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jueves, 2 de enero de 2025

Alice Munro y el hombre del saco

 


Alice Munro y el hombre del saco. Elvira Lindo
EULOGIA MERLE 


Alice Munro y el hombre del saco

Lo terrible del abuso sexual a menores es siempre el silencio que se genera a su alrededor, todos los que saben y callan




Elvira Lindo


Una de esas singulares mañanas del Madrid vacío de agosto tomamos café. Somos amigas desde mucho antes de que ella me contara el abuso que durante años sufrió de niña a manos de su padrastro. Eso significa que nuestra amistad no se cimienta sobre ese hecho pavoroso, sino por pura complicidad. No soy su terapeuta, no puedo salvarla, incluso en ocasiones me ha resultado difícil escuchar. Es necesario decirlo porque aunque ahora pareciera haber un consenso sobre el beneficio de la escucha no siempre es fácil. Recuerdo las palabras de la terapeuta Mariela Michelenaal respecto: “Incluso quienes estamos entrenados para sumergirnos en la sordidez debemos asomar la cabeza de vez en cuando para tomar aire”. En algún momento de la conversación sale el nombre de Alice Munro, cómo no. Cuántas veces hemos diseccionado sus relatos como si los personajes fueran de carne y hueso. Las dos hemos usado sus cuentos de una u otra manera como material literario o terapéutico. Mi amiga me confiesa que ha leído lo aparecido en prensa solo por encima. Lo terrible, siempre dice, es el silencio que se genera en torno al abuso. Cuando la víctima encuentra a alguien que salga en su defensa esa herida puede aliviarse, pero la realidad nos dice que una mayoría de los menores abusados temen ser avergonzados, culpados u observados como si hubiera algo monstruoso en su corazón. No, me dice, no podré seguir trabajando con sus textos. Inevitablemente, la figura de su madre se funde con la de Munro: mujeres que, conocedoras de la agresión, siguen compartiendo el lecho con el violador de la hija. Antes de entrar en la historia, vayamos con un dato esclarecedor que nos dejó este año un estudio australiano de alto nivel con casi 60.000 participantes: entre el 20% y el 40% de los trastornos mentales podría erradicarse si se atajara el maltrato infantil.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Elvira Lindo / A merced de una corriente salvaje

 


Ilustración Lindo
QUINTATINTA (CON FOTOS DE GETTY IMAGES)


A merced de una corriente salvaje 

La razón de la derrota no está en Harris, es el planeta entero el que está virando, sacudido por un tsunami reaccionario



Elvira Lindo
ELVIRA LINDO
06 NOV 2024 - 23:00 COT

domingo, 6 de octubre de 2024

Elon Musk / Secretos de belleza

 

Elon Musk

Elon Musk en Los Ángeles, California, Estados Unidos, el pasado abril.MARIO ANZUONI (

Elon, secretos de belleza 

Algo ha cambiado para que la retórica de Musk, tan apegada a la vieja cantinela de superación personal que rezuma la cultura americana, haya calado en el discurso europeo

miércoles, 26 de enero de 2022

Grace Paley / Hombres, devolvednos la cortesía





Hombres, devolvednos la cortesía

Conviene que comencemos a leer y hablar de política sin entregar la voz cantante al paso que marcan nuestros diputados


Elvira Lindo
9 de diciembre de 2016


Este sábado quiero hablarles de un libro que viene muy a cuento. Conviene que comencemos a leer y hablar de política sin entregar la voz cantante al paso que marcan nuestros diputados. Hoy quiero mostrarles mi entusiasmo por un libro que ve la luz esta semana, La importancia de no entenderlo todo, de Grace Paley. Esta mujer fue tantas cosas que casi no sabe una por dónde empezar. Nació en 1922 en el Bronx y murió en 2007. Algunos la conocimos por la edición que Anagrama publicó de sus cuentos y ese único volumen sirvió para que algunos la amáramos. Alguien dijo que a Paley se la lee para amarla. Pero el libro que me encantaría que leyeran es una recopilación de sus experiencias como activista. Grace, con esa familiaridad se la nombraba, llegó al feminismo, a la literatura, al activismo contra la guerra del Vietnam, a las protestas sociales inspirada por su vida diaria. Era una de esas amas de casa, al estilo de Alice Munro, que escribían a ratos en la cocina, cuando los niños estaban en la escuela, pero al contrario que Munro su espíritu fue siempre social, alegre, comprometido, gregario, callejero, valiente. No vivió la maternidad de manera conflictiva, sino que se sirvió de ella para escuchar la voz de las mujeres y entablar conversaciones en los parques del barrio. Grace nos cuenta su crianza en un hogar de judíos rusos que encontraron en Nueva York refugio tras ser expulsados por el zar. En las conversaciones familiares encontró su primera instrucción política, por ser sus padres socialistas, pero a lo largo de su vida optaría por el compromiso con las causas concretas.

