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lunes, agosto 19, 2024

Irene Gruss / Fue una fiesta




              Es difícil escribir un paraíso
              cuando todas las indicaciones
              superficiales hacen pensar
              que debe escribirse el Apocalipsis.      
                                                Ezra Pound

Ya no.
Despreocuparse
en medio de plena guerra, cuando
todo era diversión, y pasión,
y era guerra.
Entretenidas anécdotas entre Picasso y
sus mujeres; Gertrude Stein
manejando una camioneta de la
Cruz Roja Internacional, en el paisaje
del frente.
Eluard haciendo el amor en medio de
la guerra: "¿Qué íbamos a hacer?".
Ya no. El amor ahora apenas
sostiene,
apenas descubre,
salva,
corrobora conclusiones, situaciones
tontas.

Irene Grus (Buenos Aires, 1950 - 2018), Diario de Poesía n° 1, Buenos Aires, invierno de 1986
[El mundo incompleto, Libros de Tierra Firme, 1987; Poesía completa, En Danza, 2021]


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Foto: Irene Gruss, Buenos Aires, c.2014. Archivo del Administrador

lunes, marzo 21, 2022

Irene Gruss / Mujer irresuelta




Yo quisiera, como Gauguin, largar todo e irme,
dejar mi familia, la no tan sólida
posición
e irme a escribir a alguna isla
más solidaria.
Esa tranquilidad de Gauguin,
permanecer en una isla
tan calurosa, donde las mujeres
escupen resignadas
carozos de fruta silvestre.                                        

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), "El mundo incompleto" [Libros de Tierra Firme, 1987], Humo. Antología personal, Ediciones Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2013 

Este poema se puede escuchar en la voz de la autora en Irene Gruss, Mujer Irresuelta
La antología Humo se puede leer en Ruinas Circulares

domingo, noviembre 28, 2021

Irene Gruss / De 'Poemas inéditos' / "Poesía completa"



Mica

A veces el contacto pesa
como una plancha de mica,
y aunque la mica reluzca
o el calor sea
alivio, la plancha arde encima
como un espejo irregular, capas encimadas
del mineral extraño y fino que
reluce, abriga, pesa
como una plancha, como
un abrazo no querido llega
por fin, y alisa
no sé qué arruga de un cuerpo siempre
afligido por la falta o la falla
de contacto, idéntico a la mica, esa
que soporta el calor, lo aísla,
que se deshace y no apunta a reflejar
la arruga, lo tibio liso,
lo que se desarma
o se desune.


Lo que puede la rosa

Esta rosa casi abierta tiene un
pétalo abierto en su totalidad,
con una inclinación
acentuada que me invita
al baile.


*

Ahora que pareciera que todo cabe en mi puño
y sé que va a pasar,
como el cormorán que pasó allá lejano
graznaba y gemía
por no sé qué aire
o qué espuma pasó,
como la vida negra estuvo y pareciera
que hoy es púrpura y cabe en mi mano,
así contengo sin nada
para perder.

                       en tributo a El arte de perder de Mirta Rosenberg


Música amable al fin

Porque las hojas de ese arbolito brillan todavía,
imagino, allá, lejos, el bosque encantado de verano.
Hasta apuraría la noche, a que el bicherío inunde todo de música
/amable, al fin,
canto que se ríe de lo grave del mar, allá, a pocos pasos,
como el pobre se ríe,
como las chicharras y los grillos
y los sapos se ríen del mar, allá, lejos, 
cuando es verano todavía.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018)

"Poemas inéditos",
Poesía completa,
Ediciones en Danza,
Buenos Aires, 2021









domingo, mayo 30, 2021

Irene Gruss / Bitácora

















Los pajaritos cantan también en New York, las ardillas
corren sobre cables de acero
así como bajan de los árboles del parque,
hay algo que no cuaja en el paisaje,
la ardilla cruza la Quinta Avenida,
gira su cabeza, mira con asombro lo que pasa,
esa aparente salpicadura de tonos,
ketchup más grasa más altura
inconcebible lo que ve si cruza
la anciana sobriedad de Brooklyn
la inconcebible ardilla
en hora pico, esa aparente salpicadura Pollock,
sobre Manhattan la ardilla se yergue,
pequeña como es, y huele la fritanga;
no es cosmopolita el olor a quemado
¿se huele el hidrógeno el napalm los inconcebibles
golpes de estado, la lluvia, los cerezos en flor?
Llueve en New York, los pajaritos
cantan después de la lluvia, y la ardilla va y viene,
trepa hasta la inconcebible terraza
y baja, no sé cómo, hasta un hueco
salpicado
de sangre, azules y cristal, no para hasta morder
la nuez o la avellana.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), De piedad vine a sentir, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019


