El artículo de la semana es, sin duda
Warum ältere Menschen derzeit aus Deutschland einen Ort von Hass und Missgunst machen (Por qué personas de mayor edad convierten actualmente a Alemania en un lugar de odio y resentimiento), del Huffington Post.
Sí, lamentablemente, no todas las abuelas y los abuelos son como esta senora:
Testimonio de la abuela
El autor -Sebastian Christ- comienza explicando que lo que ocurre es realmente absurdo: desde hace diez anos, Alemania vive un segundo milagro económico. El desempleo es el más bajo desde la Reunificación. En principio -asegura y yo pienso que lo comprueba una serie de encuestas- los alemanes se muestran optimistas frente a su futuro.
Sin embargo, desde hace unos anos, estamos frente a verdaderas oleadas de miedo, una de las cuales supera a la otra. Los alemanes han desarrollado -continúa Christ, no sin razón- un placer masoquista con respecto al advenimiento del fin del mundo. Es la famosa Weltuntergangstimmung como se llama en alemán.
Y los protagonistas de este movimiento del Apocalypse Now es la tercera generación, los ciudadamos más viejos, que tienen un resentimiento profundo contra el sistema.
Primero fue el miedo a que la crisis de 2008, llevar al colapso de todo el sistema económico alemán. Veían ya al país convertido en un país de ruinas post nucleares. Nada de esto ha ocurrido.
Cuando, el 2010, comenzó el problema de Grecia, el nuevo temor al fin del mundo, se concentró en el Sur de Europa. El subtexto era muy feo: los griegos codiciosos serían responsables de que la abuela Lübcke, en la ciudad de Böblingen, tema por su casita. Los sudeuropeos flojos nos llevaran con ellos al abismo, decían alemanes en las conversaciones de bar (Stammtische).
Y eso, es falso, ya que Alemania gana con la crisis griega, primero con los créditos otorgados a grecia y, en segundo término, ya que los créditos alemanes son mucho más baratos, de manera que el país tiene que pagar por ellos, mucho menos. Según fue anunciado esta semana, por un estudio del prestigioso Instituto de estudios económicos con sede en Halle (Leibniz-Institut für Wirtschaftsforschung Halle, IWH).
La crisis de Ucrania, el 2014, es otro ejemplo. Los alemanes tenían miedo de una nueva guerra. Se entiende que una nueva guerra que afectara a los alemanes... En consecuencia, se hizo por igual culpable al gobierno alemán, a la UE, a la OTAN, todos ellos, culpables de incitar a la guerra. Todos asesinos y traidores al pueblo (Volksverräter).
Casi nadie se interesaba en Alemania por Ucrania. Esos casi 46 millones de ucranianos serían sólo secuaces comprados por Occidente, que provocan a Putin y a la herida "alma rusa".
En la mayoría de los casos, los líderes de opinión que la tercera edad apoya pertenece igualmente a la genración mayor. Por ello mismo, la otrora correponsal de ARD en Moscú, ícono de este movimiento, Gabriele Krone-Schmalz, tiene 66 anos y es totalmente desconocida entre los más jóvenes. En el momento en que quedó claro que Rusia mantenía -desde marzo de 2014- tropas en territorio de Ucrania, el debate de desinfló.
El peligro de guerra, debido a las sanguijuelas de los generales de la OTAN había desaparecido. Y si muere un par de miles de ucranianos debido a la invasión rusa, es algo que importa sólo a no más de cinco estudiosos del Este de Europa y a sus amigos.
Finalmente, surgió otro tema: el debate sobre la migración. En Dresden marchan hombres viejos bajo la bandera de Pegida. Son "ciudadanos con miedo" que salen a la calle, en Sajonia, país sin mezquitas y que temen una supuesta "islamización de Occidente".
Quiénes son estos "ciudadanos preocupados"? Las decenas de miles que marchan por Pegida en Dresden no son ni los más pobres, ni los más tontos. Muchos de ellos, tienen buenos ingresos, incluso, hay académicos entre ellos.
Lo que en el estudio de la Universidad Técnica de Dresden sacó a la luz es que los participantes en las manifestaciones, eran, en promedioch hombres y mayores de 48 anos. Mayores el que promedio de edad en Alemania, que es de 45 anos.
Quienes marchaban por Pegida estaban mucho más cerca de la jubilación que de la época de colegio.
El autor se pregunta si debemos tener miedo del "Angry Old Men". Las cifras de los ataques a los hogares de asilados el ano 2015 se pueden entender en este contexto. Sobre todo considerando el esquema Alemania oriental-Alemania occidental. En relación a la población del país, hay más ataques en Sajonia, en Thüringen y en Sachsen-Anhalt que en los Länder occidentales. En todos estos Bundesländer, la población es mayor que 46 anos.
En Länder occidentales como Hessen y Schleswig-Holstein, donde el número de ataques es menor, la edad promedio de los habitantes de tres anos menor.
Ver sobre el tema:
Los alemanes del Este y su extrana admiración por Putin
Duranrte muchos anos, los expertos partieron de la base que especialmente hombres jóvenes descontentos son un peligro para la paz social. Parece que en Alemania, en estos momentos, esta tesis está siendo refutada.
En otras palabras y para decirlo con claridad: No todos los conciudadanos ya más ancianos son personas que odian. Pero la probabilidad de que personas en la tercera edad se conviertan en los llamados"ciudadanos con miedo" es mayor si eres viejo/a.
Alemania se convierte así en un laboratorio de experimientos sobre el futuro. Y no sólo en sentido positivo, sino también en el negativo. Sí, una sociedad como la alemana, mostrará si es posible que se dé un trato humano a los millones de jubilados que tenemos. Y tendremos que cada día más...
Veremos si nuestro sistema social puede hacer frente al desequilibrio demográfico. Esto es algo que sentiremos todos. Ya que, en comparación con la última etapa de alto empleo, el envejecimiento de la población cambiará la distirbución del ingreso en forma dramática. El desempleo subierá.
Según el autor es ese miedo ante lo desconocido lo que hace a la población mayor desconfiar del sistema democrático-liberal y de sus protagonistas.
Sobre el tema, ver en este blog, los artículos con el tag
Orden fundamental de libertad y democracia
La comunidad de internet está aturdida frente a estos xenófobos. Ello se debe fundamentalmente a que los alemanes más jóvenes son más bien "no-políticos" (unpolitisch). Ello dejan que los debates sigan su marcha, en vez de intentar formarlos. El tiempo de los movimientos juveniles (Jugendbewegung) en Alemania, ya pasó de moda.
Sí, lo que ocurre el ano 2015 en Alemania, es un 1968 pero al revés. No son los estudiantes quienes sales a la calle, sino las personas que están a punto de jubilarse o que ya están jubilados. Ellos no tienen visiones positivas del futuro, nada de "Love and Peace", sino que gritan odio y frustración.
La Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) advierte acerca de la expansión de una nueva ideología nacionalista (völkischen Ideologie). Y exactamente, como en 1969, comenzó la marcha sobre las instituciones, este "pensamiento" está en la base y sobrevivirá a la última de las protestas xenófobas. estamos pues ante un 1968, pero de signo contrario. Cuándo dejaremos de tener miedo a la pérdida de lo que tenemos, de lo que está. Esto -dice el autor- es consecuencia del eterno miedo (Angst) alemán.