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sábado, octubre 26, 2019

Tom Maver / De "Nocturno de Aña Cuá"













Mi padre está atado a su final -
como una mascota.
No hay mucho que hacer -
más que dar el último paseo.
Mientras, los pastizales esperan al cebú.
Las correntadas quieren llevarse
a los caballos que cruzan el río.
Y al fondo, mis hermanas
caminan desde hace semanas
cargando sus instrumentos
para tocar en su funeral
el Nocturno de Aña Cuá
que transformará la correntada,
el desconsuelo de las plantaciones,
la caída en tierra.
¿Qué suelo, por lejano que sea,
no querría ser sostén
de esa desesperación?



Mis hermanas llegando, mi madre yéndose.
Vientos huracanados. Pesadez en el aire.
Apenas dos palitos sostienen la cordura.

Aunque la verdad es que ni había una brisa fuerte.
Los grandes cambios no los anuncia nadie, lirismo.
Por eso inventás tormentas, oscurecés el cielo -
Sacá eso y lo que queda es mi viejo
levantando naranjas del suelo con dificultad.

Y sin embargo él era nuestro huracán.
Miren la fuerza de mis hermanas y díganme.
¿quién no es un mundo atravesado de huracanes?

Tom Maver (Buenos Aires, 1985)

Nocturno de Aña Cuá,
Llantén,
Buenos Aires, 2018









Ref.:
Escritores Org
Revista Corónica
Sonámbula
Malón Malón
Espacio Murena
Revista Africa
Otra Iglesia Es Imposible

Foto: Tom Maver en Facebook

sábado, enero 31, 2015

Tomás Maver / Reunión de padres











La maestra

Se ve que algo le está faltando al chico
y a ese mundo que tiembla con él, diría yo.

En sus cuadernos donde dibuja a la familia
el cielo es negro de crayón muy apretado.

No habla perto tampoco llora en los recreos.
Es difícil saber si sueña con venganzas.

¿Nunca se preguntaron por qué al volver del colegio
siempre se pierde como dudando de algo?

Aunque les disguste su infancia,
ustedes sienten que algo crece y peligra

cuando todo en él se inquieta de golpe
y el silencio amenaza con ojos saltones.

Pero bien pensado, de poder alcanzar
ese mundo desprotegido,

quién sabe lo que pasaría.

Tomás Maver (Buenos Aires, 1985), Yo, la incesante nieve, Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2009


Foto: Tomás Maver FB

martes, abril 23, 2013

Tomás Maver / Cuando regresaba de la noche...





Cuando regresaba de la noche...

                        Que en los desiertos del corazón
                            broten las fuentes curativas.
                                              W. H. Auden


Cuando regresaba de la noche
oscura en que el alma se conoce y
acompaña,
junté lo que tenía para decirles
y armé una pequeña casa con un patio lleno de árboles
donde poder reunirnos a tomar algo
y después salir a caminar y respirar el aire frío.

En las madrugadas de aquella larga vuelta
descansé a la intemperie, y me dije:
los exhaustos sacan fuerza
de recipientes que parecen vacíos

y es mejor entregarse a recorrer
los espacios que nos alejan de todo
hasta ser liviano como un cuenco
donde cualquiera pueda acercarse
a oír cómo se va llenando.

Porque, amigos, es menos lo que yo tengo
para decir
de lo que ustedes hacen
por escuchar.

Por eso vuelvo
a esa casa sola,
a ese patio y sus árboles
como si por primera vez llegara
al extremo de mi alma.

Tomás Maver (Buenos Aires, 1985), Yo, la incesante nieve, Huesos de Jibia, Buenos Aires, 2009


Foto: Tomás Maver en Hacienda Glamorosa