Foto: Irene Gruss, Nueva York, 2016. Gentileza de Silvina López Medin

miércoles, junio 17, 2020

Irene Gruss / Cigarros


















Mientras escribo esto, él está en el salón,
ahí donde las putas los reciben. Él enciende su cigarro
y el olor y el humo se le hacen morbosos a
la puta que él ha elegido. Es la de siempre,
teme variar de cuerpos.
El perfume de ella además de barato apesta por excesivo,
por eso él fuma y lo tapa, o intenta taparlo
antes de quitarse la ropa.
Después se viste, satisfecho, y le habla. Habla para sí
y está convencido de que la puta lo escucha, de que le cree.
Sentado como está en la punta de la cama
busca sus zapatos, tantea porque el cigarro que humea
va hacia los ojos, los cierra, no ve.
La puta lo ayuda y como geisha coloca un zapato,
después otro en cada pie del cliente. También por eso él
elige a ésta, y se va desalmado.
Nada tan bueno como el aire frío afuera,
el humo, el volver a casa, todo como estaba,
el encender otro más.

Inédito 

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), Casta Diva, 3 de septiembre de 2016

Otra Iglesia Es Imposible - Ediciones en Danza - Ediciones del Dock - Ruinas Circulares - Página 12 - La Nación - Tiempo - Clarín - Op. Cit. - Perfil - De Sibilas y PitiasEterna Cadencia - 1 Poeta 10 Preguntas - Círculo de Poesía

Foto: Irene Gruss, Nueva York, 2016 Silvina López Medin

jueves, abril 16, 2020

Irene Gruss / De "De piedad vine a sentir"













Postal

La canilla que gotea en realidad es la aguja
sistemática del reloj. Sigo con la mirada
los árboles allá en el bosque alado;
perduran.
El tema no es el tiempo sino el verde.


No hay el para qué

Late, corazón
de pájaro o persona,
no para volar ni caer, ni tener
o perder. No hay el para qué sino el cómo, y un sentido.

                                                                            A Matilda


Pasa

Y este plácido despejarse del cielo
como el viento, suave, en la cara,
y el reflejo del agua contra la pared en esa terracita, abajo,
y la copa del gomero que insiste, roza la cornisa
parece que cae y no, sube,
la noche contra el día,
y se ha vuelto a nublar, pasa, pasa.


Sal

Por volver la vista atrás
pude mirar fracaso tras fracaso tras fracaso,
fuegos vi, la ciudad hecha fuego,
convertida en un apocalipsis precoz. Y
mi nombre perdido hacia un desierto si volteo
la cabeza hacia adelante, hacia
lo que me espera:
soy a duras penas la mujer de Lot: mi necesidad
no tiene nombre.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), De piedad vine a sentir, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019

Otra Iglesia Es Imposible - Casta Diva - Ediciones en Danza - Ediciones del Dock - Ediciones Ruinas Circulares - Op. Cit. - La Otra Poesía - Perfil - Eterna Cadencia - Página 12 - Clarín - Vallejo & Co. - 1 Poeta 10 Preguntas - La Ficción del Olvido

Foto: Constanza Niscovolos/Página 12

martes, agosto 13, 2019

Irene Gruss / Dos poemas nuevos















Vejez

¿Has empequeñecido porque fuiste poco
o ensanchado tu abdomen como Buda
a fuerza de creer saber más?
¿Desalmada o, sencillamente, renunciaste
a la forma?


Habla Joseph M. W. Turner

Trato de conseguir el tono exacto del alba con el aspecto
del ocaso. La verdad no es como se pinta.
Ningún marchand podrá adquirirla porque
conseguir esto es... impagable.
Como cuando me hice atar al palo mayor,
¿creen que he visto algo?
Me atrevería a decir al momento de mi muerte,
con un golpe efectista, The sun is gone!
Pero no, nada es como se pinta,
pura distorsión de luz, el alba
igual a un ocaso.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018)

De piedad vine a sentir,
Ediciones en Danza,
Buenos Aires, 2019









Casta Diva - Otra Iglesia Es Imposible - Op.Cit.Eterna Cadencia -Vallejo & Co.
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Foto: Jorge Freidemberg

miércoles, diciembre 26, 2018

Irene Gruss / Dos poemas
















Recitativo

Escribe como ciego,
sin noción de imagen
paisaje de olores
sonido solo.

