La vía dolorosa
Un pasillo en penumbra
luz al final quién sabe
vista o imaginada
deseada sin duda
ventanas a los lados
tapiadas de postigos
luz afuera quién sabe
luz adentro con duda
el guante se da vuelta
el pasillo de vuelta
no se sabe otra forma
La luz al otro lado
Una lámpara rompe al encenderse
el agujero negro de la noche
musgos y briznas de hierba indescifrable
con visos de llegar a ser monstruosas
asoman de la grieta al otro lado
de la cual se sospechan desfondados sin nombre
Pablo Ingberg (Dolores, 1960), Nadie atiende los llamados, Ediciones Cada Tanto, Buenos Aires, 2010
Foto: Pablo Ingberg, 2011, en el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, por Agustín Spinetto