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martes, mayo 11, 2021

Kenneth Rexroth / La familia



















Tarde en la noche
volviendo de Melbourne
de una fiesta en Kangaroo Plains,
paramos el auto junto a una laguna negra.
El aire es inmóvil, cristalino.
Salgo, enciendo un fósforo,
y estudio el mapa de las estrellas.
Soplo el fósforo,
y por encima y adelante y debajo de mí,
doble en el agua inmóvil,
millones de estrellas aparecen
que no había visto nunca antes
y que nunca volveré a ver otra vez.
Y ahí están esas dos
hijas universos de mi universo,
las Nubes de Magallanes –
dos amebas fosforescentes por encima,
y dos en el agua sin fondo.

[1974]

Kenneth Rexroth (South Bend, Estados Unidos, 1905-Santa Barbara, Estados Unidos, 1982)
Traducción de Laura Crespi

El amor es un arte del tiempo
,
Editorial Mansalva,
Buenos Aires, 2021











The Family

Late night
Coming back from Melbourne
From a party on the Kangaroo Plains,
We stop the car by a black pool.
The air is immobile, crystalline.
I get out, light a match,
And study my star map.
I blow out the match,
And overhead and before and below me,
Doubled in the unmoving water,
The million stars come on
That I have never seen before
And will never see again.
And there are the two
Daughter universes of my universe,
The Magellanic Clouds –
Two phosphorescent amoebas overhead,
And two in the bottomless water.
---

miércoles, octubre 28, 2020

Kenneth Rexroth / Hápax *






















El mismo poema una y otra vez
Semana Santa. Una vez más la luna llena
se abre en el cielo profundo
como una flor cristalina de hielo.
Las grandes constelaciones del invierno
se despliegan en una niebla desbordando
las colinas hacia el mar. Más allá de ellas,
en la interminable oscuridad, incontables
grumos diminutos de luz pasan a través,
a miles de millones de años luz de distancia,
miles de millones de universos,
llenos de estrellas y sus planetas
con criaturas en ellos revoloteando
como todas las células vivientes en la tierra.
Tienen un número, y yo sostengo
su número y su ser
en una sebosa partícula de gelatina
adentro de mi cráneo. Las vi
nadando en medio de una aceleración
del espacio infinito, a través de un lente de vidrio
a través de un lente de carne, en una taza de nervios.
La pregunta no es
si el ser tiene un significado
sino si el significado tiene ser.
¿Qué está pasando?
Todo el día camino sobre cumbres
y bordeando cascadas y lagunas
profundas en las colinas de la primavera.
Hongos emergen en el mismo punto
del claro abandonado.
El lirio del bosque y el helecho lengua de serpiente
junto a la cascada.

Una garza se eleva desde una laguna
mientras me acerco, como lo hizo
durante cuarenta años, y se va volando
desde el mismo hueco entre los árboles.
La misma subida y celeridad de un batir de alas,
el mismo grito, ¿cuántas
generaciones de garzas?
Los mismos gavilanes de cola roja se aparean
en lo alto en el mismo aire que se eleva
sobre una escarpada de hierba. Las ardillas saltan
en los mismos robles. De vuelta en mi cabaña
en el crepúsculo un búho
en la misma rama ulula con su lengua antigua.
Miles de millones de universos
llenos de seres más grandes que dinosaurios
y más pequeños que los virus, cada uno
en su lugar, la ecología
del infinito:
miro la luna creciente de la Pascua.
El madroño en flor brilla con la luz de la luna.
Las abejas en la pared de la cabaña
están despiertas. La luna está llena
de flores y perfume y miel.
Puedo ver las abejas bajo la luz de la luna
volando hacia el agujero bajo la ventana,
brillando débilmente como universos voladores.
Qué significa. Esto no es una pregunta, sino
     una exclamación.

[1974]

Kenneth Rexroth (South Bend, Estados Unidos, 1905-Santa Barbara, Estados Unidos, 1982) Op. Cit., 27 de septiembre de 2020
Traducción de Laura Crespi

* Hápax: Palabra o expresión que solo se encuentra documentada una vez en una lengua, un autor o un texto. (N. de la T.)

El amor es un arte del tiempo
,
Cuadernos de Traducción,
Buenos Aires, 2020









---
Foto: Kenneth Rexroth lee poemas durante una sesión de jazz, 1957 Nat Farbman/Getty Images/The LIFE Picture Collection

sábado, noviembre 21, 2015

Kenneth Rexroth / De "Un bestiario"




ARENQUE

El arenque es prolífico.
Hay muchísimos arenques.
Algunos arenques se comen crudos.
Muchos son secados y encurtidos.
Pero la mayoría se usan como abono.
Fíjate si puedes aplicar esto
a tus lecciones de historia.


