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lunes, 15 de noviembre de 2021

Tippi Hedren habla claro en su biografía / "Afred Hitchcock me agredió sexualmente"


Tippi Hedren habla claro en su biografía: "Afred Hitchcock me agredió sexualmente"

Siempre se dijo que el director de 'Los pájaros' se obsesionó con la actriz. Ella desvela cómo era su relación


E.B.
31 de octubre de 2016

Entre las historias oscuras de Hollywood destaca la obsesión de Alfred Hitchcock con Tippi Hedren. Sin embargo, la actriz nunca quiso hablar de cómo le afectaba su relación con el cineasta hasta ahora, momento en el que publica su biografía, titulada 'Tippi: A memoir'. "Alfred Hitchcock me agredió sexualmente", así de contundente es la madre de Melanie Griffith en sus páginas.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

‘Los pájaros’ / El terror según Alfred Hitchcock

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‘Los pájaros’, el terror según Alfred Hitchcock

La película del maestro del suspense es una fábula sobre la precariedad de la existencia humana, un recuerdo permanente de nuestra fragilidad y una invitación a la humildad
RAFAEL NARBONA
28 de abril de 2020

Hitchcock Art Print | Alfred hitchcock, Unusual presents, Black Mi primera experiencia con Hitchcock arrojó sobre mi infancia una sombra que ha sobrevivido al tiempo. Calculo que tendría seis o siete años, pues mi padre aún vivía. Mi hermana y yo nos quedamos solos en casa y, antes de acostarnos, vimos Los pájaros. Al principio, me aburrí un poco, pues la historia de amor me resultó tediosa. A esa edad, el romanticismo parece algo ridículo. Una rubia y una morena se disputaban el amor de un galán, al que una madre absorbente intentaba retener a su lado. Todo transcurría en un pueblecito de la bahía de San Francisco. Resignado, asistí al metraje, sin comprender el interés de mi hermana, que a sus dieciséis años parecía encandilada con el galán y las dos chicas que lo cortejaban. De repente, mientras la rubia se acercaba al galán en un bote, una gaviota la atacó, golpeándole en la frente. Aquel incidente me estremeció, pues siempre había considerado que los pájaros eran criaturas pacíficas. De repente, comprendí que el terror podía emerger de lo cotidiano y trivial, alterando nuestra visión del mundo. Pensamos que las amenazas proceden del exterior, pero muchas veces anidan en lo más próximo y aparentemente inofensivo. El resto de la película transformó mi escalofrío inicial en terror sin límites. Creo que chillé y lloré para fastidio de mi hermana, que quería ver la película tranquila. Cuando al fin acabó, miré a los dos periquitos que había en el salón, preguntándome si algún día se rebelarían contra nosotros.

viernes, 5 de marzo de 2021

Kim Novak / La muchacha tímida que acabó haciendo orgías



Kim Novak, la muchacha tímida que acabó haciendo orgías 

La sex-symbol de Vértigo

Manuel Román
13 DE FEBRERO DE 2018

Ochenta y cinco años cumple este martes, 13 de febrero, quien fuera a mitad de los años 50 y los 60 una "sex symbol", llamada Kim Novak. La inolvidable estrella de Vértigo, su mítica película dirigida por Alfred Hitchcock, que las prefería rubias aunque a ella le cambió sus cabellos, tornándolos pelirrojos. Esa aureola de mujer devoradora de hombres no tenía nada que ver con su verdadero carácter cuando empezó en el cine. Era una muchacha más bien tímida, hija de un matrimonio de ascendencia checa, que creció en el modesto hogar de un suburbio de Chicago. Ayudó a sus padres trabajando en diversos oficios: fue ascensorista, ayudante de un dentista, vendedora en unos almacenes, hasta que por su belleza de aire un tanto enigmático fue elegida para una campaña publicitaria de una marca de frigoríficos. Convertida ocasionalmente en modelo pensó, como tantas otras veinteañeras de su tiempo, que podía aspirar a ser actriz cinematográfica, aunque apenas recibió estudios para ello. En Los Ángeles, un cazatalentos se fijó en ella y el todopoderoso jefe de la Columbia, Harry Cohn se convirtió en una especie de Pygmalion suyo, adiestrándola para sus primeros pasos en los estudios cinematográficos, y sucesivamente indicándole cómo debía comportarse en sociedad, la manera de hablar, de comer, de vestirse según qué momento…No está documentado que estuviese enamorado de ella y mantuviera relaciones, pero no nos cabe la menor duda de que la protegió al máximo mientras duró su contrato.

