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domingo, septiembre 04, 2022

Jules Laforgue / Lamento del olvido de los muertos




Señoras y señores,
Vosotros, cuya madre ha muerto,
Es el bueno del sepulturero
Quien araña vuestra puerta.

Los muertos
Están bajo tierra
Y apenas
Si salen.

Fumáis en vuestras jarras de cerveza,
Saldáis algún que otro idilio,
Allá lejos canta el gallo,
¡Pobres muertos fuera de las ciudades!

El abuelo se inclinaba,
Allí, con el dedo en la sien,
La hermana tejía,
La madre subía la lámpara.

Los muertos
Son discretos
Duermen
Demasiado a la intemperie.

Habéis comido bien,
¿Cómo va ese asunto?
¡Ah!, los niños que nacen muertos
¡Qué pocos mimos reciben!

Anotad, con letra clara,
En el libro de caja,
Entre los gastos de dos fiestas:
Mantenimiento de tumba y misa.

Es alegre
Esta vida;
¿Verdad, amiga mía?
¿A que sí?

Señoras y señores,
Vosotros, cuya hermana ha muerto,
Abrid al sepulturero
Que llama a vuestra puerta;

¡Si no tenéis piedad,
Vendrá (sin rencor)
A arrastraros de los pies,
Una noche de luna llena!

¡Inoportuno
Viento furioso!
¿Los difuntos?
viajan…

Jules Laforgue (Montevideo, 1860-París, 1887), Les complaintes (1885), Armand Colin, París, 1959 / Poésies complètes, I, Gallimard, París, 1979. 
Traducción de Eduardo Conde. 


Imagen: Jules Laforgue por Emile Laforgue, en la portada de Les Hommes d'Aujoud'hui, vol. 6, n° 298, 1887 (detalle) Meisterdrucke


COMPLAINTE DE L'OUBLI DES MORTS

Mesdames et Messieurs,
Vous dont la mère est morte,
C’est le bon fossoyeux
Qui gratte à votre porte.

Les morts
C’est sous terre ;
Ça n’en sort
Guère.

Vous fumez dans vos bocks,
Vous soldez quelque idylle,
Là-bas chante le coq,
Pauvres morts hors des villes!

Grand-papa se penchait,
Là, le doigt sur la tempe,
Sœur faisait du crochet,
Mère montait la lampe.

Les morts
C’est discret,
Ça dort
Trop au frais.

Vous avez bien dîné,
Comment va cette affaire ?
Ah! les petits mort-nés
Ne se dorlotent guère!

Notez, d’un trait égal,
Au livre de la caisse,
Entre deux frais de bal :
Entretien tombe et messe.

C’est gai,
Cette vie;
Hein, ma mie,
Ô gué?

Mesdames et Messieurs,
Vous dont la sœur est morte,
Ouvrez au fossoyeux
Qui claque à votre porte;

Si vous n’avez pitié,
Il viendra (sans rancune)
Vous tirer par les pieds,
Une nuit de grand lune!

Importun
Vent qui rage!
Les défunts?
Ça voyage….

sábado, junio 17, 2017

Jules Laforgue / Dos poemas























Madrigal

Sí, la vida es para vos un camino triunfal,
Pero qué sabés del destino, las marchas eternas,
Rica, amada de rodillas, bella entre las bellas,
Esta noche tal vez después de la fiebre del vals

Sentirás llegar la muerte en un temblor fatal
Y tu rubio cadáver con las vidriosas pupilas
Se irá a pudrir en su dulce lecho de puntillas,
Luego a perderse anónimo en el turbión vital.

O, quién sabe, tal vez tu corazón florecerá
En el clavel que una obrera en su ventana regará,
Ese clavel será vendido un día en la vereda

Y ese que hoy te arrulla te dice “oh alma mía”
Por centavos se lo dará a una vulgar fulana
Y vos oirás a ambos gemir sobre la cama.


