La argentina Laura Ramos rebate en su libro 'Infernales' con profusa documentación la imagen de las hermanas como tres escritoras hogareñas y románticas
Carmen Mañana
3 de enero de 2020
Recreación de Charlotte, Emily y Anne Brontë, en su casa de Haworth. ALBUM / GRANGER, NYC
A veces el tiempo, los historiadores o sus propios coetáneos terminan minimizando, reescribiendo o endulzando la vida y el legado de mujeres —ya sean reinas, científicas o escritoras— que han cambiado la historia. Lo hacen para ajustar la realidad al canon. Para ponerlas en el lugar que (consideran que) les corresponde. Pero en el caso de Charlotte, Emily y Anne Brontë, el origen de esta imagen distorsionada está en la propia hermana mayor, Charlotte. Es ella la primera en dibujar a Emily y Anne como dos escritoras hogareñas y románticas, un cliché que ha llegado hasta nuestros días y que la autora argentina Laura Ramos se encarga de rebatir con profusa documentación en su libro Infernales (Taurus).
Las vidas ocultas de las Bronte, a través de sus objetos
Siruela se aventura en El gabinete de las hermanas Brontë, de Deborah Lutz
Hace casi 200 años, en un pequeño pueblo de Inglaterra llamado Haworth, ignoradas por todos y ajenas a casi todo también, las hermanas Brontë revolucionaron la novela moderna con Jane Eyre (Charlotte), Cumbres borrascosas (Emily) y Agnes Grey (Anne). Su fascinación ha derrotado al tiempo, pues los lectores siguen deseando resolver los enigmas que aún rodean las vidas de estas mujeres ferozmente libres. Deborah Lutz desvela algunos de sus secretos en El gabinete de las hermanas Brontë (Siruela), en el que reconstruye sus vidas a través de sus objetos cotidianos (libros y cartas, sus remendados trajes, sus escritorios, sus amores...).
Mann, Yeats, Bashevis Singer o Naipaul nos remiten a los premios Nobel, pero no fueron los únicos escritores en sus familias
Retrato de las hermanas Brontë realizado por Patrick Branwell Brontë en 1834.NATIONAL PORTRAIT GALLERY
Una columna de color ocre aparece pintada en el centro del retrato de las hermanas Brontë, realizado por el único hermano de la familia de escritoras, Patrick Branwell, en 1834. A simple vista parece solo un elemento de la composición, pero según reveló un estudio de la National Portrait Gallery de Londres, donde se aloja el cuadro, Patrick bosquejó su retrato, cambió de idea y se escondió tras el pilar. Este año el oculto Branwell parece que se asoma aunque sea brevemente: el Brontë Parsonage, museo en Yorkshire dedicado a la familia, celebra en el marco de su programa Brontë 200 el bicentenario del nacimiento del único hermano varón de las novelistas Emily, Charlotte y Anne con una exposición que recupera parte de su obra y de su biografía.
Amores prohibidos: publican cartas de Charlotte Brontë
07/02/2012
Charlotte Brontë, la novelista inglesa, mantuvo en secreto el amor que sintió hacia su profesor, el belga Constantin Heger, al que le enviaba cartas románticas pese a que éste era bastante mayor que ella, estaba casado y tenía hijos.
¿Charlotte Brontë mató a sus dos hermanas novelistas? Tal es la audaz sospecha de James Tully, un criminólogo británico especialista en venenos del siglo XIX y relativamente conocido por haber editado en 1997 un exitoso libro sobre las víctimas de Jack el Destripador, The Secret of the Prisonner 1167, que le llevó una década de trabajo.
¿Dónde anida el genio literario? ¿Qué trama singular les da a algunos la posibilidad de descubrir mundos ocultos detrás del mero pragmatismo de la palabra?
A fines del siglo XIX, el controvertido médico y antropólogo italiano Cesare Lombroso, padre de la criminología, encontró una respuesta tentativa a esta pregunta. En Genio e follia (Genio y locura, Brigola, Milán, 1872 y 1882), planteó que el don artístico es una forma de desequilibrio mental. Para sustentar su hipótesis, se dedicó a coleccionar lo que llamó "arte psiquiátrico" (escritos, dibujos y pinturas realizados por pacientes encerrados en hospitales mentales) y vinculó la creatividad con la esquizofrenia, por el alto índice de pacientes que plasmaban su tormentosa existencia en una obra artística.