Kim Novak


Hizo cola como "extra" en un filme de Jane Russell. Se inició como protagonista en 1955 al lado de William Holden en Pic Nic. El verdadero lanzamiento de Kim Novak sucedió a partir de Pal Joey El hombre del brazo de oro, donde tuvo como compañero, encabezando naturalmente el reparto, nada menos que a Frank Sinatra. Cómo no, la Voz no tardó en encamarse con ella, aunque siempre teniendo en cuenta que no iba a ser nada serio en su abultada relación sentimental. La compartió en tanto también salía con Lauren Bacall, a la que muchos no perdonaron en Hollywood que tuviera apasionadas relaciones sexuales cuando aún vivía su esposo, gravemente enfermo, Humphrey Bogart (que encima era muy buen amigo de Frankie). Concluido su romance con Sinatra, que al menos le deparó una gran notoriedad en las revistas, se enrolló con un miembro del "clan" de éste, Sammy Davis Jr. Al enterarse el antes mentado Harry Cohn se despachó a gusto, separadamente con la pareja, increpándoles que habían desatado una buena campaña en la bien pensante sociedad norteamericana de carácter interracial, entre un negro y una blanca. Puede que los celos le jugaran aquella pasada al mandamás de los estudios Columbia. Pero hicieron su efecto.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

‘Rebeca’ / 80 años de celos patológicos y chaquetas de punto



‘Rebeca’: 80 años de celos patológicos y chaquetas de punto

Un libro celebra el aniversario del clásico de Alfred Hitchcock, un drama gótico que está disponible ‘online’

Gregorio Belinchón
Madrid, 14 de marzo de 2020


Fue el primer filme rodado por Alfred Hitchcock en Hollywood. Y el único de los suyos que ganó el Oscar a la mejor película. En España alcanzó tal éxito, que su título bautizó la chaqueta de punto sin cuello y abotonada que usaba su protagonista, a la que dio vida Joan Fontaine. Y ha marcado la historia del cine y de la literatura –su guion se basó en una novela de Daphne du Maurier– con un arranque convertido en clásico: “Anoche soñé que volvía a Manderley”.

Se cumplen 80 años del estreno de Rebeca, obra cumbre del terror gótico cinematográfico, la película que catapultó la carrera estadounidense de su director, Alfred Hitchcock, y de su actriz principal, Joan Fontaine, cimentó la de su actor, Laurence Olivier, y significó el último gran trabajo de su productor, David O. Selznick, que compaginó este drama con la realización de Lo que el viento se llevó. Rebeca es además el antecedente de Ciudadano Kane: el director de fotografía del drama de Orson Welles, Gregg Toland, fue la primera opción en ese puesto según Selznick, aunque su lista de compromisos le impidió participar; tanto Rebeca como Ciudadano Kane se desarrollan en una mansión casi fantasmal; sus protagonistas están muertos –y dan nombre al filme-; su vida se reconstruye a través de las narraciones de los vivos, y las dos disfrutan de un ampuloso y desasosegante blanco y negro para marcar la historia.

jueves, 28 de marzo de 2019

Cine y palabras / Extraños en un tren




EXTRAÑOS EN UN TREN

Cine y palabras

En 'Extraños en un tren', Hitchcock no podía permitirse la audacia de ir tan lejos como Highsmith, la novelista primeriza



