Pablo Neruda
Por Rita Guibert
Después de presenciar en Estocolmo la entrega del Premio Nobel de Literatura1971 a Pablo Neruda, viajé con él y con su mujer, Matilde Urrutia, hasta Varsovia, donde se estrenaba su obra teatral Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta. A los sesenta y siete años, Pablo Neruda, doblemente consagrado como Premio Nobel y como embajador de Chile en Francia, fue recibido calurosamente, tanto en Varsovia como en Estocolmo, por intelectuales, reporteros y fotógrafos. Pero Neruda, un poeta para quien “la vida es un regalo”, siempre ha sido una personalidad carismática. Como dice Margarita Aguirre en Las vidas de Pablo Neruda: “Es un hombre al que no se puede mirar en vano. Deslumbran su fuerza, su calidez humana, y es como si algo magnético, una misteriosa atracción, nos atara a su presencia”.