El insidioso vínculo que parece tenderse entre las mentes creativas y la enfermedad es un tópico que reaparece insistentemente cuando se trata de explicar esa cualidad inasible que poseen ciertas personas de ir más allá de la realidad aparente y ver fractales donde la mayoría de los demás apenas percibimos ángulos rectos. "El arte transforma en novedoso lo cotidiano, en original lo repetitivo y ordinario -dice el doctor Facundo Manes, presidente de la Fundación Ineco y director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. La obra de arte permite interpretar con nuevas claves lo conocido y construir nuevos sentidos colectivos. Y es el genio artístico el que tiene la capacidad de generar aquello extraordinario que la sociedad percibe y admira como maravilloso."
Manuscrito del relato corto ilustrado que Charlotte Brontë hizo en 1826 para su hermana pequeña Anne.AP PHOTO / THE BRITISH LIBRARY
Joyas literarias inglesas para todos
La British Library cuelga en la Red una colección de 1.200 manuscritos originales para acercar a autores como Dickens, Keats, Austen o las Brontë
Patricia Tubella
Londres, 16 de mayo de 2014
Quizá la literatura clásica inglesa no pueda competir con la seducción de las tabletas, los móviles de última generación y otras maravillas tecnológicas, aunque sí utilizarlas como su propia arma. Esa es la idea que ha guiado a la British Library (Biblioteca Británica) para descargar online lo que califica de sus “mejores tesoros literarios”, una colección de 1.200 manuscritos originales, primeras ediciones, ilustraciones y cartas del puño y letra de autores universales como Charles Dickens, Keats, Oscar Wilde, Jane Austen o las hermanas Brontë. El objetivo no es solo acercar sus grandes obras a los usuarios de la era multimedia, sino principalmente hacer que esos autores resulten más accesibles para tantos jóvenes estudiantes que hoy no los perciben como “gente real”.
Una prueba de que sí lo fueron está en los artículos y viñetas de prensa que en 1895 daban cuenta del juicio contra el dramaturgo Oscar Wilde por “indecencia grave”, y que se saldó con una condena de dos años a trabajos forzados. El Wilde de antes del ocaso pudo saborear el éxito gracias a piezas como La importancia de llamarse Ernesto, cuya primera edición figura asimismo entre los fondos que la institución londinense ha puesto a disposición del público en su web y que, en una primera etapa, están consagrados a las grandes firmas de la literatura romántica y victoriana.
La inclusión de testimonios sobre la vida de los escritores y su tiempo, al margen del gran valor en sí mismos, pretende instigar la curiosidad de los colegiales y, en palabras de la secretaria británica de Educación, Elizabeth Truss, alentar que “descubran el amor por la literatura”.
La búsqueda, por ejemplo, del rastro de Charles Dickens en la web se traduce en dos centenares de entradas, que incluyen desde el manuscrito del prólogo de Oliver Twist o la primera edición de Un cuento de Navidad hasta bonitos grabados de escenas de este último libro ejecutados en la época en que fue escrita o la entrada que alguien pagó en el Dublín de 1869 para conocer al mismísimo autor en una de sus últimas despedidas del público.
Los familiares y amigos del universo real de Jane Austen eran tan cotillas como los personajes de sus libros. La Biblioteca Británica exhibe en su portal las anotaciones de la propia autora sobre lo que sus coetáneos pensaban de ella y de su obra, el debate entre sus parientes sobre cuál de sus novelas era la mejor (que Austen recoge en un tono burlón muy similar al de algunas de sus escenas literarias), e incluso el poco amable comentario de uno de sus colegas: “Orgullo y Prejuicio es una completa sandez”.
Los testimonios de vida de los autores atraen la curiosidad de los colegiales
También Charlotte Brontë, cuyo manuscrito original de Jane Eyre figura en el nuevo portal, descargaba su imaginación en pequeños cuadernos que son la primera prueba que se conoce de su ambición literaria. En 1826 escribió un relato corto ilustrado con dibujos para su hermana pequeña Anne, en una sugerencia de que ya entonces las niñas de aquella creativa familia comenzaban a idear juntas las historias que años más tardes volcaron en sus novelas y poesías.
De cómo el pintor y el poeta romántico William Blake encaraba sus obras da cuenta una de las libretas en las que solía dibujar sus bocetos previos o escribía los primeros borradores de sus poemas. Tanto este poeta como John Keats o Percy Bysshe Shelley son considerados autores difíciles para un profesorado inglés que considera todo un reto conseguir que los jóvenes se entusiasmen con la literatura. Un reciente sondeo entre el profesorado constata que sus alumnos no consiguen percibir a los escritores clásicos como “gente real”, pero un 82% de sus mentores considera que los manuscritos originales, los recortes de prensa y las historias reales sobre esos autores consiguen despertar un interés.