Antonio Muñoz Molina
8 de febrero de 2019

En realidad no recordaba casi nada, ni de la una ni de la otra. Extraños en un tren fue la primera novela de Patricia Highsmith. La publicó con 29 años. Cuando Hitch­cock rodó la película estaba en su plena madurez y en la cima de su éxito comercial, si bien no había recibido aún la canonización como “autor” que le iban a deparar François Truffaut y la nouvelle vague francesa. La novela está hecha con todo el fulgor de un talento joven que se revela de golpe y parece surgido de la nada, con la libertad que solo permite la literatura. Una novela, a diferencia de una película, no requiere para llegar a existir nada más que papel y lápiz, papel y máquina de escribir y paciencia. Hitchcock trabajaba con todos los privilegios, y también las limitaciones, del sistema de los estudios, que le ofrecía medios técnicos ilimitados, pero que lo sometía a convenciones éticas y estéticas severas. El material narrativo de ­Highsmith y el de Hitch­cock poseen sin embargo similitudes profundas: la culpa y el miedo; la pesadilla primitiva que nos aqueja a todos cuando despertamos con la angustia de haber cometido un delito por el que vamos a recibir un castigo merecido y terrible, o de haber escapado a una persecución.

sábado, 30 de junio de 2018

Alfred Hitchcock / La ducha de modernidad de ‘Psicosis’


Janet Leigh, al final de la secuecnia de la ducha. En vídeo, tráiler de '78/52. La escena que cambió el cine'.

La ducha de modernidad de ‘Psicosis’

Un documental analiza la secuencia clave de 'Psicosis', de Alfred Hitchcock, tres minutos rodados durante una semana que su director calificó de "cine puro"




Madrid 28 JUN 2018 - 16:55 COT

"El argumento me importaba poco", le contó Alfred Hitchcock a François Truffaut. "Lo que me importaba es que la unión de los trozos de la película, la fotografía, la banda sonora y todo lo que es puramente técnico podían hacer gritar a los espectadores. Lo que ha emocionado al público es cine puro". Entre noviembre de 1959 y febrero de 1960, Hitchcock dirigió Psicosis. Venía de filmar Vértigo y Con la muerte en los talones, palabras mayores, películas con tecnicolor y estrellas. Y de repente se embarcó en Psicosis, un largometraje en blanco y negro, en que la estrella de más renombre del reparto -Janet Leigh- era asesinada en el minuto 40, para desconcierto de la audiencia, y un trabajo que su mismo creador confiesa dirigió "como un telefilme". Entonces, ¿por qué Alfred Hitchcock, en su mejor momento profesional, se lanzó a Psicosis? Por la secuencia de la ducha, por ese "cine puro".

Alfred Hitchcock / La escena que cambió el cine


LA ESCENA QUE CAMBIÓ EL CINE

Modernidad formal, conservadurismo discursivo

La propuesta posee el mérito de rellenar 90 minutos con la disección de una única secuencia, pero el camino está tan sembrado de aciertos como de imprudencias


JORDI COSTA
29 JUN 2018 - 04:55 COT




78/52. LA ESCENA QUE CAMBIÓ EL CINE
Dirección: Alexandre O. Philippe.
Género: documental. Estados Unidos, 2017.
Duración: 91 minutos.

