Frida Kahlo
EN CAMA
Hoy, viajamos a la primavera de 1953, cuando una fotógrafa llamada Lola Álvarez hizo algo maravilloso por su querida amiga Frida Kahlo. Por aquel entonces, Frida estaba muy grave. “Me di cuenta - escribió Lola - de que la muerte de Frida era inminente. Yo creo que hay que rendirle honor a la gente mientras todavía está viva para que lo disfrute y no cuando ha muerto”. Lola lo dispuso todo para organizar una exposición exclusiva de la obra de Frida en su Galería de Arte Contemporáneo, de Ciudad de México. Ella y Diego le plantearon la propuesta que entusiasmó a Frida y le ayudó a olvidar por unos momentos la desesperanza.
La exposición fue la primera organizada en su querido México y Frida no podía sentirse más que orgullosa. Al final, se había convertido en una Artista en mayúsculas, en una mujer que había triunfado en el mundo del arte y ahora iba a recibir el homenaje de los suyos que tanto deseaba. “Con amistad y cariño nacidos del corazón tengo el placer de invitarlo a mi humilde exposición”. Esta frase la escribió en las invitaciones que realizó meticulosamente con preciosos dibujos impresos en papeles de colores que ató con cintas brillantes.
La noche antes de la inauguración, Frida volvió a desfallecer y los médicos le prohibieron bajo ningún concepto moverse de su cama. Pues su cama iría con ella. Mientras Lola mandaba a su equipo reorganizar el espacio, Frida llegó a la exposición estirada en su hermosa cama de cuatro columnas con dosel que habían trasladado en una ambulancia.
Frida estaba exultante. Los asistentes quedaron impactados ante aquella imagen verdaderamente surrealista. Frida estaba hermosa, enjoyada, meticulosamente peinada y vestida con uno de sus icónicos trajes. Ella misma era una impresionante obra de arte.
La Figurativa
Espacio para el arte