Javier Cercas |
Javier Cercas
“La memoria histórica se ha vuelto una industria”
El escritor reflexiona sobre las mentiras que forjaron nuestro pasado reciente
'El impostor' es una “novela sin ficción” sobre Enric Marco, la falsa víctima del nazismo
GUILLERMO ALTARES Barcelona 15 NOV 2014 - 00:03 CET
Una pregunta crucial sobrevuela la última novela de Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962), El impostor (Random House): ¿toda vida tiene una mentira dentro? ¿Toda existencia tiene algo de ficción? Y, yendo más lejos, en sus páginas surge otra cuestión más importante: ¿toda historia colectiva es, en el fondo, un invento? Cercas regresa a la Guerra Civil, que trató en Soldados de Salamina, y a la Transición, que enmarca su libro sobre el 23-F, Anatomía de un instante, para construir lo que llama una novela sin ficción en torno a la figura de Enric Marco, el nonagenario barcelonés que se inventó una vida con tanta habilidad que acabó siendo presidente de Amical de Mauthausen sin haber estado detenido nunca en un campo nazi como mantuvo durante décadas. Sólo en 2005, gracias al trabajo de un historiador, Benito Bermejo, se desveló la inmensa mentira.
Quizá porque toda novela es necesariamente una impostura, los impostores tienen una profunda tradición literaria, desde Jean-Claude Romand, que asesinó a toda su familia con tal de que no descubriesen que les mentía desde hace años, un caso real que Emmanuel Carrère retrató en El adversario, hasta el personaje central de Patricia Highsmith, Tom Ripley, un mentiroso despiadado de ficción, aunque lleno de realidad. Cercas dialoga con la historia y con la literatura en un libro que arrastra al lector a muchos rincones de su propia memoria, personal y colectiva.