En la célebre secuencia de la ducha de Psicosis (1960), Alfred Hitchcock ofreció una iluminadora lección práctica sobre la inconveniencia de dejarse llevar por la fidelidad a la hora de trasladar un texto a la gran pantalla. Seis escuetos párrafos escritos con el funcional estilo de Robert Bloch, que se remataban con dos secas frases –“Un cuchillo que cortó su grito. Y su cuello”-, se transformaron en un recital de pura forma, que, reducido a términos numéricos, se sintetiza en esas 78 posiciones de cámara y esos 52 cortes de montaje que definen la ecuación que da título a este documental de Alexandre O. Philippe, cineasta que, a lo largo de su carrera, se ha interesado, entre otras cosas, por el fenómeno trekkie –Earthlings: Ugly Bags of Mostly Water (2004)-, la beligerante relación entre el fandom y George Lucas –The People vs. George Lucas (2010)- y la progresiva importancia del arquetipo del zombi en la cultura popular –Doc of the Dead (2014)-. 78/52. La escena que cambió el cine se suma, con su título un tanto rimbombante y maximalista, a una corriente de recientes documentales que tantean diversas estrategias para fagocitar las claves del análisis fílmico y la memoria sentimental cinéfila: ¡Lumière! Comienza la aventura(2016), de Thierry Frémaux, Las películas de mi vida (2016), de Bertrand Tavernier, y Hitchcock/Truffaut (2015), de Kent Jones, todas ellas películas cuyo sentido último es, como el propio ejercicio de la crítica, pensar otras películas.

Gregorio Belinchón / La alargada sombra de Alfred Hitchcock




La alargada sombra 

de Alfred Hitchcock

La Fundación Telefónica inaugura una completa exposición sobre el cineasta británico, venerado por el público, la crítica y los directores surgidos de 'Cahiers du cinéma'


GREGORIO BELINCHÓN
Madrid 5 OCT 2016 - 08:58 COT


Su silueta se puede ver a través de un cristal translúcido de una puerta, en la que se lee "Registro de nacimientos y defunciones". Es Alfred Hitchcock. No se escucha lo que dice. Lógico, es Alfred Hitchcock. No habrá más apariciones del maestro del suspense en su filmografía tras ese plano con mensaje irónico de La trama (1976). Ni más películas con esos guiños a los espectadores, una broma que inició en El enemigo de las rubias (1927). Esa presencia constante en cameos en sus filmes, el género de su cine (el suspense) y su programa de televisión convirtieron a Hitchcock (Londres, 1899 - Los Ángeles, 1980) en el director más famoso de su tiempo. También, obviamente, su talento: la última lista de mejores películas de la historia, una encuesta que cada década realiza la revista Sight & Sound, sigue encabezada por Vértigo (De entre los muertos). Y aún hoy la sombra de su figura y de su obra marcan el cine contemporáneo.

viernes, 29 de junio de 2018

Daphne du Maurier más allá de «Rebeca»



Daphne du Maurier más allá de «Rebeca»

La escritora nos vuelve a poner los pelos de punta con «Los pájaros y otros relatos»


MARINA SANMARTÍN
Actualizado:06/06/2018 15:16h




«Anoche soñé que volvía a Manderley», con estas palabras de la segunda señora De Winter, pronunciadas casi en un susurro sobre el paisaje de una mansión en ruinas por la actriz Joan Fontaine, Hitchcock selló su vínculo con Du Maurier y convirtió «Rebeca», el mayor éxito de la escritora británica, en un clásico del cine. No era la primera vez. Dos años antes, en 1938, Hitchcock había adaptado «La posada de Jamaica», y en 1963 recurrió de nuevo a un texto de la autora, «Los pájaros», para rodar una de las obras más emblemáticas de su filmografía. Así, un gran privilegio, llamar la atención del maestro del suspense, resultó ser al mismo tiempo una condena, porque las novelas y los cuentos quedaron ensombrecidos por el brillo de las películas. Por fortuna el olvido no fue eterno.

Hitchcock / Tan genial, retorcido e infeliz



Hitchcock: tan genial, retorcido e infeliz


CARLOS BOYERO
4 OCT 2016 - 16:02 COT


Dos o tres cosas que sé de él. De un buceador de las tinieblas. De uno de los seres más geniales atormentados y perversos que parió el siglo XX. De alguien que debió de ser profunda y secretamente infeliz. De un hombre que siempre fue muy gordo, triunfador, millonario, halagado por la industria, el público (lo único que consideraba verdaderamente importante en su tarea de hacer películas) y la crítica más perspicaz y revolucionaria, empezando por un admirador francés llamado François Truffaut, que logró algo tan insólito como que aquel ser pragmático y cínico reconociera que detrás de toda su obra existía un autor muy consciente de su universo, una persona que introducía ancestralmente en su cine una serie de obsesiones, claves y pasiones, disfrazadas en nombre de la profesionalidad, que existía un inmenso creador visual dando forma a las cosas que siempre habían ocupado su mente y su alma.

