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viernes, 10 de enero de 2020

Bram Stoker / Sangre nueva para Drácula


Drácula
Flore Maquin

Sangre nueva para Drácula

Cada generación tiene sus vampiros. El estreno hoy de una serie de TV sobre el conde transilvano acompaña la avalancha de libros y películas en torno al mito de los inmortales


Jacinto Antón
3 de enero de 2020

“¡Bienvenido a mi casa! ¡Haga el favor de entrar! Entre..., entre sin temor”. Valgan las engañosamente amables palabras del conde Drácula a su cándido invitado Jonathan Harker en el portalón de su castillo en los Cárpatos para adentrarnos, entre un chirriar de cadenas y cerrojos y una súbita corriente de aire helado y pútrido, en el tenebroso mito del vampiro y en el universo de su monarca indiscutible, el viejo aristócrata transilvano. Después de 123 años (Drácula, de Bram Stoker, se publicó en mayo de 1897), el rey de los chupasangres goza de excelente salud, como la disfruta todo el mito universal en el que se imbrica, un mito que se remonta hasta los albores de la civilización y que se ha revelado tan inmortal como las criaturas que lo componen. Envueltos en capas de papel y celuloide o en sudarios digitales, los vampiros vuelven y vuelven de sus tumbas inmemoriales para seguirnos asombrando, aterrorizando y ocasionalmente divirtiendo, a la vez que alzan un espejo en el que no se reflejan ellos, claro, sino nosotros mismos.

jueves, 16 de agosto de 2018

Bram Stoker / Algo en la sangre





Algo en la sangre. 

La biografía secreta de Bram Stoker, 

el hombre que escribió Drácula

David J. Skal

Traducción de Óscar Palmer Yáñez. Es Pop Ediciones. Madrid, 2017. 672 páginas, 30€
JASON ZINOMAN | 27/10/2017



Las historias de vampiros ya circulaban mucho antes de que Drácula empezase a sorber sangre. Entonces, ¿qué tenía el conde transilvano para cautivar la imaginación del público y convertirse en uno de los personajes más famosos de la literatura moderna? La respuesta fácil es: el sexo vende. Más que cualquier otro monstruo del terror clásico, Drácula conjuga las amenazas violenta y carnal. La novela gótica de Bram Stoker revitalizó la leyenda del vampiro -señala Stephen King acertadamente- porque “jadea con auténtica energía sexual”. Algo en la sangre es un examen a fondo del origen de esa respiración agitada [y coincide con el lanzamiento en España de Los poderes de la oscuridad (Ed. B), la versión perdida que Stoker escribió con V. Ásmundsson en 1901].

De dónde son los vampiros

¿De dónde surgen los vampiros?

A pesar de que fue el escritor Bram Stroker el que utilizó la imagen del vampiro “chupasangre” en su libro Drácula, el mito ha subsistido como sinónimo de muerte y enfermedad en varias partes del mundo. El auge de este mito se dio en Europa, en los siglos XVII y XVIII.

lunes, 15 de junio de 2015

Muere Christopher Lee / Adiós a Drácula



Muere Christopher Lee: adiós a Drácula

El británico, célebre por su papel del gran vampiro, ha fallecido por problemas respiratorios





Christopher Lee, archifamoso por su papel de Drácula, falleció el domingo a los 93 años en un hospital de Chelsea a causa de un problema respiratorio. La tardanza en comunicar el deceso fue debido a que la viuda quiso avisar antes a todos sus familiares, segúnThe Guardian. Lee no fue solo un intérprete famosísimo gracias a encarnar en el siglo XX al vampiro más popular para la productora Hammer, sino rentable y taquillero en este siglo por sus papeles de conde Dooku en la saga de Stars Wars y de Saruman en El Señor de los Anillos. Además encarnó a Francisco Scaramanga en El hombre de la pistola de oro en la saga Bond.
Nacido el 27 de mayo de 1922 en Londres, en el aristocrático barrio de Belgravia, su elevada estatura (1,96 metros) le permitió mostrar en el cine un físico impresionante, sobre todo en papeles de malos. De familia de clase alta, su padre era teniente coronel de la Guardia Real británica y su madre, la condesa Estelle Mari Carandini di Sarzano. Su infancia, tras el divorcio de sus padres, transcurrió en Suiza. De vuelta a Londres su madre se casó con el banquero Harcourt Ingle Rose, tío de otro mito del siglo XX, el escritor Ian Fleming, creador de Bond. Tras viajar por media Europa -aseguraba, por ejemplo, que había asistido a la última ejecución pública en Francia-, en la Segunda Guerra Mundial sirvió con éxito en el ejército (participó en operaciones secretas), y acabó hablando francés y alemán.

