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miércoles, 16 de septiembre de 2015

No voy a decir una sola palabra menos, debido a sus amenazas


Katrin Göring-Eckardt, la política verde (y cristiana) que ha hablado claramente sobre Putin... Es atacada por su defensa de una política ética frente a los refugiados (más en consonancia con aquello a lo que nos ha llamado el Papa que con la política de la nueva derecha alemana y europea).

Lee mensajes de odio que le han enviado. Sí, lo conozco muy bien. Este tipo de mensajes recibo también, pero desde Espana, desde hace anos y a diario. Esta onda europea está llegando a Alemania, lamentablemente.

Como ella, yo tampoco dirá una sola palabra menos. El odio y la basura de Uds me hace hablar aún más... No me atemorizarán, dice. A mí, tampoco :)

Llama a Facebook a borrar los comentarios del odio. Facebook es sowieso en Alemania, un lugar donde se han concentrado los representantes de la nueva derecha, de los neonazis, de grupos conspiranoicos y otros similares.



lunes, 31 de agosto de 2015

El odio justo


Siguiendo con el libro de los cuidadanos peligrosos... (ver tag).

En la pág 36, los autores explican algo que yo también he visto el último tienpo... Los sembradores del odio y la violencia (como yo los llamo); los odiadores, los llaman los autores del libro... Ellos nacen -por así decirlo- se cubren de una nueva piel.

Ello tiene un efecto secundario muy agradable para ellos: ellos se convierten en héroes, sino en mártires. Se sienten en el lado del bien, de los buenos y luchando por la justicia. Para ellos -en su licha- ya no existen más reglas terrenas. La justicia y el derecho lo definen desde su propio punto de vista.

Es a lo que se refiere Jean Paul Sartre cuando habla de "criminales con buena intención".

Así se deben sentir la turba de Hoyerswerda, el noruego Breivik y aquellos que, en la red, incluso usando su propio nombre, en mails, en cartas, y en foros de internet, difunden el odio. Antes el odio era anónimo (mensajes anónimos); ahora da su nombre, es un odio abierto.

Es una siembra de odio con nombre, apellido y con cara, ya que esta gente está convencida que el suyo es un odio justo.

El rechazo al orden institucional existente hace que la siembra de odio sea más fácil, ya que las posibles consecuencias hacen de estar personas mártires de la "dictadura de las opinión", de la famosa Meinungsdiktatur en alemán... (pág. 37).


sábado, 29 de agosto de 2015

Los sembradores del odio no son la mayoría


El editorial de ayer en la Lausitzer Rundschau (desde lo más lejano de Sachsen, la Lausitz): Der Irrsinn im Netz Maas, Facebook und die rechte Hetze = El error de Maas: Facebook y la agitación del odio en Facebook.

Mass es el ministro federal de justicia. Social demócrata.

Maas sigue la línea de su antecesora de la Unión social cristiana que libraba una especie de guerra personal contra Facebook. Es cierto que Facebook debería aceptar borrar algunos comentarios y post, también páginas de extremistas de derecha, pienso yo.

Y esto aún cuando no sean anónimos. Muchas personas piensan que es el anonimato el que lleva a esta agitación del odio. Yo veo que no. Que hay mucha gente, con nombre y apellido que firmas estas barbaridades. Y cada día parece que hay más de estos últimos y que, se sienten orgullosos de formar parte de la Alemania oscura (para hablar con Gauck).

El diario de la Lausitz dice certeramente: lo que realmente ayuda es la contradicción en la red misma [se refiere a Fecebook y a internet, en general]. Presentarle la frente, como se dice en alemán, dar la cara. Un contramovimiento es lo que se necesita ahora. Para que no surja la impresión que los que odian a la gente son la mayoría en este país. No lo son.

A mi modo de ver, una de las razones de la radicalización en Facebook es que la tercera edad se tomó esa red social... y la tercera edad en Alemania es peligrosa :P Ver mi artículo sobre el tema


viernes, 28 de agosto de 2015

Odio, por lo tanto existo


En el libro que comentamos durante los últimos días, se menciona el odio que existe en parte de la sociedad hacia los homosexuales, los musulmanes, la sociedad liberal, el resentimiento frente a todo lo que hace nuestra vida amable, agradable y digna de ser vivida.

Citan los autores al filósofo francés (nació en la Bokovina; vivió de nino en Praga y en Palestina) André Glucksmann:

"El odio acusa sin concomimiento, sin [referirse a] hechos concretos. El odio juzga sin querer comprender. El odio juzga arbitrariamente. No tiene respeto, se ve como objeto de una conspiración universal. Lleno de resentimiento contra todo. Inmune a los argumentos. Traza una línea definitiva cuando muerde. Yo odio, por lo tanto existo". (pág 29).