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domingo, octubre 25, 2020

Blaise Cendrars / Claro de Luna

















Nos balanceamos nos balanceamos sobre el barco
La luna la luna describe círculos en el agua
En el cielo es el mástil el que describe círculos
Y señala todas las estrellas con el dedo
Una joven argentina acodada en la baranda
Sueña con París mientras contempla los faros que dibujan la costa de Francia
Sueña con París al que apenas conoce y ya echa de menos
Esas dobles luces giratorias fijas coloreadas de eclipses que le recuerdan lo que veía desde la ventana de su habitación de hotel sobre los Bulevares y le prometen un pronto regreso
Sueña con volver pronto a Francia y vivir en París
El ruido de mi máquina de escribir le impide llevar su sueño hasta el final
Mi bella máquina de escribir que suena al final de cada línea y que es tan rápida como música de jazz
Mi bella máquina de escribir que me impide soñar tanto a babor como a estribor
Y que me hace seguir hasta el final una idea
Mi idea

Frédéric-Louis Sauser, Blaise Cendrars (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887-París, 1961), "Feuille de route" (1924), Poésies complètes, Gallimard, París, 1991
Versión de Eduardo Conde 



CLAIR DE LUNE

On tangue on tangue sur le bateau 
La lune la lune fait des cercles dans l'eau 
Dans le ciel c'est le mât qui fait des cercles 
Et désigne toutes les étoiles du doigt
Une jeune Argentine accoudée au bastingage
Rêve à Paris en contemplant les phares qui dessinent la côte de 
France 
Rêve à Paris qu'elle ne connaît qu'à peine et qu'elle regrette déjà 
Ces feux tournants fixes doubles colorés à éclipses lui rappellent ceux qu'elle voyait de sa fenêtre d'hôtel sur les Boulevards et lui promettent un prompt retour 
Elle rêve de revenir bientôt en France et d'habiter Paris 
Le bruit de ma machine à écrire l'empêche de mener son rêve jusqu'au bout. 
Ma belle machine à écrire qui sonne au bout de chaque ligne et qui est aussi rapide qu'un jazz 
Ma belle machine à écrire qui m'empêche de rêver à bâbord comme à ribord 
Et qui me fait suivre jusqu'au bout une idée 
Mon idée

jueves, marzo 21, 2019

Blaise Cendrars / Torre
















   Castellamare
Yo comía una naranja a la sombra de un naranjo.
Cuando de improviso...
   no era la explosión del Vesubio,
no era la nube de langostas, una de las diez plagas de Egipto
ni Pompeya.
No eran los gritos resucitados de los mastodontes gigantes.
No era la trompeta anunciada
Ni la rana de Pierre Brisset
Cuando de súbito
Fuegos
Choques
Rebotamientos
Chispa de los horizontes simultáneos
Mi sexo.
     ¡Oh Torre Eiffel!
No te he calzado de oro
No te hecho danzar sobre lozas de cristal
No te he dedicado a Python como una virgen de Cartago
No te he revestido con el peplum de Grecia
No te he hecho divagar en el recinto de los menhires
No te he llamado nunca Caña de David, ni Leño de la Cruz

   Lignum Crucis
¡Oh, Torre Eiffel!
Fuego artificial gigante de la Exposición Universal.
Sobre el Ganges
en Bernarés
entre los trompos onanistas de los templos hindúes
y los gritos coloreados de las multitudes de Oriente
tú te inclinas, ¡graciosa palmera!
Eres tú la que en la época legendaria del pueblo hebreo
confundiste la lengua de los hombres
¡Oh, Babel!
Y algunos miles de años más tarde eres tú la que descendiste en
   /lenguas de fuego sobre los apóstoles reunidos en tu iglesia.
En pleno mar tú eres un mástil
y en el Polo Norte
resplandeces con toda la magnificencia de la aurora boreal de la
   /telegrafía sin hilos.
Las lianas se enredan en los eucaliptos
y tú flotas viejo tronco sobre el Missisippi,
cuando tu hocico se abre
y un caimán coge el muslo de un negro.
En Europa tú eres como una horca
(Yo quisiera ser la torre, pender de la Torre Eiffel)
Y cuando el Sol se acuesta detrás de ti
la cabeza de Bonnot rueda bajo la guillotina.
En el corazón de África eres tú la que corres.
Jirafa.
Avestruz.
Boa.
Ecuador.
Monzones.
En Australia, tú siempre has sido tabú.
Eres el bichero que el capitán Cook empleaba para dirigir su barco
   /de aventureros.
¡Oh, sonda celeste!
Para el simultáneo Delaunay a quien dedico este poema
eres el pincel que él empapa en la luz
Gong tam-tam zanzíbar bestia de la jungla rayos X expreso bisturí,
sinfonía.
Tú eres todo.
Torre.
Dios antiguo.
Bestia moderna.
Espectro solar.
Tema de mi poema.
Torre.
Torre del mundo.
Torre en movimiento.