Fernando Savater / Príncipe de tinieblas



Príncipe de tinieblas

FERNANDO SAVATER 6 ABR 1990
Si cada generación tiene su vampiro (y sin duda debería tenerlo), tras el enigmático Nosferatu de Murnau y el Drácula promordial de Bela Lugosi viene nuestro conde colmilludo, que es Christopher Lee. Lugosi era un espectro refinado y vicioso; Christopher Lee propuso un demonio carnívoro, con ímpetus brutales hacia los jugos de la vida. Lugosi hizo hablar al vampiro, con su acento exótico y ultraterreno; Christopher Lee le hizo gruñir y consiguió sobresaltarnos de veras.Por lo demás, Christopher Lee ha llevado con eficaz sobriedad y algo de secreto humor (recuérdese su papel en El hombre de mimbre) el destino cinematográfico impuesto por su físico ominoso. Le debemos algunos papeles secundarios nada desdeñables, como el de Rochefort tuerto enLos tres mosqueteros de Lester o El hombre de la pistola de oro contra James Bond / Roger Moore. Con su colega Peter Cushing formó durante años un tándem artístico que en el género de terror fue algo así como el de Walter Matthau y Jack Lemmon en la comedia. Su momento más glorioso lo tienen quizá en una producción rodada en España,Pánico en el Transberiano. En un tren maldito todos los viajeros se van convirtiendo en monstruos y Christopher, alarmado, comenta: "El próximo puede ser cualquiera, incluso usted o yo"; Cushing descarta la hipótesis con un sobrio "nosotros no, porque somos ingleses".
Bienvenido seas, Christopher Lee, amigo tenebroso de tantos ingenuos escalofríos

el país


jueves, 19 de abril de 2012

Bram Stoker / Cien años después

Drácula llora a Bram Stoker

Se cumplen 100 años de la muerte del escritor irlandés, creador del mito del vampiro

Los escritores le rinden homenaje


Por Gregorio Belinchón
Madrid, 19 de abril de 2012

Vlad Tepes o 'El empalador', el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker para crear a Drácula.
          "Strigoi, strigoi, strigoi...", susurraba hace 100 años Bram Stoker. Podía ser fruto del delirio o tal vez sea una leyenda enriquecida por el paso del tiempo, pero el autor de Drácula falleció señalando —según atestiguaron sus amigos presentes— algo en un rincón de la habitación de la pensión londinense en la que pasó sus últimos días. Strigoi, en rumano, significa espíritu maligno. Una expresión final demasiado perfecta para ser pronunciada por el creador del mito moderno del vampirismo (algo parecido se cuenta de Bela Lugosi, el primer gran Drácula del cine, del que se decía paseaba por la residencia de ancianos buscando cuellos que chupar).
          El irlandés Bram Stoker (1847-1912) no será recordado como un gran escritor. Rodrigo Fresán, autor de prólogo a la edición de 2005 de Mondadori de la novela, comenta: "Stoker es muy mal escritor, un ejemplo clásico de creador flojo —no hay más que leerle en su inglés original— que de repente crea una obra genial". Enrique Vila-Matas apunta en esa dirección: "Seiscientas páginas y el conde solo sale en unas quince. Al estilo de El corazón en las tinieblas, de Joseph Conrad, se crea un espectáculo alrededor de un personaje que aparece muy poco. Es más interesante y fascinante el ambiente que lo que ocurre. La narración conduce al personaje. En cambio, creó el vampiro moderno. Solo por eso merece nuestro respeto". Gonzalo Suárez, escritor y cineasta que en diversas ocasiones ha indagado en el ser y el otro, en la criatura y su creador (Mi nombre es sombra, Remando al viento), reconoce que Stoker le aburre. "Empecé a leerlo y lo dejé. Obviamente forma parte de la literatura victoriana, que sí me atrae. Pero el libro no desarrolla un carácter ontológico, juega más con el sadismo y la sangre. Todos tenemos un monstruo en nuestro interior, pero creo que justo en mí no hay de esa especie", reconoce entre risas.



