour, a quien siempre llevó en el recuerdo hasta en el día de su muerte. Fue enterrado junto a un estandarte con el nombre de su verdadero amor.


BÁRBARA REY: DEPOSITARIA DE INTIMIDADES



La vedette y actriz Bárbara Rey, de joven


La vedette murciana Bárbara Rey es la que más se parece a la Ana Bolena de Enrique VIII. La relación más tórrida, sí, aunque por suerte la actriz no ha acabado sin cabeza.



Bárbara Rey no vive hoy sus mejores momentos. La relación con Juan Carlos I comenzó a principios de la Transición. Se hicieron amigos por medio de Adolfo Suárez, otro amigo de la entonces vedette en una etapa en la que ella apoyaba al líder de UCD. La relación, iniciada a comienzo de los 80, continuó de manera intermitente a lo largo de muchos años. Hasta que un buen día, en junio de 1994, don Juan Carlos de manera sutil le hizo saber que la historia había acabado. Pero la presentadora de televisión disponía de todo un arsenal de grabaciones y fotografías obtenidas en varios encuentros. Por alguna razón desconocida, la vedette siempre había tenido la afición de dejar constancia de las conversaciones privadas con sus parejas.



La discreción nunca ha sido nunca uno de los mejores atributos de Juan Carlos de Borbón, y con su supuesta amante hablaba sin tapujos de todos sus problemas, incluyendo aspectos íntimos sobre la reina y el golpe militar del 23-F. Durante esos años, parece que Bárbara Rey recibía de los fondos reservados del Ministerio del Interior unas atribuciones de entre uno y dos millones de pesetas, pero según algunas fuentes podrían ser más. Más tarde, los agentes del CNI le abrieron una cuenta bancaria en el Kredietbank de Luxemburgo, donde ingresaron 26'3 millones de pesetas, según publicó Ok Diario. Sin embargo, los ingresos se cortaron cuando la relación se interrumpió. Fue cuando ella intentó llegar a un acuerdo indicando que tenía material gráfico y audiovisual que podía comprometer al rey.



Esta fue una relación discontinua, de más de una década de duración, en la que la pasión se impuso por encima de otros sentimientos y de la que muchos han intentado sacar provecho. Como la que mantuvieron Ana Bolena y Enrique VIII. Fue tan tórrida que llevó al rey a romper con la Iglesia católica para poder casarse con ella. Eso sí, cuando Enrique VIII descubrió sus infidelidades no dudó en pedir su cabeza.

OLGHINA DE ROBILANT: "NO PUEDO CASARME CONTIGO"




La condesa Olghina Nicolis de Robilant



“Surgió un flechazo entre compañeros de mesa. Me enamoré como una colegiala. Era una relación alegre, simpática, sin pretensiones, sin compromisos”. Así definió la condesa Olghina Nicolis de Robilant su sonadísimo romance que, con una fuerte carga sexual, tuvo durante cuatro años. Fue la Catalina Howard de don Juan Carlos: esplendorosa, vivaz, risueña, con un largo historial de relaciones. Fue una relación de locura la vivida con don Juan Carlos durante los años 50 y 60, a medio camino entre Italia y Estóril (Portugal).



Aquella relación, que para todos los círculos reales españoles no era la adecuada, tuvo otra historia paralela. La oficial. La de las relaciones entre el heredero al trono español y la hija de María Gabriela de Saboya, hija del exiliado Rey de Italia Humberto II. “Sabes que estoy enamorado de ti como de ninguna otra chica hasta hoy. Pero sabes también que, por desgracia, no puedo casarme contigo. Debiendo, por tanto, escoger, creo que Gabriela es la más conveniente”, llegó a declarar por carta don Juan Carlos a Olghina. Unas misivas que la propia Olghina vendió en 1984 al editor del grupo Zeta, el ya fallecido Antonio Asensio. El editor catalán paró su publicación durante algunos años tras una audiencia con el Rey en el Palacio de la Zarzuela. Sin embargo, al menos, parte de ellas salieron a la luz en Interviú en 1988.



Con 25 años, Olghina se convertía en madre soltera para escándalo de la familia y, especialmente, de su madre, que no paró hasta conseguir la custodia de su nieta Paola. Nunca ha revelado el nombre del padre, aunque en 1989 el semanario Oggi publicó declaraciones suyas asegurando que el progenitor era el Rey de España. Olghina lo desmintió tajantemente. Casi cinco siglos después, esta italiana de la dolce vita, también adelantada en su tiempo, gozó de una existencia parecida a la de Catalina Howard. Sin embargo, la condesa Olghina hubiera acabado en algún cadalso u hoguera inquisitoria de haberse relacionado con Enrique VIII.

GABRIELA DE SABOYA: EL PRIMER DESTELLO




Gabriela de Saboya, de joven.



Se asemeja a la última mujer de un ya enfermo Enrique VIII, Catalina Parr, ya que fue el amor más bucólico, la relación más discreta de don Juan Carlos, al igual que la de Enrique VIII. Una relación muy semejante en momentos de su vida muy diferentes. La relación que mantuvo el rey de España con Gabriela de Saboya también se produjo años previos a su matrimonio con doña Sofía. Fue un periodo de efervescencia amorosa de don Juan Carlos.



"Juan Carlos era muy simpático. Yo lo quería mucho. Íbamos al cine y al casino los domingos. Él no pasaba mucho tiempo en Portugal porque estudiaba en el Palacio de Miramar (San Sebastián), pero nos escribíamos muchas cartas", llegó a declarar Gabriela de Saboya.



El entonces príncipe bebía los vientos por aquella princesa, su gran amor de juventud para muchos, aunque ella le hacía sufrir por momentos eligiendo otras parejas para los bailes. De hecho, Gabriella de Saboya, ya había flirteado con varios jóvenes sin llegar nunca a comprometerse a fondo con ninguno.



Entre don Juan Carlos y Gabriela se fue forjando un noviazgo de juventud, él tenía fotos de ella en su cuarto de la Academia General Militar de Zaragoza. Esta relación fue, con toda probabilidad, la de carácter más platónico del monarca español. “Yo no tenía ningunas ganas de casarme, ni vocación para ser reina”, afirmó Gabriela. Lo que sí está claro para todos los especialistas reales es que Gabriela de Saboya era la candidata con más bendiciones de don Juan de Borbón para un posible matrimonio de su hijo, aunque encaraba toda la oposición del General Franco. El amor platónico de Gabriela de Saboya fue sustituido paralelamente por el de Olghina Nicolis de Robilant.

Pero al margen, según la rumolorogía, hay otras intensas relaciones amorosas. Muchas que se atribuyen al monarca español que van más allá de estas seis mujeres que han marcado su vida. En la rumolorogía hay todo tipo de historias y vivencias. Desde la vedette Sara Montiel o la alemana Julia Steinbusch, pasando por la actriz Sanda Mozarowsky o la cantante Paloma San Basilio, hasta la propia Diana de Gales. Hoy nadie se aventura a poner cifras ni a separar lo que es rumor de lo que es realidad, pero lo que queda claro es que la vida amorosa de Juan Carlos I ha marcado finalmente su reinado.


COTILLEANDO



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