jueves, 20 de enero de 2022

Ingmar Bergman / Un amor tormentoso

 

Ingmar Bergman


Bergman, un amor tormentoso


La severa infancia de Ingmar Bergman marcó su carrera artística. Tras sopesar su retirada del cine, el director sueco narró la relación de sus padres en el libro ‘La buena voluntad’, convertido en película por Bille August con el título de ‘Las mejores intenciones’. Su lectura ilumina la obra de un autor clave para la cultura actual

Elvira Lindo
1 de mayo de 2021


Una mañana desapacible del invierno de 1965 el entonces director del Dramaten, Ingmar Bergman, trataba de imponer en el teatro el orden que había desbaratado la tremenda nevada. Todos habían llegado tarde, los actores y el público que asistía a los ensayos. Bergman estaba malhumorado. Recibió de pronto la llamada de su madre, Karin, para informarle de que su padre había sido hospitalizado para ser intervenido por un tumor maligno. La gélida manera en que el director narra esta escena en su autobiografía, Linterna mágica, nos ofrece una idea precisa tanto de una escritura bella y analítica como de una frialdad de corazón que heredó de su padre, el pastor luterano Erik Bergman. Bergman informó a su madre en tono desabrido de que no iría a hablar en el lecho de muerte con quien no tenía nada que decirse. La madre se echó a llorar, y el hijo le recordó que las lágrimas no le conmovían. Dicho esto, colgó con furia el teléfono.

martes, 7 de diciembre de 2021

Tove Ditlevsen, una flor de barrio

 



Tove Ditlevsen, una flor de barrio

Se editan en español las memorias hipnóticas de la autora danesa, cuya prosa macabra, irónica y dolorosamente verdadera vive ahora una segunda juventud


Elvira Lindo
16 de julio de 2021

“La infancia es larga y estrecha como un ataúd, y no se puede escapar de ella sin ayuda”. Con esta frase asombrosa, que bien podría formar parte de los primeros versos de un poema, comienza uno de los capítulos del libro Infancia, el primer tomo de la Trilogía de Copenhague, una suerte de memorias de la escritora danesa Tove Ditlevsen que originalmente fueron publicadas por separado: los dos primeros tomos, Infancia y Juventud, en 1967, y el tercero, Dependencia, en 1971. En España, con buen criterio, Seix Barral nos lo ofrece en un solo volumen. La lectura continuada de los tres libritos ayuda a entender la corriente de una vida compleja.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Linn Ullmann / Hija de un amor grande y revolucionario

 

Linn Ullmann


Linn Ullmann, hija de un amor grande y revolucionario

Hay solo una posibilidad entre millones de que tu padre sea el mejor director de cine y teatro suecos de todos los tiempos; y menos aún de que tu madre sea esa actriz noruega de belleza magnética e icono de nuevas generaciones


Elvira Lindo

13 de noviembre de 2021


Hay solo una posibilidad entre miles de millones de que tu padre sea el mejor director de cine y teatro suecos de todos los tiempos; pero las posibilidades aún se estrechan más si se da la circunstancia de que tu madre sea esa actriz noruega de belleza magnética, candorosa, perturbadora, tan icónica su piel luminosa que hoy sirve de inspiración para actrices como Jessica Chastain, que desnudan su alma cuando un director acerca peligrosamente la cámara. Esa asombrosa casualidad es la que ha marcado a fuego la vida de la escritora Linn Ullmann, hija de Ingmar Bergman y Liv Ullmann. Decía Cary Grant en Sospecha de Hitchcock que el secreto de éxito es empezar desde arriba. Esta ironía responde a una gran verdad si a los herederos les toca en suerte una fortuna, pero la profecía suele quebrarse cuando los hijos nacen en un hogar de artistas. Hay excepciones y Linn Ullman confirma la regla: su escritura es la de una narradora sólida enfrentada al prejuicio de que pensemos que Los inquietos, una novela sobre sus padres, es uno más de entre tantos volúmenes que publican tarde o temprano los hijos de grandes artistas.

