La importancia de llamarse
David Bowie
La editorial Taschen edita un libro sobre la figura del artista británico fermentada a través del objetivo de Mick Rock, quien pasó un año pegado a él
MARÍA BALLESTEROS 15 SEP 2015 - 20:29 CEST
La androginia, la teatralidad y la reinvención son tres de las características que han acompañado a David Bowie (Brixton, 1947) desde su primer disco homónimo en 1967. Cinco años más tarde de su debut discográfico, en 1972, Bowie sorprendió al mundo con The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from mars. Un LP en el que la creación del personaje de Ziggy Stardust se erigía como uno de los tótems del glam rock, la bisexualidad o la androginia y pasaba a formar parte destacada de la masiva cultura pop. Para dar testimonio gráfico de la relevancia que estaba adquiriendo el alter ego de David Bowie el fotógrafo Mick Rock (Londres, 1948) consiguió adentrarse en el círculo privado del artista entre 1972 y 1973. Fruto de esa relación quedan las instantáneas que la editorial Taschen ha decidido sacar a la luz en The rise of David Bowie.Un libro con portada holográfica de 310 páginas –y tirada de 1772 ejemplares firmados por Bowie y Rock– en el que los retratos sobre el escenario se mezclan con instantáneas en el camerino, imágenes promocionales, portadas de discos, capturas de vídeos y momentos íntimos.
David Bowie Fotografía de Mick Rock |
La huella de Ziggy Stardust
Han pasado ya 43 años desde que David Bowie se inventó a Ziggy Stardust. Este personaje parecía la excusa perfecta para crear un vodevil en el que se intercalasen la ambigüedad de género, orientación sexual y hacer que la línea que separa la realidad de la fantasía se estrechase tanto que algunas veces llegara a desaparecer. Su corte de pelo asimétrico y la tonalidad caoba con el que lo lucía, su maquillaje teatratral, sus complementos folklóricos y su vestimenta tragicómica hicieron de Stardust un personaje tan memorable que los trajes de esta época, y los del resto de su carrera, fueron expuestos en 2013 en museo londinense de Victoria & Albert bajo el título David Bowie, Crossing the border. Ha sido inspiración de portadas de revistas de moda como fue el caso de Vogue París y Vogue Reino Unido en las cuales Kate Moss interpretaba a Ziggy Stardust. Ha conseguido que su imagen sirva para customizar muñecos Lego, dibujos animados (como hizo la revista Rolling Stone con Homer Simpson) o ser elleitmotiv de las piezas de Bansky. En España, Elena Anaya se metió en la piel de Stardust para la pieza promocional de la pasada edición de la edición número 19 de la Muestra Internacional de Cine Gay y Lésbico de Barcelona.