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David Lynch, un explorador iconoclasta y perverso
Fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los años cincuenta y sesenta: un individualista devastador

No soy un admirador del cine de David Lynch, yo soy su enamorado. David Lynch fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los años cincuenta y sesenta: un individualista devastador, un infiltrado en la disolución de la mirada del espectador o del lector. Lynch era guapo. Se parecía a otro individualista cegador: David Bowie. Tenían un flequillo parecido. Lynch es Estados Unidos, es la narración cinematográfica más brillante y honda que se ha hecho de ese país en los últimos cincuenta años.