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martes, 29 de octubre de 2024

De Einstein, Freud o Kafka a Spielberg o Phillip Roth: el influjo de la cultura judía en el mundo

 



Portada del libro 'Genio y ansiedad. Cómo los judíos cambiaron el mundo, (1847-1947), de Norman Lebrecht.
Portada del libro 'Genio y ansiedad. Cómo los judíos cambiaron el mundo, (1847-1947), de Norman Lebrecht.ALIANZA EDITORI

De Einstein, Freud o Kafka a Spielberg o Phillip Roth: el influjo de la cultura judía en el mundo

El ensayo ‘Genio y ansiedad: cómo los judíos cambiaron el mundo (1847-1947)’ plantea la preeminencia de esta comunidad en Occidente

jueves, 3 de octubre de 2024

La maldición de Joseph Roth

 

Joseph Roth

La maldición de Joseph Roth

La historia del más grande, y quizás el más borracho, novelista judío del que nunca has oído hablar

POR
DAVID MIKICS

1 DE SEPTIEMBRE DE 2022


La novela más importante sobre la Primera Guerra Mundial fue escrita por un judío alcohólico y fanfarrón que amaba el imperio de los Habsburgo. Joseph Roth, autor de La marcha Radetzky , tenía un don como ningún otro para las mentiras a gran escala. Roth pasaba los días y las noches en los cafés de París y Berlín, donde escribía, bebía, fumaba e intercambiaba ocurrencias con otros emigrados. Su mujer enloqueció y él perdió la esperanza, pero siguió escribiendo. En París y Berlín vivió con tres maletas, yendo de hotel en hotel. Finalmente, bebió hasta morir poco antes de que los nazis invadieran Polonia.

lunes, 28 de marzo de 2022

Philip Roth / El infierno



Stefan Zweig y Josef Roth en Ostende (Bélgica) en 1936.GETTY /IMAGNO


El infierno

Roth, que se suicidó con alcohol en 1939, escribió poco antes: “(Alemania) es el séptimo círculo del Infierno cuya filial en la tierra se conoce con el nombre de Tercer Reich”. Y está volviendo


Félix de Azúa

9 de marzo de 2020


La Europa Central de entreguerras era un hervidero de culturas, razas, religiones, etnias, lenguas y naciones. Casi toda la literatura allí escrita entre 1920 y 1940 tiene un interés añadido: el de observar un mundo que sería devastado por los totalitarios nazis y comunistas. Leer a Joseph Roth, el mejor testigo de esos años convulsos, es como asistir a una visita guiada por un mundo arrasado. Su reciente Años de hotel (Acantilado), en soberbia versión de Miguel Sáenz, reúne más de 60 estampas de aquellas sociedades que, impotentes, iban de cabeza al abismo.

James Joyce, Virginia Woolf y Stefan Zweig, cerca de ser dominio público






James Joyce, Virginia Woolf y Stefan Zweig, cerca de ser dominio público

Autores clave del último siglo quedarán libres de derechos en los próximos años


Tommaso Koch
24 de abril de 2020


James Joyce, Virginia Woolf y Stefan Zweig, cerca de ser dominio público
Joseph Roth murió encerrado. En el hospital Necker, un centro parisiense para pobres. Y, sobre todo, en el alcohol y la soledad. Era el 27 de mayo de 1939 y apenas tenía 44 años. Había visto el mundo y la guerra, y los había contado en novelas como La marcha Radeztky. Pero también había luchado contra las ataduras, económicas y de salud. Ocho décadas después, en cambio, Roth está más libre que nunca. Hasta la fecha, un puñado de editoriales había publicado en España su celebrada producción. Pero el autor ha pasado al dominio público: cualquiera puede usar sus creaciones, “siempre que se respete la autoría y la integridad de la obra”, como reza la Ley de Propiedad Intelectual.

domingo, 24 de mayo de 2020

Traductores / Jesús Pardo


https://librosnocturnidadyalevosia.com
Jesús Pardo

Jesús Pardo
TRES TRADUCCIONES



Joseph Roth

La Cripta de los Capuchinos

TRADUCCIÓN DE JESÚS PARDO

El protagonista de La Cripta de los Capuchinos, heredero de una familia de orígenes humildes ennoblecida por Francisco José, describe su vida en la Viena deslumbrante en los albores de la Primera Guerra Mundial. A los últimos estertores del imperio de los Habsburgo siguen los días trágicos de la guerra y de una postguerra gris y violenta. Antes de que los nazis entren en Viena, el joven Trotta, símbolo de un mundo en declive, baja a la cripta a la que alude el título de la novela, el panteón imperial austríaco, donde confesará su fracaso. La Cripta de los Capuchinos (1938) es tanto la novela del declive de Austria como estado soberano—la «finis Austriae»—como la desaparición definitiva de un mundo. La extrema depuración del talento narrativo de Roth y su capacidad y precisión de observador han convertido esta novela en una obra de referencia inexcusable.

domingo, 2 de julio de 2017

Joseph Roth / El patriota de los hoteles

Joseph Roth, el patriota de los hoteles

El austriaco no solo escribía sus artículos a toda prisa en agobios de última hora que se convertían en rachas de inspiración. También sus novelas más ambiciosas las escribió así


Antonio Muñoz  Molina
El País, 2 de junio de 2017


Durante la mayor parte de su vida adulta, Joseph Roth vivió en los hoteles y escribió en los periódicos. La vida en el hotel equivale en su provisionalidad a la escritura en el periódico. En el hotel se vive unos días o unas semanas y no se tiene más equipaje que el que cabe en una maleta. Lo que se escribe para el periódico se hace con cierta rapidez, durante periodos tan breves como estancias de hotel, y una vez publicado deja de existir de inmediato. Viviendo en hoteles de ciudades europeas durante toda la segunda mitad de su vida, Joseph Roth tenía una continua sensación de precariedad que se le fue agudizando con la pobreza y con la proximidad creciente de una catástrofe que él había sido uno de los primeros en vaticinar. En los primeros años veinte, en un artículo sobre un balneario para turistas en el Báltico, ya se fijó en las banderas con esvásticas que empezaban a ondear sobre las quintas y los paseos marítimos. Escribiendo en los periódicos a destajo, con las urgencias y los sobresaltos habituales del medio, sentiría que su vocación literaria no llegaba a cuajar en un proyecto sostenido. Uno imagina que las grandes novelas son el resultado de la calma y de la lentitud: los novelones majestuosos que publicaba, por ejemplo, Thomas Mann por aquellos mismos años en los que Joseph Roth vivía y escribía a salto de mata, de hotel en hotel, con la prisa de la hora de cierre, con la alarma de encontrar un teléfono desde el que dictar un artículo, o una oficina de teléfonos abierta, o una estafeta de correos desde la que enviar las páginas recién escritas en un sobre con un sello de urgente.