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viernes, 8 de junio de 2018

Picasso según David Douglas Duncan


Picasso
Julio de 1957
 Gelatina de bromuro de plata. 24,2 x 16,3 cm.
Colección particular
Picasso
Fotografías de David Douglas Duncan


Picasso en 1957.
Gelatina de bromuro de plata. 34 x 22,6 cm
Colección particular.
Pablo Picasso

jueves, 27 de noviembre de 2014

La hijastra de Picasso denuncia el robo de 407 obras

Jacqueline Roque y Pablo Picasso

La hijastra de Picasso denuncia el robo de 407 obras del pintor malagueño

Catherine Huntin-Blay asegura que la desaparición de los dibujos, litografías y catálogos se produjo entre 2005 y 2007

Las obras podrían alcanzar un valor de entre 1 y 2 millones de euros


ANA TERUEL París 12 JUL 2013 - 13:59 CET


Pablo Picasso fotogafiado por Man Ray. / ELPAIS
Hace dos años, Catherine Hutin-Bay, hija y heredera de Jacqueline, la última esposa de Pablo Picasso, descubrió que le habían robado sin que se diera cuenta cuatro dibujos del famoso pintor malagueño, con el que vivió hasta su muerte. Revisando su inventario, se percató de que en total habían desaparecido de su mansión parisiense más de 400 obras: 407 exactamente, entre dibujos, litografías y catálogos, un conjunto valorado en entre uno y dos millones de euros, según denuncia en una entrevista publicada este viernes por el magacín del diario Le Parisien. La investigación todavía en curso apunta una trama que también se habría hecho con más de 260 estampas en casa de la hija del marchante de arte Aimé Maegh.

Condenan a Pepita Dupont a pagar un euro por difamación

Pepita Dupont

Condenan a Pepita Dupont, autor de "La vérité sur Jacqueline et Pablo Picasso", a pagar un euro por difamación



Un tribunal de París condenó a la autora de un libro sobre Jacqueline Picasso, Pepita Dupont, a pagar un euro por difamar a la hija de esta, pero estimó que sus afirmaciones respecto a un supuesto deseo de la viuda de Picasso de donar a España 61 obras maestras fueron hechas de "de buena fe".



EFE La hijastra del artista malagueño, Catherine Hutin, se había querellado contra Dupont, periodista y gran amiga de Jacqueline Picasso durante los últimos cuatro años de su vida, así como contra la editorial Le Cherche Midi que publicó el libro, por "difamación, negligencia y mala fe". 


Los demandantes pedían 200.000 euros (unos 315.000 dólares) por daños y perjuicios en relación con una veintena de fragmentos del libro. 

La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso / Sante-Victoire, montaña querida



La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso

Sante-Victoire, montaña querida

El libro de Dupont en el que reivindica a Picasso y Jacqueline, los presenta como personas generosas, profundamente humanas y bondadosas


IGNACIO VIDAL-FOLCH Barcelona 1 MAR 2014 - 00:11 CET



Venecia acoge próximamente una exposición de fotos de Dora Maar. / F. CALVO
El miércoles asistí en el Instituto Francés a la presentación del libro de Pepita Dupont La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso; sobre el escenario del salón de actos escoltaban a la autora Victoria Combalía, historiadora del arte, y la editora del libro, Clara Pastor. Como en estas páginas informaba el otro día José Ángel Montañés, el libro procura reivindicar al pintor y a su última esposa, Jacqueline, de quien Dupont fue muy amiga en los últimos años de su vida, y presentarlos como personas generosas, profundamente humanas y bondadosas.

Jordi Corominas i Julián / La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso



La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso, de Pepita Dupont



La verdad sobre Jacqueline y Pablo Picasso, 

de Pepita Dupont



Durante muchos años mi idea de Jacqueline Roque fue algo más que horrible. Representaba la última musa de Pablo Picasso, un ídolo que en su senectud se protegió mediante una coraza femenina que, literalmente, lo secuestró en un castillo para apartarlo de los focos, dominarlo e impedir que el preludio de la muerte fuera una pesadilla demasiado mediática.
Esta forma de parte de la leyenda negra de la viuda y heredera del pintor malagueño. Su mala fama ha crecido como la espuma, pero claro, hay que tener en cuenta que después del 8 de abril de 1973, día del óbito del genio, nada fue igual y todo el clan que quiso aprovecharse del legado ha dado versiones más que contradictorias de unos y otros, como si así el laberinto del minotauro cobrara otra dimensión inasible donde la verdad y la mentira no tenían cabida, anuladas por el barullo del misterio.

