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domingo, 2 de septiembre de 2018

Sale a la venta la casa donde Juan Ramón Jiménez escribió ‘Platero y yo’







Casa y finca del poeta Juan Ramón Jiménez a la venta
Casa y finca del poeta Juan Ramón Jiménez a la venta 

Sale a la venta por 1,5 millones de euros la casa donde Juan Ramón Jiménez escribió ‘Platero y yo’

Tanto el alcalde de Huelva, como la sobrina nieta del poeta consideran que el precio es "desorbitado"


EL PAÍS / EFE

20 de agosto de 2018


Platero fue mucho más que un burro para el literato español Juan Ramón Jiménez. Platero fue su fuente de inspiración y a través del cual el poeta logró desarrollar y crear sus versos. Se dice que este burro está enterrado bajo uno de los pinos de su finca de veraneo Fuentepiña, la misma donde escribió su gran obra Platero y yo (1914). Uno de los libros más traducidos en los últimos cien años, después de La Biblia y El Quijote.

jueves, 29 de marzo de 2018

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Días de mi vida / Juan Ramón Jiménez inédito



Juan Ramón Jiménez inédito

Uno de los libros más largamente pensado por Juan Ramón Jiménez fue 'Vida', su autobiografía

La muerte en el exilio del premio Nobel de Literatura dejó inédito un proyecto que ahora ve la luz



    Juan Ramón Jiménez, en 1951. / JRJ ÁLBUM (RESIDENCIA DE ESTUDIANTES)
    Juan Ramón Jiménez fue uno de los hombres más desdichados y atormentados de su tiempo, habiendo sido también uno de los más grandes. Acaso por eso fue el escritor más combatido y parodiado de todos. “Más calumniado”, dirá él. No creo que ningún otro poeta viviera durante casi sesenta años, desde sus dieciocho, sacudido por ataques tan continuados de pánico, excusados en dolores físicos que lo mismo lo levantaban al vértice de la locura que lo hundían en la desesperación y la misantropía. Un verdadero infierno para un enfermo no siempre imaginario. Tanto como su obra, conmueve su vida, y anonada. Y pese a su extraña enfermedad, o precisamente por ella, escribiendo sin desmayo miles de páginas: poemas, aforismos, retratos, críticas, prosas, ensayos, recuerdos, cartas, conferencias, cuentos… y la mayor parte de ello de primer orden, con mil registros distintos, desde la lírica más exaltada hasta la sátira. “El martirio de escribir”, lo llamará. Nadie trabajó tanto como él, ni los grandes galeotes de la literatura. ¿Cuál fue, pues, la fórmula, cómo pudo entonces hacer posible que una obra tan colosal como esa cupiese en una vida tan rota como la suya? Yo creo que pudo ser esta: “No os toquéis en el dolor”.
    La historia de este dolor ve ahora la luz: “Si yo estuviera sano, sería uno de los hombres más grandes del mundo… ¡Ah, si supierais los jérmenes decididos a estallar que llevo dentro! ¡Si yo pudiera emplear mi vida entera en mi pensamiento! ¡Si mi salud igualara a mi voluntad, al ansia de saber, al afán de viajar, de obrar, de aniquilar, de construir!”, confesará.