Para larga marcha, la nuestra. Estamos revisando en La Kingpedia todas las obras de Stephen King en orden cronológico, y llega el turno de este volumen de 1979 escrito, como otros de esta época, bajo el seudónimo de Richard Bachman. Analizamos a fondo los componentes de esta extraña distopía juvenil.
En 1979, Stephen King no podía parar. Acababa de publicar la versión abreviada de Apocalipsis, libro que no aparecería en versión íntegra hasta muchos años después, y la recopilación de relatos cortos El umbral de la noche. Su prolífico ritmo de escritura le llevó a empezar a publicar bajo seudónimo cosas como Rabia y solo en 1979 vio aparecer dos libros más suyos en las estanterías. Por una parte, La zona muerta, del que nos encargaremos en la próxima entrega de La Kingpedia. Por otro, este La larga marcha, de nuevo bajo el nombre de Richard Bachman: una historia que, como casi todas las que dejó salir bajo seudónimo, se aleja parcialmente de los terrenos del horror más clásico. En este caso tenemos entre manos una distopía juvenil que, en muchos aspectos, se adelantó a corrientes literarias muy de moda hoy día. Se enfrentan a ella John Tones, Félix García y Mariano Hortal.