Morded y multiplicaos (Un mito impulsor de la literatura)

         Drácula — “novela radioactiva que enferma al resto”, según definición de Rodrigo Fresán— ha tenido todo tipo de continuaciones literarias, desviaciones a la ligera del mito original del vampiro que reguló Bram Stoker, y versiones cinematográficas y teatrales. Lógico, a pesar de su esquema basado en páginas de diarios y cartas entre los personajes, Stoker tenía como intención inicial escribir una obra de teatro. Más aún, poco después de publicar en 1897 la novela, su autor realizó una lectura dramatizada de Drácula. El manuscrito original, escrito a máquina y con innumerables correciones, desapareció durante décadas. En los ochenta sus 541 páginas fueron encontradas al noroeste de Pennsylvania, y en la portada, escrita a mano, aparecía su título original, Los no-muertos. Debajo, el nombre del autor, Bram Stoker. Está claro que el escritor decidió rebautizarla en el último segundo.
          Hoy, entre Stephanie Meyer, Guillermo del Toro, Charlaine Harris o Anne Rice, hasta los descendientes de Stoker han sacado partido del conde. Su sobrino bisnieto Dacre Stoker, apoyado por un experto en el tema, Ian Holt, publicó en 2009 una continuación, Drácula, el no muerto, que aunque arrancaba con gracia, se perdían en un trama alocada y con guiños a otros clásicos como Jack el Destripador. Las cenizas de Stoker, que reposan en una urna junto a las de su único hijo, Irving Noel, en Londres, deben de revolverse de vez en cuando.




           Entonces, ¿qué hizo bien Stoker? El escritor irlandés, criado entre libros y profesores privados por culpa de una enfermedad infantil, publicó muchos más cuentos, y ninguno tuvo la repercusión popular y artística de Drácula. "Claro", descifra Fresán, "porque existen novelas influyentes, que por su calidad crea escuela de escritores y de obras, y novelas radioactivas, que enferman a otros, que infectan y producen mejores herederos. El éxito de Drácula radica en un personaje fascinante". Su misma construcción, a base de trozos de diarios y cartas entre los personajes, ralentiza la trama: "Es la novela en la que más se escribe y se lee. Pero, ¿cuándo van a por el monstruo?", dice Fresán.
           Bram Stoker publicó Drácula en 1897, y creó el personaje bebiendo de varias fuentes: primero, del personaje real de Vlad Draculea Vlad el Hijo del Demonio / Dragon, también conocido como Vlad Tepes el empalador; del actor Henry Irving, una estrella de la época, para el que Stoker trabajó durante 29 años como representante y secretario, y cuya enfermiza relación inspiró de lejos la película La sombra del actor; y de sus charlas con un extraño orientalista húngaro llamado Arminius Vámbéry con el que se entrevistó en diversas ocasiones (Vámbery también era muy imaginativo en sus leyendas sobre la Europa oriental, y su labia y su imaginación las engordaban a gusto del oyente que tenía en cada momento). Óscar Wilde dijo que Drácula era la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos. Arthur Conan Doyle tampoco escatimó elogios. "Es que es muy de la época victoriana", según Fresán, "es el triunfo del gótico, de un terror que crea personajes como Frankenstein, el doctor Jekyll y Mister Hyde...". ¿También puede ser la venganza de un hombre que se siente vampirizado por otro? "Como libro, efectivamente, es muy transparente, ya que son los años del advenimiento del psicoanálisis". El subconsciente de los autores sale a borbotones. "Fíjate en este Drácula, en Peter Pan, en Sherlock Holmes...". Gonzalo Suárez recalca en ese grandioso momento literario británico: "Me atrae mucho ese género. Dio unas obras de ficción fascinantes, a diferencia de la española, más realista".