martes, 12 de enero de 2021

Los diez mejores libros de 2020

Sara Mesa

Los 50 mejores libros de 2020

LOS DIEZ MEJORES

‘Un amor’, de Sara Mesa, es la obra más destacada en una votación en la que han participado 100 críticos, escritores y periodistas. La propia autora analiza las claves de una novela que busca el “desconcierto”

EL PAÍS
20 de diciembre de 2020

Cuando los arqueólogos del futuro encuentren un fósil digital con un enlace a los mejores libros de 2020 según Babelia, sabrán que en el gran año de la covid ningún libro sobre la pandemia se coló en el palmarés pero triunfaron títulos que retratan bien la sociedad del momento. Por un lado, el reconocimiento de la literatura escrita por mujeres es rotundo: las novelistas y poetas ocupan seis de los primeros diez puestos de la lista, incluido el principal, que es para Sara Mesa con Un amor. Por otro lado, La era del capitalismo de la vigilancia, de Shoshana Zuboff, sobresalió en meses en que —por ocio, por negocio y por telenegocio— nos volcamos en la vida digital mientras Los europeos, del inglés Orlando Figes, y Otoño, de la escocesa Ali Smith, hicieron lo propio en el año en que se consumó el brexit.

Oportunamente, el Madrid de Andrés Trapiello retrata la historia pasada de una ciudad que vivió semanas desbordada por el coronavirus mientras la salida de Poeta chileno, de Alejandro Zambra, coincidió con el jubiloso referéndum constituyente en Chile. Por su parte, Las malas, de Camila Sosa, y Casas vacías, de Brenda Navarro, serían, desde la ficción, buenas lecturas complementarias para el debate feminista sobre transexualidad y maternidad. Finalmente, la ciencia ficción filosófica de Ted Chiang en Exhalación serviría para evadirse —es un decir— de un mundo en el que, como en M. El hijo del siglo, un novelón sobre Mussolini, cada día se usa más la palabra fascista. Para todo los demás, es decir, lo que queda del año: Rachel Cusk, o sea, Despojos. Por Javier Rodríguez Marcos.
1. Un amor
Sara Mesa
ANAGRAMA

Por Sara Mesa.

Decía mi admirada Flannery O’Connor que pedirle a un escritor que hable de su escritura es como pedirle a un pez que dé una conferencia sobre natación. A menudo, cuando me preguntan por el sentido de mis libros, por cuestiones interpretativas o compositivas complejas, recuerdo esta afirmación y, si no fuese porque resulta maleducado, diría, con toda mi humildad y sinceridad: “Yo qué sé”. Apelar al misterio de la escritura puede sonar un poco místico —y quizá sea una manera de escurrir el bulto—, pero admitamos al menos que sí hay una buena dosis de misterio en la génesis de un libro, como la hay en el fenómeno de su lectura, tan imprevisible.


Un amor es una novela misteriosa para mí. Surge, de hecho, de un sueño recurrente —con toda la ambigüedad que conlleva el mundo onírico—, de historias escuchadas hace muchos años y de imágenes que me asaltaron de pronto, sin explicación aparente —goteras en una casa, un perro atado a una estaca, el sonido de la lluvia en el tejado de un cobertizo, una mujer espiando los movimientos de la furgoneta de un hombre—. Con todo eso, hace años, empecé a construir una historia que no sabía bien dónde me llevaba. Tardé mucho y cometí muchos errores, aunque también algún acierto que me impedía desistir y tirarlo todo a la basura. Cogí y solté la novela varias veces, entre medias escribí otras cosas. En mi editorial tuvieron una paciencia infinita conmigo, puesto que un día lo veía claro y al siguiente pedía que se olvidaran de lo dicho —­gracias, Jorge Herralde, Silvia Sesé, Isabel Obiols, por no matarme—. Al final, después de dar muchos rodeos absurdos, llegué a una especie de calma resignada, una especie de paz. Qué novelita enclenque, pensé, pero al mismo tiempo, para animarme, me agarré a una de las reflexiones de la protagonista: “No se llega al blanco apuntando, sino descuidadamente, mediante oscilaciones y rodeos, casi por casualidad”.

