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sábado, noviembre 09, 2019

Coral Bracho / De "Debe ser un malentendido"



















1                                                                     
                              (Observaciones)

Cuando los goznes
que articulan el mundo
se resquebrajan; cuando sus tramos
se separan, se aíslan; y sus confines,
sus encuadres, se rompen,
se desmoronan, ¿cómo
y en dónde somos?
¿Cómo unimos estupor y vacío
palpable; deslumbramiento
y concisos rastros
de oquedad, de abandono? Presencia
y nada que hable,
que la nombre.

2                                                             
                              (Observaciones)

Ese pájaro
que baja a picotear el asfalto
muy cerca de su pie, es algo
que jamás ha visto.
No hay con qué compararlo;
nada que lo emparente con aquel gato
o que comparta
con ese arbusto.
Todos son habitantes inesperados;
contundentes presencias
del espacio que, de momento,
compartimos con ellos. No hay reinos
que los reúnan o los separen
en sus precisos territorios,
ni palabras
donde se empalmen. Éste,
que ahora agita las alas 
y brinca entre la hierba y el polvo,
es único.

3
                              (Intuiciones. Ella)

No, no me hace caso
el espacio, ya no me entiende.
No lo entiendo tampoco. Siento su hueco
como un borrón.
Como una mancha que niega
este impulso a saberlo; a encontrar
lo que rige, y decide en él.
Una tachadura que apaga
mi pregunta
antes que pueda hacerla;
que la compacta,
y la encierra
en un pequeñísimo punto oscuro.

4
                              (Intuiciones)

La melodía regresa desde la hondura
con sus palabras;
surge
y se alza con ellas,
las hace hablar. En ti se dicen,
se cantan.
Fluyen
y se enlazan, se encienden,
como un festivo y sereno ensalmo
sobre lo oscuro; como un indicio
y su trama, su manantial.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951)
Gentileza de Ana Franco. Selección de la autora

Debe ser un malentendido,
Ediciones Era,
México, 2018










domingo, marzo 15, 2015

Coral Bracho / Aquello que entró un día












Aquello que entró un día como el viento,
feroz y suave, y lamió los objetos. El envés,
el rastro
que abría las puertas. Entraba
la tempestad y crecía entre los muebles,
luego, en sus voces, como un dibujo
natural, se callaba. Nuevamente
follaje. Nuevamente costuras,
líneas. Entró
con su embozada furia, con su miel.
Por detrás de las hojas, por los respaldos.
Entre los bordes de los crisantemos.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951), Rosa Cúbica, nº 23-24, Barcelona, invierno 2002-2003
Envío de Jonio González

Foto: Coral Bracho Marcelo Uribe/Enciclopedia de la Literatura en México

actualizado nov. 2019

sábado, junio 01, 2013

Poemas elegidos, 1


Gabriela Bejerman 
(Buenos Aires, 1973)

Tierra viva, de Coral Bracho
La revelación: que el lenguaje sea y no que señale. El poema late, vibra; es un geológico temblor que no alude, sacude. En vez del sentido que capta la mente, la materia encendida que recibe, como cuenco, un cuerpo -puro oído, puro tacto, saboreo, masticación-. Las palabras no están quietas en su molde lexical, destellan movimiento, se escapan por las propias venas en infatigable circulación.


Tierra viva 

Tierra viva,
tierra de entraña ardiente,
encendido panal bajo los sepias
de un manto espeso.
Materia de ebriedad y de dulzura
que a sí misma se engendra,
que en sí misma se vierte.
Tierra que funde
y que concentra, en su cieno solar,
las ternuras huidizas que amasa el tiempo. Tierra
de floración. Tierra torneada en que cifra el goce
sus huellas íntimas, cera en que se abisma y palpa
su memoria:
cuenco; lugar oculto
donde el amor
es un fruto que pesa
y que madura. Es el huerto ceñido
que se extiende hacia adentro:
selva de nervaduras
en sus hojas;
redes de bronce contra el mar.
Destellos finos
que alarga el sueño sobre sus lascas azuladas. Sal,
huellas de sal sobre esta tierra. Rastros
de plenitud; y el tejido del otoño al trasluz
de sus frutos.

[1992]

Coral Bracho (México, 1951)

Foto: Gabriela Bejerman en el Filba

domingo, febrero 24, 2013

Coral Bracho / Y no es ahí donde se muestra





de Si ríe el emperador [2010]

Y no es ahí donde se muestra

Ese animal.
Ese espesor nocturno, mullido
y turbio
que removemos.

Que conducimos
para mirarlo gesticular. Un oso viene hasta la feria
y de aquí nos observa: sus gruesas patas inquietas
como entre vidrios.
Conocemos su danza y no es ahí
donde se muestra; sin embargo, asentimos,
difusamente olvidamos.
O tal vez al voltear
vemos la quieta luz frente al equilibrista. Titubeamos
por él. Por él soltamos la esbelta vara.
En él sentimos el tiempo
trastabillar.

Pero, ¿quién gime o canta en esta sucia, diminuta, barraca?
Nada de ello entrevemos, nada
desentrañamos. Y alguien se acerca ya,
y entre los puestos húmedos
nos conduce.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951), 359 Delicados (con filtro). Antología de la poesía actual de México, selección de Pedro Serrano y Carlos López Beltrán, Lom, Santiago de Chile, 2012

Foto: Coral Bracho en Azteca Noticias

sábado, octubre 23, 2010

Coral Bracho / ¿Dónde está el sujeto que propicia...?















Voltea los signos por su revés

¿Dónde está el sujeto que propicia
y que nombra?
Detrás de la puerta blanca. Habla
al oído
y en la sombra, al amanecer, o tarde
en el imán del miedo
que siempre está. En la mesa,
en la contraesquina. Voltea los signos
por su revés, los guantes, el filo de A
a B. Lo hostil,
el riesgo de A
a B; de B a A, junto al ropero,
al fondo; o en la casa contigua.

Coral Bracho (Ciudad de México, 1951), El Poeta y su Trabajo, 35, Invierno 2010, México

Foto: Coral Bracho El Espectador

actualizado nov. 2019