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sábado, diciembre 12, 2015

Tiffany Atkinson / Chico con paraguas rojo














y ustedes dos inclinados
contra de esa luz. Tu reposera
moviéndose en un círculo de zapatos: ellos
te abandonaron en tu antesala de sombra,
tu hermana con sus cosas de nena, acomoda su snorkel
en silencio, tus terribles padres
de la mano. Según la longitud de tus extremidades
no eres más un hombre que una orquídea.
Más allá de ti los cruceros pasan a toda velocidad y
se detienen, el verde mar se espesa y brilla,
las mujeres se aceitan y se desparraman.
Todavía no ha ocurrido nada. Tal vez
nada ocurrirá. Tú observas anonadado las colinas
con una palma apoyada sobre la arena, como si
la tierra pudiera elevar su latido para decir
que está llegando, sí, ahora, sea lo que sea.

  [Traducción de Silvia Camerotto]


Tiffany Atkinson (Berlín, 1972), "So many moving parts" (2014), La rabdomante, traducciones de Inés Garland y Silvia Camerroto, CONACULTA-Cooperativa La Joplin, Ciudad de México, 2015


Boy with Red Umbrella

and both of you askew
against such light. Your sunbed
drifts in a hoop of shoes: they’ve
left you to your anteroom of shade,
your rose-pink sister fitting her snorkelmask
dumbly, your terrible parents
hand in hand. For the length of your limbs
you’re no more a man than an orchid.
Beyond you the pleasure boats zip and
stall, the green sea thickens and glitters,
women oil and spread themselves.
Nothing has happened yet. Nothing may
ever. You gaze out stunned at the hills
with one palm pressed to the sand, as if
the earth might raise its pulse to say
it’s coming, yes, it’s now, whatever it is.

sábado, noviembre 14, 2015

Tiffany Atkinson / Sobre llorar










sin que sea tristeza exactamente,
que como tú sabes tiene gruesa
insondable piel como cualquier mamífero
y que permanece, sobre todo, cerca de donde lo dejaste;
mientras que las lágrimas en sí son anfibias,
volubles, lunares, pura espuma,
los ojos llorosos vuelcan doblemente el plato.
Es decir, y completar los habituales formularios, etc.
estoy inundada, y con tal exhibición de básculas
e iridiscencia. No preguntes –uno podría
pesar también el arcoíris –y además,
no lo sé. No obstante
te entrego esta cosa que desborda,
mi dios, a nuestra edad, este cuenco de barro
con minerales y todas nuestras aguas en común.
De esto estamos hechos en verdad. Bebe.

    [Traducción de Silvia Camerotto]

Tiffany Atkinson (Berlín, 1972), "So many moving parts" (2014)



La rabdomante,
traducciones de Inés Garland y Silvia Camerroto,
CONACULTA-Cooperativa La Joplin,
Ciudad de México, 2015









On crying

being not sadness exactly,
which as you know has slow,
deep flesh like any large mammal
and mostly lies close where you left it;
while tears in themselves are amphibious,
fickle, lunar, flash-in-the-pan,
the watery double upsetting the dish.
To wit, and filling out the usual forms, etc
I am awash, and such a show of scales
and iridescence. Don’t ask – one might
just as well weigh rainbow – and besides,
I don’t know. Nonetheless
I hold the brimming thing to you,
good grief, at our age, this clay bowl
of minerals and all our common waters.
This is what we’re really made of. Drink.


Foto: Tiffany Atkinson en FB

domingo, agosto 09, 2015

Tiffany Atkinson / En esta









él viene del jardín desnudo
con una brazada de acelga.
El pelo enrulado hasta la clavícula, y tiene
aros, porque con cada movimiento algo
juega con la luz. Y no es
poca cosa, no. Es un hombre planetario. Su
piel tiene sol en el inconsciente, no como la
mía. Está silbando, brillante y abstraído.
Estoy segura de que no es de por acá.
Claro que yo no tengo jardín. Sin embargo,
un florero de lirios rasga el aire con un aroma
a leche derramada. Y a él le encanta conversar.
Aunque yo hable como un marido en una tienda de ropa de mujer,
no le importa. Podría gustarme él,
así las cosas. Y él sabría hacer margaritas
con los ojos vendados. Una vez pregunta, ¿en qué andabas
cuando te encontré esta mañana? 
Estaba sólo escribiendo. Mira. Una historia probable.

[Versión de Inés Garland]

Tiffany Atkinson (Berlín, 1972), El hombre cuya mano izquierda pensaba que era un pollo, selección y versiones de Inés Garland y Silvia Camerotto, Gog y Magog, Buenos Aires, 2013


IN THIS ONE

He comes from the garden wearing
nothing but an armful of swiss chard.
His hair curls to the collarbone, and he
has earrings in, for something with each 
movement quips back light. And not
a slight man, no. A planetary type. His 
skin has sun in its unconscious, not like
mine. He’s whistling, bright and abstract.
I am certain he is not from hereabouts.
Of course, I have no garden. Still,
a vase of lilies streaks the air with scent
like spilt milk. And he’s all for conversation.
Though my tongue’s a husband in a dress-
shop, he does not mind. I could like him,
as it goes. And he could mix a margarita
blindfold. Once he asks, what were you up 
to, when I found you here that morning?
I was only writing. Look. A likely story.

viernes, agosto 23, 2013

Tiffany Atkinson / La atracción mayor

Ese es el muelle:
           esprit de l’escalier
sostenido por la espuma
y la mierda de estornino. Toda la noche se mece con
la danza. Pisadas furiosas, la yesca de los viejos
tablones maldiciendo, ciego, él ve las luces

de Dublin, así de duro es. La esposa
de otro se amontonó contra él como un flí-
per
y aquella con la que vino

fumando en la balaustrada mientras el mar
tiende discretas sábanas sobre el malecón:

ella tararea new york new york
quisiera—

pensando cómo el barro cerrará
los párpados y tensará sus dedos retorcidos.
Todas las pequeñas bocas chuparán como estrellas muertas.