CIERVO

Los ciervos son mansos y gráciles
y tienen unos ojos hermosos.
No hieren a nadie más que a sí mismos,
los machos, y sólo por amor.
Los hombres han inventado varios
miles de maneras de matarlos.


HOMBRE

Algún día, si sois afortunados,
todos tendréis uno.
Ponedlo a prueba antes de elegirlo.
Algunos están hechos de habas de soja.
Dadle mucha comida y dejadlo dormir.
Tratadlo amablemente y siempre hará
exactamente lo que queráis.


LEÓN

El león es llamado el rey
de los animales. En la actualidad hay
casi tantos leones
en jaulas como fuera de ellas.
Si te ofrecen una corona, rehúsala.


LOBO

Nunca creas todo lo que oyes.
Los lobos no son tan malos como las ovejas.
Yo he sido un lobo toda mi vida
y tengo dos hijas encantadoras
que mostrar, mientras que podría
contarte historias asquerosas
de ovejas que recibieron su merecido.


OSO

Cuando el mundo es blanco a causa de la nieve
el oso duerme en su oscuridad.
Cuando la gente está dormida
el oso llega con sus brillantes ojos
y le roba el tocino y los huevos.
Puede seguir a las abejas a campo traviesa
en busca de su miel.
Las abejas pican, pero él nunca
les presta atención.
En los zoos los dóciles osos mendigan pasteles.
Dos filosofías de vida:
Para ti la miel es mejor
que los pasteles; pero los trucos del zoo son graciosos
y hacen reír a todos.


YO

Cuídalo. Es todo lo que hay.
Nunca conseguirás otro.


Kenneth Rexroth (South Bend, Estados Unidos, 1905-Montecito, Estados Unidos, 1982), Natural Numbers: New and Selected Poems, New Directions, Nueva York, 1963
Versiones de Jonio González

Foto: Kenneth Rexroth, Allen Ginsberrg y Lawrence Ferlinghetti, durante una conferencia en City Ligh, Dakota del Norte, en 1974 D. Sorenson/Indiana History Blog


HERRING

The herring is prolific. 
There are plenty of herrings. 
Some herrings are eaten raw. 
Many are dried and pickled. 
But most are used for manure. 
See if you can apply this 
To your history lessons. 


DEER

Deer are gentle and graceful 
And they have beautiful eyes. 
They hurt no one but themselves, 
The males, and only for love. 
Men have invented several 
Thousand ways of killing them. 


MAN

Someday, if you are lucky, 
You'll each have one for your own. 
Try it before you pick it. 
Some kinds are made of soybeans. 
Give it lots to eat and sleep. 
Treat it nicely and it will 
Always do just what you want. 


LION

The lion is called the king 
Of beasts. Nowadays there are 
Almost as many lions 
In cages as out of them. 
If offered a crown, refuse. 


WOLF

Never believe all you hear. 
Wolves are not as bad as lambs. 
I've been a wolf all my life, 
And have two lovely daughters 
To show for it, while I could 
Tell you sickening tales of 
Lambs who got their just deserts. 


BEAR

When the world is white with snow, 
The bear sleeps in his darkness. 
When the people are asleep, 
The bear comes with glowing eyes 
And steals their bacon and eggs. 
He can follow the bees from 
Point to point for their honey. 
The bees sting but he never 
Pays them any attention. 
Tame bears in zoos beg for buns. 
Two philosophies of life: 
Honey is better for you 
Than buns; but zoo tricks are cute 
And make everybody laugh. 




Take care of this. It's all there is. 
You will never get another. 

sábado, junio 29, 2013

Poemas elegidos, 55


Osvaldo Picardo
(Mar del Plata, 1955)

En Provenza: Primavera, de Kenneth Rexroth
Este poema de Kenneth Rexroth ilumina toda una zona gris de la poesía moderna, esa misma en que las imágenes dejan de ocultar lo real. Cercana a Basho, esta manera de hacer poesía intenta el difícil arte de la sinceridad. Dirigir el centro de atención hacia los fenómenos, con el fin de cultivar el "simple reconocimiento"; pero esa simplicidad no es simple porque implica entrar profundamente en la escena. El poema, entonces, no es portador de un significado simbólico, sino una experiencia.