Alfred Hitchcock / Vértigo


'Vértigo' de Alfred Hitchcock supera a 'Ciudadano Kane' como mejor película de todos los tiempos

'Vértigo' de Alfred Hitchcock 

supera a 'Ciudadano Kane' 

como mejor película de todos los tiempos



Vértigo de Alfred Hitchcock ha sido designada "mejor película de todos los tiempos" superando a Ciudadano Kane de Orson Welles, según la última encuesta de la revista Sight and Sound del Festival de Cine Británico (BFI). Esa publicación especializada lleva a cabo ese tipo de sondeos cada diez años y la cinta dirigida por Welles había copado el primer puesto en esa lista de 50 mejores películas durante las últimas cinco décadas.

Hitchcock / El pájaro


Alfred Hitchcock
EL PÁJARO


JOSÉ MANUEL ALONSO
18 de septiembre de 1999

Hitchcock fue un genio del suspense. Del suspense y del engaño; mejor aún, del alto secreto, móvil de sus personajes, de su juego entramado, de buenos contra malos, sabiendo el espectador o sin llegar a saber cuál era el enigma bien reservado y conservado hasta el final de la cinta. Era el suyo un espectador siempre pendiente de la amenaza: esto va a explotar, esté atento. "Sueño durante el día. Estoy lleno de temores y hago todo cuanto puedo para evitarme dificultades y todo tipo de complicaciones. Me agrada que todo cuanto me rodea sea tan claro como el cristal y esté completamente en calma". Si es así, si este pájaro no nos engañaba al decir eso, cosa que dudo, la realidad de Hitchcock no era otra que hacer de antagonista cómplice del espectador, del que conseguía que se revolviera en la butaca entre dificultades y complicaciones expuestas en el film para que al final de la película se llevara el secreto a la realidad y lo expusiera (si era capaz de exponerlo) a la persona que tenía al lado. Hitchcock conseguía que todos esos espectadores hablaran de sus películas e hicieran publicidad boca a oreja, razón del éxito comercial que buscaba. "Yo diseño mis películas de la misma manera que lo hacía Shakespeare con sus obras de teatro, para una audiencia, para que guste a la gente". Hacía películas populares, de las que se hable y ganen dinero. Y al mismo tiempo películas con pretensiones intelectuales, trucos técnicos, innovaciones que a los críticos les gusta comentar. Este pájaro del cine está ahora en San Sebastián, recibiendo el homenaje que el festival le ofrece en su centenario. Están algunas de sus películas y una de sus bellas y rubias interpretes, Tippi Hedren, la de Los pájaros y Marnie, la ladrona, esa modelo de la que se enamoró Alfred transformándola en un personaje mientras él mismo se destruía, porque este pájaro adquirió siempre una posición dolorosa: perder cada noche el dominio que tenía cada día sobre una mujer bonita, y aceptar que nunca llegaría a poseer a ninguna de ellas. Vamos, como le ocurría a su espectador también enamorado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de septiembre de 1999




Alfred Hitchcock / Encadenados / Ingrid vio más lejos que Cary

Ingrid Bergman

Alfred Hitchcock

‘Encadenados’, Ingrid vio más lejos que Cary

Ante la infantilización del cine, los clásicos como Hitchcock demuestran su modernidad



JESÚS MOTA
10 ABR 2018 - 17:00 COT




Ingrid Bergman y Cary Grant en Encadenados
Ingrid Bergman y Cary Grant en Encadenados