Y luego, casi por casualidad, esta novelita enclenque empezó a engordar; es decir, a ser leída, interpretada, compartida, amada y seguramente odiada. Sentí sorpresa y agradecimiento ante tantas lecturas —la ramificación de mi trabajo—, aunque también el famoso síndrome del impostor, de la farsante, pues este 2020, tan complicado y duro por muchas razones, ha sido también un año de excelentes libros.

Un amor no es una novela de amor y sin embargo se titula así porque amor es la palabra más manoseada del mundo. La confusión que origina el título, la posible decepción o desconcierto que ocasiona en los lectores, es buscada. Si en los grandes almacenes colocaran el libro en el apartado de novela romántica, me sentiría muy feliz, porque sería como activar una pequeña bomba en sus anaqueles. Entonces, si no se trata de un amor convencional, ¿a qué amor me refiero? ¿Qué significa este título?

En relación con el significado de los sueños, Eugène Ionesco decía: “La mayor parte de las personas, cuando intentan contar sus sueños, los interpretan, los explican, los hablan, intervienen. El sueño es una historia o una situación que se debe contar de la manera más desnuda o que solo se debe describir. No se deben contar los sueños, hay que intentar describirlos; el sueño no es discurso, es imágenes”. Yo me agarro a esta dualidad discurso/imagen del mismo modo que a la idea del pez conferenciando sobre natación. No deseo inmiscuirme en una labor que no me corresponde. Quizá no es mi papel ofrecer interpretaciones ni respuestas tajantes como quien desvelara la solución de un acertijo. Escribí Un amor como quien emprende una búsqueda y así me gustaría que fuese leído.




2. La madre de Frankenstein
Almudena Grandes
TUSQUETS

Almudena Grandes es un alud sentimental y narrativo. Y si La madre de Frankenstein es el mejor de sus Episodios de una guerra interminable algo tendrá que ver el hecho de que en los personajes femeninos se perfilan mujeres decididas (para bien o para mal), de independencia intelectual contrastada, que no titubean para ser lo que soñaron. Y ahí está la enfermera María y hasta la parricida Aurora Rodríguez Carballeira y su víctima, su hija Hildegart, diseñada para ser arquetipo de la nueva mujer republicana. La identificación emotiva es fuerte, sensación que refuerza Germán, psiquiatra que regresa a España para trabajar en un manicomio de mujeres, espacio-tiempo donde reflejar el terror con el que el nacionalcatolicismo pintaba los pardos años cincuenta. El resto, pura marca Grandes: buenos diálogos y mejores tramas, destilados con menos alambiques. Grandes ha dejado, como nunca, jirones de piel (personal, literaria) en este monstruo.. Por Carles Geli.



3. Los europeos
Orlando Figes. Traducción de María Serrano Giménez
TAURUS

Lo que Orlando Figes hace en Los europeos es reconstruir las líneas maestras que permitieron que, hacia 1900, en el Viejo Continente la gente leyera los mismos libros, escuchara la misma música o disfrutara de las mismas obras de arte, que fijarían además el canon de la alta cultura. El historiador sigue las vidas del escritor Iván Turguénev y de la cantante y compositora Pauline Viardot, que tuvieron una larga e íntima relación, y del marido de esta, Louis Viardot, crítico de arte y periodista, para mostrar cómo con la expansión del ferrocarril se produjo una primera globalización que instauró hábitos cosmopolitas. El libro levanta un apasionante siglo XIX que revela la enorme ebullición de ideas y de iniciativas creativas que marcaron las vibrantes y complejas señas de identidad de Europa. Por José Andrés Rojo.



