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lunes, mayo 23, 2022

Selva Dipasquale / De "Agua turquesa"



Cuando el corazón se desplaza
en un instante infinito

¡Oh, qué placer se propaga! Como si la cápsula del cuerpo se abriera y sus fluidos se trasladaran sin rumbo. Libertad breve y absoluta. Agujeros negros como en las plantas de mi patio frente a las que escribo mientras entrelazan sus almas – tonos claros, oscuros – invitándome a puentes invisibles. La luz de la nube desciende, se expande única y rueda con absoluta libertad ¡Qué maravilla!


(La luz en un día de lluvia...)

La luz en un día de lluvia
hace que
cada cosa
parezca
en su lugar
sostenida en la materia untuosa de su raíz
hasta este tibio polvorín de nubes:
discusión in crescendo de fantasmas del amanecer
y que no asustan.


Su estaca clava en nuestros cuerpos el otoño

Se abren frescos y crujientes bajo la sombra
de un pez plateado.
Los seres a nuestro alrededor
reverberan en su vitalidad.
Dulces gusanos fluorescentes en las plantas
y el maullido infinito
de un gato naranja.

Selva Dipasquale (Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1968)

 
Agua turquesa
A Capela, 
libros electrónicos,
Villa Los Aromos, 
Córdoba,  Argentina, 2022








miércoles, julio 15, 2020

Selva Dipasquale / Tamara Domenech / De "Poética de los oficios"

















Amoladora *

Blandura eterna
contraposición de acero
perforación al infinito de las lesiones del aluminio
que no se pueden reparar.

De eso se trata
de que las personas vuelvan
con su vajilla desalineada
y dormir tranquilo por haber dado
un consejo: Hasta acá se puede, más de acá no.

Aquí hay
taladros
pinzas de precisión
destornilladores
una amoladora para pulir
con un cepillo especial
pastas y paños.

Ahora los chicos ¿hacen o miran?

Restaurar es creer que las cosas tienen alma
un mango nuevo y cómodo puede evocar sin mañas
a una persona que no está.
¿Por qué una madre se acostumbra
a la madera resquebrajada de un cuchillo
a que le falte una pieza y corte igual
a imantar a los comensales a la mesa con una parte ausente?

El corazón de un hijo lo quiere sano.

Devolverle su chispa a las cosas como si las hiciera para mí
me acuerdo de una señora
que tenía que pulir una cacerola para la madre
y quedó muy agradecida por mi trabajo.

Frotar cada mañana lo cotidiano
es una manera de vivir en Villa Santa Rita.

* Entrevista a Julio César Trebino (52). Restaurador de cacerolas y cuchillos.


Tijera *

Un peine perfora la tierra
y crea un túnel que une un país con otro
a través de un cuerpo
la esperanza de Cristina
llegar para estudiar
encontrar trabajo
construir una familia.

¿Cocinar o peinar?

De lo que se trata siempre es de elegir
el oficio menos esclavo.

Ella pasa muchas horas
inclinada sobre cabezas
que acurruca entre sus manos.

Y después sueña que tienen hebillas, pelucas, ruleros
acomodadas aleatoriamente sobre un modular
le cuentan cosas que nunca le contaron a nadie.

Sólo una vez tuvo miedo
manchó a un chica haciendo reflejos con papelitos.
Hasta que su asistente le contó:
Toda cosa tiene su secreto
y bueno, le dijo cuál era y al día de hoy no paró más.
A veces quiere que la gente se deje el pelo suelto
se abrirían caminos desmechados, de colores fuera de muestrario,
    iluminaciones expansivas.

* Entrevista a Cristina Filosi (56). Peluquera.

Selva Dipasquale (Provincia de Buenos Aires, 1968), Tamara Domenech (La Plata, Argentina, 1976), Poética de los oficios, con dibujos de Sonia Neuburger, Acapela Ediciones, Buenos Aires, 2020

Del prólogo
En nuestros barrios priman los comercios donde se venden productos o servicios realizados a partir del desarrollo de oficios, mencionamos entre otros, los que en este trabajo pudimos relevar: relojero, carpintero, dibujante técnico, restaurador de cacerolas y cuchillos, zapatero, peluquera, peinadora, marquero, pintoras artesanas, modista, jardinero, ceramista, cerrajero y tatuador. Es así como sentimos la necesidad de indagar sobre estos saberes, herramientas, formas de moldear la materia, el tiempo. Y dárnoslo, en medio de obligaciones diarias para entrar, preguntar, escuchar y escribir poemas. En este sentido, cada una, después de visitar estos lugares y realizar una entrevista comenzó y concluyó un poema que fue enviado a la otra para que continuara su desarrollo a partir de la imaginación distante, disociada de no haber estado allí. Y así fuimos escribiendo un libro de a dos, o a cuatro manos.

Otra Iglesia Es Imposible -Op. Cit. - Ediciones en Danza - La Infancia del Procedimiento - El Infinito Viajar - La Ficción del OlvidoTamara Domenech - La Comuna Ediciones - Zindo & Gafuri - Bola de Nieve - Op. Cit.

Fotos: Selva Dipasquale y Tamara Domenech. Gentileza de las autoras

lunes, marzo 21, 2016

Selva Dipasquale / De "La sombra de la mano"
















Pequeños objetos en flotación:
¿vienen de la raíz del mundo?
vidrios, residuos, huesos
el crack de las cosas
pequeños mundos
delicados, humanos
construidos
con atención
buscando donde anclar
su propia raíz.

(...)

Todos se fueron y la hierba insiste en crecer en el asfalto
burbujas de luz
placas traslúcidas
agua
la velocidad dispersa la voluntad.

Selva Dipasquale (Buenos Aires, 1968)
Foto: Selva Dipasquale en FB

La sombra de la mano,
Zindo & Gafuri,
Buenos Aires, 2015








miércoles, enero 31, 2007

Selva Dipasquale / Saltos y desprendimientos














Si nos batiésemos a duelo
los huevos
que están en la heladera
elevarían
sus espíritus santos.
Cada uno desde su trinchera
hasta transformarse
y hacernos ver
Los Molinos del Ultimo Sueño *.

* Los sueños, de Akiro Kurosawa: la violencia de lo calmo y lo cristalino.

Selva Dipasquale (1968), Camaleón, tsé-tsé, Buenos Aires, 1998