En lugar de los "últimos sacramentos"

“Me hizo llamar una tarde de otoño.
En su mansarda un frío loco.
Temblaba tísico, la piel de cera
Como la luz de una pobre vela.
Su fuelle rugía como un órgano viejo
Y la piel tomaba ahora ese tono
Del verdín que sobre el suelo de la morgue
A lo largo quiere ocuparlo todo.
-Viejo, voy a reventar, dijo con una sonrisa el pobre
Que heló el caracú en mi hueso.
Para acabarla -sabés- quisiera un vampiro
Que me vaciara la espalda con un beso.
Bajé, muy calmo, hasta el callejón y en la esquina
Silbé a la primera pollera blanca que patina
oliendo a un macho en busca de una mina.
Después al mostrarle al moribundo
Y de ponerla al tanto de su sombría tarea
Vi que se le agitaba furiosa la pechera.
En su mirada cálida de mil locas noches sin nombre
Vi despabilar sus gastados sentidos por el hombre.
Se desviste, bosteza, hace una pausa;
Luego como bajo un látigo lanzada,
Su morro en llamas y su lengua rosada,
Salta sobre el agonizante.
Él siente el soplo rugiente
Que hace la lava al correr,
Los riñones fríos hervir otra vez.
Una chispa de loco celo estalla en sus ojos huecos,
Pronuncia algunas palabras apretadas, como ecos.
Los vi extenderse a lo largo. Como en la roca pelada
Un nudo de serpientes se retuerce atosigada.
Salí. Los dejé en medio de su lucha amarga y fiera.
A la mañana siguiente ya estaba muerto.
Pálido, muy chupado y en su lecho yerto”.

Jules Laforgue (Montevideo, 1860-París, 1887), Poésies complètes, Le Livre de Poche, 1970
Versiones de Angel Faretta

Nota del traductor: Estos poemas constituyen el apéndice a La traducción de la melancolía. La poética del tango argentino como forma lírica de la modernidad (inédito)


Madrigal

Oui, la Vie est pour vous un chemin triomphal.
Mais, qui sait des destins les marches Éternels?
Riche, aimée a génoux, belle entre les plus belles.
Ce-soir peut-être après les fièbres du bal,

Vous sentirez la mort dans un frisson fatal;
Et votre blonde cadáver aux vitreses prunelles
Ira pourrir dans son doux linceul de dentelles,
Puis se perdre, anonyme, au tourbillon vital.

Or, qui sait? Votre coeur ira fleurir, peut-être,
Le oillet qu’une ouvrière arrose à sa fênetre.
Et cet oillet, un soir, vendu sur le trottoir,

Celui qui maintenant vous roucoule: “Ô mon âme!”
L offrira dans des louis à vuelque fille infâme...
-Et vous les entendrez gemir, dans le boudoir.


Au lieu des ‘derniers sacrements’

“Il me fit appeler; c’était un soir d’automne
Dans sa mansarde au froid du loup
Il grelottait au lit, phtisique et le teint jaune
Comme une chandelle d’un sou
Son coffre caverneaux râlait comme un vieil orgue,
Sa peau prenait dejà le ton
Des verdâtres noyés qu’auz dalles de la Morgue
On vois s’étaler totu du long.
-Mon cher je vais crecer, me dit-il dans un rire
Qui figea la moelle en mes os
Pour m’achever, sais-tu, je voudrais un vampir
Qui d’un baiser vidât mon dos!
Je descendis très-calme, aun coin d’une ruelle
Sifflait le premier blanc jupon
Que j’aperçus flairant un mâle en quête de femelle
Et lui montrai le moribond.
Quand je l’eus mise au fait de sa besogne sombre
Je vis se cabrer ses deux seins
Et dans ses regards chauds de nuits folles sans nombre
Se réveiller ses seins éteints.
Elle se devêtit, bâilla, fit une pause
Puis, comme sous un fouet cuisant,
Sur sa babine en feu passant sa langue rose
Bondit près de l’agonisant!
Lui, sentant à ce Soufflé un hurlant flot de lave
Bouillonner dans ses reins gelés,
Un éclair de rut fou flamba dans son oeil cave
Il dit quelques mots étranglés
Et je les vis s’etrindre. Ainsi sur un roc chauve
Un noeud de vipères se tord.
Je sortis, les laissant à leur lutte âpre et fauve.
Le lendemain, il était mort.
I gisait pâle et grêle étendu sur sa couche”.
---
Foto: s/d