4. Confía en la gracia
Olvido García Valdés
TUSQUETS

Hay algo vivo y a la vez mineral en los nuevos poemas de Olvido García Valdés (Asturias, 1950). Por eso al releerlos nunca están donde los dejamos; crecen e inquietan. ¿Qué es? ¿La respiración? ¿El deseo? ¿La soledad exigente con que enlazan sensorialidad y extrañeza para explorar cada pliegue? Se entretejen en ellos lecturas y animales, generaciones diversas en fiestas con globos, memoria, fantasmas, música, tiempo, luz. Forma y tonos libérrimos en los que caben el 15-M, el Brexit y la convicción de que envejecer es bueno. Líneas de un diálogo interior que ocurre en ráfagas de intensidad, cuando alguien con mucho visto y sentido elige confiar en lo benigno para encenderse e invitarnos: “… toma / el mundo por cuerpo, decía, como un ciego / el bastón, respira ahí como si fueras todo…”. Por Raquel Garzón.


5 . No digas nada
Patrick Radden Keefe. Traducción de Ariel Font Prades
RESERVOIR BOOKS

Está construida como una novela de misterio que trata de revelar quién estaba detrás de un famoso crimen sin resolver, pero la investigación periodística de Patrick Radden Keefe, basada en un centenar de entrevistas y numerosas consultas a archivos y viajes, va mucho más allá. No digas nada aplica una bien medida fuerza narrativa a la enmarañada historia política reciente de Irlanda del Norte y mete de lleno al lector en el drama de los Troubles, del que cabría pensar que se ha escrito ya más que suficiente. Y, sin embargo, el reportero de The New Yorker demuestra en este libro que la historia late bajo la paz, que hay un relato abierto en aquella herida, que las mejores intenciones con las que, por ejemplo, se creó un archivo oral en una universidad para reconstruir la historia de los terroristas pueden llevar a imprevisibles consecuencias legales, y que las víctimas de un conflicto de más de medio siglo son todos o casi todos. El secuestro y asesinato de una viuda y madre de 10 hijos, Jean McConville, en 1972 en Belfast —que nunca acabó de estar claro, ni siquiera cuando apareció su cuerpo más de 30 años después—, permite a ­Radden Keefe desenterrar un trágico relato. Y en los claroscuros de esa historia surgen preguntas que no solo atañen a por qué se llevaron a McConville y quién disparó la pistola, sino por qué una joven como la implacable Dolours Price entraba en una banda terrorista, hasta qué punto admitir un error significa quitar el sentido a toda una vida dedicada a una lucha y si un líder capaz de forjar la paz es un traidor o un héroe con rasgos de sociópata. 
Por Andrea Aguilar.


6. El hijo del chófer
Jordi Amat
TUSQUETS

Alfons Quintà fue un asesino, un tipo profundamente malvado. Sin embargo, se convirtió también en uno de los periodistas más importantes de Cataluña pese a que sus maltratos y acosos eran un secreto a voces. Con este personaje siniestro, Jordi Amat ha construido un libro magnífico en la estela abierta por autores como Emmanuel Carrère. A través de la figura de Quintà, El hijo del chófer se convierte en un retrato de la Cataluña contemporánea, pero sobre todo de los juegos de poder capaces de aupar hasta la cima social a un personaje de esta categoría humana. En ese sentido, se trata de un libro que se eleva por encima del momento que describe para convertirse en un relato universal sobre la maldad y el poder. Por Guillermo Altares.



7. Las maravillas
Elena Medel
ANAGRAMA

Empezar a leer Las maravillas es meterte en un túnel de acero frío en el que las voces que la escritora cordobesa Elena Medel entrelaza son las de todas las mujeres. En el personaje que protagoniza el libro, pero del que es también su gran ausente, se condensan las desgracias económicas de la España de los últimos 50 años: el abandono, el ascenso social truncado. La lucha feminista va abriéndose paso en la sociedad y en el libro. Pero el 8 de marzo de 2018, cuando el feminismo se instaló en la conciencia de muchos españoles, la vivencia radicalmente opuesta de los otros dos personajes principales de Las maravillas condensa el sentido del relato. Qué doloroso y qué bien narrada la primera novela de la poeta Elena Medel. Por Carmen ­Pérez-Lanzac.