En Provenza: Primavera

Acá no busqués imágenes
en la soledad, solamente
la noche y sus estrellas que son
asociaciones más que
imágenes. Cambiante oscuridad,
tiras de sentimiento, líneas de fuerza,
tejido de pensamientos, no imágenes,
sólo noche y tiempo envejeciendo
la noche en su obscuridad, justo
movimiento en el espacio obscuro.
Es una noche llena de oscuridad
y espacio y estrellas y las horas
que se van y el tiempo que se va
y la noche creciendo vieja y todas
las tramas y sus madejas de relaciones
cambiantes, y es noche de Primavera,
en Provenza, acá donde estoy,
y bajo la medialuna los almendros
están por reventar. Antes del mediodía
los pimpollos se abrirán, acá junto
a la la casa color durazno entre
los pinos gris acero y los grises
muros de piedra. Ahora los brotes
están redondos y justos en la moteada
luz de la luna, en la noche que
se estira eterna, que no tuvo
principio y que nunca tendrá
término, y eso no significa
cosa ninguna. No es una imagen de
algo. No es un símbolo de
cosa alguna. Es apenas un
árbol de almendras, en la noche, cerca
de la casa, en el monte, cerca
de un viñedo, debajo de la puesta
de la media luna, en Provenza, al
comienzo de otra Primavera.

Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Santa Bárbara, California, 1982)
Versión de Osvaldo Picardo

Foto: Osvaldo Picardo en Wikipedia

lunes, febrero 21, 2011

Kenneth Rexroth / La vida color de rosa


Anteojos de color rosa

Diez años, y todavía está en la
Radio. La vie en rose
Se derrama desde una docena de ventanas
En el canal. Una mujer
Y su hijo en una barcaza
De verduras la cantan. Un hombre, limpiando
La proa de su góndola,
La canta mientras su perro mueve la cola.
Los chicos jugando a la rayuela la cantan.
Ropa a medio lavar cuelga sobre las cabezas.
Flota basura en el estrecho canal.
Más radios se suman. A través
Del canal, detrás de las ventanas enrejadas
De la Cárcel de Mujeres, un centenar
De puras voces de carteristas
Y prostitutas comienza a cantarla.
Es como estar en la iglesia.
El próximo número es Ciao, ciao, bambina.

Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), Venice, 1959-1964/65
Versión de J. Aulicino


Rose Colored Glasses

Ten years, and it’s still on the
Radio. La vie en rose
Spills out of a dozen windows
Onto the canal. A woman
And her son in a vegetable
Barge sing it. A man polishing
The prow of his gondola
Sings it while his dog wags its tail.
Children playing hopscotch sing it.
Grimy half washed clothes hang overhead.
Garbage floats in the narrow canal.
More radios join in. Across
The canal, beyond the iron windows
Of the Women’s Prison, a hundred
Pure voices of pickpockets
And prostitutes start to sing it.
It is just like being in church.
The next number is Ciao, ciao, bambina.

Bureau of Public Secrets

Ilustración: Venice: An Imaginary View of the Arsenale, c. 1840, J.M.W. Turner

domingo, febrero 06, 2011

Kenneth Rexroth / A William Carlos Williams



Carta a William Carlos Williams

Querido Bill,
cuando indago el pasado para ti,
algunas veces pienso que eres como
San Francisco, cuya carne se separaba
de él como alegre nube
y se confundía con toda cosa amante
-burros, flores, leprosos, astros-,
pero pienso que te asemejas aún más
al hermano Enebro, que sufrió
todos los ultrajes y glorias
sonriendo como un tonto manso.
Tú estás en alguna parte en las Florecillas,
porque eres un tonto, Bill,
como el tonto de Yeats, símbolo
de toda sabiduría y belleza.
Eres tú quien se eleva frente
a Elena en toda su sabiduría,
a Salomón, en toda su gloria.

¿Recuerdas hace años cuando
te dije que eras el primer
gran poeta franciscano desde
el medioevo? Perturbé
el tranquilo curso de la cena;
tu mujer pensó que estaba loco.

Y en cambio es verdad. Y también eres "puro",
un auténtico clásico, aunque no lo grites
del todo como
las muchachas de la Antología.
No como la estridente Safo que,
con toda su grandeza, debió
haber sufrido de endometriosis,
sino como Anite, que dice
sólo lo necesario, lentamente, como para
recordarlo durante milenios.