Revista Letras, Santiago de Chile, 1940

Blaise Cendrars, Frédéric-Louis Sauser (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887-París, 1961) Poesía universal traducida por poetas chilenos, selección de Jorge Teillier, Editorial Universitaria, Universidad de Chile, 1996
Traducción de Angel Cruchaga Santamaría

Ref.:
El Poeta Ocasional
Círculo de Poesía
Letras Libres
20 Minutos
Revista de la Universidad de México
El País

Foto: Blaise Cendrars en 1960 Keystone-France/Gamma-Keystone-Getty/France Cultura

lunes, octubre 22, 2018

Blaise Cendrars / Hotel Notre-Dame
















He regresado al Quartier
Como en los tiempos de mi juventud
Creo que es inútil
Porque nada en mí revive ya
De mis sueños de mis desesperos
De lo que hice a los dieciocho años

Están demoliendo manzanas enteras
Cambiaron el nombre de las calles
Saint-Severin está desnuda
La plaza Maubert es más grande
Y la calle Saint-Jacques se ensancha
Me parece mucho más hermoso
Nuevo y más antiguo a la vez

Así es que tras hacerme volar
La barba y el pelo muy corto
Llevo un rostro de hoy
Y el cráneo de mi abuelo

Es por eso que no lamento nada
Y llamo a los que demuelen
Echad mi infancia por tierra
Mi familia y mis hábitos
Poned una estación en su lugar
O dejad un terreno baldío
Que despeje mi origen
Yo no soy el hijo de mi padre
Y sólo quiero a mi bisabuelo

Me he hecho un nombre nuevo
Visible como un cartel azul
Y rojo montado sobre un andamio
Detrás del cual edifican
Las novedades de mañana

Frédéric-Louis Sauser, Blaise Cendrars (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887-París, 1961), Du monde entier au cœur du monde, (1957), Claude Leroy, ed., Gallimard, París, 2006
Traducción de Eduardo Conde

Ref.:
Paris Review
Letras Libres
The Clinic

Foto: Blaise Cendrars, 1953 AFP/SWI


HÔTEL NOTRE-DAME

Je suis revenu au Quartier 
Comme au temps de ma jeunesse 
Je crois que c'est peine perdue 
Car rien en moi ne revit plus 
De mes rêves de mes désespoirs 
De ce que j'ai fait à dix-huit ans

On démolit des pâtés de maisons 
On a changé le nom des rues 
Saint-Séverin est mis à nu 
La placé 
Maubert est plus grande 
Et la rue 
Saint-Jacques s'élargit 
Je trouve cela beaucoup plus beau 
Neuf et plus antique à la fois

C'est ainsi que m'étant fait sauter 
La barbe et les cheveux tout court 
Je porte un visage d'aujourd'hui 
Et le crâne de mon grand-père

C'est pourquoi je ne regrette rien 
Et j'appelle les démolisseurs 
Foutez mon enfance par terre 
Ma famille et mes habitudes 
Mettez une gare à la place 
Ou laissez un terrain vague 
Qui dégage mon origine

Je ne suis pas le fils de mon père 
Et je n'aime que mon bisaïeul 
Je me suis fait un nom nouveau 
Visible comme une affiche bleue 
Et rouge montée sur un échafaudage
Derrière quoi on édifie
Des nouveautés des lendemains

jueves, agosto 01, 2013

Poemas elegidos, 94


María del Rosario Sola
(Mendoza, 1955)