8. Exhalación
Ted Chiang. Traducción de Rubén Martín Giráldez
SEXTO PISO

Con una exquisita e incisiva prosa alegórico fantástica, Ted Chiang (Nueva York, 53 años), el multipremiado orfebre de lo galáctico especulativo que hay detrás de la historia de La llegada, la película de Denis Villeneuve, reflexiona sobre la relación entre humanidad y tecnología en esta su segunda antología de relatos en 30 años. Convencido de que todo relato de ciencia-ficción puede ser un tratado filosófico, Chiang se aproxima a aquello que nos hace humanos —la memoria y sus borrosos límites narrativos, una inevitable y dolorosa empatía hasta por lo que finge estar vivo— desde la humildad del apasionado escritor de género que ha hecho de su obra pura literatura. Por Laura Fernández.


9. A corazón abierto
Elvira Lindo
SEIX BARRAL

A corazón abierto es la expresión radical de las mejores virtudes de la memoria. Elvira Lindo recuerda como si estuviera pintando al natural lo que vio en las distintas épocas de su vida y lo estuviera pintando con todos los colores, con la música precisa, con el atrevimiento que dan el amor, la nostalgia y también la rabia de haber visto de cerca, y haber sufrido, los dolores y los vacíos que anidan en lo hondo de lo inolvidable. Asombrada aún por lo que vivió en la infancia, abraza a quienes compartieron con ella también los resplandores oscuros. El resultado es un cálido recuento de la vida y no resulta extraño que haya sido además una puerta para que miles de lectores hayan sentido que ella escribe también de la vida de cada uno de ellos. Por Juan Cruz.


10. pequeñas mujeres rojas
Marta Sanz
ANAGRAMA

Cierra Marta Sanz con esta novela una trilogía negra que estira, rebasa y manipula los límites del género para ir mucho más allá. Esta última entrega es una carta de denuncia contra el olvido de la injusticia, un wéstern asfixiante, una historia coral sobre los efectos del silencio en la que hasta las voces de los muertos están impecables. Una novela necesaria que describe la violencia, sobre todo contra las mujeres, con un lenguaje propio, crudo y sin tópicos. Ni el mismo detective Zarco, visto aquí por los ojos de las mujeres de su vida, podría imaginar una despedida mejor. Por Juan Carlos Galindo.




lunes, 28 de diciembre de 2020

Elvira Lindo regresa a su infancia a orillas del pantano de El Atazar

Elvira Lindo


Elvira Lindo regresa a su infancia a orillas del pantano de El Atazar

Elvira Lindo cumple con su nuevo libro el sueño de convertir a sus padres en personajes para recuperar la memoria itinerante, alegre y dolorosa de su infancia y adolescencia.

Anatzu Zabalbeascoa
29 de febrero de 2020 

Mi padre era un hombre que volvía. Visitó todos los lugares donde había vivido. Tenía el mismo amor por los sitios que por la gente”. Vamos camino de la presa de El Atazar, el mar de Madrid, uno de los grandes proyectos de ingeniería que Franco hizo construir, un pantano en el río Lozoya que provee el 46% del agua que se bebe en la capital. Mirando ese embalse, entre pinos y una tierra herida y seca “que parecía un escenario lunar”, la escritora Elvira Lindo pasó la infancia que mejor recuerda: entre los cinco y los nueve años. Ella y sus amigos eran “los niños del pantano”. Vivían en un poblado construido para alojar a trabajadores de la presa, como su padre, que era auditor. “Los obreros sin familia dormían en barracones. Los cargos medios, en chalets, y los ingenieros, en un pedazo de chalet. Todo dicho desde la austeridad: no había lujo”, apunta Lindo al subir al coche. Nos dirigimos al poblado. “Más bien a la nada”, advierte. “Hoy es un lugar vacío habitado solo por fantasmas”.




El poblado está, efectivamente, desierto, pero también cuidado. Alguien vela por que la vegetación no lo devore todo. Hay que imaginarlo aislado: senderos en lugar de carreteras. En uno de los collados, una cruz anuncia la iglesia. A su lado, en la escuela, una única aula sentaba juntos a críos de todas las edades. “Los mayores de 10 tenían que irse a internados. El resto convivíamos pegados con cierta prudencia porque llevarnos bien era necesario viviendo en la cumbre”.

