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Lisbeth Salander
Ilustración de Fernando Vicente |
¿Quién mató a la novela negra nórdica?
El empuje de nuevas potencias literarias y los efectos de la globalización del género criminal ponen en jaque la hegemonía del 'noir' nacido del frío
Juan Carlos Galindo
Lyon, 2 de abril de 2017
La novela negra vive una revolución global. El declive de la moda escandinava y el poderoso empuje de otras literaturas, otras geografías y otras realidades están cambiando el panorama. Hay una reacción a aquella amable e imparable invasión que se dio a partir de Millenium. Arnaldur Indridason, Jo Nesbo o Camilla Lackberg son ejemplos del poder comercial y a veces literario de la literatura criminal del norte de Europa, pero ya no es lo mismo. Francia, donde la tradición es extensa y rica y donde en la actualidad uno de cada cinco libros vendidos pertenece al género negro, es un excelente termómetro. El Quais du Polar de Lyon, gran reunión mundial de la ficción criminal, el mejor sitio para abordar este asunto. “La de la novela negra es la única globalización positiva que se está dando”, comenta Bernard Minier ante un café en una soleada tarde de viernes. “Hoy estoy en Lyon, pero la semana pasada estaba en Dubai, en una mesa sobre la geografía del género con un autor anglo sudanés y otro indio. Esto antes no pasaba”, explica el nuevo rey del thriller francés (más de 1,5 millones de libros vendidos).