El escritor irlandés Bram Stoker.

La triste vida de Stoker, que arrastra a su familia detrás de Irving, que no recibe ningún dinero cuando fallece el actor, y que muere pobre víctima de la sífilis que había contraído yendo de prostitutas con Irving en París, se ha prolongado en el tiempo. Vila-Matas estuvo en Dublín alojado a pocos metros de la casa donde durante décadas vivió Stoker: "La primera vez vi una placa, que recordaba su estancia. El mismo Oscar Wilde, primer novio de Florence, posterior esposa de Stoker, vivía a pocas manzanas. Años después volví y en lugar de la casa había una clínica de cirugía estética. De la placa, ni rastro". "A mí me entristece la deriva actual del personaje", comenta Fresán. "Eso de que vayan al colegio los vampiritos de Crepúsculo...". Algo que nunca hubiera ocurrido en la novela original. Como dice el viejo conde: "Yo pertenezco a un familia muy antigua y me moriría muy pronto si me viese obligado a residir en una mansión moderna. No busco ni la alegría ni el júbilo, y menos aún la felicidad que obtienen los jóvenes por un bello día de sol y el murmullo del agua".


EL PAÍS

Bram Stoker / Carta de bienvenida



sábado, 20 de agosto de 2011

Bram Stoker / Carta de bienvenida


Bram Stoker
CARTA DE BIENVENIDA
WELCOME TO THE CARPATHIANS

Mi querido amigo:
Bienvenido a los Cárpatos.
Lo estoy esperando ansiosamente.
Duerma bien esta noche. Mañana
a las tres saldrá la diligencia para Bucovina;
ya tiene un lugar reservado.
En el desfiladero de Borgo
mi carruaje lo estará esperando y lo traerá a mi casa.
Espero que su viaje desde Londres
haya transcurrido sin tropiezos,
y que disfrute de su estancia en mi bello país.
Su amigo,
Drácula.



Bram Stoker, Drácula

lunes, 23 de marzo de 2009

Rumanía huye de Drácula


Castillo de Vlad Dracul en Rumanía

Rumanía huye de Drácula

El país transilvano renuncia al vampírico mito para vender su imagen en el exterior


El celebérrimo mito del Conde Drácula parece ser demasiado siniestro en el Ministerio de Turismo rumano para convertirse en la imagen de Rumanía en el mundo.
"El mito de Drácula no será la marca del país", ha declarado la ministra de Turismo, Elena Udrea. "Rumanía tiene muchas cosas que pueden ser promovidas como marca. Creo que puede ser representada mucho mejor por muchas otras cosas", ha explicado Udrea.
Sin embargo, Udrea ha reconocido que el ministerio que dirige no puede despreciar la fuerza del mito en todo el mundo a la hora de vender la imagen del país y atraer a los turistas.
"Es conocido en España, en América, en todas partes, y sería una pena que no lo utilizáramos cuando sea conveniente", ha afirmado la ministra. La leyenda de Drácula y sus nunca bien delimitadas relaciones con la realidad han sido y siguen siendo el principal atractivo para el mundo de Rumanía, un país pobre y poco conocido del este de Europa que sólo en los últimos años ha comenzado a tener una política de imagen turística planificada.
El personaje del conde Drácula nació a finales del siglo XIX de la pluma del escritor irlandés Bram Stoker, que se inspiró en la figura del príncipe rumano del siglo XV Vlad Tepes y en las leyendas de vampiros de la Europa Oriental para crearlo.
Valiente, sanguinario y fiero luchador contra los invasores turcos, las historias de sádicas torturas por placer en torno a quien fuera conocido como Vlad El Empalador, por el brutal castigo que aplicaba a los enemigos otomanos, fueron la base perfecta para un mito que nació en un libro, creció con el cine y es ya parte indiscutible del imaginario popular mundial.