Es un puente de pies fríos.
Despertáte,
alguien está llorando mientras ella retrocede
hacia la tierra diagramada, en la ciudad que nunca.

Tiffany Atkinson (Berlín, 1972, vive en Cardiff), El hombre cuya mano izquierda pensaba que era un pollo, antología, traducción de Silvia Camerotto e Inés Garland, Gog y Magog, Buenos Aires, 2013


The main attraction

That is the pier: 
esprit de l’escalier
held up with spray
and starling shit. All night it rocks with
dancing. Furius treads the tinder of the old
boards swearing blind he sees the lights

of Dublin, he’s that tight. Someone’s
wife stacked up against him like a pin-
ball machine
and the one he came with

smoking at the railing as the sea
lays tactful napery between the groynes:

she’s humming new york new york
want to —

thinking how the mud would clam
the eyelids shut and tense its wriggly fingers.
All the little mouths would suck like dead stars.

It’s a bridge with cold feet.
Wake up
someone’s bawling as she steps back on
to mapped land, in the city that never.

miércoles, octubre 03, 2012

Tiffany Atkinson / Querida Kate




Querida Kate:

Las veredas de fin de semana son para las chicas pálidas. Todas esas hijas
de nuestro pueblo, alimentadas con leche, salen; sus párpados de neón
brillan. Están asustando a los gatos
y haciendo sonar las alarmas —

descaradas con sus cigarrillos y sus tampones,
pasándose brillo en los labios, con tiras de pastillas diminutas.
Absurdamente desenvueltas al besar. Siempre
besando, oh, a alguien —

y Rufus, paseando por la costanera, dice
hola, Kirsty. Jess, te ves impresionante. ¡Sam!
Casi no te… ¿cuándo te volviste tan…?
Qué culto de histéricas.

Pero más tarde, cuando chapalean pasadas de lágrimas, o
llevan a casa gaviotas heridas en cajas de cartón
o comparten una colilla en la costanera, no puedo
dejar de pensar en ellas

a nuestra edad: engordando en el callejón sin salida
de matrimonios destartalados —peor— disecándose
sobre hojas de cálculo. ¿De qué lado estamos ahora, Kate?
Pd. ¿Café? ¿Pronto?

Tiffany Atkinson (Berlín, 1972, vive en Cardiff), Catulla et all, Bloodaxe, 2011
Versión de Silvia Camerotto


Dear Kate,
Weekend pavements are for pale girls. All the milkfed/ daughters of
our town are out, their neon/ eyelids flashing. They are scaring cats
/and setting off alarms –//are brazen with their cigarettes and tampons,
/ passing lip-glossround with strips of teeny pills. /Absurdly fluent 
in their kissing.Always/kissing, oh, someone – / and Rufus, strolling 
on the promenade, says/ hello, Kirsty. Jess, you’re looking stunning. 
Sam!/ I almostdidn’t…when did you become so…?/ What a cult of shrieks. 
//But later, when they clatter past in tears, or/ carry injured seagulls 
home inchip-cartons/ or share a fag-end on the prom, I cannot/ stop to think
of them// at our age: thickening in the cul-de-sacs /of clapped-out
marriages – worse – dessicating /over spreadsheets. Which side are we
on now, Kate? /P.S. Coffee? Soon?

Ilustración: Natura morta nello studio, 1931, Filippo De Pisis

jueves, agosto 23, 2012

Tiffany Atkinson / Sin aviso




estamos ferozmente borrachos, y las crueldades crepitan
como rosas viejas. Cama de espinas. Qué poco
se necesita para derribar las maleables geometrías
del sexo, para perder el valor de amar. No

el amor en sí. El valor necesario. El elástico empuje
del salmón contra el río-músculo, la fe
loca del pimpollo. Todas las cosas que empujan contra
lo privado y lo singular. Es el camino
de botas usadas, tu partida; pero no te

quiero menos por eso. La luna toma un punto de vista
objetivo, manda comunicados a través
de la cama. Y la madrugada es pura boca. Vuelve,
y transplantemos los viejos resentimientos. Elaboremos
vinos de mala calidad en el otoño. Riamos. Engordemos.

Tiffany Atkinson (Berlín, 1972, vive en Cardiff), Kink and Particle, Seren, 2006
Traducción de Inés Garland


No Warning

we are fiercely drunk, and cruelties crackle
like old roses. Bed of thorns. How little
it takes to overturn the pliant geometries
of sex, to lose the nerve of loving. Not

the love itself. The nerve of it. The salmon’s
flex against the river-muscle, the insane
faith of the bud. All things that push against
the private and particular. It’s the tread
of borrowed boots, your leaving; but I do

not love you less for that.The moon takes
the objective view, posts bulletins across
the bed. And dawn is all mouth. Come back,
and we’ll plant the old resentments out. Brew
dodgy wines come autumn. Laugh. Grow fat.

Foto: The Guardian