Inédito


Miro, miro

             De la vida sólo sé
             ciertos instantes puros
                     Susana Slednew

Y el inventario actual, esos empapelados, los gobelinos,
miles, thousands de cups of tea
ese bosque y las grúas sobre ciudad árboles, copas
ese ruido a viento y la marea alta o baja,
sumo y descarto, me quedo
miro, miro, por hoy, esos que eran, son, van a ser
miles, thousands;
apago

Inédito, 2018

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950-2018), Casta Diva, 2018

El Mundo Incompleto - Página de Poesía - La Primera Piedra - Eterna Cadencia - Malón Malón - Revista Ñ 
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Foto: Irene Grus por J. Aulicino c.2016

jueves, abril 19, 2018

Irene Gruss / Solarística















¿Acaso yo, como el Otro, no estoy
compuesta de nada?
Mi amigo ahora vive en Paquistán, ¿quién
lo creería? Ni siquiera cables
unen las voces, lo que decimos se escucha y
el entendimiento es grato,
¿igual de tangible, como pelar
un durazno? ¿Habrá duraznos
en Islamabad, donde dice que está mi amigo?
Y hay nada, también, que nos une
como cables, tendones o misterios así.

(para mi amigo Ivan)

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), Casta Diva, 16.12.2016

miércoles, febrero 01, 2017

Irene Gruss / El rulo (Leyendo a Sharon Olds)















La araña no hace un nudo
al final de su tela.
Yo observo el rulo de tu hilo
áspero y sutil: tú no eres araña.

La araña precisa atrapar, comer a la mosca,
cruel, por necesidad.
Lo intentas con la cabeza, el estómago
vacíos: yo no soy la mosca.

Implícita, la araña
provoca, conmueve su impiedad: no eres
la araña.

Desarma el rulo de tu nudo
teatral: tú raspas, arañas.
Yo no soy la mosca.

(inédito)

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950)
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Foto: Irene Gruss en FB

miércoles, noviembre 23, 2016

La lira argentina, ¿cómo suena?, 6


Irene Gruss

No sé qué es actual. Para mí, Emily Dickinson , por ejemplo, es actual. Y los que hacen slam del bueno, también. Tampoco sé generalizar ni meter todo en una sola bolsa. Leo, bastante. Últimamente, veo muchos segundos o terceros libros de gente que se queda, no crece. Así como primeros libros que en Facebook idolatran, y me pregunto qué tienen, qué les ven. Me suenan a composiciones de escuela: sujeto, verbo y predicado. "Hoy hice tal cosa". Mirá vos, me digo, qué más, insisto; pagaste 10 o 20.000 pesos para editar eso: "Hoy fui al mercado"; "Hoy me pasó tal cosa"; "Me duele acá".
Entonces, tiro, bastante. Me quedo con lo poco bueno que sostiene las ganas o el decirse "menos mal, el mundo sigue andando, vamos bien".



Irene Grus (Buenos Aires, 1950). Publicó su obra poética reunida hasta 2008 en La mitad de la verdad (Bajo la Luna). Posteriormente, La pared (Ediciones Nudista, Córdoba, 2012), Notas para una tanza (Gog y Magog, Buenos Aires, 2012) y Entre la pena y la nada (Del Dock, Buenos Aires, 2015). En Del Dock publicó también la antología Poetas argentinas (1940-1960) en 2006. Recibió el Primer Premio a obra inédita otorgado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1975. Coordina talleres de poesía. Aficiones: "Muchas, demasiadas, a saber, hacer fiaca, ver tele, cafetear (sola y/o con amigos), papel cuadriculado, los gatos, el bosque, últimamente el mar de lejos."
Casta Diva es su blog de autor: www.lamitadelaverdad.blogspot.com.ar

miércoles, marzo 02, 2016

Irene Gruss / No hay el para qué













No hay el para qué
Late, corazón
de pájaro o persona,
no para volar ni caer, ni tener
o perder. No hay el para qué sino el cómo, y un sentido.

