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viernes, 24 de noviembre de 2023

Oscar Colorado Nates / Fotografía de calle




© Joel Meyerowitz


FOTOGRAFÍA DE CALLE: DOSSIER ESPECIAL


Abordada por algunos de los más grandes maestros, la  calle es uno de los espacios fundamentales para la creación fotográfica.

Por Óscar Colorado Nates *
30 de noviembre de 2013


bryn_campbell
© Bryn Campbell

La fotografía de calle es un género que ha sido integral durante la mayor parte del siglo XX y que pasa por un momento de transición en el nuevo milenio.

domingo, 3 de mayo de 2015

El compulsivo fotógrafo Winogrand

Los Angeles, 1980-1983. Gelatina de plata. 

Garry Winogrand Archive, Center for Creative Photography, University of Arizona. 

El compulsivo fotógrafo Winogrand

Disparó su cámara con singular ahínco por las aceras de Estados Unidos y rechazó las etiquetas. Una gran retrospectiva esquiva el orden temático y reencuadra su búsqueda




New York, ca. 1960, de Garry Winogrand.
"Winogrand es a todas luces un anarquista de derechas". Así se expresaba Martha Rosler en los años ochenta, en uno de sus textos dedicados a la crítica de la fotografía documental. Contraponía allí la figura de Garry Winogrand a la de Robert Frank, ambos de tendencia "anárquica", según ella. Mientras la obra de Frank sugeriría un anarquismo de izquierdas —por su inclinación a hacer visible y dejar ver el significado en sus imágenes—, Winogrand, por su parte, sugeriría con sus fotografías la aparente inaccesibilidad de significado y la imposibilidad de un saber social. Aunque el primero que se encargó de dejar claro este último aspecto fue el propio autor a través de sus radicales y provocadoras afirmaciones, algunas de las cuales se citan una y otra vez como verdaderos aforismos (epigramas los llamó su mentor John Szarkowski). El más conocido y mencionado es su declaración de que hacía fotografías para tratar de averiguar el aspecto que tendrá algo al ser fotografiado.


Su posición explícita consistió en llevar la explicación o la interpretación de su trabajo hacia un territorio puramente formalista. Negaba cualquier vertiente de crítica social y rechazaba entrar a valorar, o interpretar, el significado de sus obras. Esto le acarreó duras críticas desde posiciones muy diferentes. De hecho, es difícil encontrar un fotógrafo tan influyente y, a la vez, tan cuestionado como Winogrand. Desde el frente de crítica política del documental, subrayaron su voyeurismo y la espectacularización de la temática social; desde posiciones más tradicionales, se discutió la calidad de sus fotografías, calificadas a menudo como meras instantáneas o malos reportajes, y se reprochó al autor su propuesta deshumanizadora.

Garry Winogrand / La verdadera belleza de las mujeres

Garry Winogrand

La verdadera belleza de las mujeres

La conocida serie de fotografías 'Las mujeres son hermosas', Garry Winogrand, llega a Moscú

Publicadas en 1975, las imágenes callejeras muestran el histórico cambio social de aquella época

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS Madrid 17 FEB 2014 - 01:30 CET

Una de las imágenes de la serie 'Las mujeres son hermosas' de Garry Winogrand. 
Las mujeres son hermosas, conocida serie del fotógrafo estadounidense Garry Winogrand (Nueva York, 1928-Tijuana, 1984), conocido como "el príncipe de las calles", llega esta semana al Multimedia Art Museum de Moscú. 85 fotografías del trabajo que Winogrand publicó en 1975 y que fue, en su día, un fracaso. Pero más de tres décadas después, las imágenes de Las mujeres son hermosas forman parte de un capítulo mítico de la historia de la fotografía callejera, de la crónica de un tiempo en el que miles de ciudadanas despertaron a la vida con toda su vitalidad, alegría y empuje. Comisariada por la española Lola Garrido (y coproducida por di Chroma Photography) estas instantáneas -tomadas a mujeres anónimas en piscinas, cafeterías, fiestas de sociedad y sobre todo, en las calles de Nueva York-, nos permiten revivir el momento exacto en que las cadenas saltaron por los aires dando paso a una nueva libertad.


Una explosión de vida que se simboliza en una carcajada en plena calle, un pantalón, una conversación en un banco público con un hombre negro, unas chicas abrazadas unas a otras... escotadas, bailando, mirando curiosas y sin complejos, o, acariciando en plena calle a un caballo blanco (símbolo de libertad) con un precioso niño –o niña- en los brazos. Winogrand pertenece a ese ramillete de fotógrafos gracia a los que podemos comprender mejor el siglo XX.


Una imagen de 'Las mujeres son hermosas' (1975). / GARY WINOGRAND
"Explora la manera en que las mujeres expresan su sexualidad a través de sus vestidos, peinados, sus ademanes, risas o susurros", recuerda la comisaria. "No sigue la corrección de la composición", añade. "Desobedece una y otra vez las enseñanzas básicas acerca de la pretendida 'apariencia formal de una obra de arte' y se convierte en el maestro del momento. Por tantas razones, Winogrand se considera un heredero del impacto estético de Robert Frank. Esta premeditada pérdida del equilibrio la fundamenta Robert Frank en sus célebres palabras: 'cuan pequeña puede parece cualquier cosa en una fotografía y aún así ser lo más importante”.
Tomadas en Nueva York en los años 60 y principios de los 70 sus fotografías, realizadas con una cámara de 35 mm con gran angular y la luz disponible, son casi siempre urbanas. El fotógrafo, que falleció de cáncer con 56 años (al parecer había viajado a México para someterse a un tratamiento) estaba obsesionado con “el comportamiento público” de la gente, tal y como recuerda la necrológica que Andy Grunberg le dedicó en The New York Times, un interés que le impedía centrase en un solo objeto sino en los múltiples puntos de vista de un mismo momento. "Este metafórico marco no es más que una experiencia desordenada de la propia realidad. En síntesis, Winogrand capta con su cámara todos los detalles que forman y dan sentido natural a la representación".