Mar y Leviatán,
sos adonde voy.
Quiero arribar a tu aeropuerto desierto
en plena madrugada.
Hace frío en tus ojos de champagne gastado,
hace frío en tu voz de larga distancia.
Detrás de la línea de fortines
se extiende el horizonte como un tajo sin causa
abierto de lado a lado por algún animal
al que sin embargo acariciamos.
En una foto estás de pie en el fin del mundo,
todo el blanco de un lado: la nada y su esplendor.
En otra reconocí de un sueño aquellos riscos,
esa luz de arrabal. Ese espacio vacío
donde debería estar la otra vereda.
Ahí, en esas cornisas estuviste
habitando por fin el horizonte
en un día sin miedo.
Todo lo que dijiste entonces te persigue.
Te persigue la luz de aquella inmensidad.
El dios del sol te persigue, laurel frío.
Te persigue este rengo:
sos mi otro pie.
Beatriz Vignoli (Rosario, Argentina, 1969), Lo gris en el canto de las hojas, Baltasara Editora, Rosario, 2015