«Los rusos tenían pocos médicos en el frente.
El trabajo de mi padre era el siguiente: una vez terminada
la batalla, caminaba entre los heridos.
se sentaba y preguntaba: "¿Quieres morir
por tu cuenta, o que yo acabe con esto?"
La mayoría decía: "No me deje." Los dos se fumaban
un cigarrillo. Él sacaba su pequeña libreta
—no teníamos placa de identificación, ¿sabes?— y escribía el nombre
del hombre, el de su esposa, sus hijos, su dirección y qué
quería decirles. Cuando el cigarrillo se acababa,
el soldado volvía la cabeza hacia un costado. Mi padre
remató a cuatrocientos hombres de esa forma durante la guerra.
Jamás se volvió loco. Eran su gente.
Vino a Toronto. Se pasaría los veranos
en el jardín con una manguera, regando
el césped con ella. Se tardaba mucho tiempo. Le hablaba
a la luna, al viento. "Puedo oírte crecer",
le decía a la hierba. "Venimos y nos vamos.
Tú y yo no somos diferentes el uno del otro. Todos formamos
parte de algo. Tenemos un hogar." Cuando yo tenía trece años,
dije: "Papá, ¿sabes que han inventado aspersores?"
Siguió regando el césped.
"Ésta es mi vida. Si no lo entiendes, cierra la boca."»
Robert Bly (Lac qui Parle, Minnesota, Estados Unidos, 1925), Morning Poems, HarperCollins, Nueva York, 1997
Versión de Jonio González
Otra Iglesia Es Imposible - Robert Bly Web Site - Minn Post - Poetry Foundation - The Hudson Review - Poeticus - Poets Org/YouTube - De Sibilas y Pitias - Perros en la Playa - Idiomas Olvidados - Lampejos de Trevoada
The Russian
«The Russians had few doctors on the front line.
My father's job was this: after the battle
Was over, he'd walk among the men hit,
Sit down and ask: "Would you like to die on your
Own in a few hours, or should I finish it?"
Most said, "Don't leave me." The two would have
A cigarette. He'd take out his small notebook—
We had no dogtags, you know— and write the man's
Name down, his wife's, his children, his address, and what
He wanted to say. When the cigarette was done,
The soldier would turn his head to the side. My father
Finished off four hundred men that way during the war.
He never went crazy. They were his people.
He came to Toronto. My father in the summers
Would stand on the lawn with a hose, watering
The grass that way. It took a long time. He'd talk
To the moon, to the wind. "I can hear you growing" -
He'd say to the grass. "We come and go.
We're not different from each other. We are all
Part of something. We have a home." When I was thirteen
I said, "Dad, do you know they've invented sprinklers
Now?" He went on watering the grass.
"This is my life. Just shut up if you don't understand it."»