A Matilda

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), inédito
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Foto: Irene Gruss por Valentina Rebasa (detalle)

domingo, noviembre 08, 2015

Irene Gruss / Gravedad, en 3D














No hay daño, no hay falla.
Flota hacia mí una burbuja artificial,
creo que se me viene encima esa falta de
gravedad.
No hay gravedad en el espacio, por eso flota una mujer
triste,
se le escapa la tenaza que flota hacia mí como la burbuja y
ahora otro efecto y otro
más
la mujer triste rescata la tenaza,
nada la asombra, ni el sol asomándose en el Ganges, salvo
el silencio en el espacio,
quiere dejarse ir flotando, dejarse morir, en tierra
ella se estrellaba una y otra vez en el simulador, pero no
hay daño, no hay falla, consigue
manejar la nave que flota porque no hay
gravedad,
la mujer triste se salva y vuelve a tierra.

Basada en el film homónimo de Alfonso Cuarón.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950)


Entre la pena y la nada,
Ediciones del Dock,
Buenos aires, 2015









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Foto: Irene Gruss en FB

lunes, septiembre 07, 2015

Irene Gruss / Efectos especiales
















Alguien ya lo debe haber anotado:
grúa por encima de ciudades futuras, Blade Runner
sobre Blade Runner, pósters del Japón, ruinas
y el disfraz: colorete y bombín, caduco,
fuego más humo de contraste para dar textura: aguas viejas, plurales,
el individuo en relación con...
Muertos apilados ya no, desintegrados.
El horror, Conrad, ya no, literatura pasada por goteo endovenoso
se desliza el dedo por la pantalla como un efecto, especial,
peces de colores y abedules en gris ya no: la tierra
para el que la trabaja ya no; la explotación del hombre por
ya no: corporaciones vs volverán las golondrinas ya no,
es Brad Pitt que envejece como un simple botón; nombres particulares, polvo
al polvo, nada a durar, replicantes del mundo, uníos;
escribir en la piedra en la pantalla con un dedo grande
en el aire "¡viban los compañeros!", era un efecto especial, se corría
el sentido de la palabra lavidapor, nuncamás, decían los bienaventurados, perritos de ceniza,
las alas del deseo, la quimera, la función,
y ahora baja la grúa,
y un paneo lejos, lejos, puntos como estrellas ya idas, burbujas stardust,
Rosebud.

Nota: se usan y/o parafrasean citas pertenecientes a César Vallejo, Francisco Madariaga, Philip Dick, Peter Handke.

(inédito)

Irene Gruss (Buenos aires, 1950), en Casta Diva  27.5.2014
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Foto: Irene Gruss en FB

miércoles, junio 10, 2015

Irene Gruss / Cierro los ojos

         









            



 La sombra del objeto cae sobre el yo.
                                 Sigmund Freud

"Cierro los ojos y no recuerdo mi rostro. ¿Te conoces a ti mismo, tú?" –la redundancia no es tal. La que habla es un clon, un recuerdo, algo por el estilo. Una invención de Stanislav Lem que pasó a Andrei Tarkovsky y llegó al televisor, precisamente hoy que no me he mirado al espejo.

(inédito)
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Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), en Casta Diva 25.5.2015

domingo, diciembre 28, 2014

Irene Gruss / Mueven montañas












Los veo moverse (viento, copas de los pinos,
pájaros, gatos y perros y bichos en general), pasan
personas
solas o en pareja corriendo, ejercitándose
las veo ir hasta la playa cargadas de bolsas,
reposeras, toallones por si acaso, o la que va
en ayunas tan temprano,
vuelven seguramente complacidas de hacer
lo que hay que hacer, de aprovechar lo que hay
que aprovechar,
pero yo suelto la tanza a pescar restos, finales, eso que se deja
para después, cuando haga falta,
carpe!, me digo, y
arremeto.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), en Casta Diva 17.12.2014

lunes, diciembre 09, 2013

Irene Gruss / De "De todo, un poco"
















I
Lo que se guarda en el tintero: el moho
por el musgo,
las pajas por el trigo,
la deuda o la duda;
no se dice.                                                                  
**
IV
Lo que se barre
bajo la alfombra,
el polvo no se dice.