jueves, diciembre 15, 2016

Angel Faretta / Jules Laforgue y el domingo

Jules Laforgue
           

Con la puesta en marcha de la movilización total no solo se modifica todo lo referente a la vida privada, sino que hasta puede decirse que ésta misma es creada por la propia movilización total. “Ocio”, “descanso”, “intimidad”, “privacidad” –ésta muchas veces opuesta en dudosa batalla con la primera-, así como también conceptos como “pasatiempo”, “diversión”, “recreo”. Ni hablar de “fiesta”, la que es sometida a toda serie de desfiguraciones, tanto tornándola feriado patrio o cívico obligatorios, sino vaciando lenta o drásticamente su contenido religioso.

 Todo ello lleva a lo que podríamos denominar aquí desfiguración del día domingo. En vez de día celebratorio, se vuelve día de escape hacia la diversión. Se lo dota vicariamente de toda serie de elementos flotantes y fantasmales atinentes al descanso pero también al sueño, es vuelto a un tiempo locus amoenus, isla particular donde refugiarse e imán o catalizador donde se funden confusa y apuradamente todas las cosas que se oponen, o que niegan momentáneamente a la constante movilización total puesta en marcha.

Su silencio recuerda, por su ausencia, la presencia sonora y constante de la vida fabril y de la producción industrial del resto de la semana. Ese mismo silencio se vuelve más pesadamente silencioso en el suburbio o extramuros, en el barrio que pasa a ser más un topos poético e imaginario, que un lugar preciso de habitación y de catastro. Es “el” o son los sitios -mejor dicho- diseminados a lo largo de la ciudad, pero generalmente en sus orillas y extramuros, donde el silencio y la ausencia de la percutida actividad industrial se oye y hasta se “vive” más.

Puesto que el “centro”, más que un lugar geográfico de orden e irradiación, se vuelve paralelamente lugar de caos, confusión e indiferenciación durante ese mismo día de cese de actividad industrial. Claro que aquí “en el centro” se la reemplaza por una sonora actividad de “diversión”.

 Así que barrio comienza a volverse lugar epónimo, tanto como lugar donde se percibe esa pausa en la actividad fabril, como y también la misma distancia sonora del bullicio de la diversión masiva y obligatoria desarrollada en el “centro”.

Así el compósitum domingo-centro-multitud será eje imaginario privilegiado de la poética surgida con la modernidad, aunque su mentor y acuñador –Baudelaire- viera todo esto –siguiendo al Poe de “El hombre de la multitud”- pero no pudiera en su poética crear una retórica, una métrica, ni un vocabulario adecuados que reflejara en su poesía tal novedosa situación. Será algo después con Jules Laforgue que se conseguirá de consuno una articulación entre lo que se descubre como visión y lo que se poetiza como vate.

 El domingo ya es bajo continuo en la obra poética de Laforgue, aunque si nos fijamos con detenimiento en todos los diversos poemas que escribiera  bajo ese título, tan solo uno responde en su despliegue a tener como diégesis al día domingo como tal. Más bien en su poética “dimanche” y “dimanches” son estados de ánimo, cifras y categorías humorales y mojones de una determina propensión melancólica que poco antes Baudelaire caracterizara como spleen.

Claro que también Laforgue tiene sus poemas titulados “Spleen” así como el propio concepto aparece en otros –“El invierno que viene”- como emblema y signatura anímica de determinada tendencia emocional-intelectual. Tal dualidad por otro lado es una más de las que rodean y cercan al estado anímico llamado spleen.

¿Qué es entonces esta nueva divisoria de aguas anímica acuñada por Laforgue donde “dimanche” no aparece como día sino como estado de ánimo que se separa o continúa por otros medios al spleen baudelairiano?

 Digamos que el “dimanche” es en la simbólica de Laforgue lo que el argot  es a su retórica y económica. Si este poeta es quien finalmente da la nota mayor y percute el bemol que hace definitivamente distintivas a la poética de la modernidad, lo consigue doblemente tanto al reconfigurar las imágenes que forman una simbólica, como la retórica y la métrica –si es que éstas no forman partes de la primera- forman una paralela y adecuada económica expresiva.
De allí que el dichoso verso libre –pero con rima- de Laforgue se consigue por una misma necesidad económica.

