No se repite dos veces la luna, ni el río.
Dos veces no se repite tu mirada,
ni los panes se repiten aunque exclames
mil conjuros, levantes altares,
pongas piedra sobre piedra,
afines la garganta
o arranques de raíz tu último muerto.
Podrás ir de rodillas
por guijarros,
bajo el sol o sobre arena
desde el lugar donde primero viste el día
hasta el preciso punto
del primer y único milagro.
Pero no verás dos veces el mismo amanecer.
Nada vuelve. Tampoco tú eres la misma.
Sólo tu canto se repite,
hablando para siempre en mis oídos,
recordándote dos veces
que ese lugar adonde una sola vez te fuiste
es uno del que ni una sola
volverás.
Mori Ponsowy (Buenos Aires, 1967), Cúanto tiempo un día, Editorial Brujas, Córdoba, Argentina, 2015