El martes en la tarde, nos sorprendió una buena noticia. El presupuesto de Alemania está más que equilibrado: en el 2007, el estado (el estado total, volveremos sobre esto en unos minutos) gastó 200 millones de euros menos de los que recibió o recaudó.
En enero pasado, se hablaba de 70 millones. Lo que ya era bastante, considerando que, entre el 2002 y 2005, el déficit estatal superó la barrera del 1,6% del PIB, lo que significó violar reiteradamente los criterios de estabilidad de Maastricht. El 2007, el déficit fue de O%. El 2006, tuvimos un décifit de 37 millones de euros.
De manera que, desde la Unificación, por primera vez, el país presenta un presupuesto equilibrado. La razón de este equilibrio es, como deciamos, el aumento de los ingresos, esto es, recaudaciones, de los Länder, de las comunas y de las "cajas sociales" (propias del sistema de reparto). En el caso de estas últimas, el aumento de las recaudacipnes se debe al aumento del empleo, lo que es un logro de la empresa privada y una consecuencia de las exportaciones.
Sin embargo, el estado federal gastó más de lo que recibió (o exigió de los ciudadanos o no ciudadanos, es que los extranjeros no somos ciudadanos, pero pagamos impuestos): 19,6 mil millones.
Y ello, pese al aumento del IVA y a los contratos de seguros y otros más, porque el estado, parece que la única forma que tiene de poner en orden sus cuentas, es exigiendo a los ciudadanos mayores impuestos y tasas.
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