Si modernité es fluidez, discontinuidad, laxitud, movilismo permanente, Laforgue buscará con el vers libre volver hasta visiblemente gráfico ese mismo carácter discontinuo de la física de la vida urbana característica de esa modernidad. Por cierto será ese movilismo y laxismo permanente el que acuñará la quietud del “dimanche”, así como del propio “quartier” y de la “banlieu”, del barrio y del extramuros y su figura emblemática será el Pierrot. Ser lunar por excelencia vestido de blanco y negro, y que a diferencia de Arlequín que vive la parte diurna y feliz del carnaval,  Pierrot es quien vive su parte oscura y su melancólico fin de fiesta lunar.

Angel Faretta (Buenos Aires, 1953), La traducción de la melancolía. La poética del tango argentino como forma lírica de la modernidad. (Inédito)

viernes, octubre 03, 2008

Jules Laforgue / Locuciones de los Pierrots

VIII

¡Ah! Me brota un viejo hastío
a lo largo del corazón...
Es señal que es la hora
de renacer burlón.

¿Y bien?, ¿te he herido, entonces?
¿Fingí acaso el sollozo
para que adoptes el aire necio
de El cantero quebrado?

Todo flota en amores;
todo, desde el cedro al hisopo,
bebe en su desmayada copa.
Yo he hecho un bello horno.

IX
Tu gesto,
Hurí,
me trae el aire de un memento mori
que en verdad entona: anda, quédate...

Mas yo te diré lo que es
y por qué he de partir, fe de honesto.
Poeta
francés.

Tu corazón tiene la conciencia clara,
el mío es un individuo
abrumado
de deudas.

XIV

Las manos en los bolsillos
a lo largo de la ruta
escucho
mil campanas
que cantan: "Los tiempos están próximos,
¡sin que haya duda de ello!"

¡Ah!, Dios, me es igual
y estoy en mi casa,
mi techo,
muy natal.
Es todo. Senda recta,
y no hago mal ninguno.

Conozco la Historia
y la Naturaleza,
esas ferias
de quincalla.
También os aseguro
que me podéis creer.

XVI

Soy un simple y lunar vividor
que hace ondas en los estanques
y sin otro designio
que llegar a ser legendario.

Arremangando con aire de reto
mis mangas de pálido mandarín,
engolo mi voz y exhalo
dulces consejos de Crucifijo.

¡Ah!, sí, llegar a ser legendario,
incluso en el umbral de siglos charlatanes,
pero, ¿qué fue de las Lunas de antaño?,
¿acaso Dios no debe ser rehecho?

Jules Laforgue (Montevideo, 1860-París, 1887), Antología poética, traducción y prólogo de Patricio Bulnes, Editora Nacional, Madrid, 1975

Noticia: Hijo de un profesor de literatura casado con la hija de un fabricante de calzado, Laforgue se trasladó a los seis años con su familia a Tarbes, de donde era nativo su padre. Fracasó en sus exámenes en el liceo de Tarbes y en el de Fontanes, de París, debido a que era incapaz de pronunciar una palabra frente a las mesas examinadoras. Recibió protección e instrucción del escritor Paul Bourget. Fue secretario del influyente crítico de arte Charles Ephrussi. Admiró a los impresionistas, pasó días enteros en el Louvre y tomó clases de arte con Hipolyte Taine. Fue lector de francés de la emperatriz alemana. Mantuvo un amor por correspondencia en París y otro que se limitó a "locos paseos" en carroza en Berlín. Viajó por Alemania y quiso conocer Dinamarca, cuna de Hamlet. Se enamoró en Berlín de su profesora de inglés, Leah Lee, y casó con ella. Murió de tuberculosis en París a los 27 años y cuatro días. Sufragó de su bolsillo la publicación de su obra central, Les complaintes (Las quejas). Influido por la filosofía de Schopenhauer, aspiraba a una poesía "que no diga nada", "como cabos sueltos", "divagación de un corazón magnetizado por la pereza, el verano, el hastío, una digestión copiosa". En el siglo XX, Ezra Pound lo mencionó como un autor importante, entre los franceses, junto con Flaubert, Stendhal y Rimbaud, en su famosa receta para aprender a leer, que no valoraba más que unos veinte o treinta autores y obras anónimas de la literatura universal e ignoraba en Francia los nombres de Baudelaire o Verlaine, por ejemplo.

