Hello Friend
Mr. Robot es algo así como la voz que comenzó a hacer eco en nuestra conciencia después de ver el show que los gobiernos de occidente hicieron durante la crisis económica de 2008.
Recordemos esa época: los políticos occidentales, derrochando sus palabras, se lucieron ante las cámaras mientras, una vez más, empeñaban nuestras vidas al voraz e insaciable sistema financiero. Los bancos, compañías con incidencia global, fueron rescatados por el gobierno de Estados Unidos a través de la Ley de Emergencia para la Estabilización Económica, a pesar de que sus ejecutivos generaron el desastre económico más grande del que la humanidad tenga memoria desde 1929. Y, como lo han repetido los reconocidos economistas Joseph Stiglitz y Paul Krugman, quienes terminaron pagando por los graves errores de unos cuantos agentes financieros que actuaron de mala fe fueron los contribuyentes y la clase media de ese país. Y de varias naciones, como Grecia o España.
Desde hace décadas se han privatizado varios servicios sociales y la riqueza sigue aumentando de la mano de la desigualdad en su distribución. A la vez, los Estados-nación se desvanecen para facilitar el tránsito de los capitales transnacionales. Y por tanto, la revolución posible de hoy es global. La lucha contra el poder, como lo quiere retratar Mr. Robot, podría ejecutarse desde cualquier parte del mundo.
Solo hace falta un computador.
La serie, creada por Sam Esmail, tiene como protagonista a Elliot Alderson, representado por Rami Malek, quien lidera la revolución de un grupo de hackers en Nueva York llamado F. Society. Al estilo de Anonymus, esa colectividad busca destruir a una de las corporaciones multinacionales más ricas del mundo: E Corp o “Evil Corp” (como Esmail la llama cuando se le antoja), que es representada con un logo casi igual al de Enron, una de esas empresas ícono de la corrupción del sector privado en Norteamérica.
Mr. Robot a veces pareciera que, en un formato para televisión, quisiera construir un ensayo crítico sobre lo que está mal en la sociedad, en la política y en la cultura. A la vez, a través de la historia que cuenta, se convierte justamente una narración sobre lo que nos indigna y muchos anhelamos cambiar.
En la serie, E Corp tiene el 70% de la industria del crédito de consumo global, pero también domina, entre otras cosas, la producción de equipos electrónicos y el sector de las telecomunicaciones. Es una de esas empresas como General Electric o Google, aquellas que Bernie Sanders calificó incesantemente en la pasada campaña presidencial de Estados Unidos como “demasiado grandes para caer (too big to fail)”.