Por razones desconocidas, quizá aleatorias, pero en todo caso de agradecer, una cadena de televisión ha programado Encadenados (Notorius, 1946), de Alfred Hitchcock, dos veces en apenas 48 horas. Notorius es una demostración exquisita del talento casi sin límites de Hitchcock; también es una prueba irritante de que el cine ha sufrido un intenso y miserable proceso de infantilización, tanto en la oferta como en la demanda, que la industria, los directores, los guionistas y los actores de antaño habrían considerado despreciable. Vista hoy, la película confirma el diagnóstico de Walter Benjamin: lo que confiere carta de naturaleza al cine es la capacidad de modificar selectivamente la perspectiva. Para los espectadores actuales también debería ser una lección magistral de cómo se relacionan los hombres y las mujeres con algo bigger than life: el amor.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Hithcock / Daphne du Maurier / 'Los pájaros', una película genial




Alfred Hithcock / Daphne du Maurier

'Los pájaros', una película genial

ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS
17 MAY 1982
Parece que los terrores favoritos de Ibáñez Serrador se despiden con una de las obras maestras omitidas, entre programaciones de relleno, en este ciclo. Más vale tarde que nunca. Se trata de Los pájaros, de Alfred Hitchcock, una de las películas más redondas de su autor, e indiscutiblemente un filme apasionante, perfecto, al mismo tiempo irónico y escalofriante, lleno de horror y humor es dosis indiferenciables, pues no hay manera de averiguar donde acaban los confines de uno y comienza la frontera del otro.
La historia original proviene de un cuento de Daphne du Maurier que Hitchcock reelaboró y sacó puntas por todas sus partes chatas. La distribución argumental es de singular sagacidad y va situando poco a poco al espectador en un lugar intermedio entre la mirada de Hitchcock, ligeramente distanciada del relato, y cierta inevitable identificación progresiva con los personajes, lo que acaba por convertirle en percha que recibe todos los palos, mosca atrapada por la más sutil tela de araña trenzada nunca por un director de cine.

El inicial ritmo desenvuelto de comedia va adquiriendo poco a poco tonalidades sorprendentes, graves, casi lúgubres, para acabar en una especie de apocalipsis cotidiana de fuerza y proporciones casi inimaginables. La capacidad de juego del fabulador y geómetra Hitchcock alcanza tales rizos de virtuosismo, que uno ha de frotarse los ojos en algunas situaciones, de tregua del relato, que el espectador aprovecha para preguntarse qué demonios se propone hacer con sus emociones ese viejo y gordo inglés capaz de convertir a un periquito en Drácula.
Sin embargo, Los pájaros es más, mucho más que un juego. Los grandes filmes de Hitchcock tienen niveles de captura diferentes, en capas superpuestas, que él monda como una cebolla. La gran paradoja, y también uno de los signos específicos del inimitable talento de este cineasta, es que Hitchcock opera con signos de sorprendente exactitud formal, pero bajo los que brota una fuente de sensaciones no tan nítida como su marco, sino tocadas de una rara ambiguedad, e incluso de una una polivalencia, que les añade un inesperado poder de desazón adicional.

En el armónico y primaveral mundo de los inofensivos pájarillos de un pueblecito costero de California, aparece un buen dia, con gradaciones fastuosas, lo inesperado: un cambio de humor en la conducta de estos animalitos que han alimentado durante siglos al ternurismo bucólico y a los tópicos del lirismo blando. Y los angelitos emplumados se hacen bichos, alimañas, demonios homicidas. La gran patraña de la docilidad, la mansedumbre y la domesticidad de la naturaleza es vuelta por Hitchcock del revés. A la inquietud sensorial y emocional que arrastra el suceso, le va añadiendo otra inquietud más radical y difusa, sobre los comportamientos secretos de los espectadores y sobre la costum bre humana de proyectar sobre la naturaleza sus propias categorías sociales, estéticas e incluso éticas. Y Hitchcock, con una fuerza surreal casi hiriente, nos hace padecer los efectos de una revolución en la que el manso pájaro, en masas sublevadas, ataca a su opresor humano al espectador. Como tantas veces, cuando Hitchcock afina, en su cine aparece el ácido de la subversión, la bofetada contra lo establecido.

