Decía Schumpeter "lo pequeño es hermoso".
El divorcio de la Daimler y la Chrysler -después de haber terminado la relación triangular con la Mitsubishi- fue unánimemente aplaudido en Alemania, después de sostener, durante décadas que "sólo un par de empresas sobrevivirán en el futuro" y "serán sólo las más grandes", por eso había que engullir a una y otra empresa más pequeña, para crecer y crecer.
Pero ya me desvié del tema, en realidad, quería hablar de los sindicatos o, más precisamente, del Sindicato de los maquinistas (en adelante, GDL).
Este es un sindicato pequeño, de más de 100 años de vida... quiero decir, de existencia.
Lo singular del GDL es que libra una lucha sin cuartel, desde hace cerca de dos meses (si mi memoria y mis cálculos no me fallan), porque la empresa de ferrocarriles firme con ellos un contrato propio y les dé una tarifa también propia, sólo para ellos y para el llamado Fahrpersonal (esto es, los acompañantes de los maquinistas en los trenes).
Los otros dos grandes megasindicatos (valga la redundancia) están totalmente en contra de que el sindidcato este se independice de los grandes sindicatos y negocie por sí mismo con la empresa.
Es curioso, porque es un dogma mayoritariamente aceptado que la fuerza de los sindicatos reside precisamente en su tamaño que le da el peso para negociar exitosamente frente a la empresa.
Pero parece que este dogma se empieza a poner fuertemente en duda.
Tanto así como la negociación por rubros, que es un dogma alemán, contra el cual siempre he hablado, causando la indignación de muchos de mis amigos alemanes de todos los colores, que consideran incomprensible que yo sostenga que sería conveniente negociar por empresa, sistema que considero, más justo.
Esto que yo digo, desde que llegué a Alemania y por lo que casi me han lynchado en inumerables ocasiones, es lo que mismo que sostienen algunos expertos alemanes, hoy en día.
Retornando al tema inicial, los dos grandes sindicatos que reúnen a los trabajadores de ferrocarriles -incluyendo a algunos maquinistas- están indignados y totalmente en contra del GDL. "No puede ser que se separen del megasindicato y que intenten firmar un contrato separado".
Las negociaciones entre ellos y la empresa llevaron a un contrato en que los megasindicalistas impusieron una "claúsula del sindicato más favorecido" (así como la cláusula de la nación más favorecida, que conocemos en el derecho internacional y que Hugo mencionó hace poco en este blog, ver foro deNo a la segunda guerra de las bananas).
De manera que, si GDL firmaran un convenio laboral más conveniente que el acordado con los mega, estas cláusulas más favorables, se aplicarían también a los afiliados a los grandes sindicatos.
Esta es una de las razones para que Mehdorn (jefe de la empresa de ferrocarriles, no sé si es socialdemócrata o sólo cercano a esta colectividad) no quiera, por ningún motivo, ni firmar un contrato con GDL (sino que los maquinistas adhieran al contrato de los megasindicatos) y menos aún, firmar uno que favorezca más a los maquinistas que a sus otros colegas.
Por su parte, GDL acaba de mantener una huelga de sólo 22 horas, que hizo perder a la empresa siete millones de euros y a la economía alemana, 25 millones de euros.
Este es otro punto, Ferrocarriles ha recurrido ya varias veces a los tribunales para que estos prohíban la huelga de los maquinistas. Basándose en que la huelga perjudica la economía alemana. Bueno, pero esto es inevitable en cualquier huelga, ¿o no?
Esta última huelga de 22 hrs. fue posible sólo porque un tribunal (Chemnitz, ex-Karl-Marx-Stadt, le volvieron a poner el nombre antiguo después de la caída del muro) falló en el sentido de permitir la huelga, pero sólo en los trenes regionales y en los metropolitanos, pero no en los tramos interregionales; es una sentencia bastante curiosa y que ha sido muy criticada desde el punto de vista jurídico.
En todo caso, veremos qué pasa el lunes, cuando los ferrocarriles tengan que hacer una oferta a GDL. Su sindicalista Schell (de la CDU, incluso fue diputado de este partido) anunció que, si la oferta no es buena, los maquinistas seguirán con su huelga, probablemente el miércoles próximo.
Los maquinistas tienen que tener cuidado en no molestar demasiado a la población. Pero, en el fondo, me parece que ellos tienen toda la razón.
Si no logran un contrato propio antes de que la empresa sea lanzada en la bolsa de valores, después será muy difícil. Y este es otro problema: que los ferrocarriles quieren convertirse en una empresa tranzada en la bolsa y esta huelga perjudica los planes de Mehdorn.
En fin, mutatis mutandi, es similar lo que vivimos hace poco con el sindicato de médicos de hosoitales públicos.