La verdad sobre Jacqueline y Picasso / No se le puede hacer sombra al sol

Picasso y Jacqueline Roque
Saint Tropez
"No se le puede hacer sombra al sol"
Jacqueline Picasso
La verdad sobre Jaqueline y Pablo Picasso
Pepita Dupont

«No se le puede hacer sombra al sol», solía decir Jacqueline Picasso cuando hablaba de su marido. Pepita Dupont, amiga de Jacqueline después de la muerte del pintor, ha querido arrojar luz sobre el destino de la mujer que compartió los últimos veinte años de la vida de uno de los mayores genios del siglo XX.

El resultado es un documento rico en información inédita, desde anécdotas de la vida de la pareja en el castillo de Vauvenargues y en su residencia de Cannes, Notre-Dame-de-Vie, hasta el oscuro episodio de la polémica entre Madrid y París provocada por la donación de sesenta y una obras de Picasso a España por Jacqueline, poco antes de su muerte.


La autora nos revela asimismo hasta qué punto se traicionó la última voluntad de Jacqueline, a quien no se ha agradecido lo suficiente su dedicación a Picasso y su generosidad con los museos, suscitando preguntas respecto a la suerte del legado del pintor malagueño que hoy siguen sin respuesta.

Jacqueline Roque / El obsesivo último amor de Pablo Picasso

Pablo Picasso y Jacqueline Roque

Jacqueline Roque

El obsesivo último amor de Pablo Picasso

El museo del artista muestra la colección de cerámicas que Jacqueline donó a Barcelona hace 30 años

ROBERTA BOSCO Barcelona 26 OCT 2012 - 10:37 CET


Cerámicas de Pablo Picasso. Colección de Jacqueline Roque. Izquierda: "Jacqueline sentada en un sillón" (1964). Derecha: "Sol y toro" (1959) y "Pez sobre fondo oscuro" (1957).
Jacqueline Roque fue el último gran amor de Pablo Picasso. El malagueño universal, que reconocía la importancia del azar en la vida como en el arte, la conoció en 1952 cuando ella trabajaba en la tienda del taller de cerámica Madoura de Vallauris. Jacqueline tenía entonces 27 años y Picasso, 71. Quizás para superar esta diferencia el artista se volcó con una obsesión inusitada en la representación de su amada. La historia de amor entre los dos tuvo un tercer protagonista: la cerámica, género con el que Picasso había empezado a trabajar en 1947 y que se convirtió en el soporte de una serie de perfiles de su amada, como si fuera una diosa griega.
Tras la muerte de Picasso, Jacqueline no quiso vender ni una sola pieza y guardó su obra como si fuera una reliquia. Así que fue una verdadera sorpresa que en 1982, durante la inauguración de una gran muestra de cerámicas de Picasso en su museo de Barcelona, ella anunciara que donaría a la ciudad las 41 piezas que había prestado para aquella exposición. Desde entonces, estas obras se han expuesto de forma rotativa en la colección permanente. Ahora, con motivo del 30º aniversario de la donación, se presentan en su totalidad y en un nuevo y favorecedor montaje.
La exposición que hoy se inaugura, bautizada Cerámicas de Picasso. Un regalo de Jacqueline a Barcelona, ha sido comisariada por dos de los máximos expertos mundiales en la obra del artista malagueño: Marilyn McCully y Michael Raeburn.
La muestra, que podrá verse hasta el 1 de abril, arranca con una serie de fotografías de la época que inmortalizan el día en que se produjo el primer encuentro entre ambos y a Jacqueline con unos hermosos collares de cerámica, de los que quedan solo unos raros ejemplares ocultos en colecciones privadas.
Un espectacular óleo de la última musa de Picasso domina los conjuntos de piezas agrupados cronológica y temáticamente, que permiten nuevos descubrimientos de conexiones técnicas y conceptuales. Son piezas realizadas con procedimientos sencillos, utilizados de forma inédita y rompedora. “La cerámica le ofrece la oportunidad de mezclar pintura y escultura. Muchas veces utiliza platos y jarras seriadas, que manipula con la idea de convertir un objeto de uso común en una obra de arte”, explicó Marilyn McCully, reiterando que Picasso nunca dejó de experimentar, incluyendo en su práctica los accidentes en el proceso creativo.
La muestra se completa con dos salas de gran impacto visual, que reúnen los retratos de Jacqueline, conservados en la colección de obra gráfica del museo y expuestos raramente. En la primera hay 13 litografías, todas de perfil y en la segunda 20 linografías, todas de frente y en color. Todas ellas son pruebas de artista dedicadas a Jaume Sabartés, el secretario de Picasso y el hombre que impulsó la creación del museo de la calle de Montcada, y por tanto obras únicas. “Jacqueline le recordaba a la mujer sentada del cuadro de Delacroix Femmes d’Alger”, asegura Malen Gual, conservadora del museo. Una vez que termine esta muestra, será Gual quien se ocupe de colocar las cerámicas en la sala neoclásica, recientemente restaurada.
Precisamente ayer se cumplían 131 años del nacimiento de Pablo Picasso en Málaga y, también en Barcelona se inauguraba otra muestra dedicada al artista. Se titula Y Picasso cogió su iPad. Cubismo en clave contemporánea y especula sobre el estado actual de la pintura a partir de la pregunta ¿qué estaría haciendo Picasso si viviera? La muestra, abierta en la galería Trama hasta el 27 de noviembre, reúne 11 artistas de diferentes países, seleccionados por Paco Barragán.