Daphne du Maurier / Alfred Hitchcock / Soñar Manderley otra vez


Daphne du Maurier / Alfred Hitchcock

Soñar Manderley otra vez



JORDI BATLLE CAMINAL
12 ENE 1987

Habría que emular distinguidos clubes nocturnos donde, con jactancia afrancesada, hay que tener carné privé para mezclar en el cuerpo la ginebra con la tónica. La tónica sería la siguiente: sólo los socios entran en Manderley. Hay crueldad en la selección; esas mentes malpensantes que compran televisores porque "hasta los anuncios ganan en color" tendrían, qué duda cabe, su entrada prohibida en Manderley. No es fácil, ciertamente, subir a Manderley, paraíso etéreo conquistado por el cine y generador de fantasías sobrehumanas que albergan, como todas las fantasías sobrehumanas hechas con talento, verdades humanas. Rebeca es una historia de amor muy humana, pero es el suyo un amor de ultratumba, un lazo invisible hecho visible por los tejidos del sueño entre este mundo y el otro. Para establecer el lazo, el plano se eleva y el decorado se sitúa en un limbo cualquiera, llamado Manderley, que es un nombre hermoso; un espacio gótico germinado por las gráciles hierbas literarias de Daphne du Maurier. Ahí las tinieblas, las nubes de algodón, los acantilados y las olas encrespadas se funden en un espectro onírico letal que sólo puede purificar su maldad, inquisidoramente, a través del fuego.

Rebeca, de 1940, fue la primera película norteamericana de Hitchcock, ingresado en las filas hollywoodienses por la puerta faraónica de David O. SeIznick, que en su haber tenía ya, desde hacía un año, Lo que el viento se llevó. Hitchcock contó a Truffaut: "Rebeca es un filme que, a pesar de los años transcurridos, todavía se mantiene en pie, y yo me pregunto cómo".

¿Cómo? Entre otras cosas porque paraísos perdidos por el hombre y hallados por el cine como Manderley ha habido pocos. Y con tanta fascinación, menos; acaso Xanadú, del mismo año, o Sangri, en la versión Capra, de 1937. Y más rara fina obra donde la, presencia de un ser ausente, la auténtica protagonista de la película, sea tan fuerte, tan agotadora y obsesional tanto para personajes como para espectadores. Con todas estas cartas de mago a su favor, don Alfredo, cómo no va a mantenerse en pie hoy y siempre.

domingo, 4 de junio de 2017

Alfred Hitchcock / Los pájaros / Una obra maestra




Alfred Hitchcock
LOS PÁJAROS


La película Los pájaros de Alfred Hitchcock es una más de las muchas obras maestras del genio del suspense. Su producción fue amplia y en ella repercutieron muchos factores de interés. El presente artículo supone un acercamiento a esa joya del cine fantástico, centrada en el desarrollo de su producción así como en el análisis de los resultados.



Los orígenes
El relato corto “Los pájaros”, de Daphne Du Maurier, fue publicado por primera vez en 1952. Inspirándose en la experiencia sufrida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, Du Maurier fabuló sobre qué ocurriría si el ejército enemigo fuese ciegamente asesino, inagotable e inmune por innumerable; una fuerza de la naturaleza por lo habitual pacífica pero transformada en una furia devastadora. La breve historia detalla como un humilde granjero y su familia se ven sorprendidos por el ataque de los pájaros y acaban por verse sitiados en su propia casa, escuchando a través de la radio la alarmante extensión del fenómeno y esperando impotentes a que los sucesivos embates de las aves consigan su fin.