Uno de los bienes más preciados por los habitantes de los países que formaban parte del bloque socialista es la libertad para viajar. Se entiende perfectamente porque estuvieron décadas sin poder hacerlo. O en forma muy restringida: sólo dentro del bloque.
Uno de los países más "admirados" por los checos es, indudablemente, Estados Unidos. Pero para viajar al país del Norte de América, necesitan visa (como los nacionales de casi todos los países del mundo).
Los Estados Unidos quieren instalar sus radares en la Rep. Checa (y los misiles, en Polonia) y para ello, el gobierno de Praga negocia una cosa a cambio de la otra... vivos estos checos, ¿no? Claro que me pregunto si valdrá la pena que Rusia dirija sus misiles contra Bohemia y Moravia (como lo han anunciado ya los aguerridos generales rusos) a cambio de viajar sin visa a los Estados Unidos.
La noticia en castellano de Radio Praga: "El primer ministro checo, Mirek Topolánek, espera que los borradores de los acuerdos sobre la eventual instalación de una estación de radares estadounidense en territorio checo podrían ser firmados durante la cumbre de la OTAN, a celebrarse en abril en Bucarest. Los planes de Washington de instalar en Europa partes de su escudo de defensa antimisil figura en la agenda de las negociaciones que Topolánek mantendrá estos días, durante su visita oficial a Estados Unidos. El encuentro del jefe del Gobierno checo con el presidente estadounidense, George Bush, está previsto para el miércoles. Otros temas de las conversaciones serán la cooperación checo-estadounidense en el terreno de la ciencia y las investigaciones, y la anulación del régimen de visados entre los dos países".
Como ven, Radio Praga se cuida mucho de hacer la relación; pero hoy, todos los checos hablan de ella. Algunos a favor, otros en contra.
Sólo les puedo asegurar que, conociendo a los checos, Bush & Co. no lo tendrán fácil, pues los checos son estupendos negociadores.