Prosa de Transiberiano y de la pequeña Juana de Francia, de Blaise Cendrars
Mi casa natal estaba  cerca de las viñas, en el territorio olvidado del cacique Guaymallén. El barrio tenía ese aire ligeramente inglés de los chalecitos de los cincuenta en los cuales a veces ardían los leños en  torno a una chimenea rodeada de bibliotecas o de radios. Nada ingleses en cambio, brillaban entre los libros los ojos hipnóticos de Baudelaire  y se retorcía  el humo de la pipa de Norah Lange con el remo en la mano sobre un bote en el Tigre, sacando la cabeza por el hueco de un poncho ceniciento. Pero cerca del 68 todo empezó a ponerse cuyanamente francés, si se me permite. Se leía a Cogtazar. Alejandra había venido de visita y hablaba de París. A papá le gustaba recordar los versos de  Mallarmé -la chair est triste hélas-, contaba anécdotas de Apollinaire y reía a llorar. Mamá, elegante y con los lentes de Jackie, volvía en el trolebús de la Librería Internacional que había abierto Rosel Albero en la galería Persiam con una pila de libros bilingües y con discos con aquellas increíbles voces de Brassens y Jaques Brel. Entonces  las chicas de la casa descubrimos a Cendrars. En vez de Kerouac llegó un francés que había sido suizo y que se había tomado el  tren de carga hasta Moscú a los 16 años con una muchachita de Montmartre. No es el mejor (¿quién corno sabe cuál fue el mejor poeta que leyó?). No fue el primer poeta que conocí, pero elijo para ustedes amigos estas prosas de Blaise Cendrars porque en aquel transiberiano me fui por primera vez de casa y tal vez alguno de ustedes quiera tomarlo.





Prosa de Transiberiano y de la pequeña Juana de Francia

Dedicada a los músicos

[Fragmento]

Cuando se viaja habría que cerrar los ojos
Dormir
Hubiera deseado tanto dormir
Reconozco todos los países con los ojos cerrados por su olor
y reconozco todos los trenes por el ruido que hacen
Los trenes de Europa son de cuatro tiempos mientras que los
de Asia son de cinco o siete tiempos
Otros van en sordina son canciones de cuna
Hay algunos que por el ruido monótono de las ruedas
me recuerdan la pesada prosa de Maeterlinck
He descifrado todos los textos confusos de las ruedas y
reunido los elementos dispersos de una violenta belleza
Que poseo
y que me acosa.
Tsitsikar y Jarbín
No voy más lejos
Es la última estación
Me apeé en Jarbín cuando acababan de prender fuego a las
oficinas de la Cruz Roja  

Oh París
Gran hogar cálido con los tizones entrecruzados de tus calles
y tus viejas casas que se inclinan sobre ellas
 y se recalientan Como abuelas
y aquí hay anuncios, rojo verde multicolores como mi pasado en suma amarillo

Amarillo el arrogante color de las novelas de Francia en el extranjero
                                                           
Me gusta frotarme con los ómnibus en marcha en las grandes ciudades
Los de la línea Saint-Germain
-Montmartre me llevan al asalto de la Butte
Los motores mugen como los toros de oro
Las vacas del crepúsculo pastan en el Sagrado Corazón
Oh París
Estación central andén de las voluntades encrucijada de las inquietudes
Unicamente los droguistas aún tienen un poco de luz sobre su puerta

La Compañía Internacional de Wagons-Lits y de los
Grandes Expresos Europeos me envió su prospecto
Es la iglesia más hermosa del mundo
Tengo amigos que me rodean como pretiles
Cuando parto tienen miedo de que no vuelva más
Todas las mujeres que conocí se alzan en los horizontes
Con los gestos lastimosos y las miradas tristes de los semáforos bajo la lluvia

Bella, Inés, Catalina y la madre de mi hijo en Italia
y aquélla, la madre de mi amor en América
Hay gritos de sirena que me parten el alma
Allá lejos en Manchuria un vientre se estremece todavía como en un  parto

Querría
Querría no haber hecho nunca mis viajes
Esta noche me atormenta un gran amor
Y a pesar mío pienso en la pequeña Juana de Francia.
Fue en una noche de tristeza cuando escribí este poema en honor
                                                                     
Juana
La pequeña prostituta
Estoy triste estoy triste
Iré al «Conejo ágil» a recordar mi juventud perdida
y tomar unas copitas
Luego volveré solo
París
Ciudad de la Torre única del gran Patíbulo y de la Rueda

París, 1913

Frédéric-Louis Sauser, Blaise Cendrars (La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887-París, 1961)
-Sin datos del traductor-


Foto: María del Rosario Sola en Poetas Argentinos