A corazón abierto / El reencuentro íntimo de Elvira Lindo

 


Los 50 mejores libros de 2020

A CORAZÓN ABIERTO

El reencuentro íntimo de Elvira Lindo

Elvira Lindo revive en ‘A corazón abierto’ un pasado familiar repleto de tensiones en cuyo seno se alza con un protagonismo casi absoluto la figura del padre


Anna Caballé
6 de marzo de 2020

Elvira Lindo, a los nueve años.
Elvira Lindo, a los nueve años. ARCHIVO PERSONAL

La escritura autobiográfica comporta, por decirlo así, un esfuerzo de objetivación. Proporciona una especie de unidad de medida cuantitativa en relación a una vida humana y a la forma en que esta vida ha sido observada, analizada desde dentro de una posible verdad. He dicho medida cuantitativa, es decir que puede medirse, aunque la cantidad expuesta en la escritura no tiene por qué encajar, no puede encajar tampoco, con la cantidad de vida vivida. Pero cuando se lee un texto autobiográfico se supone, incluso se da por hecho, que todo lo relevante de una vida concreta está en lo que leemos, tanto en la sucesión de los hechos como en las transformaciones. En términos estructurales diríamos que un texto autobiográfico es un campo semánticamente unitario cuya lectura permite inferir el conjunto de fuerzas que han intervenido en una historia de vida. O se puede inferir, en el mejor de los casos. Los lectores de autobiografías y memorias españolas estamos acostumbrados a comprobar cómo esas líneas de fuerza que gravitan en toda vida humana nos han sido, a menudo, escamoteadas en beneficio de un relato estetizante, donde nada se resuelve más allá de estériles insinuaciones sin consecuencias. Hay muchos ejemplos de esa autobiografía cobardona, automutilada, poco dispuesta a abordar los conflictos vitales. Dicho esto, si un género ha madurado de forma excepcional en los últimos años ha sido este. Lejos quedan esos amagos de decir sin decir nada en concreto, los guiños escritos para cuatro conocedores que se divierten tantísimo con la técnica de los sobreentendidos. Ahora, por el contrario, hay una, varias, generaciones de escritores, de escritoras por supuesto, que adaptan la línea confesional más explorada en la literatura europea y anglosajona (Knausgård es, en mi opinión, el gran referente literario actual) a su propia realidad existencial, ofreciéndonos un panorama inédito: vidas que no caen de pie, pasados turbios, cargados de dramatismo o del desequilibrio de lo que creció alienadamente, como se pudo. La puerta de la razón biográfica, por decirlo en términos orteguianos, ha sido abierta y somos capaces de emplazarnos como sujetos reflexivos y enfrentarnos a un pasado inmediato, muy necesitado todavía de palabras. Por más que estas puedan ser vacilantes, sin ellas, sin su articulación, sin su emergencia, nuestra concepción del mundo no existiría.

sábado, 26 de diciembre de 2020

'Laëtitia o el fin de los hombres’ / Una lectura imprescindible


Una lectura imprescindible

'Laëtitia o el fin de los hombres’ es obra fundamental de la no ficción criminal y es la desgarradora crónica del asesinato y descuartizamiento de una chica de 18 años



ELVIRA LINDO
27 ENE 2018 - 14:44 COT

Hay libros que merecerían ser recomendados con fervor para que el lector atento no se los perdiera. Eso es lo que debería ocurrirle a Laëtitia o el fin de los hombres, la desgarradora crónica del asesinato y posterior descuartizamiento de una chica de 18 años que tuvo lugar en Nantes en 2011, escrita por el historiador y sociólogo Ivan Jablonka.

