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sábado, marzo 31, 2018

Robert Bringhurst / El pez que vivió para contarlo















Una vez hubo un solo pez. No tenía ningún
recuerdo. Murió pronto.

Después hubo dos peces. Se peleaban. Se les llegó
a dar muy bien.

En otra parte, tres peces. Tres peces
bastaban: podían nadar en círculos.
Se comieron entre ellos.

Cuatro peces. Primero se pelearon, después
mantuvieron dos luchas simultáneas, después una pelea
circense. Uno de ellos abandonó a tiempo,
quedando tres. Así es como de vez en cuando los mansos
heredan el territorio (el pozo de los deseos, en este caso)
por un momento. Entonces comienzan a soñar. Son
mansos; han visto el combate.

Robert Bringhurst (Los Angeles, Estados Unidos, 1946); La belleza de las armas, Kriller71, Barcelona, 2013
Traducción de Marta del Pozo y Aníbal Cristobo
Envío de Jonio González

Foto Louise Mercer/Ginebra Magnolia

Ginebra Magnolia - Poetry Foundation - The Guardian - Correo del Libro

jueves, abril 14, 2016

Robert Bringhurst / Estos poemas, dijo ella















Estos poemas, estos poemas,
estos poemas, dijo ella, son poemas
que no tienen amor. Son los poemas de un hombre
que dejaría a su mujer y a su hijo porque
hacían ruido en su estudio. Estos son los poemas
de un hombre que mataría a su madre para cobrar
la herencia. Estos son los poemas de un hombre
como Platón, dijo ella, aludiendo a algo que no
entendí pero que igualmente
me ofendió. Estos son los poemas de un hombre
que prefiere acostarse consigo mismo que con una mujer,
dijo ella. Estos son los poemas de un hombre
con ojos como cuchillas afiladas y manos
de carterista, tejidas con agua y lógica
y hambre, sin una fibra de amor en ellas. Estos
poemas son tan desalmados como el canto de las aves,tan faltos de intención
como las hojas del olmo, que si aman, aman apenas
el vasto cielo azul, el aire, y la idea
de las hojas del olmo. El amor propio es un fin, dijo ella,
y no un comienzo. Amor significa amor
por la cosa cantada, y no por la canción o por el canto.
Estos poemas, dijo ella…
                                          Él dijo: eres
hermosa.
Pero eso no es amor, dijo ella con razón.

Robert Bringhurst (Los Angeles, Estados Unidos, 1946; actualmente en la Columbia Británica, Canadá); La belleza de las armas, antología del autor, traducción de Marta del Pozo y Aníbal Cristobo, Kriller71, Barcelona, 2013
Envío de Jonio González

jueves, julio 17, 2008

Robert Bringhurst / Estos poemas dijo ella















Esos poemas, esos poemas
esos poemas, dijo ella, son poemas
vacíos de amor. Esos son los poemas de un hombre
que abandonaría a su mujer y a sus hijos porque
hacen ruido en su estudio. Esos son los poemas
de un hombre que mataría a su madre para cobrar
la herencia. Esos son los poemas de un hombre
como Platón, dijo ella, afirmando algo que no
comprendí pero que sin embargo
me ofendió. Esos son los poemas de un hombre
que preferiría dormir consigo mismo que con mujeres,
dijo ella. Esos son los poemas de un hombre
con ojos como cuchillas dobles, con manos como las de un carterista
tejidas con agua y lógica
y hambre, sin un hilo de amor en ellas. Esos
poemas son tan crueles como el canto de los pájaros, tan carentes
de sentido como hojas del olmo, que si aman aman únicamente
el amplio cielo azul y el aire y la idea
de hojas del olmo. El narcisismo es un final, dijo ella,
nunca un comienzo. Amor significa amor
por la cosa cantada, no por la canción o el cantar.
Esos poemas, dijo ella…
Sos, dijo él,
hermosa.
Eso no es amor, dijo ella acertadamente.

Robert Bringhurst (Los Angeles, 1946, poeta y tipógrafo, reside en Vancouver). De The Beauty of the Weapons: Selected Poems, 1972-82
Versión de Aníbal Cristobo


These poems she said
These poems, these poems,/these poems, she said, are poems/with no love in them./These are the poems of a man/who would leave his wife and child because/they made noise in his study. These are the poems/of a man who would murder his mother to claim/the inheritance. These are the poems of a man(like Plato, she said, meaning something I did not/comprehend but which nevertheless/offended me. These are the poems of a man/who would rather sleep with himself than with women,/she said. These are the poems of a man/with eyes like a drawknife, with hands like a pickpocket's /hands, woven of water and logic/and hunger, with no strand of love in them. These/poems are as heartless as birdsong, as unmeant/as elm leaves, which if they love love only/the wide blue sky and the air and the idea/of elm leaves. Self-love is an ending, she said,/and not a beginning. Love means love/of the thing sung, not of the song or the singing./These poems, she said.../ You are, he said,/beautiful./ That is not love, she said rightly.