Jacqueline Picasso escapa del purgatorio

Jacqueline, 1963
Picasso
Jacqueline escapa del purgatorio


Un libro reivindica la discutida figura de la esposa de Picasso y causa revuelo en Francia


VICTORIA COMBALIA Barcelona 1 ABR 2008
Seguramente porque hubo un pleito muy largo y porque había tanto dinero en juego, algunos de los herederos de Picasso han ido publicando libros sobre su relación con el pintor: los unos, como Marina (hija de Paulo, a su vez hijo de Olga Kokhlova), hablando de la inhumanidad del genio; los otros, como Olivier Widmaier (hijo de Maya, a su vez hija de Marie Thérèse Walther, y consejero jurídico de la Picasso Administration), rehabilitando la figura de su abuelo. Ahora acaba de aparecer otro libro sobre el entorno del gran artista del siglo XX que no ha causado tanto escándalo como Vivir con Picasso de Françoise Gilot... pero casi.
La verdad sobre Jacqueline Picasso es obra de Pepita Dupont, periodista de Paris Match y gran amiga de Jacqueline Roque, la ultima mujer del pintor malagueño. El libro quiere recuperar la memoria de quien fue calificada por muchos como la cancerbera de Picasso, y que murió el 15 de octubre de 1986, 13 años después de la muerte de su marido, disparándose un tiro en la cabeza.


Pepita Dupont


La obra da cuenta de las aventuras sentimentales del personaje

Según la autora, nadie agradeció a Jacqueline su dedicación a Picasso
El argumento de Pepita Dupont contra esta opinión tan negativa es que Jacqueline no hizo más que seguir la voluntad del artista. Acusada de no haber dejado asistir a los hijos de Picasso, salvo Paulo, al entierro de su padre, Pepita recuerda que ellos habían iniciado anteriormente un pleito para estar seguros de heredar su fortuna, lo que indignó sobremanera al pintor. La verdad es que, siendo supersticioso como buen andaluz que era, Picasso no había hecho testamento: Me moriría al día siguiente si lo hago, le dijo al crítico de arte John Richardson.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Fernando Arrabal / La minifalda y los castrados



Fernando Arrabal

La minifalda y los castrados


El País, 17 de mayo de 1989

¡Cuán peliagudo resulta hoy en día distinguir la tenue raya que separa progresistas y reaccionarios! A los que de economía no sabemos de la misa la media cada día se nos hace más cuesta arriba comprender la morrocotudamente sutil gradación gracias a la cual se diferencia al hombre de derechas del de izquierdas a menos que saquen sus carnés de partido. Recientemente mi estupor se empinó hasta el desconcierto conversando con un jugador de ajedrez, dicharachero miembro del Partido Comunista de la URSS. Daba gusto verle tan rumboso y simpaticón. Parecía un hijo de la muñeca Barbie y de monsignoreBerlusconi criado en Disneylandia por hinchas del equipo de polo de la Tricontinental. El sistema económico que propugnaba para la Unión Soviética hubiera asustado por su moderación a la mismísima Margarita Thatcher. A su lado, los Chicago's Boys y su entrenador Milton Friedman hubieran parecido exaltados izquierdosos. Tan pasmado me dejó que le pregunté: "¿Pero realmente es usted miembro del partido comunista?". Me respondió encopetado: "¡Y a mucha honra!". "¿Pero qué pensarían Marx y Lenin de su programa económico?". Sonrió feliz, con su pinta inimitable de modesto perdonavidas: "¡Fueron dos viejos cascarrabias!". No pude soportar ni un minuto más tanta pachorruda arrogancia. Ganas me entraron de pedirles a los supervivientes del comunismo puro y duro, los afganos, que me dejaran ingresar en sus filas a pesar de mi ácrata pasado o por lo menos devorar en su restaurante catalán una olla podrida como el panorama "¡y al rojo vivo, camarada Dimitrov!".Precisamente gracias a los colores se diferenciaban con tacto y primor éstos y aquéllos durante la última dictadura, cuando, por ejemplo, las palabras izquierda y derecha no sólo significaban algo cabal en las comisarías, sino hasta en los diccionarios. María Moliner define, en su suculento dicciona rio, "rojo" como "persona de ideas muy izquierdistas" y dice de "rojillo" que "se aplica al sospechoso de ser adversario del actual régimen". ¡Cuidado! ,,actual régimen" quiere decir aquí franquista. ¡Los hay tan mal pensados!