Laëtitia se publicó en octubre pasado en España, pero a mi juicio no se insistió en el hecho de que se ha convertido ya con toda justicia en una de las obras fundamentales de la no ficción criminal. Se la compara con A sangre fría, de Capote. Error: Capote se permitió algunas fantasías que transforman su historia en una novela porque no cumplen con el sagrado compromiso de la veracidad. También se nombra insistentemente El adversario, de Emmanuel Carrère, pero las preocupaciones sociales de Jablonka convierten este trabajo exhaustivo sobre una víctima en algo más que la narración de unos hechos. Este profesor de Historia de la Universidad París XIII obedece a la fidelidad a los hechos de los historiadores y a la atención al entorno vital de la Sociología; su propósito es guiarnos por los territorios poco transitados de los que han sido excluidos del bienestar desde el mismo momento de su llegada al mundo. No es por tanto una obra de ficción, por más que aquellos que pretendan alabarla digan eso de “se lee como una novela” (como si las novelas hubieran de ser por fuerza más inspiradoras), y lo que nos atrae de sus páginas es el puro brillo de la verdad y su consecuente denuncia política. Nos cuenta y al mismo tiempo nos interroga, apela al sentido real de la justicia de los que nos tenemos por justos. Pero tiene algo que le diferencia del trabajo al uso del historiador: Jablonka no pretende ser objetivo, ni frío, ni distante. Él, profesor, cultivado, cosmopolita, parisiense, editor, padre de dos hijas que duermen felizmente cada noche, ama a la niña descuartizada. A lo largo del libro la abraza con sus palabras, la convierte en heroína y casi estoy por afirmar que esa reverencia por Laëtitia Perrais es la verdadera esencia de este elaboradísimo trabajo.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Antonio Muñoz Molina / Libre de pudor


El escritor Antonio Muñoz Molina en el estudio de su casa, en Madrid. En las manos tiene un ejemplar del número de la revista 'Life' dedicado al asesino de Martin Luther King en mayo de 1968.Ampliar foto
El escritor Antonio Muñoz Molina en el estudio de su casa, en Madrid. En las manos tiene un ejemplar del número de la revista 'Life' dedicado al asesino de Martin Luther King en mayo de 1968. BERNARDO PÉREZ

Muñoz Molina, libre de pudor

El novelista explora en su intimidad mientras narra la huida del asesino de Luther King en Lisboa. “He aprendido que se puede escribir con franqueza de la propia vida”

Javier Rodríguez Marcos
21 de noviembre de 2014

"Pocas veces me he visto tan arrastrado por una historia”, dice Antonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) en su casa de Madrid. “Ha sido un año de intensidad”. El año es lo que ha tardado en escribir su nuevo libro, Como la sombra que se va (Seix Barral), que se publica el martes que viene. La historia es, resumiendo mucho, esta: 4 de abril de 1968. James Earl Ray, de 40 años, asesina en Memphis a Martin Luther King y huye. Entre el 8 y el 17 de mayo se esconde en Lisboa, donde trata de hacerse con un visado para Angola, para Rodesia, para donde sea.

jueves, 28 de mayo de 2020

Elvira Lindo / Desnudo de invierno


Elvira Lindo en Nueva York


Desnudo de invierno

Elvira Lindo relata en forma de diario en 'Noches sin dormir' sus últimos meses en Nueva York


Jordi Gracia
25 de enero de 2016







Desnudo de invierno

A pesar de Ventanas de Manhat­tan y a pesar de Como la sombra que se va, última novela de su pareja, Antonio Muñoz Molina, yo no había visto nunca desnuda a Elvira Lindo hasta hace unas horas. La he visto mientras leía este diario de autora sin miedo y lo que he visto me ha gustado, como me ha gustado la tímida inclusión de la incertidumbre de la literatura como tema central y la metáfora involuntaria del insomnio como hilo conductor o leve pauta desasosegante. Me conmueve la naturalidad de la voz que detalla sentimientos y sensaciones, que glosa sus propias fotografías de una Nueva York intrigante y caprichosa, y hasta me asombra la libertad con que narra partes de su biografía afectiva y familiar sin exhi­bicionismo, a pesar de los hijos de uno y de otro, y a pesar de las edades, a pesar de las coqueterías y los desplantes, o quizá gracias a todo ello.

Elvira Lindo / "Nueva York es una ciudad para gente fuerte, si eres vulnerable lo pasas mal"



Elvira Lindo



Elvira Lindo: "Nueva York 

es una ciudad para gente fuerte, 
si eres vulnerable lo pasas mal"



  • La escritora y periodista presenta su libro Noches sin dormir
  • Es un diario con fotografías de su último invierno en Nueva York
  • RTVE.es conversa con Lindo sobre sus once años en la ciudad


Ana Belén García Flores
24 de noviembre de 2015


La escritora y periodista Elvira Lindo lleva unos meses en su querida Madrid, que encuentra “bastante deteriorada”, después de despedirse de otra de las ciudades de su vida: Nueva York, que ha sido su casa durante los últimos once años.