El hilo; la hilacha. Lo que se esconde;
lo que uno tapa con gerundio, énfasis
de aquí y de allá, plurales de pájaros, moscas
arreboles, intensidades, vacío que uno tiene y
se tapa.
**
XI
Filmada en escenarios naturales, desde una ventana
el que no tiene fe, con una luz que imita
a Vermeer en interior
y afuera a Cándido López, observa la gesta fatal de las Cruzadas.
No hay más que una vela sobre la mesa.
**
XIII
Ahora se le da por escribir; más bien anota: hay pájaros en el cielo,
hay otros posados en las ramas; y más acá, sobre la tierra.
Salvo esa mirada que alza, panea,
escurre la tinta.
**
XIV
Nunca se tiene lo que se desea. Se escriben hijos, la tierra
yerma.

(inédito)

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950)

jueves, septiembre 26, 2013

Irene Gruss / "Era lo que Diana..."

"Era lo que Diana más temía:
que la realidad irrumpiera"
                                       Liliana Heker

Consecuente, ella empezó a lavar su ropa.
Puso agua en un balde
y agitó el jabón, con un sentimiento ambiguo:
era un olor nuevo y una nueva certeza
para contar al mundo.
"Mirar cómo se rompen las burbujas, dijo,
no es más extraño que mirarse a un espejo."
Creía que hablaba para sus papeles
y se rió, mientras tocaba el agua.
La ropa se sumergía despacio, y
la frotaba despacio, a medida que
iba conociendo el juego.
Decidida,
tomó cada burbuja de jabón
y le puso un nombre; era
lo mejor que sabía hacer hasta ahora,
nombrar, y que las cosas
le estallaran en la mano.

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), "La luz en la ventana", 1982, Humo. Antología personal, Ediciones Ruinas Circulares, Buenos Aires, 2013

miércoles, junio 05, 2013

Poemas elegidos, 7


Irene Gruss
(Buenos Aires, 1950)

Para vivir aquí, de Paul Eluard
No es, pienso, su mejor poema ni el que más me gusta. Pero ese “Yo hice un fuego / para ser su amigo” sigue viniendo casi a diario, casi leitmotiv, casi cantinela; y el “Como un muerto yo no tenía más que un único elemento” es uno de mis lemas o especie de lemas. Esa conciencia del absoluto, ese giro que da al final transforma y me da de comer. I.G.


Versión de Luis Quintana Tejera:

Para vivir aquí

Yo hice un fuego, el azur me había abandonado,
un fuego para ser su amigo,
un fuego para introducirme en la noche invernal,
un fuego para vivir mejor;
Yo le di aquello que el día me había dado:
los bosques, las zarzas, los campos de trigo, las viñas,
los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
los insectos, las flores, las hormigas, las fiestas.
Yo viví al solo ruido de sus llamas crepitantes,
al perfume de su calor;
yo era como un barco navegando en un agua cerrada,
como un muerto yo no tenía más que un único elemento.


Versión de Raúl Gustavo Aguirre:

Para vivir aquí

Hice un fuego, lo azul me había abandonado,
Un fuego para ser su amigo,
Un fuego para entrar en la noche invernal,
Para vivir mejor.

Y le di todo aquello que el día me hubo dado:
Los bosques, los zarzales, los trigales, las viñas,
Los nidos y sus pájaros, las casas y sus llaves,
Los insectos, las flores, los armiños, las fiestas.

Viví con el rumor de las llamas crujientes.
Con el perfume de su ardor;
Yo como un barco iba por el agua prohibida,
Como un muerto no tuve más que un solo elemento.

Paul Eluard (Saint-Denis, 1895-Charenton-le-Pont, 1952)

sábado, enero 05, 2013

Irene Gruss / De "Notas para una tanza"




Como una luz tardía o lo que es dejado *

Como una luz tardía o lo que es dejado
a pudrir, así encendí o dejé un gesto cualquiera,
una fruta cualquiera.
Es cansancio, decía, y en mi gesto no vi cómo hieden
los muertos, aun sin vergüenza, pero
cómo hieden. Chéjov anotó esto último, viajaba
y conocía mentes bajas,
deseosas y bajas.
No era atenazarme, sencillamente se echaba a perder
lo que dejaba perder. Recogía la pulpa enmohecida, aturdida,
obsecuente. Se me va de las manos
la caricia perdida... Cómo así:
lo que no he dado ha caído,
no siente vergüenza pero hiede.


* Lo remarcado en cursiva parafrasea un poema de Alfonsina Storni

Irene Gruss (Buenos Aires, 1950), Notas para una tanza, Ediciones Gog y Magog, Buenos Aires, 2012

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Ilustración: Vuelta a casa, 1909, Marianne von Werefkin