Es una calma maravillosa
la tuya, una manera de conservar
todavía el mundo y sus
sucios ríos, y los tachos de desperdicios,
carretillas rojas esmaltadas de lluvia,
frías ciruelas robadas de la heladera,
y encajes de la reina Ana, y margaritas,
y brotes que revientan
en las calles fangosas, y vientres salpicados
con niños dentro, y Cortés
y Malinche sobre la sangrienta
calzada, muerte de las flores del mundo.

Hoy, cuando la prensa se tambalea
con charlatanes, que quedas quieto,
cada año un manojo de silencio,
poemas que no tienen nada que decir,
como el silencio de George Fox,
sentado tranquilo debajo de la nube
de todas las tentaciones del mundo,
cerca del fuego, en la cocina,
en el valle de Beavor. Y
el arquetipo, el silencio
de Cristo, cuando calló largamente,
y luego dijo: "Tú lo has dicho".

Ahora, en un poema reciente, tú dices:
"Yo que estoy por morir".
Quizá no es más que una cita
tomada de los clásicos, pero me produce
un estremecimiento. ¿Dónde
conseguiste eso, Williams?
Presta atención. Vendrá el día
en que una mujer joven caminará
a lo largo del diáfano río Williams,
por donde corre a través de un idílico
paisaje de Ninguna parte,
y les dirá a sus niños:
"¿No es hermoso? Se lo llama
con el nombre de aquél
que caminaba por aquí cuando lo llamaban
río Passaic, y estaba sucio
de venenosos excrementos
de enfermos y fábricas.
Era un gran hombre, sabía
que aun entonces era hermoso, aunque
ningún otro lo supiera, entonces,
en la Edad Oscura. Y el
hermoso río que él vio
todavía fluye en sus venas, como
lo hace en las nuestras, y fluye en nuestros ojos,
y fluye en el tiempo, y nos hace
parte de sí mismo y de él.
Esta, niños, es lo que se llama
una relación sacramental.
Y esto es lo que es
un poeta, niños, uno que crea
relaciones sacramentales
que duran para siempre".
Con afecto y admiración,
Kenneth Rexroth.

Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), versión de Alberto Girri, Poesía norteamericana del siglo XX, selección de Mario Morales y Eugenio Lynch, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1970


A Letter to William Carlos Williams

Dear Bill,

When I search the past for you,
Sometimes I think you are like
St. Francis, whose flesh went out
Like a happy cloud from him,
And merged with every lover —
Donkeys, flowers, lepers, suns —
But I think you are more like
Brother Juniper, who suffered
All indignities and glories
Laughing like a gentle fool.
You’re in the Fioretti
Somewhere, for you’re a fool, Bill,
Like the Fool in Yeats, the term
Of all wisdom and beauty.
It’s you, stands over against
Helen in all her wisdom,
Solomon in all his glory.

Remember years ago, when
I told you you were the first
Great Franciscan poet since
The Middle Ages? I disturbed
The even tenor of dinner.
Your wife thought I was crazy.
It’s true, though. And you’re “pure,” too,
A real classic, though not loud
About it — a whole lot like
The girls of the Anthology.
Not like strident Sappho, who
For all her grandeur, must have
Had endometriosis,
But like Anyte, who says
Just enough, softly, for all
The thousands of years to remember.

It’s a wonderful quiet
You have, a way of keeping
Still about the world, and its
Dirty rivers, and garbage cans,
Red wheelbarrows glazed with rain,
Cold plums stolen from the icebox,
And Queen Anne’s lace, and day’s eyes,
And leaf buds bursting over
Muddy roads, and splotched bellies
With babies in them, and Cortes
And Malinche on the bloody
Causeway, the death of the flower world.

Nowadays, when the press reels
With chatterboxes, you keep still,
Each year a sheaf of stillness,
Poems that have nothing to say,
Like the stillness of George Fox,
Sitting still under the cloud
Of all the world’s temptation,
By the fire, in the kitchen,
In the Vale of Beavor. And
The archetype, the silence
Of Christ, when he paused a long
Time and then said, “Thou sayest it.”

Now in a recent poem you say,
“I who am about to die.”
Maybe this is just a tag
From the classics, but it sends
A shudder over me. Where
Do you get that stuff, Williams?
Look at here. The day will come
When a young woman will walk
By the lucid Williams River,
Where it flows through an idyllic
News from Nowhere sort of landscape,
And she will say to her children,
“Isn’t it beautiful? It
Is named after a man who
Walked here once when it was called
The Passaic, and was filthy
With the poisonous excrements
Of sick men and factories.
He was a great man. He knew
It was beautiful then, although
Nobody else did, back there
In the Dark Ages. And the
Beautiful river he saw
Still flows in his veins, as it
Does in ours, and flows in our eyes,
And flows in time, and makes us
Part of it, and part of him.
That, children, is what is called
A sacramental relationship.
And that is what a poet
Is, children, one who creates
Sacramental relationships
That last always.”