Locutions des Pierrots
VIII
Ah! tout le long du cœur/Un vieil ennui m’effleure.../M'est avis qu'il est l'heure/De renaître moqueur.//Eh bien? je t'ai blessée?/Ai-je eu le sanglot faux,/Que tu prends cet air sot/De La Cruche cassée ?//Tout divague d'amour;/Tout, du cèdre à l'hysope,/Sirote sa syncope;/J'ai fait un joli four.

IX
Ton geste,/Houri,/M'a l'air d'un memento mori/Qui signifie au fond : va, reste...//Mais je te dirai ce que c'est,/Et pourquoi je pars, foi d’honnête/ Poète/ Français.//Ton cœur a la conscience nette,/Le mien n'est qu'un individu/ Perdu/De dettes.

XIV
Les mains dans les poches,/Le long de la route,/ J'écoute/ Mille cloches/Chantant : « les temps sont proches;/« Sans que tu t'en doutes! »// Ah! Dieu m'est égal!/ Et je suis chez moi!/ Mon toit/ Très-natal/ C'est Tout. Je marche droit,/ Je fais pas de mal.//Je connais l'Histoire,/ Et puis la Nature,/ Ces foires/ Aux ratures;/Aussi je vous assure/ Que l'on peut me croire!

XVI
Je ne suis qu'un viveur lunaire/Qui fait des ronds dans les bassins,/Et cela, sans autre dessein/Que devenir un légendaire.//Retroussant d'un air de défi/Mes manches de mandarin pâle,/J'arrondis ma bouche et -j'exhale/Des conseils doux de Crucifix.//Ah! oui, devenir légendaire,/Au seuil des siècles charlatans!/Mais où sont les Lunes d'antan ?/Et que Dieu n'est-il à refaire ?

Ilustración: retrato de Laforgue, circa los 25 años (autor desconocido)

Obra completa e información (en francés) en laforgue.org

martes, marzo 06, 2007



Notas sobre Baudelaire

Ha sido el primero, después de todas las osadías del romanticismo, en emplear esas comparaciones chocantes que, en medio de la armonía de un período, súbitamente y al pasar, ponen los pies en el plato: comparaciones palpables, excesivamente primer plano; americanas: palisandro, sónido desconcertante y vigorizante ("La noche se hacía compacta... como un tabique")

El primero en romper con el público.

El artificio y su extensión a los cielos, a los ocasos... el spleen y la enfermedad, no la tisis poética, sino la neurosis sin haber escrito jamás la palabra...

Tu piel reverberante, tus andares: una serpiente en la punta de una estaca, tu cabellera, un océano, tu cabeza se balancea con la indolencia de un joven elefante, tu cuerpo se inclina como un fino velero que hunde sus palos en el agua, tu saliva asciende hasta tus dientes como una ola engrosada por el deshielo de los glaciares susurrantes, tu cuello una torre de marfil, tus dientes ovejas suspendidas en los bordes del Hebrón.
Es el americanismo aplicado a las comparaciones del Cantar de los
Cantares.


Hacer poesías sueltas, cortas y sin tema determinado (así como los otros hacían un soneto para narrar algo poéticamente, alegar una cuestión, etc.), vagas y sin razón como el batir de un abanico, efímeras y equívocas como un maquillaje, que al burgués que acaba de leerlo le hacen decir: "bien, ¿y qué más?".

... su odio de la elocuencia y de las confidencias poéticas...

... yankee, sin idea preconcebida, manteniéndose aéreo...

"Como una sílfide en el fondo de los bastidores".


Jules Laforgue (Montevideo,1860-París,1887), Miscelánea póstuma. Antología poética, traducción de Patricio Bulnes, Editora Nacional, Madrid, 1975.