With love and admiration,
Kenneth Rexroth.

Bureau of Publics Secrets

Copy: New Directions, NY

Foto: William Carlos Williams (1883 - 1963), c. 1955, Answers.com/Hulton Archive/Getty Images

viernes, diciembre 18, 2009

Kenneth Rexroth / Lucrecio



Lucrecio, III, 1053-1076

Baudelaire sabía cómo era aquello,
Las teclas ardientes de la máquina de escribir,
Los pinceles del tamaño de una yarda,
La pintura mezclada con goma de mascar.
Yo escribo cartas pero no las envío
Y no dejo de soñar con el fin de la pobreza;
Realizo un increíble montón
De malos bocetos; releo las grandes
Obras maestras; repaso mi
Griego y mi chino, y descubro
Que he perdido el vocabulario;
Me tomo el pulso, emprendo caminatas
Y regreso a mi hogar; mi mente está aguda
Y clara, como la de los deipnosofistas.
Jean Jaques. Amiel, Bashkirtsev,
Es posible producir
Una ontología muy influyente
Con semejantes materiales, de garantizada
Procedencia ecuménica.
Porsh y Garden actualizados,
Kiekegaard y Sacher Masoch,
“Uno siente como un hombre
de cara a su ejecución”. Niebuhr
descubrió que cada uno,
al igual que Wanda,
es su propia guillotina.
El protestantismo liberal
Marcha al fin a su remoto hogar,
A sólo unas cuantas horas
Del sistema capitalista.
Die Ausrottung der Besten.
Piensa en todos esos promotores
De los surrealistas que sienten así
Todo el tiempo. De hecho,
Prácticamente cada mujer,
Con una renta, lo hace en nuestro medio-
“Bajo la gélida luna de otoño
muere la cigarra en su caparazón.”
Aún en la cárcel Mirabeau
Encontró trabajo para manos ociosas.
La regla de San Benedicto
Es muy explícita acerca
De la mortífera enfermedad
De mediodía.

Una de las ventajas
De ser instruido es que
No hay aprieto en el que no puedas meterte
Y para el cual no encuentres compañía
Incluso, si tus consejeros
No se consideran muy útiles.

Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), La señal de todas las cosas. Antología poética. Selección, traducción, notas y comentarios de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vial. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2004


Ilustración: Representación de aire, tierra y agua, en referencia a De rerum natura, de Lucrecio, en el Ara Pacis Agustae (altar de la paz de Augusto), siglo I, Roma

miércoles, diciembre 16, 2009

Kenneth Rexroth / Qué es un poema



Ellos dicen que esto no es un poema

El orden en el universo
Es sólo el reflejo
De la voluntad y la razón humanas.
Todo ser es contingente,
Ningún ser subsiste por sí mismo.
Todos los objetos son movidos por otros objetos.
Ningún objeto se mueve por sí mismo.
Todos los seres tienen origen en otros seres.
Ningún ser lleva en sí su propia causa.
No hay ser que sea perfecto.
El ser ignora la economía.
Los seres se multiplican
Sin una necesidad. No poseen
Principio de razón suficiente.
El único orden de la naturaleza
Es la relación armónica
De una persona con otra.
Las relaciones que abjuran de la persona
Son por esencia caóticas.
Las relaciones entre las personas
Son el modelo a través del cual vemos
En la naturaleza un sistema.
Desde Homero, todos los hombres sensibles
Nos han exhortado una y otra vez
Acerca de que el universo y
Los grandes principios y fuerzas
Que mueven el mundo, poseen armonía
Sólo como reflejos
Del coraje, la lealtad,
El amor y la honestidad de los hombres.
Dejados a su suerte, esos principios son crueles
Y completamente superfluos.
El hombre que claudica ante ellos acaba en la locura,
Mata a sus hijos, su mujer o sus amigos
Y muere sumergido en el polvo sangriento,
Habiendo destruido el trabajo
Atesorado por las manos de otros hombres.
Sólo quien es más listo que ellos logra sobrevivir
Y encuentra un hogar donde envejecer.

Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), La señal de todas las cosas. Antología poética. Selección, traducción, notas y comentarios de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vial. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2004

Foto: Rexroth Bone Stamp